Demonio

By RealistayOptimista

410K 25.3K 4.5K

Lo peor que te puede pasar es que un demonio se enamore de ti... Nunca te dejará en paz... Y Eleanor sabe com... More

Prólogo.
1.- Medium.
2.- Abismo.
3.- Abaddon.
4.- Tienes que decirlo y lo haré.
5.- Quiero Conocerte.
6.- Deberías Calmarte.
7.- Pequeños Peligros.
8.- Ignorante.
9.- Soy Malo en esto del Amor.
10.- La Otra.
11.- Primer Beso.
12.- ¿Qué esperas de tu demonio?
13.- Alala.
14.- Molestia
15.- Te Protejo
16.- ¿Dejarlo ir?
17.- Te espero.
18.- No puede ser más solitario.
19.- ¿¡Famoso!? y Problemas constantes en el parque.
20.- ¿¡EN CASA!?
21.- Viaje y sentimentalismo.
22.- Mi alma será tuya.
23.- Se fue.
24.- ...
25.- La Verdad
26.- El mensajero
♥Especial Halloween★
27.- ¿Por qué tiene que ser así?
28.- En tus ojos
29.- Trampa
30.- Papá.
31.- Esperanza (Parte 1)
32.- ¡Elige!
33.- Esperanza (Parte 2)
34.- Hija de Asmodeo
35.- Pasando el rato.
36.- Entrenamiento.
37.- Tentación.
38.- Retroceso.
39.- Presagio.
40.- Determinación.
EXTRA
41.- ¿Te importo?
42.- Bianca y momento íntimo.
42.- Mi muerte, mis decisiones.
43.- Esperando un milagro
44.- Regresando al pasado
HoLaNdA xd
♡Preguntas & Respuestas♡
45.- Verdadera Naturaleza.
ANUNCIO
46.- Abre los ojos.
48.- Control
49.- El Final
50.- Mi Final
~Epílogo~
Agradecimientos

47.- Despertar.

427 43 3
By RealistayOptimista

Eleanor' s POV

- ¡Ven a por mí maldita! - seguía gritando después de horas y horas intentando llamar su atención.

Necesitaba que viniera para poder salir, pero es como si lo supiera y no lo hiciera.

- Con más ganas, recuerda que eres tú,  estás intentando de llamar tu atención. - dijo Lydia, había estado todo este tiempo apoyándome en un rincón, pero lo que no sabía era si se mostraría cuando saliera.

Me detuve a mirarla un momento, a pesar de todo lo que pasó con mi padre, no veo tristeza ni rencor en sus ojos. Es como si ella supiera porque pasó todo, y esta feliz de que pasara. No quiero sacar conclusiones apresuradas, pero... ¿acaso su muerte era su escape?

Movió sus brazos para llamar mi atención, y funcionó. Sacudí la cabeza para alejar esos pensamientos, ahora lo que necesitábamos hacer era salir de aquí.

Se supone que es mi cuerpo, mi mente, soy yo en pocas palabras. Debería conocer mis debilidades, todo para llamar mi atención.

No puedo creer que vaya hacer esto.

Respiré hondo e intenté tranquilizarme cuando estaba más roja que un tomate, no quería gritar esto frente a Lydia, era vergonzoso.

- ¡Kaled! ¡No puedo creer lo bien que lo haces! - grité intentando no parecer idiota fingiendo emoción. - ¡T-Te amo! - lo dije cerrando los ojos, aún no nos decimos nada como eso, y peor aún, ni nos hemos dicho si nos gustamos como debe ser.

No sé que somos la verdad, es una pregunta que me suelo hacer seguido, nos besamos y compartimos algo de intimidad, si así se le podría llamar, pero sobre nuestros sentimientos y si ser algo, nunca lo decimos a la hora. No quiero que sea tarde cuando una confesión mayor llegue, ni cuando un "Te amo" real toque nuestros corazones.

Mi pecho de encoge del solo pensar en él, está allá afuera en alguna parte, esperando a que vuelva. Lo único que hice fue preocuparle y hacer tonterías por mí cuenta, supongo que a esto se le llama tomar decisiones de verdad.

- ¡Kaled! - grité con más fuerza, y al parecer eso hizo que viniera.

Su rostro estaba rojo y con su mano tapaba su boca, la clara demostración de lo que me puede llegar hacer ese demonio, maravillas y sorpresas.

- ¿Qué tanto chillas? Cierra el pico. - se quejó, pero la agarré y la miré fijamente.

- Es hora de que vuelvas por donde viniste, no creo que necesite más de tú "cuidado" - le dije conociendo las consecuencias, pero debía ser fuerte, y está vez Alala no estaba conmigo para ayudarme.

Levantó una ceja incrédula y finalmente sonrió sin creerme, pero aunque así quiera verlo es la verdad. Estoy lista para enfrentar las cosas por mi propia cuenta, no necesito alguien que me dé su poder o su cuidado.

- Me puedo cuidar sola. - lo susurre, esto hizo que me mirara a los ojos y negara. - No me puedes mantener aquí para siempre.

Puso su mano en mi mejilla de forma maternal, como si tratara de hacerme entender.

- Puedo y lo haré, prometí que no te lastimarian más si estabas conmigo. No sabes lo que está pasando fuera de aquí, lo mejor es que... - la interrumpí agarrando sus manos.

Era ahora o nunca, debía hacerla entender.

- Gracias por preocuparte, pero ya me siento capaz de enfrentar sola ese tipo de decisiones, no necesito que me cuides más. - mi voz era suave y en todo momento segura, decía la verdad. - Seamos una y salgamos de aquí.

El saber que la oscuridad de cada demonio tenía que aceptar ser uno con su dueño era una tarea difícil, conociendo mi personalidad desconocia de como reaccionaria si esto significa que se volverá poder y no la volveré a ver.

Me sacó de mis pensamientos el dolor que comenzó a provocar en mis muñecas, las estaba apretando tanto que tuve que arrodillarme del dolor.

- Eleanor, solo me demostrarás que eres capaz de hacer esto tu sola si haces una última cosa por mí. - dijo y soltó mis muñecas, las acaricié y noté que a pesar de que sentí que quedaría marca, no veo que me quedara nada.

Me levanté, basta de juegos.

- ¿Qué es lo que quieres? Mi alma esta condenada al demonio que amo, no hay mucho que pueda hacer por ti. - aclaré antes de que mi diga para hacer una tontería.

Se encogió de hombros.

- No es mucho la verdad. - dijo pasando su mirada por todo el lugar, hasta que se detuvo al ver algo interesante, y sabía lo que era. - Sólo quiero que la mates.

Me sorprendí tanto, volteo a ver a Lydia, pero a ella parece no importarle en lo absoluto.

- No lo voy hacer, no la voy a matar. - me negué, por supuesto que no lo haré, es una locura.

Se escuchó su risa mientras se acercaba a mí. No era gracioso, estaba jugando conmigo, como siempre lo hacía.

- ¿No puedes o... no quieres? - me preguntó cautelosa, no sabía a dónde quería llegar con esto.

- Lo hará. - respondió Lydia caminando hacia nosotras. - No es tan malo, es para un bien mayor.

Ellas se miraron un momento antes de volver a mirarme, algo no me cuadraba, de hecho, nunca me cuadro. Lydia aparece aquí para ayudarme y ella me pide que la mate, de locos no?

¿Y si están planeando algo? Lydia ya está muerta, no puedo matarla... o si?

 Estaban jugando con mi mente, odio estar en esta situación en estos instantes, pero tenía que hacer las cosas de una forma en la que no se esperen.

- ¿Y si lo hago así? – dije mientras sonreía maliciosamente, apuntando la daga a mi vientre. Sus reacciones fueron todo un poema, supongo que no se esperaban que hiciera lo contrario a lo que me dijeran.

Comenzó a reírse de nosotras a la vez que encogía su cuerpo para abrazar su barriga, a Lydia y a mí no nos quedó más que observarla dar el siguiente paso, así que esto si lo esperaba.

-Tan terca, ya lo veía venir, querida. – dijo a la vez que se quitaba una lagrima falsa del ojo, estaba sobreactuando todo esto, algo no estaba bien. – ¿Lo harás o esperas a que lo haga? – dijo pasando su mirada en Lydia.

Tocaba mi movimiento, era imposible que la mate, ya estaba muerta. Ya tengo su aprobación para salir de aquí, solo necesito que me saque, a las buenas o a las malas. Estaba cansada de seguir todo lo que me digan, quería participar en esto por mi cuenta, así sea el camino equivocado.

-A ella no la puedo matar, pero sé de alguien que si puede morir. – dije enterrando la daga en mi vientre, si muero, ella también lo hará, esto es definitivo. Hicieron ademán de acercarse, pero se mantuvieron en su lugar, no querían que haga otro movimiento en falso para lastimarme más.

No quería morir en este lugar, y mucho menos sin poder ver a Kaled una vez más, pero necesito tomar riesgos para provocar diferentes reacciones en ella, y me deje ir. Al fin y al cabo, soy yo, sabe lo que hay que hacer, y lo único que queda es aceptar mi voluntad.

-Déjame ir. – dije mientras intentaba no clavar tan profundo la daga que sostenía firme en mis manos, sin temblar, sin miedo, sólo mi valentía dándose a notar.

Al no recibir respuesta de su parte, hundí la daga un poco más, pero hacer eso me llegó a lastimar más de lo que pensé, por suerte el dolor no sólo vino de mi parte. Su mueca me hizo sentir de forma satisfactoria a pesar del dolor punzante, respiraba suavemente mientras sentía como perdía las energías y mis piernas flaqueaban. 

Necesitaba saber más, quería que me diga como podía salir de aquí, quizás no logre derrotarla, pero me estoy librando un poco de ella para buscar respuestas. Es una salida cobarde, pero ya quería acabar con todo esto. Lydia había notado que su plan no era el único que había seguido, tenía que aprovechar la conmoción para delatarlas.

- ¿Me dejarán ir? - dije apunto de empujar la daga, pero intentaron acercarse para detenerme. No estaban en posición para negociar, era dejarme ir o moriríamos aquí todas. - Quiero salir ahora. - amenazar mi vida no era lo mejor, pero era el único arma que tenía, si jalaba el gatillo nos llevaría a un solo final.

Ya me estaba cansando un poco de esperar, hasta que en un abrir y cerrar de ojos Lydia ya no estaba, me volteo buscando su ubicación, pero no llego a encontrarla por ningún lado.

- No entiendo ¿Por qué te sorprendes? - escuché como susurraron en mi oído, los vellos en mi nuca se erizaron a la vez que un escalofrío recorrió mi espalda, me habían emboscado.

Sus manos se posaron encima de las mías en la daga, pensé que la sacaría, pero al contrario, la estaba enterrando. Aunque ejerciera mi fuerza impidiendo más dolor, ella buscaba matarme.

- ¡NO LO HAGAS! - gritaba la sombra que ahora parecía un holograma desapareciendo, se retorcía hasta que cayó al suelo a revolcarse entre gritos hasta desaparecer volviéndose nada.

Cuando sentí que desfallecia una mano tocó mi rostro, parpadeo un par de veces antes de volver a ver todo con claridad. Lydia estaba frente a mi con una sonrisa, pensé de inmediato en golpearla, pero al no sentir el dolor punzante en mi vientre solo pude esperar lo peor.

Ella cayó en mi brazos, me senté en el suelo viendo como había una gran herida en su vientre, todo el tiempo había estado ayudándome, pero solo me había puesto a dudar.

- ¿Por qué? - pregunté, sus lágrimas caían dejando un sendero húmedo. Acercó su mano a mi rostro, no me importo que me manchará.

- Eres mi hija más preciada. - abri los ojos en grande, esto no podía ser cierto. - Yo le di a tu madre mi óvulo para engendrarte, y después de morir te estuve esperando para salvarte de esto. - no podía estar pasándome esto, la primera vez que conozco a esta persona y dice ser mi madre.

- No me dejes... - estaba llorando mientras veía como se desangraba aún más.

- Necesito descansar. - dijo dejando caer su mano, desesperadamente la agarré  e intente darle de mis fuerzas. - Promete que no dejarás que él te controle. - suplico, no se a quien se refería con "él", pero no pude preguntarle  cuando en sus ojos ya no había signos de que siguiera allí, su pecho dejó de subir y bajar, en mis brazos muerto.

Sabía que en mi vida tendría que pasar por pérdidas, tarde o temprano llega esa posibilidad a tu puerta, pero uno nunca está listo. Kaled me había dado una nueva oportunidad en creer lo contrario, en que no tendría que pasarlo, pero ahora mismo acabo de perder a mi madre entre mis brazos por las malas decisiones que tomé. Solo matándome pude matar a mi oscuridad, pero ella se puso en mi lugar para recibir todo el daño.

La opresión en el pecho y las lágrimas caían solas, abracé su cuerpo inerte sin importarme lo frío que se estaba poniendo, solo quería abrazar por última vez a la mujer que había aportado para que naciera y estuviera aquí en este momento.

Sentí como todo el lugar se volvía sofocante, no quería dejarla aquí. La abracé con fuerza antes de cerrar los ojos a esperar lo que me pasaría.

Fue un abrir y cerrar de ojos hasta que estuve recostada en una cama, me quedé así unos minutos hasta que me senté y miré mis manos culpable, no pude hacer nada por ella, pero aún mantendré nuestra promesa.

Es el último que me dejó, o eso fue lo que pensé hasta que vi una pequeña piedra de porcelana de color blanco en mi mano, justo en la mano donde sostenía su mano. Sonreí mientras la acerqué a mi pecho, ella estaba conmigo.

- ¡Eleanor! Sentí tu energía volver... - escuché a la vez que Alala aparecía en la puerta agitada, se puso la mano en la boca antes de jadear por las lágrimas, quien sea que entre a la habitación notaría la sensación de pérdida, y eso es lo que había dejado Lydia.

Se abalanzó abrazarme mientras entendía que mis padres en este mundo eran los padres de Alala. Lydia y Asmodeo habían puesto su semilla en mi madre, podía entender su dolor, habíamos perdido a nuestra madre.

Agarré la mano de Alala y dejé la piedra de porcelana, que reaccionó a nosotras de inmediato, separándose en dos.

La tomamos y entendimos que ella seguía con nosotras.

Continue Reading

You'll Also Like

4.3K 567 13
El comandante luego de la muerte de su familia, quedando con tan solo la compañía de su hijo menor, empieza a tener alucinaciones sobre ese fatal día...
172K 22.1K 43
Fanfic Descendientes
211K 26.4K 79
Sinopsis Tras encender el gas para perecer junto a quienes codiciaban la fortuna de su familia, Lin Yi transmigró a otro mundo, ¡y estaba a punto de...
229K 23.5K 79
Si te gusta soñar, pasa y entra... Adán Kylroyan es el sucesor al trono vampiro que está dirigido por su padre, Andrew Kylroyan. La historia se desa...