𝕄𝕌ℕ̃𝔼ℂ𝕆 || 𝐍𝐨𝐌𝐢𝐧

Autorstwa ErbaZen

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ADVERTENCIA: »Sexo explícito »Estupefacientes »Autoflagelaciones »Toxicidad »Perversión »Lenguaje explíci... Więcej

• SINOPSIS •
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• EPÍLOGO •

#17

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Autorstwa ErbaZen













Ahora me tocaba la parte difícil a mí. Agarré el inalámbrico y empecé a marcar, llevándomelo al oído. Renjun y Mark se merecían una explicación razonable.

- ¡Renjunnie! - el potencial a psicópata bostezó a través del teléfono. Otro adormilado.

- Jaemin, estaba echándome una siesta ¿sabes? Tienes el don de la oportunidad y de pasar desapercibido, ¿Lo sabías?

- Si, algo me había imaginado. ¿Quieres que llame luego?

- No, no, creo que tenemos que hablar, aunque eso sea más típico de Mark pero... sino he entendido mal, el bombón ese de esta mañana era tu hermano, no un clon raro salido de una peli de ciencia ficción que andaba por ahí, ¿Me equivoco?

- Hum... ¡Nop! Te lo ha dicho Markie, ¿no?

- Me lo gritó. Me dijo zumbado por no darme cuenta yo mismo. ¡No era que no me diera cuenta, era que quedé en shock por completo! Mi Jaeminnie magreándose con un chico frente a toda la universidad y encima, delante de Yeji. ¿Qué mierda era eso? Fue lo primero que pensé. Porque... me dio la extraña sensación de que te dejabas y luego, pensar que ese era tu hermano... aún estoy completamente disperso. No sé ni como he conseguido quedarme dormido nada más llegar. Jaemin, ¿Qué mierda...?

- Antes de que digas nada... - suspiré, mientras apretaba la sudadera de Jeno entre mis dedos. La acaricié y la abracé contra mi pecho como si fuera un punto de apoyo. De alguna manera, así me sentía mejor. - Verás... sí, era Jeno.

- Genial. Si hubiera sido cualquier otro chico sería más fácil de asimilar, pero Jeno... ¿No es tu hermano gemelo o algo así? ¿Me perdí el momento en el que dijiste que no había relación de sangre entre ustedes o qué?

- No. Si hay relación de sangre, es mi hermano gemelo, si, pero...

- ¿Pero? No me irás a decir ahora algo como, estoy enamorado de mi hermano gemelo ¿No?

- ¡No!

- Menos mal, porque ya estaba preparando un tratamiento psicológico para ti. ¿Entonces? - me mordí el labio inferior. Apreté con más fuerza la sudadera entre mis manos, aplastándola contra mi pecho. Una excusa, una excusa, una excusa...

- Es por Yeji.

- ¿Yeji? ¿Cómo? ¿Qué tiene que ver esa en esto? - su tono de voz se volvió tosco al pronunciar el nombre de mi ex. No sé porque pero tanto Renjun como Mark siempre se volvían muy espesos con ese tema. Ya sabía que la odiaban, aunque no el motivo, pero por lo menos podrían disimularlo un poco en mi presencia, ¿no?

- Jeno cree que si le doy un poco de celos, querrá volver conmigo. - una excusa patética, si, pero en fin. Mejor que decirle que hacía semanas que me acostaba con Jeno...

- Ya. ¿Y te has hecho pasar por marica por ella frente a toda la uni? ¿Por volver con ella? ¿Y con tu hermano?

- Bueno... nadie sabe que es mi hermano, así que eso no supone ningún problema. - de repente, un ruido bajo mi ventana me sobresaltó. Sonó como un golpe y un fuerte gruñido de rabia. ¿Qué mierda estaba haciendo Jeno?

- Jaemin, ¿Qué es eso?

- El perro.

- Tú no tienes perro, Jaemin.

- Es el del vecino. Hace cosas raras, está viejo el pobre. Bueno, pues eso. Que Jeno me ayuda a poner celosa a Yeji.

- Jaemin, ¿Estás bromeando? ¿Esto te parece normal? ¿Magrearte con tu hermano por una chica?

- Escucha, normal, normal, no es, eso ya lo sé, pero... era una buena idea.

- Pero, ¿Es que se te ha ido la cabeza? ¿Y tu reputación que?

- ¿Desde cuando me importa mi reputación o lo que la gente piense de mí, Renjun?

- Ah, bueno, eso sí pero...

- Pues eso. Sólo fue... un intento de dar celos, nada más allá, no te preocupes por esto.

- No, si yo no me preocupo, pero es que no lo entiendo, ¿Qué piensas hacer ahora? ¿Ir diciendo por ahí que Jeno es tu novio o algo así? - me lo pensé. La verdad es que no tenía muchas más opciones después del numerito de las taquillas. O eso, o me tomaban por gay libre y un montón de chicos se me acercarían para intentar ligar conmigo y creo que eso sería desagradable, mucho. Además, a esas alturas, todo el mundo nos consideraba ya novios así que... ¿Qué mas daba?

- Pues si. Es para no escandalizarte a ti y a Mark si nos ven en la universidad o algo. Fingiremos un tiempo ser novios para ver como va la cosa con Yeji y después... - oí otro ruido, esta vez bajo mi ventana, como si algo se escurriera por la pared desde fuera. Me levanté de la cama con los ojos entrecerrados y caminé hacía ella con lentitud.

- Jaemin, ¿Te he dicho alguna vez que Yeji no te conviene para nada? ¿Qué pasa de tu culo? ¿Qué es una puta, puta?

- Si, cincuenta veces. - seguí caminando hacía la ventana y me asomé lentamente.

- ¿A, sí? Pues escucha, por que esa chica no va a volver contigo por mucho que hagas, Jaemin. Es mala, no merece la pena que...

- ¡No! - pegué un salto hacía atrás, pálido y con el corazón acelerado cuando vi a Jeno asomar la cabeza por mi ventana, con las manos apoyadas en la balaustrada, con la cara roja a causa del esfuerzo de escalar hasta allí o, quizás por la furia. ¡Estaba loco! ¡Había subido hasta el segundo piso trepando por el canalón y las escasas enredaderas como un mono! Y, estaba muy, muy enfadado.

- ¿Jaemin? ¿Jaemin? ¿Estás ahí? ¿Qué pasa? - ¿Qué que pasaba? Jeno empezó a alzarse y a empujarse hacía delante, casi con medio cuerpo dentro de casa. El teléfono me tembló entre las manos al ver sus ojos asesinos clavados en mí. Si las miradas matasen prefería no saber a que clase de torturas estaría sometiendo mi cuerpo en esos momentos.

- Renjun... enseguida vuelvo. - y agarré el teléfono con fuerza. No podía dejar a Jeno entrar en casa o... o... o me violaría, uff, seguro que lo hacía y luego me mataría y la violación a primera vista no podía ser tan mala pero el asesinato era otra cosa.

Tragué saliva. Allá iba.

- ¡Fuera! - empecé a empujar a Jeno hacía fuera, poniéndole las manos en la cara y los hombros, echándolo hacía atrás.

- ¿¡Que haces!? ¿¡Me quieres matar!?

- ¡Fuera, fuera, fuera, fuera! - Jeno intentaba agarrarse a algo, desperado. Le golpeé la cabeza con el teléfono y sacudió la cabeza, soltándose de la balaustrada y, ¿Qué fue lo primero a lo que se agarró para no caerse? ¡Exacto, a mí! Se colgó de mí y yo me colgué de la ventana. - ¡No, no, no, no, no! - y me salí de ella. Grité, abrazando a Jeno con toda mí fuerza mientras caíamos los escasos siete metros de altura, pero en esos segundos que duró la caída juro que vi mi vida en diapositivas. Bueno, sobretodo vi a Jeno. Jeno besándome, Jeno follándome por primera vez en el coche, la primera vez que vi a Jeno frente a mí cuando me lo presentó mi madre como hermano gemelo mío, Jeno en la universidad, salvándome de Yanggie, nuestra segunda vez en el baño público de la uni, las caricias furtivas en casa, nuestra tercera, cuarta, quinta vez, esa misma mañana contra las taquillas y el, "Pues igual, si" de hacía unas horas y...

¡Pam!

Un golpe y un frenazo en seco.

Mantuve los ojos cerrados con fuerza y mis brazos firmemente agarrados a Jeno, sin moverme. Me temblaba el cuerpo como un flan y el estómago me botaba de arriba abajo. Me quedé quieto con la cabeza apoyada sobre algo duro que se movía lentamente y chocaba contra mi oído, un sonido acelerado y tranquilizador.

Con las manos tan temblorosas que al apoyarlas en el suelo, hicieron que se me doblaran los brazos dos o tres veces al intentar al menos, sentarme de rodillas en vez estar ahí tumbado sobre... ¡Sobre Jeno!

- J-Jeno... - me temblaba la voz del susto, viéndole ahí con los ojos cerrados sin reaccionar a mi llamada. Llevé una mano temblorosa hacía su cara pálida y le toqué la mejilla helada. Oh, no... oh, no... ¡Lo había matado! - ¡Jeno!

Y de repente, su mano agarró la mía con una fuerza descomunal. Abrió los ojos y me miró, con una intensidad que me hizo tragar saliva.

- Tú... Muñeco...

Suspiré aliviado al ver que estaba bien. Luego, me paré a pensarlo. Genial, iba a matarme.

- ¿Te has roto algo? - sus ojos centellearon alrededor de mí mientras le veía alzarse, sentándose en el suelo. Frente a frente.

- No. Es a ti a quien le voy a romper ese delgado y bonito cuello de porcelana, Muñeco. - giré los ojos varias veces, buscando quizás una escapatoria al notar como su mano apretaba la mía hasta sentir como los huesos me crujían.

- Oye Jeno, para. Tampoco ha sido para tanto.

- ¿¡Qué no ha sido para tanto!? ¡Me has tirado desde tu ventana y me has dejado en la calle como un perro! - me gritó. De un tirón, conseguí liberar mi mano de sus garras.

- Y tú me empotraste contra las taquillas y me metiste mano delante de todo el mundo, llamándome perra. Estamos en paz.

- ¡Y una mierda! - hice amago de levantarme del suelo con las piernas aún temblorosas, pero Jeno me dio un tirón y volví a caer al suelo de rodillas. Me agarró de los brazos y tiró de mí hacía él. Empecé a forcejear, molesto y al ver que no pensaba soltarme, le miré, empezando a sentir rabia, casi la misma con la que él me miraba a los ojos.

- ¿¡Que mierda quieres!? ¿¡Que bese el suelo que tu pisas, que no deje que nadie se me acerque, que me encierre en un sótano oscuro sólo para ti!? ¿¡Sólo para complacer tu puta posesividad!? ¡No pienso hacerlo y no pienso pedirte perdón por esto después de humillarme y tratarme como una puta delante de cientos de personas! ¡Te lo mereces por idiota! ¡Y si no te gusta, sólo tienes que dejar de cogerme! - se lo escupí a la cara, gritando sin importarme quien me oyera. Estaba fuera de mí mismo y quería golpearle, hacerle daño. Era un maldito idiota y yo otro por preocuparme y comerme la cabeza por él, como si fuéramos algo cuando en realidad no éramos nada, ni siquiera hermanos decentes, pero era necesario soltarlo precisamente por eso. Ya le había dado demasiada manga ancha, no iba a dejarme dominar ni avasallar por su asqueroso temperamento... aunque supiera que no sería capaz de cambiarlo.

- No pienso cambiar por ti. - ya lo había imaginado antes de que lo dijera con tanta frialdad, así que me limité a asentir con la cabeza.

- Genial, de puta madre. - me solté de su agarre de un manotazo. Él me dejó ir y me levanté del suelo, totalmente enojado. - No vuelvas a tocarme, estúpido. - y le di la espalda, comenzando a andar fuera del pequeño jardín.

Iría a casa de Renjun a pasar la noche, si, ya que no podía entrar en casa. Me había dejado los cerrojos puestos y si no utilizaba las cuatro llaves, no abría manera de abrirlos... si Jeno era capaz de entrar en casa por la ventana, genial, no pensaba...no pensaba...

Mierda...

Me detuve y golpeé furioso la pared que rodeaba la casa de los vecinos. Sentía un nudo en la garganta de lo más molesto y una ligera presión en el pecho. Me sentía francamente mal, muy mal y me quemaban los ojos a rabiar. Yo... tenía ganas de llorar y sabía porque... me apoyé en la pared, mareado y con las lágrimas patentes en mis ojos.

- Jeno, eres un maldito. - murmuré por lo bajo, con la voz ronca, sintiendo el molesto dolor en la garganta palpitar.

- Ya... algo había oído. - alcé la cabeza. Jeno estaba a poco menos de un metro de mí, justo en frente, muy serio. Sacudí la cabeza y me tragué las lágrimas que estaban por venir.

- Si al menos tuvieras algún derecho sobre mí como novio o algo así entendería que te enojara un poco que Yeji se me acerque o...

- ¿Si fuera tu novio? - ladeé la cabeza, esperando oír una risita por su parte, pero no oí nada. Seguía serio y yo... dolido.

- Si lo fueras. - me limpié las lágrimas con el antebrazo y volví a sacudir la cabeza. Empezaba a moquear. Novios, que estupidez.

- ¿Quieres salir conmigo, Muñeco? - aparté la mano de mi cara enseguida, encontrándome con su profunda mirada. Jeno estaba ahí, parado, en silencio y me sorprendió ver un ligero rubor en sus mejillas. Aún así, seguía serio, quieto como un palo. - ¿Quieres ser mi novio? -el labio inferior me empezó a temblar con un ligero tic. - ¡Deja de mirarme así! ¡Si, lo digo en serio! ¿Quieres serlo si o no? - Su rubor se intensificó.

Joder, joder, joder... ¡Que lo decía de verdad! Y para respuestas impredecibles la mía. Me di la vuelta, con la mano de la boca, completamente en shoock y... no podía negarlo, ¡Mierda, si hasta me había emocionado!

- Pu-pu-pues... - respiré hondo, acelerado, sin saber que decir, totalmente en blanco. Cerré los ojos con fuerza - ¡Vete a la mierda, Jaeno! - y salí de allí a pasos agigantados.

- ¿¡Qué!?

- ¡Que me dejes!

- ¿¡Que he hecho ahora!?

- ¡Sólo me quieres para tenerme atado!

- Eso... no... eso... ¡Mentira! - ni él mismo sabía lo que decía. Eché a andar rápido, con la cara descompuesta. Como era de esperar, Jeno corrió hasta mi lado y se puso en medio. - ¡Muñeco!

-¡Cállate! - le giré la cara e intenté esquivarle y seguir andando. Jeno se me puso en medio de nuevo.

- ¿Qué hay de malo? ¿Por qué no? - y se atrevía a preguntarlo. Mejor que él nadie lo sabía y le señalé con el dedo, acusador. Conmigo no se quedaría.

- ¡Sólo quieres una puñetera razón para poder pelearte con cualquiera que se me acerque, una puñetera razón para hacerte el engreído delante de cientos de personas y una jodida razón para joderme y dejarme en ridículo, humillarme como esta mañana! ¡Lo que tú quieres es usarme para buscar pelea sin importarte lo que sienta, porque eres un bestia! ¡Un burro, eso es lo que eres! ¡Estúpido descerebrado que piensa con el pene! - y volví a darle la espalda, muy digno, sin mirarle a la cara de pocker que se le había quedado, comencé a andar de nuevo con la cabeza bien alta. Le miré de reojo un par de veces. Estaba parado, mirando como me alejaba, con los ojos muy abiertos. Genial.

- ¡Jaemin! - pasé por completo de su grito y seguí andando, alzando más la cabeza si cabía cuando de repente, un golpe seco en plena cara me hizo caer al suelo de culo. - Jaemin... - Joder, mi maldita nariz dolía infiernos - ... Cuidado con la farola...

Miré hacía atrás. Tenía la cara roja del golpe y la nariz... Dios, mi nariz... Jeno me observó en silencio y noté como también se ponía rojo, encogiéndose, intentando aguantar la risa. Un hilito de sangre me cayó de la nariz y él empezó a carcajearse de mí... otra vez...

- ¡Muérete!

- ¡Jajaja! ¡Qué torpe eres!

- ¡Te odio, que me dejes!

- ¡Vamos Jaemin! Ahora en serio, vas a salir conmigo ¿no?

- ¡No!

- ¡Muñeco!

- ¡Que no quiero!

- ¡Pero sin mí no saldrás vivo de la manzana y te pueden secuestrar!

- ¡Muérete!

- ¡Muñeco!

Puto Jaeno...

Bueno... quizás se calle cuando lleguemos a casa de Renjun o quizás se canse de pedirme esa solemne estupides de ser novios que no pienso aceptar... al menos no de momento...








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Cuenta principal: ZensCT

GRACIAS por leer L@S AMO

ATTE: ErbaZen

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