Mordí mi labio nerviosamente mientras miraba la hora de mi reloj. Joy jamás era puntual y sabía cuánto me molestaba eso. La puerta del pequeño café se abrió de golpe y una acelerada muchacha entró por ella corriendo en mi dirección.
—Lo lamento, de verdad. Se me ha pasado el bus y he tenido que caminar hasta el metro.
—¿Qué le ha pasado a tu auto?
—Está en el servicio técnico. El motor ha dejado de funcionar como debía —se encoge de hombros provocando mi risa.
Entendía el porqué de su retraso. Era una de las pocas veces que usaba el metro y tuvo que haberse perdido.
Le pido que se siente con un gesto, y luego me siento yo, abatido.
—Bien, dime, ¿qué ha pasado ahora? —pregunta entrelazando sus manos en la barbilla. Solo hago una mueca y me recuesto en la silla tirando mi cabeza hacia atrás.
—Ayer he ido con un chico a mi departamento —murmuro y ella enseguida se ve emocionada—, no te emociones, no ha pasado nada.
—¿Cómo que nada?, ¿qué has hecho?
—Le he dado un puñetazo y luego una patada en el rostro cuando intentaba sacar mi ropa interior —susurro apenado y lo más bajo qué pude. Ella se tapa la boca sorprendida y tratando de aguantar una fuerte carcajada—. A éste paso moriré virgen.
—Pero... ¿Por qué has actuado así? —dice entrecortada en medio de una risa.
Mis ojos se aguaron y ya tenía el rostro rojo, producto de la vergüenza.
—No sé, solamente fue un acto completamente involuntario.
—¿Y luego, que pasó?
—Me miró enojado y preguntó si era virgen. Al saberlo se ha ido corriendo... Literalmente.
Ella abre la boca sorprendida.
—Dios, Tae, realmente no sé qué decirte.
—Necesito que alguien me de clases sobre cómo perder la virginidad —propongo y ella frunce el entrecejo notablemente.
—¿Qué? —pregunta sorprendida.
—Necesito a alguien que tenga experiencia y que no salga corriendo apenas sepa de mi "problema".
—Eso no es un problema —dice—. Muchas personas son vírgenes.
—Sí, pero no a los veinticinco años, Joy —ella abre la boca para responderme, pero la cierra inmediatamente mirando por la ventana, incapaz de decir algo.
—Espera. —hace un gesto con su dedo y busca algo en su grande y pesado bolso.
Luego de un rato de buscar y buscar, saca de allí su teléfono, desliza el dedo por la pantalla unas cuantas veces, encuentra un número y me mira sonriendo.
—Mira —me muestra el teléfono y lo tomo entre mis manos, un número seguido de un nombre aparece en la pantalla.
—Jeon JungKook —musito leyendo—. ¿Qué hay con él?
—¿Has escuchado alguna vez la palabra "sexólogo"? —asiento mirándola aún expectante— Bueno, él es algo como eso. Un psicólogo del sexo, puedes ir donde él y contarle tu problema, quizá y pueda ayudar.
—¿Cómo es que tienes su número? —ella se aparta avergonzada y mira a otro lado esperando a que sus mejillas ruborizadas vuelvan a su color natural.
—Chanyeol a veces... bueno ya sabes, todos tenemos problemas y he ido un par de veces. Sólo eso —explica tartamudeando. Sonrió un poco mirando nuevamente el número y suspiro—. Él puede ayudarte... deberías considerar la opción de ir.
—¿Crees que iré y le contaré a un completo desconocido que tengo veinticinco años, aún soy virgen y con quien casi he tenido la oportunidad, le dejado ir casi noqueado a su casa?
—Sí, para eso es, a él más que a nadie puedes contarle tus problemas, y te puede ayudar. Yo no puedo hacer más que esto.
Me desbarato el cabello frustrado y suspiro nuevamente sacando mi teléfono para anotar el número. Joy sonríe satisfecha.
—Bien, iré, pero tú me acompañaras —amenazo y ella asiente acercando más a mí el teléfono. Al terminar de guardarlo, pongo allí "Sexólogo Jeon JungKook".
Me apoyo en el respaldo y cierro los ojos, es sorprendente el nivel al cual he llegado. A pedirle consejos a un especialista del sexo.
¿Sabían que cuando edito una frase que tiene comentarios, estos se eliminan? Por eso, he decidido corregir solo las partes más cagadas e ilegibles. :D
La verdad es que,, estaba considerando eliminar el fanfic o dejarlo en borradores, pero vi q aún hay personas que quieren leerlo y quien soy yo para negarles eso,,,, tons lo voy a seguir corrigiendo.