Advertencia: Contenido lésbico.
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—¿A dónde piensas ir?
—Lejos de aquí. Tomaré un barco. No quiero ser invocadora. —Dijo tomando sus cosas.
—Te acompañaré.
—No es necesario.
—Fue una afirmación. No estaba preguntando, linda. —Nimue se encontraba un poco triste y eso sin duda, era una razón para sonreir.
Aquella chica inefable llamada ____ la esperó puesto que ella no debía llevar nada más aparte de su espada. Era quien cuidaba a todos allí, era quien mantenía el orden entre los habitantes. A pedido de su madre, centraba más la atención en Nimue. De inmediato se hicieron amigas y desde entonces han sido inseparables.
Al principio, ____ no mostraba interés en la fey que tenía delante, solo hacía el trabajo y nada más. Pero Nimue se encargó de acercarse desde aquella vez en la que casi mata a uno de ellos por no poder controlarse.
"—Escuchame, Nimue. Escucha mi voz. —La guardiana levantó su mentón mirando por un segundo sus labios para luego observar aquellos ojos azules. —Respira. —Escuchó lo último como si hubiera sido una nota musical, algo realmente de otro mundo. Mientras calmaba la respiración, escuchaba gritos desesperados por los amigos de quien casi mataba y miró su mano aún sosteniendo la de _____."
Desde ahí sintió una conexión que jamás había experimentado.
Hasta el presente, sigue manteniendo los sentimientos desarrollados por el tiempo que pasó con ella (unos 3 años) pero al parecer, ____ nunca se dió cuenta. Algo realmente triste para la inefable.
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•Narrado en primera persona como Nimue.
—¿En qué tanto piensas? —Abrí un poco mis ojos por la sorpresa, ¿Cómo era posible adentrarme tanto en mis pensamientos? ya estaba montando un caballo con ____ detrás. Suspiré.
—Nada en particular. —Dije acomodando mi cabello, me molestaba en la cara.
Sonreí cuando recuerdos inundaron mi mente de como intenté acercarme a ella, todo lo que hacía para llamar su atención. —Pienso en cómo solias ignorarme. —Añadí.
—Vamos, sabes bien las reglas de mi trabajo. —Respondió riendo.
—Eres la única guardiana, tu haces las reglas.
¿Sabes? debiste decir que te caía mal.
—Solo estoy escuchando tonterías. —Comenzó a jugar con mi cabello, era estremecedor y sonreí.
—Gracias por acompañarme. —Murmuré.
—Cuando quieras, pequeña fey. —Odiaba cuando me decía de esa forma, realmente me hacía sentir pequeña cuando estaba cerca de mi.
Seguimos hablando de otras cosas hasta llegar al barco. No tuvimos suerte con el así que debiamos volver como si nada.
Un chico llamó mi atención, evitando las palabras de ____ diciendo que debiamos irnos.
Tenía una voz... bastante llamativa.
De inmediato notó mi presencia acercándose para cantar. Sonreí volteando a ella quien solo se encontraba de brazos cruzados, lo miraba como si quisiera matarlo y luego me miró a mi para rodar los ojos, dando la vuelta.
Aquel muchacho llamado Arturo nos invitó a tomar algo en un bar a oscuras, era tenebroso. Todos nos miraban o más bien, daban un vistazo a ____. No dijo una palabra luego de lo anterior. Se encontraba con el ceño fruncido, observando a todos lados en busca de algo.
—¿Te encuentras bien? —También eché un ojo al lugar.
—Siento algo. —Contestó mientras intentaba tomar su espada lentamente, pero la detuve.
—Nos iremos lo más pronto posible, no te preocupes. —Ella aún seguía con la típica mirada retadora. Sólo pudo asentir.
Estuvimos un rato hablando y riendo con Arturo.
Ya no tenía en mente que ____ estuviera a la defensiva por él, había algo más que me inquietaba. Estaba sentada de piernas cruzadas con un brazo detrás de la silla aún observando aquel entorno tétrico.
Quise ignorar sus acciones por puro capricho, centrándome solo en Arturo y sus chistes.
Luego de un rato, ____ se levantó derrepente sin decir nada, saliendo de allí tan rápido como pudo sin siquiera dejar que la siga.
Segundos después, volvió alarmada buscándome con la mirada y luego se acercó a mi.
—Debemos irnos. —Tomó de mi brazo suavemente. Le dije con la cabeza que no pero no pudo responder. Un señor se acercó a nosotros, tirando una pequeña bolsa, supongo que contenía oro. No me preocupaba nada de lo dicho, ni el hecho de ser expectante a la pelea generada ante mis ojos, aquel señor quería acostarse conmigo
Al escuchar eso, ____ cerró los ojos dejando salir el último aliento para encontrar los ojos del señor degenerado.
—Pagaré más por la rubia. —Y eso fue todo.
—Pagaré por tu cabeza. —Sonreí por la cara que puso él junto a Arturo. Parece que nunca habia sido cuestionado.
Mi sonrisa se esfumó cuando aquel hombre estaba acercándose con malas intenciones. Así comenzó la pequeña pelea. ____ agarró un cuchillo de la mesa para luego arrojarla contra él, dejándolo ileso pero contra la pared aterrado. Fue la primera vez que la vi sonreir después de una hora.
—Hay que irnos. Algo está pasando pero no es aquí o por lo menos ahora, no lo entiendo. —Podía notar la preocupación e impotencia en sus palabras, yo sólo seguía sus pasos, sabía que su lado vidente nunca fallaba.
—¡Allí está la bruja! —Escuchamos en nuestras espaldas y volteamos, logrando ver a muchas personas con túnicas rojas mirando directamente a ____.
—¿Dejaste ver tus ojos al lanzar el cuchillo? —Pregunté riendo.
—Tal vez... —Dijo encogiéndose de hombros para tomar mi mano y comenzar a correr.
Estuvimos así por un rato intentando escapar, cada vez aparecían ser más, ¿De dónde rayos salían?
—Tienes que volver. —Estaba entre sus dos brazos, en un pequeño callejón. No ibamos a durar mucho.
—¿De qué hablas? Nos iremos.
—¡No! No lo entiendes. Debes volver. Nos están matando. —La miré confundida, ¿Cómo era eso posible? —Por favor, Nimue. Dile a tu madre que van por ellos.
—¿Qué? ¿Y tú? —Comencé a respirar con dificultad mirando sus ojos.
—Solo me quieren a mi. Vete. —Abrí mis ojos intentando detenerla, ella vió mi mano y suspiró. —Déjame ir.
—No. Es un suicidio, son muchos.
—Si no vas ahora mismo, seremos todos. No van a dejarnos en paz, voy a distraerlos. —Una vez más me interpuse en el camino, sabía que en cualquier momento podría hasta noquearme. No me importó nada.
—Espera. —Dije tomando su dos mejillas para que no se alejara y unir nuestros labios en un rápido beso tímido.— Te amo.— No quise mirarla a los ojos, estaba muy nerviosa así que solo la abracé mientras mis ojos se empañaban luego de caer en la cuenta. ¿Qué había hecho?
—Yo... —Intentó hablar confusa pero miró detrás de mi. —Apartate. —Hice caso y pegué mi espalda a la pared mientras ella luchaba con uno de ellos, matandolo al instante. Debía admitir que se veía realmente sexy.
—Lo siento, no debió pasar. Me iré. —Quise regular mi respiración pero no pude. Intenté salir de ahí pero esta vez ella me detuvo.
—Yo también te amo, Nimue. —Sentí como la sangre subía a mis mejillas, no quería comprobar si esto era un sueño.
Guardó su espada y se acercó a mi para darme un beso que jamás olvidaré. Sentí como tocaba el cielo solo con aquellos labios, ¿todo de ella debía ser así de mágico —Pero...
—¿Qué? ¿PERO? —Pregunté indignada.
—Pero debes irte. —Sonrió acariciando mi mejilla y repetí su acto. Tal vez iba a decirme que me amaba pero no quería saber de mi.
Me alejé de allí en un abrir y cerrar de ojos, nadie me había visto así que fue fácil.
Parecía que todo lo malo de mi vida había sido reemplazada por felicidad recordando el beso. Tocaba mis labios entusiasmada, me sentía tonta pero no me importó.
Y pensar que toda esa felicidad se esfumaría cuando mis ojos presenciaron aquella masacre en mi pueblo. Ella tenía razón.