Me siento sobre el sofá, alrededor de dos horas después, agotada física y mentalmente, con los ojos muy resecos y el estómago gruñéndome de hambre.
A él se le ocurrió una gran idea que me ayudó a completar el estudio de la tarde y fue; Señalar su cuerpo sin que tuviera papeles encima o cubrir mis ojos mientras hacía preguntas referentes a la anatomía humana sin que pudiera ver algún tipo de ayuda, a la mayoría respondí bien.
Él se sienta en el otro sofá libre, un poco alejado, también debe estar agotado, así que me pongo de pie y voy a la cocina rápido por una botella de agua para cada uno.
— Gracias por acceder a ayudarme, fuiste de mucha ayuda. — Le tiendo la botella y la toma sonriente. — ¿Puedo invitarte a cenar, como agradecimiento?
Bebe con lentitud mientras le hago la pregunta tímidamente y me dedico a guarda mis lápices e papeles mientras espero su respuesta pero siendo observada detenidamente por el, lo puedo ver de reojo es intimidante, pero me gusta.
— Aceptó la oferta Hatsumi. — Su voz se cala en mí y tiene una forma particular de decir mi nombre.
Sonríe ampliamente, un poco intimidada por su gesto grandioso miro hacía otro lado, justo el reloj que marca casi las nueve de la noche, mi abuela debería haber llegado y SuJin debe estar saliendo de sus clases, reviso mi celular, no tengo mensajes o llamada de ninguna de ellas, así que sigo guardando mis cosas para no pensar mucho, pero no sirve.
Él es atractivo, más de lo que se puede admitir y quiero saber, ¿porque me siento tan ansiosa por tenerlo cerca?
Incluso hace sentir a mi cuerpo un tipo de señal que todos conocemos como enamoramiento, aún que solo de forma literal, ese enamoramiento de adolescencia que todos tuvimos, un amor platónico agradable de presenciar. Además no he creído mucho en el amor después de que él primer chico que me gustó realmente jugó conmigo, solo para acercarse a mi compañera de asiento, porque ella era hermosa y fría, le tuve envidia por un tiempo, hasta que conocí que ella no era realmente feliz, aún puedo recordar su nombre y la forma en que solía mirarme, Min-Su es un fantasma en mi vida.
— ¿Estudias enfermería o kinesiología? — Pregunta y lo miro.
— Ninguna de esas opciones. — Guardó todo dentro de mi bolso y miro mi celular en busca de algo más que mirar su rostro, rápido escribo mensajes para mi familia preguntando donde se encuentran.
— ¿Medicina? — Pregunta con voz sorprendida. — ¿Cuantos años tienes Hatsumi?
— No quiero imaginar por qué luces sorprendido, pero si estudio medicina y aún más sorpresivo voy en mi cuarto año sin reprobar ninguna asignatura.
— ¡Oh! No quise sonar sorprendido, solo que lo encuentro increíble. — Niega moviendo sus manos y intentando arreglar el mal entendido. — Eres inteligente, no me sorprende, solo que creí que, por tu forma tan alegre de ser, estudiarías algo relacionado al arte y además luces muy joven.
— Aún no me conoces — Me río. — De todas formas gracias.
Se torna un silencio incómodo, me arrepiento de haber sido tan tosca, pero fue su culpa, su tono sorpresivo me hizo sentir juzgada, quizás no lo parezca pero soy una de las mejores en mi generación.
Cuando lo miro otra vez está observando alrededor de la sala y no entiendo que busca, hasta que veo a Nala aparecer y caminar por el costado del sofá maullando como si se presentara.
— ¡Nala! — La nombra emocionado, haciendo chasquidos con sus dedos para llamar su atención y la gata desinteresada sigue su camino. — ¿Ella acaba de ignorarme?
Me río asintiendo y me agacho para tomarla, se queja mientras la acaricio hasta que se relaja y él se acerca a tocarla, su cercanía me estuvo enloqueciendo todo el tiempo que pegaba los papeles sobre su cuerpo, pero ahora al verlo más cerca por voluntad propia me hace tartamudear sobre todo porque apenas deja que el aire entre nosotros circule.
—Bienv-venido a mi mundo, ella. — Intento relajarme cuando levanta la vista de la gata hacía mi, sus ojos miran directo hacía los míos. — Ella- Nala, solo me busca para que le de comida, prefiere a SuJin.
— ¿Se llama Nala por-? — Se calla para él, para que yo continué.
Me río avergonzada. — Si, por Nala del Rey leon, no me juzgues llego cuando yo era una niña poco ingeniosa y además estaba un poco obsesionada con la película.
— La verdad es bastante ingenioso. — Está maravillado como siempre, por la felina. — Es una película hermosa.
Él toma a Nala desde mis brazos y está se deja querer por sus caricias. Envidio que no sea a mi quién acaricia con tanta delicadeza y concentración, me refiero a Nala y no a él, claramente.
— ¿SuJin es tu hermana? — Camino hacía la cocina y lo siento seguirme.
La puerta de la casa suena y mi abuela comienza a entrar sosteniendo un montón de bolsas en sus manos, ambos la miramos y él comienza a caminar para ir a ayudarla después de dejar a Nala sobre el sofá.
— No. — Lo detengo rápido y me mira. — Ya haz hecho suficiente.
Le ayudo a mi abuela con las bolsas y guardando las cosas en la cocina mientras Johnny sigue de pie en la sala de estar acariciando a Nala quien desesperada a vuelto por su atención, la mujer solo me mira curiosa, pero no hace ninguna pregunta, se que lo hará cuando él se vaya.
Cuando terminamos con las cosas, ambas salimos de la cocina y él sigue aún ahí con la gata entre sus brazos, luce dormida.
— Eres el muchacho de aquella noche. — Mi abuela lo reconoce mejor que yo, él la saluda con una reverencia. — ¿Eres su novio? Ya veía muy solitaria a Hatsumi, creí que terminaría saliendo con ese muchacho borracho y no es un buen partido para mi pequeña torpe.
— ¡Abuela! — Digo rápidamente. — No, solo me está ayudando por qué SuJin tuvo que irse, es el vecino abuela, ve a descansar y preparare algo de comer cuando termine aquí, ¿esta bien?.
Él vuelve a hacerle una reverencia y mi abuela me mira mientras levemente la empujó hacia su habitación, hace una mueca y entra en la habitación.
Se ríe cuando quedamos solos y me muerdo el labio para pedirle que se calle por lo vergonzoso que fue.
— Asumo que no tienes novio. — Dice y sonríe. — Me alegro.
« ... »
Terminamos de cocinar, si terminamos, porque aún que le dije que lo haría yo, insistió en ayudarme, terminamos en silencio conmigo un tanto hiperventilada por su acercamientos mientras cocinábamos, dándonos pequeñas miradas que no logro descifrar con mi mente agitada, aún que por mi parte es por qué no puedo dejar de mirarlo, es demasiado atractivo para mis ojos acostumbrados a Daejun y otros raros de los cuales jamás me he sentido así.
Nos sentamos a comer después de poner todo sobre la mesa, mi abuela aparece sonriendo, aún sorprendida de que él esté ahí y puedo imaginar el sin fin de preguntas que crea su mente anciana al ver a dos jovenes adultos solos en una casa.
— Así que eres familiar de los vecinos. — Dice sentada al lado de él. — ¿Eres su hijo?
— No, en realidad son mis tíos abuelos. — Dice y le tiendo su plato de arroz. — Gracias. — Me sonríe y dejó de mirarlo. — No sabía de ellos hasta hace unos meses atrás y de haber sabido que existían abría venido mucho antes, pero me tardé en conocerlos después de enterarme que estaban vivos, es algo complicado, así que apenas tuve algo de tiempo vine aquí.
— ¡HATSUMI! — Me nombre se escucha desde afuera de la casa. — ¡HATSUMI!
Me pongo de pie y corro desesperada a la puerta, veo a SuJin quitándose los zapatos desesperada y rápido, con una amplia sonrisa en sus labios me abraza con fuerza.
— ¿Que? — Ella mueve sus pies emocionada, dando leves saltos . — ¿Que?, ¿Que sucede?
— Se abrió el parque de diversiones. — Tome mis manos y baila.
Suspiro con el miedo de que algo le haya pasando desprendiéndose de mis hombros y de todo pensamiento en mi mente, cada día es más difícil para mi dejarla ir sola.
— Me asustaste, te he dicho que no grites mi nombre de esa forma. — Me pasó una manos por el rostro, la que logró que me suelte. — Ve a lavarte las manos y ven a cenar rápido.
— Déjame ir, por favor, iré con mis amigas. — Mueve mis manos entre las suyas. — Lo merezco, mira, obtuve una muy buena calificación, lo único que hago es estudiar, déjame ir.
— Claro que no, esos lugares son peligrosos y aún que te lo mereces no irás, puedes ir al cine o no lo sé, pero el parqué es peligroso. — Me suelto de su agarre. — Recuerda esa película que vimos, algunos salían disparados de las carrozas.
— Es solo una película. — Me sigue hacía la cocina. — Eres tan amargada cuando se trata de mí, pero tú puedes ir y- — Se queda en silencio abruptamente. — ¡Oh! hola.
SuJin le hace una gran reverencia a Johnny y él se pone de pie para saludarla también sonriendo, ambos me miran para que los presente y me siento nerviosa.
— Johnny ella es mi hermana menor SuJin y él es-
— ¿Eres su novio? — Pone sus manos juntas delante de ella interrumpiéndome. — Dios mío, jamás creí que encontrarías a alguien tan decente.
—Somos amigos. — Dice él. — Es un gusto conocerte SuJin.
Ella alarga la letra (a) mientras la pronuncia como si fingiera creer lo que dice, se que después de que él se marche me interrogara hasta que le explique todo, pero no somos ni siquiera amigos, aún que después de todo lo que me ha ayudado podría decir que si.
Mi hermana se sienta después de ir corriendo a lavar sus manos y le sirvo para que coma con nosotros, interesada en él no deja de observarlo sin prestarle atención a la comida, golpeó su pierna con la mía y mueve sus labios, pidiéndole que sea más discreta, pero me ignora volviendo la vista hacía él otra vez.
— Así que amigos. — Amplia una sonrisa. — Lo supuse, Hatsumi es demasiado para alguien y jamás la había oído hablar de ti, aún que luces muy decente y atractivo, pero mi hermana merece a alguien mejor.
— Oye. — La calló. — No digas eso, lo siento, no tiene filtro.
— O en realidad tú eres demasiado para ella. — Eleva sus cejas y si no fuera porque él me mira, jalaría de su cabello para callarla.
— ¡SuJin! — Aprieto los dientes.
— Ella me obliga a estudiar sin parar y aveces me maltrata, me golpea, podría golpearte también, ¡debes escapar! — Se pone de pie y sube la manga de su sudadera mientras todos la observamos. — Vez aquí, ella me golpeó con su sandalia esta mañana.
— Oye SuJin. — Mi abuela comienza a reírse y él también. — No es gracioso, di la verdad, no te maltrato, aveces.. te lo mereces.
— Está bien, ella no hace eso. — Se sienta otra vez. – Aún así la quiero y por eso me dejara ir al parque de diversiones con mis amigas.
— Ya te dije que no, esos lugares son peligrosos. — Mi celular suena y lo miro, son mis compañeros.
— Abuela. — Susurra para que ella la ayude. — ¿Me dejas ir?
— No me metas, ella es quién responde y a dicho que no. — Mi abuela, aún que es la mayor en la casa y llegó para cuidarnos, no se entromete cuando decido algo, sobre todo cuando se trata de proteger a SuJin.
— Por favor Hatsumi, mis calificaciones son buenas y también soy la mejor en mis clases particulares. — Niego mientras llevo comida a mi boca. — Si tanto temes, ven con nosotras.
— No puedo, tengo que trabajar.
No es que sea amargada, en realidad si me dan miedo esos lugares y sobre todo que a ella le suceda algo, suelo tener pesadillas de las veces en las que tuvimos un accidente y ella estuvo mucho tiempo en el hospital, desde ese día me prometí no dejarla ir a ningún lado sola, hasta que cumplió los dieciséis y me grito que la dejara vivir su vida.
Se queda en silencio, por segundos, todos comemos en silencio, siento que el ambiente se vuelve incómodo y miro a Johnny está interesado en las guarniciones cerca de mí y se las tiendo, me sonríe mientras las recibe, le sonrió de vuelta empujando mis gafas sobre el puente de mi nariz.
— ¿Johnny, cierto? — SuJin le habla y la miramos otra vez. — ¿Puedes convencer a Hatsumi para que me deje ir con mis amigas?
— Lo intentaré. — Dice él y le guiña un ojo, ella chilla emocionada y comienza a comer.