Expediente 512 (I)

Par JustAlexG

16.7K 1.9K 1.1K

Año 2399. Treinta colonias. Una enfermedad mortal. Siete chicos dispuestos a encontrar la cura. Un expediente... Plus

Nota de la autora
Playlist y Book Trailer
Reparto
I. Invisible
II. Espía
III. Historia
IV. Despedida
V. Prueba
VI. Habitación
VII. Pantallas
VIII. Libro (primera parte)
IX. Libro (segunda parte)
X. Libro (tercera parte)
XI. Pájaros
XII. Enfermería
XIII. Cansancio
XIV. Chispas
XV. Segundos (primera parte)
XVI. Segundos (segunda parte)
XVII. Acostumbrado
XVIII. Acercamiento
XIX. Familia
XX. Discusiones
XXI. Mirada
XXII. Acuerdo
XXIII. Esposa
XXIV. Caminar (primera parte)
XXV. Caminar (segunda parte)
XXVI. Búsqueda
XXVII. Predicción
XXIX. Egoísmo
XXX. Seguridad
XXXI. Error
XXXII. Llorar
XXXIII. Matrimonio
XXXIV. Encajar
XXXV. Admitir
XXXVI. Explosiones
XXXVII. Verdades (primera parte)
XXXVIII. Verdades (segunda parte)
XXXIX. Verdades (tercera parte)
XL. Verdades (cuarta parte)
XLI. Recuerdo
XLII. Olvido
XLIII. Guardianes
XLIV. Navidad
XLV. Boda
XLVI. Nadie
XLVII. Ubicación
XLVIII. Amiga
XLIX. Entrada
L. Luz
Nota final: información y agradecimientos

XXVIII. Descontrol

200 27 20
Par JustAlexG


Eliott Geest
Sede de la Aurora


Todo estaba siendo un caos desde que Eliott entró a la habitación de Kybett. Para empezar, Wivenn gritó del susto que Eliott le dio cuando abrió la puerta de la habitación con una patada.

—¡¿Qué sucedió?! —Kybett fue quien reaccionó con preocupación.

Los integrantes del equipo se encontraban en el mismo piso, así que sus habitaciones quedaban cercanas. Eliott había ido a la de Kybett ya que sabía que ahí encontraría a Wivenn. Y un médico era justo lo que necesitaban.

Eliott recostó a Renee en la cama sin dar explicaciones hasta que Wivenn se acercó a él. Renee ya se había desmayado. Kybett seguía gritando:

—¡Eliott! ¿Por qué Renee no se mueve?

El pecho de Eliott subía y bajaba con rapidez. Entre la agitación y los nervios, su respiración se había acelerado.

—Necesito que me digas qué pasó para saber cómo actuar. ¿Se cayó? ¿Se golpeó la cabeza? —Wivenn comenzó a interrogar mientras buscaba heridas abiertas.

Eliott negó, alejando a Kybett para que no estorbara a Wivenn.

—No. Comió algo. No sé. El postre que hoy dieron en la cafetería. Lo único que pudo decir es que tuvo alergia a algo. No me dijo qué. ¡Teigh, haz algo! Renee no puede respirar.

Eliott se sorprendió a sí mismo con la rapidez a la que hablaba. No se molestó en esconder su preocupación. Se sentía justo como el momento que la cabina de seguridad de la nave se hundía y no sabía dónde estaba Kybett. Algo dentro de su pecho estaba presionando a tal grado que dolía. Ver a Renee recostada en la cama de Kybett, con los labios ligeramente azulados y su pecho sin moverse... le estaba afectando más de lo que él habría imaginado.

Kybett tan solo paró de gritar hasta que entendió lo que Eliott había dicho.

—¿Postre de hoy? ¿Te refieres al pastel de nuez y jengibre? —Kybett golpeó a Eliott en el brazo para que la soltara y le permitiera moverse. —¡Renee es alérgica a la nuez, Eliott! Me lo dijo el día que llegó a la nave. ¿Cómo dejaste que comiera el pastel? ¡Por algo yo le dije a la cocinera que a Renee no le diera postre!

—¡Bueno, yo no soy la cocinera ni un adivino, Kybett! —Eliott no pudo evitar alzar la voz.

—¡Necesito la mochila de Hazz en este instante! —gritó Wivenn sobre las voces de Eliott y Kybett para hacerse escuchar. —Ahí están todas las medicinas que Renee salvó de la nave. O, mejor dicho, no importa cómo consigan la medicina, pero necesito epinefrina ya.

Antes de que Eliott pudiera correr hacia la habitación de Hazz, Aprell entró con un gesto de molestia, bloqueando la salida.

—¿Qué es todo este alboroto? ¿Por qué gritan tanto?

Cuando Eliott estuvo por esquivarlo, Kybett se le adelantó.

—¡Muévete, Aprell! —Ella no dudó en empujarlo fuera del camino y salir de ahí por la epinefrina.

Aprell tan solo le dirigió una mirada confusa a Eliott. Él no comprendía lo que estaba sucediendo.

Sin ganas de hablar, Eliott comenzó a caminar alrededor de la habitación mientras pasaba la mano por su cabello. Observaba cómo Wivenn estaba intentando reanimar a Renee al presionar sus manos contra el pecho de ella una y otra vez.

Aprell tardó varios segundos en procesar lo que estaba sucediendo. Eliott tuvo que sostenerlo por la camisa para asegurarse que no fuese corriendo hacia Renee y arruinara el trabajo de Wivenn. Por más preocupado y nervioso que estaba Eliott, sabía bien que en una situación de ese estilo la mejor forma de ayudar era apartándose. Le explicó en pocas palabras qué había sucedido.

—¿Cómo es que no sabías que Renee era alérgica a la nuez? —Aprell comenzó a reclamarle. Al parecer todos sabían que Renee era alérgica a la nuez, menos Eliott.

Ese no era un buen momento para intentar entablar una conversación con él. Eliott ya sabía que tenía la culpa por no saber lo suficiente de Renee. Debió haberle preguntado más sobre ella. Pasaron días juntos y a Eliott nunca se le ocurrió que el mayor peligro que podría sufrir Renee sería una alergia. Le enfurecía saber que podía haber evitado todo eso.

Renee, en ese momento, podía morir por su culpa.

—Mocreil. Yo no sabía que Renee era alérgica a la nuez porque nadie se molestó en decirme —Eliott mantuvo el tono calmado aunque estaba sintiendo todo menos calma.

Aprell le lanzó una mirada a Renee antes de girarse ante Eliott con el ceño fruncido. Se soltó de su agarre con un movimiento brusco, acercándose hasta quedar a centímetros de distancia de Eliott. Colocó su dedo justo al centro del pecho de Eliott.

—Renee está muriendo por tu culpa, Eliott. —Aprell no gritó esa vez, solo habló entre dientes—. Se supone que era tu maldito trabajo cuidarla. ¿Qué estabas haciendo mientras ella comía ese postre, eh? ¡Seguramente en la habitación de Hazz!

Eliott no se movió ni se alteró. Claro, estaba furioso en el interior, pero no lo demostró.

—Yo estaba con Renee en ese momento. —Eliott apartó el dedo de Aprell con lentitud. —En cambio, ¿tú qué estabas haciendo, Mocreil? Es decir, mi trabajo era cuidarla y por eso está ahora con Wivenn... pero se supone que ustedes son pareja. Eres su novio. Eso habían quedado la otra noche, ¿no? Que lo intentarían. Yo no te veía en la habitación con ella. ¿Sabes quién sí estaba en la habitación con ella? Yo. ¿Sabes quién se encargo de traerla con Wivenn? Yo. ¿Y sabes quién ha estado con ella las veinticuatro horas del día, los diez días que llevamos en esta isla? Yo. Si vas a reclamarle alguien por no atender lo que le corresponde, mejor ve por un espejo.

Notó cómo Aprell se molestó por sus palabras. No era para menos. Eliott ya tenía suficientes problemas en sus hombros como para añadirle un novio idiota a la lista. No iba a permitir que nadie, sobre todo Aprell, le hablase de ese modo.

—¡Wivenn! —Kybett entró a la habitación.

Nuevamente, Kybett empujó a Aprell para quitarlo del camino. Ya se estaba haciendo costumbre. Hazz iba tras ella con el ceño fruncido. Nadie estaba contento en ese momento.

Eliott dejó de ver qué era lo que Wivenn hacía al salir de la habitación. Le abrumaba la gente, y la habitación no era muy grande.

Para él eran obvias las razones por las que todo el mundo estaba saliéndose de control con Renee en ese estado. Al seguirla a todos lados, Eliott notó cómo formaba un lazo de amistad con Wivenn, Kybett y Priss. También sabía que Aprell la quería, quizás no como merecía, pero la quería. Para Hazz, Renee era la esperanza de encontrar la cura. Eliott, aunque no le gustara admitirlo, ya se había encariñado con la pequeña espía. Si bien no lo demostraba, él se conocía a sí mismo lo suficiente para saber que le agradaba pasar tiempo con Renee y le costaba más de lo normal poder esconder su expresiones como solía hacerlo con cualquiera.

La única persona con la que no temía sonreír era Kybett. No lo hacía a menudo. Sin embargo, con Kybett se sentía seguro de poder ser él mismo.

La mala noticia para Eliott era que comenzaba a sentirse de esa manera con Renee. Eso no había estado contemplado en sus planes originales. Podría cambiar toda la situación por la que Eliott siempre escuchaba a Renee hablar aunque de vez en cuando no pareciera que fuese así. A él le gustaba prestarle atención y fingir que no lo hacía porque prefería que Renee lo odiara por eso y no por las razones que él mismo se odiaba, las cuales eran mucho peores. Por ello estaba tan decidido a darle a Renee lo que merecía. Tan solo estaba esperando el momento adecuado para contarle la verdad, el secreto que Eliott recordaba cada que veía el rostro de Renee.

Porque para él, Renee no era ninguna desconocida. Muchas de las cosas que Renee le decía en sus tantas charlas, Eliott ya las sabía. Sabía mucho sobre Renee incluso antes de atraparla espiando una conversación entre Hazz y Priss en un callejón solitario.

Claramente nunca había investigado sus alergias. Quizás era de las pocas cosas que él no había averiguado sobre ella desde meses atrás. Por esa razón se sentía aún más culpable de lo que le estaba sucediendo al momento.

Eliott volvió a entrar a la habitación una vez que había logrado calmarse lo suficiente para ocultar su preocupación.

Wivenn se encontraba tomando los signos vitales de Renee. Eliott vio que, aunque el movimiento era poco perceptible, el pecho de Renee ya subía y bajaba conforme su respiración. Kybett se encontraba detrás de Wivenn, observando a Renee como si el hecho de quitarle el ojo de encima causaría una nueva reacción alérgica. Eliott no había sido el único encariñado con Renee, sino también Kybett. Él sabía que para Kybett, Renee se había convertido en una buena amiga a pesar de no saber toda la verdad sobre ellos. En efecto, justamente por eso Kybett quería tanto a Renee: la amistad que tenían no era porque Renee quisiera algún beneficio con la realeza. Su relación, en un extraño concepto, era sincera.

Por alguna mística razón, todos se sentían cómodos ante la presencia de Renee. Se las había ingeniado para ser la amiga de todos sin que ella lo hubiese notado.

Priss llegó a la habitación casi media hora después, cuando las cosas estaban más tranquilas porque la vida de Renee ya no corría peligro. Neffan entró detrás de ella. Antes de notar la situación en la que se encontraba Renee, Neffan le dirigió una mirada intensa a Hazz. Eliott logró verlo por poco. Sabía que algo había sucedido entre ellos dos, y tenía una muy probable respuesta al misterio. Sin embargo, pensaba mantenerse alejado. Hazz tendría sus razones para no decírselo.

Con el pasar de los años, Eliott había aprendido a confiar en su instinto más de lo que un ciego confiaba en su audición. Si bien Eliott no conocía a Neffan, ya se había encontrado con él anteriormente, quizás unas dos o tres veces.

Al principio Eliott no lo había reconocido. En su memoria existían demasiados rostros y datos como para identificar a alguien instantáneamente. No fue hasta que le dio el pañuelo a Renee que supo quién era Neffan en realidad.

Lo recordaba. Lo había visto en reuniones con su padre, el rey de la Colonia Diez. Neffan siempre se mantenía callado, sin embargo, estaba presente. Y para cometer un crimen no era necesario hablar, con solo estar bastaba. Porque Eliott sabía que las reuniones de su padre eran todo menos inocentes. Él mismo las había presenciado, había participado en ellas. Hasta que ocurrió lo que ocurrió, y lo llevó a conocer a Renee Belrie.

Él de alguna forma quería protegerla. Pero sabía que Renee aún no confiaba lo suficiente en él como para creer la historia de cómo conocía a Neffan. Además, contando esa historia, también se delataría a sí mismo. Debía tener cuidado con lo que decía frente a Renee. Así que había preferido darle una mínima advertencia y que ella se enterara de las cosas por su cuenta. Tarde o temprano debía hacerlo.

Al entrar, Neffan tan solo le dirigió una mirada. Por supuesto que a esas alturas ya ambos sabían quién era el otro. Aunque en ese momento lo más importante para él claramente no fue interrogar a Eliott, sino preguntar por Renee.

—En serio, ¿quién no sabía que Renee era alérgica a la nuez? Todos sus amigos lo sabemos —Neffan comenzó a reclamar una vez que Wivenn le explicó la situación. —Debieron hacerme saber esto desde el instante en que llegó a la habitación. Los médicos de la Aurora vienen directamente de la Colonia Dieciséis. Son buenos.

Kybett saltó en defensa de Wivenn.

—Wivenn también fue educado en la Colonia Dieciséis —habló fríamente—. Proviene de la familia Teigh, la más exitosa en cuanto a medicina y tecnología. Todo el mundo sabe quién es la familia Teigh.

—Por supuesto. —Neffan le lanzó una mirada a Hazz.

¿Se suponía que eso debía significar algo?

—Bien —continuó Kybett—. De cualquier manera, los médicos no habrían llegado a tiempo. Renee ya había dejado de respirar cuando Eliott la trajo. Wivenn le salvó la vida.

Neffan no contestó más. Kybett acarició el hombro de Wivenn con orgullo. Él sonrió, exhausto. Eliott nunca había hecho RCP en su vida, pero parecía ser cansado.

Esa noche todos habían quedado en deuda con Wivenn por haberle salvado la vida a una amiga.

El silencio reinó en la habitación hasta que Hazz decidió arrebatarle la corona con un suspiro.

—Belrie necesita descansar. —Hizo un ademán señalando a la puerta. —Si nos ve a todos aquí cuando despierte, volverá a desmayarse. —Esperó unos segundos a asegurarse que todos le prestaran atención—. Neffan, ¿podrías avisarle a tu madre que necesito verla en mi habitación dentro de una hora? —A pesar de que fue una pregunta, Hazz hizo que sonara a una orden irrefutable. Ella tenía ese don. —Wivenn, quédate junto a Renee hasta que despierte. Si necesitas cualquier cosa, dile a Aprell. Si pudo besarla al siguiente día de conocerse, puede ayudarte a traer algunas cosas. —En la habitación se sintió la tensión que Hazz no había podido evitar crear. —Kybett, te necesito en mi habitación en diez minutos. Ya conseguí un medio de transporte y tú me ayudarás a... adecuarlo a nuestras necesidades. No es la nave más reciente que digamos. —Hazz se encogió de hombros. —Priss, ve a mi habitación de inmediato. Al fin harás algo para el equipo, te lo explicaré cuando termine aquí, ¿de acuerdo?

Todos asentían conforme se les asignaban sus tareas. Hazz se había recuperado de la caída emocional que había sufrido, regresando a la rutina habitual donde ella daba las órdenes y los demás las seguían.

Unos segundos después se vació la habitación, exceptuando a Wivenn, Renee, Hazz y Eliott. Hazz le dio unas últimas instrucciones a Wivenn antes de señalar la salida con la cabeza para que Eliott también se retirara. Él quería hacer justamente lo contrario: deseaba quedarse a cuidar de Renee junto con Wivenn.

—Descansa, Eliott —fue lo primero que dijo Hazz una vez estando en el pasillo. No fue en un tono dulce, ni cálido. Seco, habría descrito Eliott. —Sé que has estado cuidando bien de Renee. Tómate un par de días de descanso y deja que Wivenn, Kybett y Aprell se encarguen ahora. Ahora más que nunca te necesito con todos los sentidos alerta, así como a Belrie a salvo.

—No necesito un descanso —respondió Eliott con el mismo tono seco—. Ser guardaespaldas de Renee ya se volvió mi rutina diaria. Me acostumbré.

Hazz alzó una ceja. Se cruzó de brazos. Recorrió a Eliott con la mirada. Y, por último antes de hablar, la comisura de sus labios se levantó en señal de una minúscula sonrisa maliciosa.

—¿Guardaespaldas, eh? ¿Entonces dejaste de ser su niñera ya?

Eliott no supo cómo tomarse eso.

—No entiendo lo que dices.

Hazz resopló.

—De verdad no entiendo qué es lo que tiene Belrie... ¿también ya caíste, Geest? ¿Tú? ¿En serio? Me lo esperaba de Aprell si te soy honesta. Jamás de ti.

Eliott negó con la cabeza al entender lo que Hazz decía.

—No me gusta Renee, Soreil —habló honestamente.

—Pf. Te mentirás a ti mismo si quieres. ¿A mí? Nunca. —Hazz chasqueó sus dedos para enfatizar la frase. —¿Quieres saber por qué sé que te gusta Renee? Porque, además de que ya no te consideras como su niñera, sino más como su guardaespaldas, ayer dijiste que "tuvieron un buen día". Ayer no estaba en mi mejor momento cuando nos encontramos, pero también recuerdo haberte escuchado decir que ya no te molestaba estar con Renee. ¡Ja! Al Eliott que conozco jamás se le habrían escapado esas palabras sin razón. Además, luces extraño. Relajado.

Eliott negó nuevamente con la cabeza. Quería rechazar cualquier extraña teoría que Hazz había hecho en cuanto a sus sentimientos por Renee, ya que en serio no excedían de la amistad. No obstante, recordó que necesitaba hablar de asuntos más importantes.

—Por cierto, Kybett y yo ya estamos bien.

—Sí. Me lo dijiste ayer. No sufro de Alzheimer ni nada como para que me repitas las cosas. Que no te prestara mucha atención es otra cosa, pero recuerdo la mayor parte de lo que dijiste ayer. Supongo.

—De acuerdo, entonces necesito decirte algo sobre... mi acuerdo con Kybett.

Hazz estaba al tanto de todo lo que se suponía que debió haber pasado entre Kybett y Eliott. Él agradecía no tener que explicarle nada de eso.

—¿Al final sí se van a casar? —Hazz frunció el ceño por la confusión.

—No, Hazz, en realidad no. Ninguno de los dos quiere esto —Eliott bajó el volumen de su voz. —Pero sabes quién es mi padre. Él quiere que me case... y es lo que voy a hacer. Solo que no con Kybett.

Hazz abrió mucho los ojos. Habló en un susurro:

—¿Quieres casarte con Renee? ¿No crees que es muy pronto, Eliott? ¡Tú y Aprell son más parecidos de lo que uno pensaría!

Eliott hizo su mayor esfuerzo para no exasperarse. No sabía qué se hacía en esos casos. Nunca pensó que llegaría el día de tener que pedirle matrimonio a alguien.

—Hazz, escúchame, necesito que dejes de interrumpirme porque quiero llegar a un punto —Eliott dijo lo más calmado posible. Hazz asintió lentamente. —Kybett no quiere casarse conmigo y es completamente válido porque ella merece ser feliz. Yo, por otro lado, soy alguien quien no lo merece y que no le importa si lo es o no. Lo que sí me importa es el bienestar de Kybett, por eso necesito casarme con alguien que iguale o supere las ventajas que habría tenido casándome con ella. —Tomó aire antes de continuar. —No tengo a ninguna amiga en la Colonia Diez además de Kybett. No se me da lo social, lo sabes. Sin embargo, creo que podría encontrar una amiga en la Colonia Tres. Y eres la única opción que tengo, Hazz.

Eliott le dio un momento a Hazz para que comprendiera a lo que se estaba refiriendo. La silenció antes de que ella pudiera hablar.

—Hazz, tan solo piénsalo, ¿sí? Ambos somos figuras importantes en nuestras colonias. Mi padre estaría más que complacido contigo como mi esposa. Significaría una alianza entre nuestras colonias. La vida de Kybett depende de esta alianza —Eliott notó que Hazz estaba nulamente convencida, así que tomó el último recurso que tenía—. Además, Aprell ya está con Renee. No puedes usarlo como excusa porque tú eres quien lo ha rechazado todos estos años. Él ya está dispuesto a superarte, por Renee.

Eso pareció callar cualquier argumento que estaba por decir. Eliott decidió continuar.

—Nuestro matrimonio no tiene que ser para siempre. Unos cinco años, tal vez. Después podríamos divorciarnos y hacer lo que sea con nuestras vidas. —Guardó silencio un momento. —Dime lo que piensas por favor.

Hazz enmudeció por largos segundos hasta que pareció tomar una decisión.

—Eliott, me estás pidiendo un enorme favor. —Hazz reflexionó en voz alta. —Un matrimonio no es cualquier cosa. Tú tienes veinte años y yo estoy por cumplirlos, somos demasiado jóvenes para casarnos.

—Lo sé, pero...

—Calla. Ahora estoy hablando yo. Déjame acabar, Geest. —Rodó los ojos. —Hay demasiados contras en esta situación. Ni siquiera debería pensármelo, tan solo debería decirte que no. Sin embargo, tienes razón en que Aprell está con Renee. Y, lo negaré si se lo dices a alguien, pero yo no quiero terminar sola, Eliott. Siempre supuse que Aprell y yo terminaríamos juntos. Pensé que me esperaría. Me equivoqué, claro está.

—¿Entonces estás aceptando casarte conmigo?

—No. Aún. No lo sé. Tengo que pensarlo. Este tipo de decisiones no se toman en dos minutos, Eliott. Dame un par de días para pensarlo, ¿de acuerdo? Ahora mismo necesito resolver asuntos mucho más urgentes. Todos tenemos asuntos más urgentes.

Eliott asintió, sintiéndose algo mareado, como si todo lo que habían hablado estaba siendo irreal. Él no quería que fuera real. No quería casarse. Mucho menos con una persona tan egoísta como Hazz, quien literalmente solo estaba pensando en la propuesta porque un chico no le hacía caso.

En ese instante fue donde se replanteó si verdaderamente valía la pena, llegó a pensar que cualquiera podría ser mejor opción. Incluso Renee. El problema era que Renee ni cualquier otra chica le llevaría ningún beneficio al rey, y entonces sí sería un fracaso todo el asunto.

Hazz era la única que podía superar las expectativas que Kybett había creado.

Solo así Eliott se convenció a sí mismo de que estaba haciendo lo correcto para que Kybett no sufriera y pudiera ser feliz con quien ella verdaderamente amaba. 







Continuer la Lecture

Vous Aimerez Aussi

77K 14.7K 105
Solo yo sé el fin de este mundo. Un día, nuestro MC se encuentra atrapado en el mundo de su novela web favorita. ¿Qué hace él para sobrevivir? Es un...
73.3K 6.8K 55
Laia tiene un modo de vida solitario que no desea romper. Pero, ¿qué pasará cuando Harald se meta en su vida para desmontarla? 🍪🍪🍪 ✨Preciosa porta...
8.4K 1.2K 35
Libro #1 de la saga Fire Spirit. Pareja: Zayn Malik/Liam Payne