Pedido para Yareli837lara, espero te guste, linda🌺
Ya saben cómo van estos pedidos con nombre ya determinado. Ustedes son libres de ajustarse al suyo.
Por cierto, feliz cumpleaños ✨
...
-¡Señorita Tamayo! ¿En qué le ayudo? -Corro a su dirección con mi bandeja vacía y la mencionada me sonríe.-
-¡Sé más respetuosa, niña! -Bajo un poco la cabeza ante el regaño de mi otro superior, algo apenada también.-
-Perdón, perdón... -Me río junto con la señorita.-
-Por ahora es todo, Yareli. Puedes descansar, y gracias por la ayuda de hoy. -Ante su gentil sonrisa, yo doy una reverencia y camino hacia mí habitación en la planta alta del edificio.-
-Espera un momento, niña. -Me detengo a media escalera y volteo al portador de la voz irritada.- Necesito hacerte la revisión diaria.
Me sonrojo por impulso ante un pensamiento muy repentino provocando más la irritación del otro.
-¿¡En qué demonios piensas, Lara!?
Subo corriendo las escaleras y voy directo a mi habitación. Primero suelto un gran suspiro por lo que pensé hacía unos segundos, no puedo creerlo. Simplemente no. Y lo que menos me creo es que esta revisión es de todos los días, pero no sé por qué demonios hoy, y justamente hoy se me ocurrió pensar "eso".
"Yushiro me verá el cuerpo semi desnudo"
Las revisiones suelen ser dependiendo los pacientes que tengamos cada día, pero esta vez tuvimos uno con varicela. ¿Qué quiere decir? Qué va a revisar que mi cuerpo no tenga manchas en específico, y nunca había sucedido eso.
Yo especifiqué que ya había padecido de varicela pero fue cuando era una niña, hay rumores de que es posible de que vuelva a contagiarme. Entonces Yushiro por si acaso me había advertido que si llegase a haber un paciente con dicha enfermedad, seré retenida por un chequeo a profundidad.
Y si, tengo mucha vergüenza de que vea lo descuidada que soy con mi cuerpo. Me da mucha pena el solo pensar su expresión de asco.
Oh, y para añadir más sal a mi problema, no sé con qué ojos podré ver a Yushiro una vez él haya visto todo de mi. Si, todo. Estoy tan apenada que no quiero ni molestar a la señorita Tamayo ya que tuvo un día realmente atareado. Sé que es un demonio, pero aún así no puedo evitar sentir empatía por todo el esfuerzo que puso.
En fin, si puedo evitar a toda costa la revisión, haré lo que sea.
-¡Por un demonio, Yareli! ¡Abre la maldita puerta! -Me espanto y corro en dirección a la puerta para impedirle su paso.- ¡Ahg!
-¡E-eh! ¡Es que está atorada! -Vaya excusa, Yah.-
-¡Claro que no! -Siento que patea la puerta.- ¡Vamos a despertar a la señora Tamayo!
Trago saliva, tiene razón. Pero demonios, que la persona que te gusta te vea cómo Dios te trajo al mundo simplemente es una idea de locos. Cualquiera se entrega, ¡pero yo no!
Y si piensan lo contrario les reto a ir a desnudarse frente a su ser amado que ni siquiera sabe de su existencia.
¿Suena diferente el caso, verdad?
Cómo sea, como sea. Está ejerciendo más fuerza en la puerta que creo que va a explotar, tanto él como la puerta por supuesto.
Inspiro tratando de relajarme y me alejo, al momento de hacerlo la puerta es abierta brutalmente golpeándose con la misma pared que hasta hace poco no pudo retener los gritos de ambos.
-Holi. -Saludo desde una esquina con una expresión muy imbécil.- ¿Cómo estás, Yushiro?
-Nada de cómo estás Yushiro. Ven acá para hacerte la estúpida revisión que no tengo toda la noche.
-No quiero gracias vuelva pronto.
Decir eso casi me saca una carcajada explosiva, pero la aguanté al ver su vena sobre salir de su enorme frente. Aunque es linda, aclaro.
-Enserio, no me hagas perder mis cavales qué estoy a poco de perder el control, Yareli Lara.
Oh no, dijo mi nombre completo. ¿Es hora de correr? Quisiera poder desaparecer en este mismo momento.
-¡Tengo miedo!
-¡¿Y ahora qué demo-
-Yushiro, yo me encargo de su revisión. -Ambos nos congelamos al escuchar por detrás la voz calmada de la señora Tamayo.-
-¡S-señora! -Ambos decimos y ella solo niega con una sonrisita.-
-Es mejor que esto sea entre mujeres, entiendo tu vergüenza, Yah.
Suspiro de total alivio y lloro imaginariamente de la felicidad, ella nuevamente me ha salvado.
Bastante irritado ya, no pudo decir nada el chico verdoso y salió por la puerta pisoteando pero disimulando un poco.
La señora Tamayo cerró la puerta y me dijo que me desvistiera. También tengo vergüenza pero es mejor que una mujer me vea a que ÉL, lo haga.
...
-Maldición... Estuvo cerca... -Aquel demonio apretó sus ropajes con un sonrojo plenamente notorio.- Muy cerca...
Pero vaya que quería verle, quería poder ser el primero en saber sus secretos más íntimos, el primero en tocar su piel más secreta para toda vista. Quiere a toda costa ser ese quién le haga ver las estrellas, el cielo, todo lo bello que compara con ella.
Porque no hay nada más bello que esa persona, según él.
-Yareli... Maldición. Te odio. -No, realmente no la odia, la ama.-
Si pudiera expresar lo que verdaderamente siente por aquella chica más entusiasta, no acabaría nunca. Se llevaría toda su vida de demonio, incluso poniéndola sobre Tamayo. Pero le aterra, le repugna sentirse así.
No poder esta vez poner a la señora Tamayo como su principal motivo de inspiración, de aliento por la mañana y seguir viviendo por ella. Resignarse a morir sin antes protegerla, ahora son dos las que tiene por delante y una más arriba que la otra.
De su frente resbalaban gotas pesadas de sudor que llegaban a sus hombros, manchandolos.
-Si tan solo... Ahg, no. Seguiré imaginando lo que pueda, de todos modos siempre está con nosotros.
Inmediatamente fue a su habitación y se introdujo en su mundo de arte y oscuridad plena, donde volvió a detallar en un lienzo la figura de su amada, a como su imaginación indagara.
De cualquier forma, ella podrá estar bajo su amor una vez se confiese, porque nadie podrá acercarse, ningún tercero que la distraiga de enamorarse de Yushiro.
Exceptuando a Tamayo.
...
Llegando el día, en todo lo que transcurrió pasó tranquilo, o al menos para las chicas porque Yushiro era un saco de misterio. Tuvieron unos cuantos pacientes que en su mayoría fueron hombres, a lo cual cierto verdoso no paraba de echar humos con solo verle de amistosa con cada uno de ellos. Exacto, me refiero a la fémina Yareli.
Por un momento él pudo suspirar porque dejaron de llegar pacientes y al notar que te acercabas, no pudo evitar volver a su aspecto de un completo bipolar. Con su ceño fruncido, soltó unas arrogantes palabras que solo provocaron tu risa.
-¿Qué quieres? -Cuestiona.-
-Mira, me lo dejó uno de los pacientes. -Ante aquellas palabras, mostró un sobre con una flor pegada.- Se ve muy elegante, ¿No crees, Yushiro?
-A mi que me importa. -Cerró los ojos aún con su ceño fruncido pero pronto la miró.- ¿A ver, qué dice?
Sin rechistar, abrió el sobre con una sonrisa burlona ante el comportamiento del demonio y comenzó a leer la carta.
-"Tus bellos ojos me cautivaron desde el momento en que te ví..." -Aclaró su voz y se burló.- Lo voy a leer dramáticamente. "Fue esa tarde en qué me atendiste y fuiste como ángel caído con un gran aura de amor. Hermosa señorita, ¿sería usted tan amable de aceptar mi amor?" Uy...
-Que tonto fue eso, y cursi para agregar. -Expresó cruzado de brazos, discretamente ardiendo en celos por dentro.-
-¿Qué más da? No me interesa, en fin. Viene una dirección en el final de la carta donde quiere que nos veamos para saber mi respuesta. Voy a ir a decirle que no. ¿Me acompañas?
-N- ¡Si! -Se atragantó el mismo ya que su ego estaba por hablar.-
Quiere ver tal rechazo con sus propios ojos antes de sí quiera ir a matar a aquel imbécil humano. Ese que se atrevió a confesarse primero que el mismo Yushiro.
El atardecer comenzaba a asomarse y ambos estaban por partir a dicha plaza de la ciudad, si no fuera porque Tamayo bajó las escaleras con su típico kimono de día. Los miró a ambos y luego observo con más detenimiento a Yushiro.
-Tenemos que salir, al centro de la ciudad.
-¿Ahora mismo?
-Si, Yushiro. Te confió el consultorio, Yareli. -Ella no dijo más y tomando a su compañero, salió de ahí.-
-Uh, supongo que enviaré una paloma. ¡En fin, casa sola!
Luego de mandar una paloma con un rechazo escrito de la manera más amable, la mandó a volar y prontamente comenzó a cantar de forma graciosa y a bailar. Estar así le divertía, podía gritar sin ser regañada por Yushiro, que rápidamente se fastidia según ella. Aunque puedo decir que más que nada le divierte verla expresarse de tal manera, pero ahora le entristece que por su mera culpa, ésta ya no haga tales ocurrencias frente a su presencia.
Un rato pasó y cuando Lara bajó las escaleras, escuchó unos toques en la puerta que la hicieron desviar su camino de la cocina a la puerta principal. Abriendo dicha puerta, entraron la señora Tamayo, Yushiro y otros dos jóvenes extraños.
-¿Buenas? -Saludó al estar frente a estos dos últimos.-
-¡B-buenas noches! -Aquel chico Borgoña saludó apenado al verla.-
-Wow, baja la intensidad amigo. ¿Qué sucedió? -La chica dirige su vista a la dueña del consultorio y ella solo suspira tranquilamente.-
-Kibutsuji Muzan, eso pasó. -Yareli tragó saliva en seco, no pudo evitar sentir un gran escalofrío con solo escuchar ese nombre.-
-¿Lo vieron...?
-Si. -Contesta demasiado seco el otro demonio.- Pero nuestra señora logró crear una distracción, había mucha gente y con suerte escapamos de ahí.
-Me alegro. -Nuevamente volvió la mirada a los nuevos individuos y observó los ropajes del rojizo.- A juzgar por tu aspecto, debo suponer que eres un cazador de demonios, ¿Verdad?
-E-está correcto, señorita. -Hace una reverencia.- ¡Mi nombre es Tanjirou Kamado y ella es mi hermana Nezuko!
Mira hacia el lado del Kamado y ve a una tierna joven de pelo largo con puntas naranjas. Yareli dió una reverencia también y procedió a dar su nombre.
-¡Es un gusto, jóvenes Kamado! Con el permiso de la señora Tamayo, están en su casa.
La mujer por su parte sonrió satisfecha por eso, así que fue directamente a preparar un té para todos. Yushiro por su lado miraba irritado como los jóvenes humanos comenzaban a hablar tan amistosamente y a contar una que otra anécdota. Le parecía bastante molesto por la facilidad en la que pudo acoplarse con Lara que el mismo verdoso.
-Y dime, Tanjirou. ¿Es genial ser cazador de demonios? -Él de inmediato asintió tan entusiasmado.- ¡Wow!
-¡Si! Puedes conocer lugares nuevos, salvar personas y se siente muy bien.
Tanjirou con poco tiempo se hizo tan cercano a la muchacha, mientras que el demonio siempre la alejaba por su temperamento del diablo, en fin, la hipotenu- bueno, bueno me estoy saliendo mucho de contexto.
Desde las sombras se podía distinguir una figura terrorífica echando maldiciones al borgoña quien más se acerca a Yareli.
Pronto Tamayo llegó y los llamó a todos para pasar un buen rato mientras charlan acerca de lo sucedido. Nezuko estuvo en brazos de la humana mientras hablaban a más detalle de Muzan, el motivo de su estancia y por qué estaban ahí.
-Yareli no se ha presentado muy bien, ¿Por qué no me cuenta algo más sobre usted? -El cazador le sonríe causando un pequeñísimo sonrojo de la mencionada.-
-Eh, bueno yo... -Rasca su nuca.- Soy como la asistente de la señorita Tamayo, aunque también puedo atender a los pacientes. No tan bien pero hago lo que puedo. -Sonríe.-
-Un estorbo. -Simplemente se le salió de la boca por su ego y en su mente se golpeó internamente dicho verdoso.- Quiero decir, ejem. Que la encontramos de la calle y la acogimos como nuestra criada.
-¡Hey claro que no, Yushiro! -Se defiende pero éste sólo cierra sus ojos arrogante y mira al suelo de brazos cruzados.- Que cruel.
-Si, si lo que sea.
Si pudiera describir lo basura que se siente Yushiro en estos momentos, creo que nunca terminaría. Pero bueno, ¿Quién le quita su ego? Exacto, Tamayo.
-Yushiro, por favor cálmate.
-Lo siento, mi señor.
Los Kamado estaban algo apenados, a excepción de la hermana. Sin embargo, el rostro de Lara permanecía distante, con una mueca de incomodidad y probablemente con el sentimiento de malestar.
La habían humillado.
Admitía que le gusta ese chico, Yushiro. Pero, ¿Por qué se porta así con ella? Muy apenas y le dirige la mirada para evitarse sus malos tratos, apresar de tratarlo bien y a veces burlona (lo cual es muy poco), Yushiro es así. Quizás debería ponerle fin a esos sentimientos porque su devoción a Tamayo es superior a qué le haga caso a una humana común. Pensó.
-Voy a arriba. Con su permiso, señora Tamayo y hermanos Kamado. Yushiro. -Terminó y subió las escaleras en silencio.-
Todos notaron su malestar, incluso el que lo provocó. Estuvo por ponerse de pie e ir a disculparse, de no ser porque alguien más se le adelantó.
-Si me disculpa, ¿Podría hablar con ella? -Preguntó Tanjirou a la mayor de el consultorio a lo cual ella asintió con una sonrisa gentil.- Mil gracias, señorita. -Con una reverencia, se fue a las escaleras.-
Ahora bien, Yushiro miraba totalmente irritado al Kamado desde su sitio, su vena sobresalía dando a notar lo furioso que estaba.
Tamayo por su parte tomó la mano del demonio menor y le dedicó una serena mirada que ni siquiera funcionó.
"¿Por qué? ¿Por qué tienes que ir a lugares que no te corresponden Tanjirou imbécil? Está no es tu casa, no tienes derecho a subir esas escaleras... ¡¿Por qué demonios digo esto si esa chica no me interesa!? ¡Ahg, si me interesa!... No sé lo que siento... Solo siento rabia. Maldición."
-Iré por más te. -Soltó demasiado seco y se dirigió a la cocina.-
No necesitó un cuchillo, solo sus uñas para apretar sus muñecas ahora sangrando. No podía perder el control, no frente a Tamayo. Tampoco quería hacerlo porque eso, según él, era innecesario. Si bien, no estaba seguro de por qué aquella chica humana lo traía como un loco, pero si sabía que hay algo entre él y ella que marca un punto para que Yushiro sienta unos celos incontrolables.
No ha pasado ni una hora y Yareli ya tiene catalogado como un amigo cercano a dicho extraño. Si fuera por el verdoso, ya los hubiera corrido del consultorio y a saber qué de su existencia. ¿Qué si Muzan hacia esto y el otro? Qué importa, pensó.
"Yareli es... ¿Mía? No puede, más bien... No puedo pensar así, parezco un total enfermo psicópata. Eso es extraño............ ¿Qué estoy pensando? ¿Esto es sano? ¿Sentir celos por un amigo de esa humana? ¿Por qué? ¿Qué tengo que ver yo con ella? Ni siquiera me habla, ¿Por mi culpa? Yo la alejo, si. Pero ella... Maldita sea, como odio este sentimiento tan extraño. No es parecido a la admiración que siento a la señora Tamayo, es algo distinto y asqueroso que me está comiendo el interior de mi cuerpo....."
(Estoy escribiendo sus pensamientos con la canción Baptism de Crystal castles, ahora yo soy la psicópata.)
Surgió un problema con dos demonios mandados por el rey de los demonios, por ende aquellos pensamientos se vieron interrumpidos. Para no alargar la cosa, al término de tan fea pelea atendieron de inmediato a ambos hermanos que milagrosamente salvaron las vidas de todos los presentes.
-¡Tanjirou estás bien! -Gritó corriendo y entrando a la habitación donde ahora había dijo atendido.- ¡Tú también Nezuko!
-Sus heridas sanarán pronto, no te preocupes, Yareli. -La azabache le acarició la cabeza a su alumna y ésta solo asintió.- Atiendelos bien.
-¡Seguro! -Terminó y miró determinada al borgoña.- ¿Quieren algo de cenar?
-¿No sería molestia, Yareli? -Con una mirada preocupada le preguntó a la chica y ella negó de inmediato.-
-¡Les voy a preparar mi platillo especial!
-Oh no, la cocina va a explotar. -Aparece Yushiro por la puerta con una extraña expresión, pero al ver como la chica pasaba de largo su existencia, quedó estático.- ¿Pero que le pasa?
-Es solo que la tratas mal, Yushiro. -Tanjirou se sentó sobre la cama cómoda y lo miró triste.- Eres muy duro con ella sin saber que solo trata de que le agrades.
-Tu no te metas, cabezón. -Suerte que Nezuko estaba distraída en la ventana sin prestar atención.-
Tanjirou lo miró confundido por como lo llamó, aunque lo ignoró le sorprendió su forma de actuar.
-¿Por qué reaccionas así? -Vuelve a preguntar comenzando a olfatear el ambiente.- Huele a celos. -Sonríe divertido.-
Al demonio se le subieron los colores y su vena de miedo de hizo notar otra vez en la noche, con pasos pesados se acercó al de aspecto burlón y lo encaró furioso.
-¿Estás enamorado, Yushiro? -Ríe de una manera adorable, sin saber lo el contrario haría.- No te preocupes, creo que ella siente lo-
-¡Tú no te metas! -Sus ojos lo asesinaban metafóricamente.- Pero no te acerques ni le hables, una vez que te traiga tu dichosa cena, le agradeces y no le volverás a hablar.
-¡Mmh mmmh! -La Kamado lo miró molesta pero la ignoró.-
-¿Queda claro, Kamado Tanjirou?
-Tu no tienes derecho de decidir con quién podrá hablar Yareli. ¡Ella es libre!
-Lo es, pero te prohíbo hablarle, o te mataré. -Dicho aquello salió de la habitación y se dirigió a la cocina.-
Tanjirou y Nezuko miraron asombrados la salido de la habitación.
-No le hagas caso, hermana... Solo está perdidamente enamorada de una humana como yo, y como tú pronto. -Ambos sonríen y prefieren olvidar aquella escenita.-
Al llegar a la cocina, vió detenidamente a su compañera de trabajo y como si fuera una presa, se acercó sigilosamente. Miró por su hombro lo que hacía en ese justo momento su ego salió.
-Lo estás haciendo mal, Yareli.
-Ah, ¿Si? No me di cuenta. -Responde sarcástica.- Gracias por avisar.
-¿Por qué la seriedad? Creí que eras más molesta y ruidosa. -Se cruza de brazos.-
-Pues, ¿Creí haber oído que soy molesta de tu parte? No lo sé, me da igual.
Ahí le cayó el veinte al ver como le aplicaban la misma que el aplica cuando está en su mal temperamento. Sus uñas rasgaron sus ropajes por un momento pero se calmó de inmediato, prefirió respirar y relajarse.
-Lo siento... por lo de hace rato. -Batalló para hablar pero salió mejor de lo que esperaba.-
-¿Tú? ¿Disculpandote? Qué raro. -Ríe sarcástica.- Pero en fin, está bien. Acepto tus disculpas por ser la primera vez que te escucho pedirmelas.
Yareli volteó a ver a su crush y le dedicó una sonrisa relajada. Aquella disculpa le pegó como baño de agua tibia, como si cupido le haya disparado nuevamente una de sus tan fastidiosas flechas.
Teniendo las bolas de arroz con condimentos especiales y poco comunes, estuvo a punto de partir de nuevo al cuarto.
-Yo las llevo.
-¿Por qué? Yo quiero acompañar a Tanjirou.
-¿Por qué la insistencia en estar con él?
-¿Te molesta, Yushiro? Solo es un nuevo amigo, casi no me doy la relajante tarea de socializar y ahora me impide hacerlo. ¿Por qué? -Lo mira burlona, el contrario por su parte solo bufó y miró al suelo.-
-Haz lo que quieras.
-Eso pensé.
Lo rodeó y se fue directo a su corto destino. El otro se quedó ahí con los puños fuertemente apretados, aguantando el tirarle la comida y prohibirle no ir. Incluso mordió su labio para no gritar de la ira, tenía que controlarse. Todo mientras la señora Tamayo no esté.
...
Así pasaron los días, Tanjirou no le hizo caso a Yushiro y por ende, éste último pasó por constantes ataques de estrés que bien ocultaba detrás de aquel consultorio.
En uno de sus matutinos despejes de mente, para siquiera sacarse de la mente a quien también le provocaba tal estrés. Pensó, pensó en qué tipo de sentimientos estaba teniendo, y que además lo estaban descontrolando a ese nivel.
¿Por qué importarle una simple humana? Pensaba.
Simplemente, luego de leer y leer, incluso consultar con algunas abuelas de la ciudad, dió como conclusión, que estaba enamorado. Si, el mismísimo Yushiro está enamorado y en todo este tiempo solo se negaba a creerlo, porque no solo estaba enamorado, sino que hay que añadirle que Yareli es tan solo una mujer humana de 19 años. Solo una aspirante más a medicina.
Se dió un golpe en su frente con su palma derecha, riendo de su falta de cordura.
-¿Qué demonios me hiciste, humana tonta? -Rió desquiciado en silencio, tratando de no alarmar a nadie.-
Pero ojo aquí, tiene un problema. Parece ser que el demonio de ojos violetas piensa que a la señorita Yareli le gusta el Kamado. Tan solo su poca cordura ya le bastó para crear vagos pensamientos y suposiciones que pueden traer problemas.
Así que ideó un plan para alejarlos, si no lo mata por pura petición de Tamayo, haría que se fuera lo más antes posible. Con el paso del tiempo ayudó a que su recuperación fuera más sana y correcta, hacia de las suyas para que Yareli no se viera tanto con el cazador, aunque con Nezuko no le molestaba tanto.
Y entonces fue así como su plan tan maldotamente frío y calculado salió a la perfección. Era tiempo de que partan del consultorio para seguir con sus misiones, Nezuko abrazó a todos e incluso a Yushiro, aunque con algo de remordimiento.
-¿Nos volveremos a ver Tanjirou? -Le despeinó amigable el cabello y ambos sonrieron.-
-¡Sip! Vendremos de visita cuando tengamos tiempo, estoy seguro que se pasará volando. -Dicho esto se acercó a Lara para abrazarla.-
El verdoso lo iba a evitar de no ser por la presencia del demonio mayor. Una vez se fueron los hermanos Kamado, Yushiro se confesaría de una vez por todas a su tan preciada humana.
Ahora amada.
Le comentó al respecto a Tamayo la cual estuvo de acuerdo, pero que tenía que abstenerse a las consecuencias de que ella es una humana. Yushiro confesó que la protegería de lo que sea todo lo que ella viva, cautivando por completo el bello corazón de la hermosa mujer demonio.
Los dejó a solas el ojimorado pronto procedió a hablar. Con algo de nerviosismo y su ego estando en el suelo por un momento, se aclaró la garganta y miró fijamente a la chica.
-Yareli... Eh. Yo... -La mencionada alzó una ceja con diversión.-
-¿Si?
-Bueno, yo... -Comenzó a murmurar por lo bajo.- Esto es difícil... Verás. Hay algo que debo decirte cuanto antes.
-Adelante, te escucho, Yushiro.
En los adentros de la chica tenía una leve esperanza de que por fin él diera el siguiente paso, a pesar de no ser consciente que sus sentimientos son correspondidos. No quería ilusionarse así que guardó la emisión para cuando diga lo que tenga que decir.
-Yo, tu... -Apretó sus muñecas y rápidamente se relajó.- Me gustas, Yareli Lara. ¿Escuchaste bien?
Bueno, ahí la emoción de la enamorada salieron a flote y abrazó por total instinto y sentimientos al chico. Tardó en corresponder pero lo hizo, y la apretó en su pecho con fuerza, pidiendo que nunca se vaya de su lado.
Ahora sólo debía protegerla de todo peligro, tanto de humanos cómo demonios. Nunca dejarla sola y apoyarla en todo.
-Si aceptas mis sentimientos, solo prométeme que estarás conmigo... Por siempre.
Ella lo pensó un poco, no quería verse como una tonta protagonista que no piensa las cosas y actúa por instinto. Pero supo que de algún modo valdría la pena ya que es el chico que ama.
-Sip, te lo prometo. -Aquello lo selló con abrazo, y pronto con un hermoso beso romántico.-
Fin.
...
4000 palabras exactas.
Feliz cumple, Yareli. Nuevamente. ✨
Espero te haya gustado y perdón la demora, cuando supe que hoy sería tu cumpleaños se me hizo más factible publicarlo hoy y aparte terminarlo xd
Bai bai.