|Narra _____|
Apuesto a que esas palabras le habían noqueado. Porque las había dicho de una manera tan fría y dura que le habría caído como agua helada sobre sus hombros. No me sentía mal por haberlas dicho, pero sentía como si estaba decepcionada. Y no me gustaba sentirme así. Quizás haya sido todo como ellos lo habían dicho, y estaba exagerando la situación. Pero eso lo voy a ver ahora, cuando podamos hablar seriamente con Carl acerca de nosotros, y el terciario llamado Luna.
— Por favor, déjame explicarte.
¿Estaba suplicando? Se rebajo a un bajo nivel, no entiendo. El Carl que yo conozco no se dejaría llevar por ninguna chica que haya aparecido tan deprisa. ¡Ni yo pude hacerlo! Es decir, cuando nos conocimos, no éramos tan amigos, nos caíamos pésimos. Y ella llega y parece ser su mejor amiga. Vamos.
— Habla, ahora —me cruce de brazos, y me senté frente a él. Esperando que también se sentara. Cosa que hizo, y sonreí mentalmente. No le iba a sonreír en frente, porque tenía que seguir interpretando mi papel de chica celosa y seria—.
— Te contaré todo lo que paso ¿si? —Asentí con la cabeza— pero déjame terminar, y no interrumpas en ningún punto. Porque sé que lo haces —solté una risa sarcástica y luego continuo—: Verás, lo que paso te habrás imaginado cualquier cosa —intente reprochar, pero me miro fijamente y me guarde las palabras—. Lo que paso fue que yo estaba buscándote, había terminado de hablar con Michonne acerca de lo que pasaba en el Reino, y hablamos un poco acerca del tigre.
” Bueno, volviendo al tema de Luna. Mientras te buscaba, ella apareció en frente mío y nos chocamos. No la había visto antes en ese día y entonces comenzamos hablar. Nos excusamos por habernos chocado y eso. Comenzó hablar acerca de que querías ser la amiga y todo el tema del que estuvieron hablando. Y la verdad me quede impresionado, porque nunca pensé que eso podría llegar a pasar por tu cabeza.
Lo miré mal ¿Qué es lo que acababa de decir?
”No es que diga que no pienses. Si no que ¿querías ser su amiga? No entendía bien el punto, hasta que me siguió explicando. Y que ella había dicho que no era nada por mí, sino que era para conocerla a ella. Pero supuestamente Luna, piensa que no. Y que queras saber acerca de lo que le pasa relacionado conmigo. Que te puedo decir que es nada. ¡Luna no me gusta! Vos sos la única chica que me gusta en el mundo, y no te voy a dejar por ella. Sería un capricho.
Asentí con la cabeza, y me cruce de brazos dejando soltar un suspiro. ¿Estaba diciéndome toda la verdad? Aunque Luna sea un “capricho” como dice. Yo creo que algo está pasando, aunque solamente puede llegar a ser mi imaginación.
”Seguro querrás saber porque ella tenía mi sombrero. El caso fue que cuando nos habíamos chocado, no me había dado cuenta que me faltaba. Así que ella me pregunto: « ¿Y donde está tu famoso sombrero?» A lo que le respondí: «Lo llevaba conmigo, hace un momento» estaba confundido, porque no sabía dónde estaba. Puse las manos en mi cabeza, y efectivamente ahí no se encontraba. Supuse que se me cayó cuando chocamos y ella se agacho al suelo. Y tomo algo entre sus manos. Sonreí ampliamente al ver que ese era mi sombrero y se encontraba sano y salvo.
Solté una risa. Carl amaba ese sombrero. Según él me conto se lo había dado su padre una vez, y desde ese momento no quiere separarse de él. Por lo menos se lo saca para dormir, porque si no… viviría con eso toda su vida.
”Me pregunto si podría usarlo, y le insistí en que se lo pruebe. Porque quería ver cómo le quedaba. Y por eso es que ella lo usaba cuando viniste. Y llegando al tema del abrazo. Fue porque me confesó que tenía miedo. De Jaime, de vos. Porque ella no quiere terminar su relación con Jaime. Pero me dijo que comenzaba a sentir cosas por otro chico. Y no especifico quien era. Solamente que no podía estar con él, porque estaba con Jaime y no quería hacerlo sentir mal. Así que le abracé y le brinde todo mi apoyo. Pero no me pasa nada con ella.
— ¿Algo largo, no? —Me burle con una sonrisa en mi cara—.
— Tenía que explicarte todo lo que paso, _____.
— Estaba bromeando. Me alegro que me hayas dicho —me acerqué hacia él, y planté un corto beso en sus labios. Luego me acosté entre sus piernas—. ¿Nunca sentirás nada por ella, verdad?
Carl tardo unos segundos en responder. Segundos que para mí gusto fueron demasiados largos e interminables. Sentí como tragaba saliva de su garganta —ya que estaba acostada sobre él— y fruncí el ceño. Algo pasaba.
— Nunca, mi amor.
Asentí y sonreí ante el beso que él me había dado en mi frente. Cerré los ojos ante el tacto de sus labios con mi piel y luego me levante estirando una mano hacia él. Me miro con las cejas alzadas y rodé los ojos.
— Vayamos con Judith, hace tiempo no estoy junto a ella.
Carl comprendió mi pedido, y tomo mi mano levantándose. Luego enrosque mi brazo en su cintura y él paso su brazo por mi cuello. La mano que colgaba de este, la agarre y comenzamos a caminar hacia donde se encontraban los más pequeños. Y allí es donde estaba Judith. Hace tiempo que no estaba con esa pequeña, es una hermosa chica y me encanta poder jugar con ella.
Cuando llegamos, lo primero que hizo fue gatear hacia nosotros. Ella todavía no sabía caminar, pero si podía hablar o por lo menos decir unas pequeñas palabras. Cuando dijo su primera palabra, todos se emocionaron. Rick fue el que más lo estuvo, porque su pequeña estaba creciendo.
Yo tengo una duda. Me contaron que Lori, cuando le dijeron que su esposo no había logrado salir del hospital y del coma. Había estado con Shane. ¿Judith, es de Rick o de Shane? También sé, que estuvo con Rick después de que hayan encontrado un refugio y que puedan estar juntos. Pero mi duda creo que prevalecerá, porque no hay nada para hacer la confirmación por medio del ADN. Así que no se podrá saber. Pero yo creo, y espero que sea de Rick. Porque ni se me puede ocurrir que esa pequeña sea hija de Shane. Y da el caso, de que es el mismo maldito amigo de Merle.
— ¡Cuñis! —grito ella. No sabía decir mi nombre, porque no decía algunos. Pero en especialmente, a mí me decía de otra manera. “Cuñada”. Aunque le salía “Cuñis” intentando que la “ñ” s escuche como “n”. Y todo eso porque siempre jugábamos juntas y como era novia de su hermano, junto a Clementine. Empezamos a decir que era la cuñada y esas cosas. Y así quedo. Obviamente, no me molestaba—.
— ¡Hermosa! —sonreí ampliamente y cuando vi que gateo hacia mis pies junto a los de Carl. La alce en mis brazos—.
— ¿Y a mí no me saludas? —dijo ofendido, Carl. Aunque estaba bromeando—.
— Carl —dijo ella a la perfección—. Hedmanito —sonrío y dio un pequeño aplauso con sus manos—.
Me encantaba ver como ellos dos interactuaban. Eran una hermosa familia, y eso me gustaba. Porque por lo menos, alguien en el Apocalipsis Zombie —aunque haya más personas—, puedan disfrutar de la compañía de sus seres queridos y ver el apoyo que se tienen el uno con el otro.
Me había sentado en el suelo. Judith estaba encima de mí y en frente mío se encontraba Carl. A veces pasaban los mayores —Rick, Michonne, Daryl, Maggie— a ver como estábamos, porque le tenían cariño a la pequeña. Mi padre le dice “pequeña patea traseros” y me encanta el mote. También cerca nuestro estaba la pequeña pareja de Franky y Clementine jugando con algunos juguetes que yo les había dado anteriormente, cuando era navidad o la época de dar regalos con el juego del amigo imaginario.
— ¿Quieres jugar algo, pequeña? —Le pregunté mirando a mis alrededores—.
Ella asintió, y fue en búsqueda de unos juguetes. Carl ya no estaba conmigo, dijo que tenía que ir hablar con su padre y regresaba. Se despidió de ambas y luego me quede con Judith. Al regreso de esta, había traído un caballo y un león. Me dio el león y empezó a jugar haciendo ruidos del animal y así. Yo me le sume, era divertido.
Mientras jugábamos, pude notar que Luna estaba acercándose hacia donde nos encontrábamos. Y Carl venia del lado contrario, pero estaba más lejos junto a Rick. Miré a Judith, y noté que se había quedado quieta con los juguetes, debido a que había dejado de mover al león.
— ¿Pada alo? —me preguntó, preocupada. Yo suspiré y le señalé a Luna disimuladamente—.
— Ella, no me cae del todo bien. Y tengo miedo a que me quite a tu hermano.
—No lo hadía. Él te ama —sonreí ante lo que dijo— a veced le escusho halar con papá.
Me quede algo impresionada y no podía quitar la sonrisa que tenía en mi rostro. Definitivamente amaba a esta pequeña.
Luna comenzaba acercarse más y más. Cuando paso a nuestro lado, pude ver que soltó un grito de dolor y comenzó a saltar en el lugar. Me pareció demasiado cómico, así que comencé a reír disimuladamente para que no pueda escucharme. Rick y Carl se acercaron corriendo hacia nosotros y luego me miraron seriamente.
— ¡Me duele! —grito Luna comenzando señalar hacia abajo—.
Los tres miramos hacia donde ella señalaba y pude notar que había algo mordiéndole la pierna. Oh dios mío.
No pude evitarlo, y me eché a reír. Era demasiado cómica la escena que se había presentado. Carl se mordió el labio, para no soltar una risa. Pero fue en vano, ya que se le habían escapado unas cuantas. Rick miraba a la pequeña negando con la cabeza, pero sentía que en el interior se estaba riendo.
— ¿¡Judith!? —Pregunto Rick—.
Ella dejo de morderle la pierna, y se levanto de pie. ¡Sus primeros pasos! Todos nos quedamos impresionados al verla y luego puso ambas manos en sus caderas. ¿Qué es lo que le paso a Judith? Esto era muy cómico y a la vez aterrador, parecía como si fuera una de esas muñecas diabólicas. La amé, definitivamente con esto, Judith es mi ángel guardián.
— Papá —sonrió ella inocentemente, luego comenzó a caminar hacia donde estaba su padre, y abrazo sus piernas. Rick se conmovió y comenzó a llorar tocándole su pelo. Los primeros pasos de un hijo, creo que son especiales—.
Rick la alzo en sus brazos, y luego se disculpo con Luna. Se dio media vuelta y comenzó alejarse junto a su hija. Judith me miro, y levanto el pulgar de su mano derecha mientras me guiñaba un ojo. Sonreí ampliamente impresionada, y también levante mi dedo pulgar hacia ella. Aunque esté mal lo que hizo, a mi me encanto. Le daré un premio más tarde.
— ¿Estas bien? —pregunto Carl, a Luna intentando ayudarla—.
Ya la felicidad se fue al drenaje.
— Si, adiós —dijo enojada. Seguramente porque nos habríamos reído anteriormente. Y luego empezó a caminar de una manera coja lejos de nosotros—.
La felicidad regresó. Hoy es mi día.
— ¿Qué bicho le pico? —Se quejo Carl, sorprendido y confundido a la vez—.
— No importa eso —sonreí ampliamente y le abracé— Amo a tu hermana —confesé—.
Carl me miro con una sonrisa burlona y luego de eso, hizo que sus ojos giraran y negó con la cabeza. Planto un beso en mis labios, y yo se lo seguí. Puso sus manos en mis mejillas, y en seguida yo pasé mis brazos por su cuello. Después de unos minutos, finalizo el beso separándose y me guiño un ojo.
— ¿Sigues prefiriendo a mi hermana? —pregunto celoso. Ya entendí porque había sido el beso—.
— Bobo. Sabes que te amo —Arrugue la nariz al sentir un beso de Carl en esta y sonreí—.
— Y yo a ti, mi amor.
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29/01/15