El día estaba para la flojera. O eso creí porque me vi en la tarea de salir de mi preciado hogar para dar una visita a mi doctora. Desgraciadamente de regreso a mi casa comenzó a llover tan, pero tan fuerte que corrí hasta un techo de parada de autobús. Me refugié y coloqué mis cosas en la banca suspirando por el repentino improvisto, hoy no me sentía tan bien como para pasar por esas cosas, y para peor que venía sola.
Las noticias habían dicho que sería un agradable día con ligera brisa y lo que me traen es un aguacero con ganas de arruinarte la tarde. Ya en fin, debo mantenerme positiva y al tanto, cualquiera que me vea por aquí sola pude ser un problema. Con eso de lo que había estado pasando últimamente en el mundo con los asesinatos de mujeres, específicamente solo por ser mujeres, me han dejado preocupada y no solo a mi; cuando puse las noticias hace una semana escucharon muy atentamente que comenzaron a encontrar cuerpos de mujeres en cada rincón sombrío de la ciudad, sin contar como y en qué estado.
Me insistieron en venir conmigo todos y sin embargo no los dejé. Claro que no los dejaría venir conmigo a mi cita con la ginecóloga. Sería demasiado penoso y enserio que no sabría con qué ojos verlos.
La tormenta parecía no querer cesar y volví a suspirar cansada, justo cuando ya casi estoy por tener e dinero para comprarme un auto me sucede lo que por años velé que no sucediera. Recordé que en el bolsillo de mi pantalón llevaba una navaja en caso de emergencia, cosa que me hicieron comprar ciertos híbridos con fuerte instinto sobre protector. La saqué pues y la mantuve en mi mano derecha mientras que con mi mano izquierda agarraba mi mochila y bolsa con algunas cosas que compré.
Minutos pasaron y preferí sentarme rendida. Supongo que esperaré hasta que se acabe para irme, esto podría tardar hasta una maldita hora de eterno aburrimiento. Ni siquiera me dejaron traer mis audífonos sabiendo que me pierdo con la música, y que me advirtieron no estar jugando algunos de los juegos que me descargué en mi celular para matar el tiempo.
-Tengo bastante sueño hoy. -Bostezo.- Creo que anoche no debí desvelarme jugando.
Desde que compré mi primer consola con los ahorros de mis sueldos, no me despego cuando es la hora de juego, a veces me paso hasta el tiempo indicado que Senjuro va a regañarme junto a Giyuu. Es gracioso cuando los veo con el ceño fruncido, me miran como si fuera una adolescente aunque ya tengo mis 27 años.
Sonreí. Recordar lo lindos que son conmigo realmente me alegró este feo rato de soledad en compañía de la ruidosa lluvia. Por suerte no había relámpagos ni truenos. Así mucho menos lograría escapar de esta parada de autobús.
-Que por cierto no pasa aún. -Hablé bajo para mi.
Odio cuando los autobuses se retrasan en tiempos así, pesaba adelantarme para hacer tiempo en lo que pasaba pero simplemente parece que ya no lo hará.
A lo lejos vi una silueta oscura acercarse hacia acá, apreté la navaja en mi mano y la escondí. Aunque quizás sea una persona que al igual que yo, quedó atrapada en la lluvia, todo puede ser. Conforme avanzaba notaba más su figura y vi a un hombre de aspecto sucio. Al ver bien su mano portaba un arma y ahí entré en pánico, debo actuar rápido. Dejando mis cosas en la banca me levanté y el señor comenzó a correr hacia mi, mi cuerpo se tensó, comencé a temblar, mi pulso se aceleró y de pronto sentí una fuerte carga en mis hombros. Sentí demasiado coraje que mi cabeza comenzó a doler.
Aquel hombre ya estaba cerca, ya estaba lista para contra atacar. Esto me costaría la vida o quizá no, ahora solo quedaba esperar mi destino. ___, no seas cobarde.
Un fuerte sonido me alarmó, algo salió de los arbustos disparado contra ese tipo y comenzó a arañarlo, había otro, eran dos animales que comenzaron a atacarlo hasta que lo espantaron y lograron que se fuera.
Mi cuerpo se desplomó contra la banca y solté todo el aire contenido en mis pulmones, gracias a Dios me salvé, estos pequeños me salvaron en realidad.
Abrí los ojos y noté como ellos caminaban hacia mi a paso lento, sonreí y me incliné para poderlos acariciar a ambos.
-Veamos... un gato color melón y un panda rojo. ¿Son amigos? -El gato maulló y con eso me bastó para pensar en un si.- Ya veo, muchas gracias. Creo que casos así no se ven todos los días y realmente les estoy en deuda por salvarme. Necesito saber si son domésticos o...
Acaso serían... ¿híbridos...? Algo en mi no estaba segura, ya no sabía que pensar después de las cosas que había pasado el año pasado y este.
-De casualidad, ¿pueden entenderme? -Susurro para ellos y abren sus pequeños ojos. Quizás una señal de que si.- No quiero asustarlos pero conozco a unas personitas que pueden ayudarlos si están perdidos. Y viendo que la lluvia no para me veo en la decisión de irme así.
Guardé la bolsa de plástico en mi mochila impermeable, me levanté y volví a mirarlos.
-Deberían venir conmigo, estando aquí afuera se pueden enfermar, ¿no creen? -Relamo mi labio inferior.- En caso de que estén de acuerdo, síganme. Ya si no quieren no me molestará. Solo quiero agradecerles.
...
Quité de inmediato mi suéter totalmente empapado y lo coloqué en mi brazo. Mis salvadores estaban ahí observándome atentos, igual empapados. Fueran o no híbridos, igual les daría refugio en lo que acaba la tormenta, ya si quieren irse por mi no habría problema.
Así que abrí la puerta y de inmediato muchos chicos se abalanzaron contra mi, embistiéndome. Me abrazaron, me lloraron, etc.
-Lamento haberlos preocupado, me agarró a medio camino la tormenta y ya no supe si volver así que me refugié en un techito.
-¿El autobús nunca pasó? -Cuando todos se alejaron, Obanai hace su primera pregunta y niego con la cabeza tirando algunas gotas.- Que molestia haberte dejado mojarte, te vas a enfermar, ama.
-Por eso me iré a bañar de inmediato. No pasa nada. -Quito mis zapatos.- Ah, oigan todos. No se pongan locos pero me intentaron atacar y-
-¿¡Qué!? -Efectivamente, no me dejaron continuar. Sanemi tomó mis hombros y me tambaleó.- ¿Cómo pasó?
-Bueno estaba esperando el bus y un tipo se estaba acercando a mi, lo iba a enfrentar de no ser porque-
-¡Oh cielos, ama! ¿¡Cómo se encuentra!? -Kyojuro bastante alterado también me mira preocupado.
-Déjenme termi-
-¡Voy a ir a aplastar a ese desgraciado en este momento! -Inosuke no se hace esperar, le detengo obviamente el paso.
-¡UNOS TIERNOS ANIMALES ME RESCATARON! -Grito al ver que no me iba a dejar terminar. Para empezar debí haber comenzado porque me salvaron. Entonces me hago a un lado y dejo ver a las criaturas que salvaron mi vida.- Ellos son mis salvadores, aparecieron de la nada y atacaron al señor, entonces lo espantaron.
Todos se tranquilizaron y relajaron el estado en que estaban de alteración.
-Menos mal... estaba muy preocupado por mi preciosa, bella y hermosa ama que no creí poder respirar... -El rubio Zenitsu me abraza a pesar de estar muy empapada y lloriquea más.
-Yo estaba también muy preocupado... -Senjuro se acerca y me abraza de igual forma.
Genya tampoco se esperó a abrazarme y se pegó a mi como chicle. Miré a Giyuu quien miraba muy sorprendido a aquel gato y comenzaba a abrir de a poco sus ojos hasta parecer dos pequeños platos.
-Giyuu, ¿estás bien?
-No, yo... eh... -Se excusa, mirándome retrocede un poco.- No quiero verme así frente a todos.
La puerta detrás de mi se cierra dejándome confundida puesto que no había nadie más que mis acompañantes de afuera. Directamente veo pasar a un chico de larga cabellera color melón y abraza a Giyuu, éste recibe el abrazo y se nota como contiene sus lágrimas.
-¿Qué está pasando aquí? -Sanemi pregunta molesto por su confusión, aunque creo que ya todos estamos bastante confundidos.- ¿Qué demonios sucede aquí?
Nade dijo nada, estábamos atento al aparente reencuentro de Giyuu y ese chico. Me volteo y no veo al gato, entonces ya supuse que ese tipo sería el gato que me salvó la vida hace rato. Y bien, tampoco vi al pequeño panda rojo, regresé mi vista hacia donde se encontraban todos y ahí estaba otro chico de cabellos borgoña con una cicatriz en la frente muy notoria.
-Lo lamento mucho, señorita. Si estábamos perdidos. -Por fin habla ese último chico.
...
-¿Entonces me estás diciendo que por eso te salías por las noches y regresabas luego de una hora y media?
-Si. -Responde.
-Eso fue peligroso, Giyuu. -Lo miro severamente.- Que bueno que apenas me entero porque si no te habría dado pastilla para dormir.
No tenía ni idea de que hace dos años el azabache perdió a su amigo de nombre Sabito el cual, en estos momentos está sentado tomando una taza de té caliente envuelto en ropa calentita, junto al otro chico de nombre Tanjiro.
-De todos modos no me encontrarías fácilmente, como estaba en otro ciudad moribundo no creo que... bueno. Tuviste suerte de que encontraste refugio. -El chico me mira y sonríe moviendo sus orejas y ladeando su cola.- Te lo agradezco mucho, señorita ___.
-No es nada... -Sonrío de vuelta con compasión.
-El año pasado encontré a Tanjiro con su familia pero fuimos eh... no atacados, sino que unos conservadores de los animales nos encontraron y se los llevaron. Intentamos escapar pero al final decidimos que sería mejor estar en un lugar con mejor ambiente que la ciudad. Solo que terminamos cayendo él y yo. Makomo también iba con su familia, estoy seguro que a ella se le fue dado una familia. No sé como le estará en estos momentos.
-Me alegra saber que están bien de todos modos... -Suspira Giyuu y me mira.- Ama, es posible que...
-No me lo tienes que preguntar, si Sabito y Tanjiro quieren quedarse no tengo ningún problema.
Ambos mencionados me miraron sorprendidos y uno de ellos bajó la cabeza apenado.
-No me gustaría ser una molestia habiendo más gente aquí. -Habla el chico borgoña.- Señorita ___, podemos irnos cuando la tormenta acabe y no le seremos de molestia.
-¡Tonterías! ¡Cualquiera que sea diferente es bienvenido a la familia, estoy seguro que nuestra ama está de acuerdo con que se queden e incluso formen parte de la familia! -Abro los ojos por el repentino grito de Kyojuro y asiento con cada palabra.- ¡Ahí está!
-Pero, ama... -Obanai se acerca a mi y toma mi mano presionándola en su pecho.- ¿Y s no son de confiar?
-Sabito es totalmente de confianza, es mi mejor amigo.
-Que raro que tu tengas amigos, gato callejero. -Sanemi bufa y el de ojos azules frunce el ceño molesto.
-Yo tampoco estoy de acuerdo. -Añade Yuichiro, noto la expresión preocupada de su gemelo y Senjuro.- Salvaron a nuestra ama, si. Pero eso no indica que puedan quedarse así como así. No querrán aprovecharse de su amabilidad, ¿o si?
-Estás siendo muy supersticioso. -Expresa Zenitsu.- Aunque no confíe mucho en estos chicos solo quiero decir que se aprecia el hecho de que la salvaron, eso debería bastar.
-Hablando de supersticiosos... eres el menos indicado, pajarraco. -Sanemi se levanta del sillón y se acerca al de cabellos borgoña.- ¿Cómo podemos confiar en ti y tu amiguito de cicatriz?
-La prueba ya está con que solo hicimos un acto de servicio heroico. -Responde el de cabello melón mirando al albino un poco enfadado.- Ella es la que toma las decisiones, ¿no? Deberían respetar su mandato.
-Ah... sabía que causaríamos problemas... no debimos acompañarla, señorita. -Tanjiro se levanta.
-Oigan... -Trato de hablar.
-Bueno, la puerta está por allá y son bienvenidos en cruzarla. -Obanai se acerca a ésta.
-Chicos, no hagan esto. Es de muy mala educa- -Al igual que conmigo, tampoco dejaron hablar a Kyojuro.
-Sabito y Tanjiro fueron muy amables en rescatar a nuestra ama, no le veo problma en que ella desee ayudarlos dándoles un hogar. -Giyuu bastante enojado encara a Sanemi y Obanai, ellos chasquean la lengua y el ambiente se tensa. Oh demonios.-
-Solo lo defiendes porque es tu mejor amigo, gato.
-No, no solo por eso. -Frunce aún más su ceño.- Estoy bastante cansado de que siempre hagas de tus enojos a un punto donde irrites hasta a ___.
-¡Tu me irritas a mi, maldito gato de la calle! -Grita mi perro albino.
-Suficiente, Sanemi. Giyuu debe estar en ese plan por su reencuentro con su amiguito. -El de ojos bicolor se le une.
Los menores me miraban preocupados y les hago una seña para que se vayan al cuarto. Éstos asienten y se van corriendo, Zenitsu habló en susurro con Tanjiro y se lo llevaron junto a Inosuke y Genya. Una vez se encerraron iba a disponerme a hablar pero volvieron a gritar.
-¡Y si tanto te irrito por qué demonios no te largas
-¡Mi motivo es ___!
-¡Si pues ese es el motivo de todos para soportarte a ti y la serpiente grosera!
Miro a Kyojuro con cansancio, esto se estaba poniendo peor de lo que esperaba. Sabito se acercó a mi y el albino se do cuenta deteniendo su paso.
-Ni se te ocurra acercarte a ella.
-Voy con su consentimiento, tu no eres quien decide por ella. -Se defiende.- Señorita ___-
-Ahg, ni siquiera deberías referirte a ella de ese modo, suena vulgar. -El bicolor se posa detrás de mi y toma mis hombros.- Haznos a todos el favor de irte pronto, ¿quieres? -Estaba segura que Obanai estaba poniendo su expresión de molestia, esa que usa cuando se irrita.
Sabito lo miró muy serio y suspiró rendido.
Pero algo no andaba bien, me estaba sintiendo mal. Desde que llegué no tuve tiempo de meterme a bañar por lo cual creo que ya sería demasiado tarde.-Bien, si tanto les molesta nuestra presencia... procedo a irme con Tanjiro.
Y quería detenerlo junto a mi zorro.
-¡Sabito, no! Mi ama está segura que no serás una carga, solo que estos dos siempre son así de irritantes.
-¡Repitelo!
-¡Irritante!
-¡Suficiente ustedes tres! -Grita el rubio y ahí es cuando un estornudo se escucha y deja en silencio la sala.- ¿Ah...?
-¿___? -El azabache de ojos azules se acerca corriendo hacia mí y toca mi frente, se aleja asustado y mira a Kyojuro.- Tiene fiebre.
-¿Qué? ¡Ah, debiste bañarte antes de hacer todo esto! -Se acerca también el bicolor y me mira enojado.- ¡Puras tragedias contigo!
-Lo siento, pero sabía que si los dejaba resolver esto solos la casa terminaría en china. -Me levanto y me tambaleo un poco pero soy sostenida por el zorro rubio.- Gracias, Kyo. -Ahora miro a Sabito.- Puedes quedarte todo lo que quieras, Sabito. Eres bienvenido tú y Tanjiro. No sé qué clase de persona sería si los dejo a su suerte en esta lluvia torrencial, así que Sanemi y Obanai disculpense con ambos por favor. Quiero que se lleven bien. ¿De acuerdo? Si no estaré muy enojada. Iré a ducharm- ¡aCHU!
-Salud... -Todos los presentes dicen en tono bajo mirándome y me retiro de ahí.
...
Llegada la noche todos cenamos, hicimos más espacio en la mesa y por suerte cupimos bien. Nadie habló, a excepción de que Zentisu, Inosuke, Genya y Tanjiro se llevaron muy bien. Los gemelos y Senjuro también se hicieron muy buenos amigos del Borgoña, así que creo que ahí no habría problema.
Sabito se sentó al lado de Giyuu y de Kyojuro, esto era lo mejor ya que si no se lo comían vivo los otros dos.
-Tanjiro, Sabito. Sé que no fue un momento muy agradable pero... Me da gusto que hayan accedido a quedarse, yo les doy mi hogar pero cuando quieran pueden irse. Por mi pueden quedarse a vivir. -Hablo en un tono regular. Comenzando a ponerme afónica.-
-Yo... Muchas gracias, seño- ¿Puedo decirle ama? -Me pregunta uno de los mencionados y asiento un poco avergonzada.-
-Yo también estoy muy agradecido, eh... -Toma un poco decirlo pero me mira sonriente, casi como un sol y asiente.- ¡Ama ___!
-Bueno, oficialmente se nos unen dos más a la familia. Pero creo que... Necesitamos una casa más grande...
-¿Ahora lo dices? -Obanai me mira sarcástico y comienzo a reírme con la voz ronca y rasposa.- Cielos.
-Tendré que posponer el auto. Buscaré donde venden casas con área verde y sé que no son para nada baratas. Necesito ascender a otro puesto más rápido.
-¡Pero ama! ¡Va a volver a enfermarse como la última vez! -Senjuro me sorprende por su gritito.
-Mmmm, nah. Todo va a salir bien, primero Dios estaremos mudandonos el próximo año. Es una meta que hay que cumplir y con su apoyo lo lograremos. ¿Que dicen?
-¡Entonces decidido! ¡Ayudaremos en todo lo que necesite nuestra ama para que tengamos un hogar más extenso!
-¡Si!
...
-Ah que mal me siento... -Mi voz ha no se reconocía, parecía la de un macho.- Necesito... Dormir... Zzzzzz...
-Y quedó dormida antes de dejarnos acomodarnos. Genial.
-¿Qué hacemos?
-Dormir como podamos, pues.
-Ay... Quería brindarle calor a mi bellísima ama...
-Uhg, ya como sea. Con que la diosa tenga lo necesario para dormir cómoda me basta.
-Y entonces... ¿Duermen todos con ella?
-Si. Es más cómodo. Ella insistió en comprar camas pero no le íbamos a dar ese gasto, además qué-
-¿Es más cómodo dormir en forma anima? Definitivamente. En fin. Ni me gustaría incomodarlos durmiendo con ustedes así que...
-No, adelante. Puede descansar con nosotros. Espero que pronto se acople junto a Tanjiro, señor Sabito.
-Ah... Bueno. Muchas gracias, pequeño.
-Espero mi hermana esté bien en donde quiera que esté. Y mi familia entera.
-¿Y tu padre?
-Cayó enfermo y... Falleció.
-Eso es terrible.
-Que en paz descanse.
-A mí me criaron unos jabalíes. Nunca me los comía como agradecimiento.
-Que tosco.
-Callate pajarraco.
-Shhh, no despierten a la ama. Descansen todos, tengan bonita noche.
-Descansa, Kyojuro.
...
Leer los comentarios de las anteriores partes me inspiraron a crear este. Bonita noche, lindas.