Volat me miraba seriamente mientras que yo no entendía el porqué.
— Los humanos nos ven como comida, ropa, juguetes... Somos un chiste para ellos. Somos seres sin sentimientos ni vida, si fuera por los humanos no existiríamos si no es para que puedan admirar nuestra belleza o hacer que ellos puedan verse bien.
— ¿Entonces te van a ocupar para verse bien?
— No, esta vez sólo me ocuparán para alardear del poder que tienen. Que me pudieron domar y doblegar a su voluntad
— Pero eso está mal... Tu no quieres eso.
— Ah ellos no les importa en absoluto.
— A mi mamá y mi abuela... ¿Les pasó lo mismo?
— No.
— ¿Entonces que les pasó?
— Cuando seas mayor te lo diré.
— Está bien. —dije sin preocuparme.
Después de unos minutos un sueño me invadió y a los pocos segundos ya me encontraba dormida.
El sueño que tuve fue increíble; estamos toda mi manada de elefantes juntos... felices.
Por primera vez en meses podía sentir cómo mis patas se estiraban, como podía correr, beber agua fresca y sentir el viento en mi rostro.
Después de unos minutos me había encontrado con mi madre y mi abuela, pero cuando pestañe mi madre y mi abuela estaban en el suelo... Con esa cosa líquida roja inundándolas. Cuando volví a pestañar estaba en la jaula... Y el líquido inundaba todo el almacén, poco a poco la cosa roja ya estaba por todas partes y ya no podía respirar...
A lo lejos pude escuchar a Volat gritarme haciendo que despertará de mi ahora pesadilla.
— Amelia, ¿Estas bien? —Lo miré confundida mientras el me miraba preocupado he imponente por alguna razón.
— Si, estoy bien, sólo fue una pesadilla no tienes que preocuparte.
— Es que estabas llorando y gritando. Los humanos se enojaran, podrían hacerte daño si se enojan mucho. No quiero eso.
— Perdón, no volveré a hacerlo, lo prometo.
— No era eso a lo que me refería... Sólo no quiero que te hagan daño.
— Tranquilo Volat, no me harán nada... Ni a ti tampoco.
— Una promesa que nadie puede cumplir... El destino es algo con lo que no se puede competir.
— ¿Qué es el destino?
— Es una fuerza del universo que controla todo, por ejemplo, conocernos fue arte del destino.
— Entonces agradezco al destino -Lo miré feliz y el imitó mi emoción.
— Debes ir a dormir, así puedes olvidarte un poco de estar encerrada.
— Tienes razón.
Cerré mis ojos algo más feliz. A Volat le importaba y me di cuenta que el también me importaba. El ahora era mi familia y haré lo que sea por él.
Con una expresión feliz me quedé profundamente dormida pensado en lo que Volat me había dicho, "Somos un chiste para los humanos, comida, Juguetes, ropa" si eso era cierto... ¿Qué me espera a mí en el futuro?