MAGNATE AMADO

Por Ale_AlvaradoG

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Alexander Hudson un multimillonario, el magnate de magnates, uno de los hombres más ricos y poderosos del mun... Más

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capitulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35

Capítulo 7

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Por Ale_AlvaradoG

Respiro hondamente y se aferro a la madera entre sus manos.

—Hey... — cantó suavemente.

Sintió como el nudo en su garganta se formaba y le obligaba a carraspear para seguir con la letra.

Entonó aquella canción para su inconsciente acompañante.

Hey
¿Recuerdas cuando nos dijimos "hola?
?Y que me preguntaste por mi camiseta de Levi?
Dijiste, " eres mi amiga"
Debiste haberme salvado cerca de mil veces,
No sería la que soy hoy
Si no hubieses sido amiga mía.

No me estoy portando mal, solo te estoy diciendo la verdad
Toma mi amor por garantizado, si, te lo daría todo
Haces que yo me sienta valorada, si, lo siento en mi corazón
Solo Dios sabe que hubiese sido yo si tu no hubieses sido amiga mía

Hey
No te he visto desde hace mucho
¿Como te va, me recuerdas aún?
¿Eres amiga mía aún?
Supongo que todavía eres mi amiga
Supongo que todavía eres mi amiga,
Ahora veo
Porque me pongo nerviosa cuando me miras
Es como si tus ojos trataran de decirme algo
Que eres más que una amiga mía
Que eres más que una amiga mía,
Oh por Dios.

No me estoy portando mal, solo te estoy diciendo la verdad
Toma mi amor por garantizado, si, te lo daría todo
Haces que yo me sienta valorada, si, lo siento en mi corazón
Solo Dios sabe que hubiese sido yo si no hubieses sido una amiga mía

Sus ojos grisáceos se llenaban de lágrimas pero se negaba a derramar las, ella debía ser fuerte.

Debía demostrarle que su amistad era más grande que el dolor que albergaba su pecho.

Cantó y canto sin darse cuenta que alguien la observaba.

Unos ojos zafiros se mantenían fijos en la figura sentada frente a la camilla.

Se deleitó con el suave y melodioso sonido de aquella voz, tan angelical como su portadora era peligrosa.

Ella era tan bella como letal y eso..  Joder le encantaba.

Se recargo en el discretamente en la pared y contempló su imagen un rato más.

Sus ojos desviaron a la camilla que se veía grande ante la pequeña figura que quedaba de esa tierna joven.

Más delgada y sin vida era la imagen que recibía.

Aún para un hombre como él, que había quitado vidas de la más horrible y atroz manera, ver a aquella niña así... Le partía el corazón.

Era desgarrador.

Suspiro silenciosamente, pero sintió la presencia de alguien más detrás de él.

En un ágil movimiento giro y tomó por el cuello a la persona acorralándole contra la pared.

Fruncío el ceño al ver a Jonh completamente asustado mirándolo con terror.

—Nunca me llegues por la espalda — dijo Dominik mirándolo con advertencia.

—Entendido y anotado — respondió Jonh levantando las manos.

Dominik lo soltó y Jonh tomó una gran bocanada de aire antes de hablar.

—Lo siento, te venía a buscar porque mi tía Alicia y mi tío Roberto quieren verte — explica el chico poniendo una mano en su hombro en señal de afecto.

Dominik sintió algo removerse dentro de él, al escuchar esa declaración.

—Bajo en un momento — se limitó a responder el ruso.

Jonh asintió, y se alejo él, pero el ruso se sorprendió al verlo girar de nuevo y darle un fraternal abrazo.

—Me alegra mucho que hayas regresado — confeso Jonh con una sonrisa y se alejo de él sin dejarle responder.

Dominik se quedo inmóvil un momento y luego se recompuso ajustando su saco azul.

Eso era unas de las palabras más cálidas que había escuchado en su vida.

Giro sobre sus talones, y entró a la habitación, avisando su llegada a las dos personas dentro.

Solo una lo miró.

La pelinegra le observó unos segundos tenía aquella mirada fría que por muy raro que sonará le hacía sentir inseguro.

—Danielle... — pronunció en forma de saludo.

Su voz sonó demasiado seca, y ronca.

Ella le respondió con un movimiento de cabeza bastante seco, y dejo de mirarlo para ver a su amiga.

Era claro que no le importaba que estuviera ahí, pero aún así no puedo evitar sentir un atisbo de desilusión.

Pronto lo desecho al darse cuenta de lo insulso de su pensamiento.

Se acerco a la camilla y miro a la joven durmiente en ella, sus ojos de dirigieron a sus delgadas manos y cintura.

Era demasiado difícil hasta para él verla, así que desvío la mirada a Danielle.

Notó que Danielle lo miraba con una ceja arqueada.

—¿Como te ha ido? — se aventuró a preguntar el ruso.

—Como siempre — respondió toscamente Danielle.

Su comportamiento frío y brusco le comenzaba a cansar al ruso.

—¿Eso incluye las peleas y carrera ilegales? — cuestionó desviando la mirada de ella.

Pero sintió a Danielle mirarle fijamente.

—Exacto — respondió Danielle directamente sin arrepentimiento alguno.

El ruso se enderezó y le clavo una dura mirada.

—¿También el tráfico de drogas? — lanzo Dominik mirándola.

Danielle lo miro con sorpresa unos segundos, tan pocos que no supo si lo imagino antes de que la frialdad volviera a su mirada.

—No te metas en mis asuntos — ordenó Danielle con frialdad.

Eso si que le caló al ruso y no dudo en hacerlo notar.

—Me voy meter donde se me de la gana, y enterate de una vez, te mantendré vigilada las veinticuatro horas del maldito día — rugió Dominik.

Nadie podía cuestionar sus ordenes ni desobedecer.

Y ella no sería la primera.

Así que la miro con fiereza dejando en claro su poder.

Sin embargo no esperaba que Danielle le regresará la mirada con fiereza, furia y poder.

La chica se levantó y se acerco al ruso con pasos decididos e imponentes, no le importó levantar la vista para mirarlo directamente.

—No sé quien mierda te creas  pero escuchame bien, no dependo de un hombre para que me esté cuidando Dominik, llevo bastantes años sola, de una vez vete enterando... No soy la clásica damisela que espera ser rescatada, no intentes ser mi príncipe azúl o mi héroe, yo sola puedo cuidarme perfectamente — escupió Danielle con frialdad.

La dureza y decisión en cada una de sus palabras lograron sorprender al ruso, quien la observo sin expresión alguna.

Sintió furia al escucharla pero también una gran atracción, ella era tan diferente...

—No te metas en mis asuntos, que no eres nadie para mi — concluyó Danielle mirándolo.

Al escuchar eso Dominik sintió como si le hubiesen dado un disparo en el pecho.

Al haber experimentado en más de una ocasión ese dolor... Juro que el que le ocasiono las palabras de Danielle fue mayor.

Ella podía ser realmente cruel cuando lo quería.

Y eso solo lograba que le atrajera más...

Sus ojos azules la miraron y se acerco a ella, sintiendo la respiración tranquila de la chica en sus labios.

—No tienes idea de con quien te estás metiendo... Solo te advierto que no me gusta que jueguen conmigo — dijo lentamente el ruso sobre sus labios.

Danielle miro sus labios y Dominik vio el deseo en su mirada.

Curvo sus labios en una fina y casi invisible sonrisa, llena de maldad y perversión.

Danielle aparto la mirada de él, para clavarla en otro punto de la habitación, Dominik aprovechó y se acerco a su oído.

Le susurro unas palabras que solo él entendía, y se alejo.

Giro sobre sus talones y sin voltear a verla se fue saliendo de la habitación dejando sola a la chica, cerro la puerta tras de él y se alejo por el pasillo.

Presionó el botón de elevador, y justo cuando iba a salir observo a Steven salir de él limpiando sus ojos.

Dominik observo los ojos hinchados de Steven, rodeados de ojeras, y sintió amargura al verlo así.

Steven lo miro unos segundos y bajo la mirada al piso, quiso pasar al lado de Dominik sin decir nada pero fue sujetado por el brazo impidiéndole el paso.

—Steven... — lo llamó duramente el ruso.

—Se fue Dominik... No me dijo nada, solo se fue sin más, no le importo que me quedará acá muerto de la preocupación — susurro Steven en un sollozo.

Dominik se quedó en silencio mirándolo.

—Lo van a matar... — dijo Steven con amargura.

Dominik tenso sus labios en una línea recta, ¿desde cuando el era tan humano?.

—Giorgio estará bien, es listo aún que no lo parezca — expuso Dominik.

Steven lo miró y negó lentamente.

—Lo van a matar — susurro Steven para romper en llanto.

Dominik rodó los ojos, no quería decir aquellas palabras pero por alguna razón no toleraba ver al chico de aquella forma.

—Ya basta llorón, he mando a mis mejores hombres para que ayuden a Giorgio de ser altamente necesario — soltó Dominik exasperado.

Se retractó inmediatamente al ver los ojos de chico iluminarse y colgarse de sus hombros, para comenzar a sacudirlo.

—Ohh Dominik gracias, gracias... Yo sabía que no eras tan malo ¡Gracias! — exclamó con una sonrisa Steven.

Dominik rodó los ojos, y Steven le sonrió poniéndose de puntitas para besar a Dominik en la mejilla.

—Ya, ahora deja de andar llorando como alma en pena por los pasillos — ordenó Dominik quitándoselo de en cima.

—Iré a contarle a mi pastelito las buenas noticias — dijo Steven con una sonrisa de alivio.

Steven soltó una pequeña risita y de alejó del ruso con destino a la habitación de Aleidy dando saltitos.

Dominik lo observó con una ceja arqueada hasta que despareció de su vista.

—Creó que lo prefería triste y callado — susurro Dominik para si mismo.

Hizo una mueca y se subió al elevador marcando el primer piso.

Al llegar lo recibieron la pareja de esposos hablando con uno de sus guardaespaldas tranquilamente.

Estos al verlos se levantaron y le sonrieron con afectó, aún cuando el dolor se reflejaba en sus ojos.

Dominik se acerco a ellos, miro al guardia que desvío la mirada al piso y volvió a su lugar después despedirse de los señores.

—Hijo, que gusto verte... Te hemos extrañado mucho — hablo la señora Alicia.

Dominik iba a responder cuando la señora le abrazo con afecto, Dominik se quedó sin aire unos segundos.

Aquel abrazo se sentía tan cálido... Tan maternal, con cuidado le devolvió el abrazo a la señora y notó en seguida que estaba más delgada.

Al separse Roberto le sonrió con calma antes de hablar.

—Es bueno tener a la familia aquí, hijo — dijo Roberto tendiéndole la mano para que la estrechará.

Dominik lo hizo, aún sorprendido por tantas palabras cálidas, Roberto tiró de su brazo y lo estrecho en un fraternal abrazo.

Eso sin duda lo hizo carraspear cuando se separaron.

—Gracias, la verdad es que me he enterado que Alexander estaba mal, y bueno decidí volver — respondió Dominik.

—Si, me acaba de avisar Eleonor que lo trasladaron a su mansión — dijo Alicia mirándolo con tristeza.

—Si, de hecho voy para allá — asintió Dominik señalando la salida.

—Solo queríamos asegurarnos que estas bien... Nadie aquí lo está, y la verdad nos dolería mucho que también tu te encontrarás mal hijo — hablo Roberto con una mueca.

Dominik asintió, entendiendo a lo que se refería.

—Si todos perdemos la cabeza no serviría de nada... No se preocupen, me encargaré de todo — aseguró Dominik.

Los rostros de ambos se relajaron al escucharlo, suspiraron aliviados al saber que alguien cuidaría de los chicos ahora que ellos no podían.

—Muchas gracias Dominik hijo... Ahora yo no puedo hacer otra cosa que no sea estar al lado de mi hija — susurro Alicia limpiando sus ojos.

—Esta bien... Mañana llegará un grupo de expertos para tratar a Aleidy, traerán todo un equipo nuevo y eficiente para tratar su caso — aviso Dominik mirándolos.

Los ojos de ambos de llenaron de lágrimas.

—Ohh Dios, Dominik muchas gracias — sollozo Alicia mirándolo con agradecimiento.

—Eso es... Genial Dominik, gracias — también agradeció Roberto.

Dominik se limitó a asentir.

—Ahora... ¿Que me pueden decir de los señores Bailleres? ¿Que tal están ellos? — pregunto Dominik por los abuelos de la joven.

—Mis padres están bien... Pero no es muy conveniente que vengan tan seguido por acá, sin embargo mi madre vendrá hoy por la noche — respondió Roberto.

Dominik al menos se quedó más tranquilo al saber que ellos estaban bien.

¿Desde cuando se preocupaba tanto por los demás?

—Es bueno escuchar eso... Por ahora me retiro, si saben algo de Jazmín le dicen que me llame inmediatamente — respondió Dominik.

Ambos asintieron y tras una cálida despedida Dominik salió de aquel hospital.

Con un solo propósito.

Poner todo en orden.

Se subió a una Callidac que esperaba por él, y está tomó velocidad rápidamente.

Contempló la vista mientras el vehículo avanzaba, en su mente cosas iban y venían rápidamente, pero solo una cosa era segura.

Dominik iba a cuidar de su gente.

Al llegar uno de sus guardaespaldas le abrió la puerta, y bajo ajustando su saco.

Aprecio la pequeña y pintoresca casa, a simple vista se vía modesta pero tenía una gran esencia hogareña.

Notó a algunos de sus hombres ya establecidos ahí, tenían un perímetro en las cuadradas de la casa.

Se acerco, y toco la puerta con sus nudillos, a los segundos fue abierta y una mujer le recibió, que al verlo le sonrió con afecto.

—Ohh Dominik, que agradable visita — saludo la tía de la joven, Miranda.

Mamá de Alfredo y Michell.

—El gusto es mío señora... ¿Se encontrará Michell aquí? — preguntó Dominik con formalidad.

—Claro que si, está con Andrés pasa por favor — asintió la señora haciéndose a un lado.

Dominik asintió, y entro educadamente a la propiedad.

En la pequeña sala estaba Michell con Andrés, él cual tenía el rostro lleno de moretones.

Estos al notar la presencia del ruso se levantaron inmediatamente, mientras Dominik miraba a Andrés con la ceja arqueada.

—Hola Dominik — lo saludo Michell con una sonrisa y un beso en la mejilla.

—Hola señor Vólkova — saludo Andrés respetuosamente.

—¿Que tal todo? — pregunto Dominik más en específico mirando a Andrés.

—Bien... Con un pequeño accidente, nada de importancia — respondió Andrés quitándole importancia.

Olvido que hablaba con Dominik Vólkova.

—Claro... — musitó lentamente Dominik mirando los alrededores.

Andrés se quedo en silencio, sabiendo que Dominik no había creído su mentira como su novia.

—¿Gustas algo de beber, Dominik? — preguntó Michell amablemente.

—Agua esta bien, gracias — asintió Dominik.

Michell asintió y se perdió en la pequeña cocina.

Dominik se paseo por la modesta sala en silencio, como un león en su jaula esperando el momento para atacar.

—¿Que te paso en el rostro, Andrés? — preguntó certeramente Dominik.

Casi escucho a Andrés tragar grueso, mientras él observaba una foto familiar.

—Ya... Ya te lo dije, un accidente sin importancia — respondió Andrés fingiendo tranquilidad.

Dominik sonrió de forma escalofriante dándole la espalda, y tomo la pequeña foto en sus manos admirándola.

—¿Accidente sin importancia?... O ¿Alguien te golpeo? — inquirió Dominik sin verlo.

—No, no, no... Yo solo... — Andrés hablo apresuradamente.

—Quizá ¿Alfredo? — expuso girando lentamente.

Observo a Andrés mirarlo con sorpresa.

—No... Él no — trato de responder Andrés atropellando sus propias palabras.

—Tal vez lo encontraste drogándose y al confrontarlo... Simplemente te rompió la cara — concluyó Dominik tranquilamente.

Andrés abrió la boca sorprendido.

—¿Como... Como lo sabes? — cuestionó Andrés impresionado.

Dominik se encogió sutilmente de hombros.

—No lo sabía... Tu acabas de confirmarlo — repuso Dominik.

Claro que él lo sabía... Dominik era uno de los hombres con la mente más brillante.

Andrés se dejo caer en el sillón aún sorprendido, paso una de sus manos por su rostro, soltando un quejido al lastimarse.

—Él no debería estar haciendo eso ¡Por Dios! Si su madre, o Michell se enteran... — exclamó Andrés en voz baja.

Pero Dominik podía ver el dolor y preocupación que le causaba todo aquello a él.

—Él no debería hacerlo... Pero lo está haciendo — Dominik respondió.

Andrés asintió pasando las manos por sus cabellos desesperado.

—Tienes que ayudarme Dominik, si su familia se entera... Ellos ya están muy lastimados para soportar otro golpe como ese, y por lo que pude descubrir, Alfredo le debe dinero a algunos mafiosos — hablo Andrés desesperado.

Dominik escucho las palabras de Andrés, y asintió.

—Voy a encargarme... Ahora necesito que hagas algo — cambio el tema Dominik.

Andrés asintió atentamente.

—Irás con Michell, ambos deben de ir con esté médico — decreto Dominik pasándole una tarjeta.

Andrés asintió mirando la tarjeta entre sus manos.

—Le debe hacer unos estudios a Michell, su alimentación no es la adecuada — informó Dominik.

—Muchas gracias Dominik, yo... Te lo pagaré pronto — dijo Andrés con agradecimiento.

Dominik iba a responder pero Michell entró a la sala.

—Lo siento por tardar Dominik, me he quedado hablando con mi madre — explicó Michell apenada.

Le tendió el vaso con agua, y el ruso lo recibió.

—No hay problema... De hecho Andrés quiere que lo acompañes al médico, para curar sus golpes — excuso Dominik, mirando a Andrés con una ceja arqueada.

Michell fruncío el ceño, mirando confundida a Andrés, el cual también estaba confundido con la declaración del ruso.

—¿De verdad?... Hace un momento dijiste que no querías ir — dijo Michell confundida.

Dominik le hizo una señal a Andrés para que la llevará.

—Cambie de opinión amor, lo mejor será ir — apresuro a responder Andrés.

—Afuera los espera una camioneta que los llevará — dicto Dominik.

Ambos asintieron y tras una rápida despedida se fueron.

Dominik iba a salir de la pequeña casa pero fue detenido por la mamá de los chicos.

—Dominik si vas al hospital, ¿puedo ir contigo?... Quiero ver a mi sobrina — hablo Miranda.

—Claro... De hecho iba a otro lado pero puede irse en mi camioneta, la llevaran — asintió Dominik señalando la Callidac.

—Ohh no quiero molestar, tomaré un taxi — se apresuro a responder la señora.

—Insisto señora, adelante — respondió Dominik abriendo la puerta para ella.

La señora aceptó y se subió, la camioneta se alejo del lugar.

Dominik aguardo a que otro vehículo llegará por él, y por mientras se encamino a la casa de vuelta.

Con sigilo abrió la puerta, y entro, camino por un pequeño pasillo, buscando algo es especial.

Busco en las habitación hasta que dio con la de Alfredo.

Sintiéndose culpable pero decido abrió la puerta, y una habitación un tanto desordenada le recibió.

—Bien... Si fuera el idiota de Alfredo ¿donde escondería droga? — susurro Dominik para si mismo.

Miro el lugar unos segundos, y entre cerro los ojos.

Camino hasta el armario, y se hincó frente a los cajones, donde había ropa interior.

El ruso hizo una mueca al ver la gran cantidad de preservativos que tenía, los hizo a un lado y busco en el fondo.

Saco unos calcetines mal acomodados, y en su interior encontró lo que buscaba.

—Esperaba más de ti — susurro Dominik mirando el paquete de marihuana en sus manos.

Busco un poco más y encontró otro paquete, y algunas bolsas con cocaína.

Chasqueo la lengua y acomodo todo nuevamente.

—Esto me lo quedo yo — dijo Dominik tomando la droga.

A pesar de que Dominik era uno de los distribuidores más grandes del mundo de sustancias ilícitas como aquellas, la realidad era que no las ingería, y mucho menos iba a permitir que alguien cercano a él lo hiciera.

Aún cuando era hipócrita de su parte.

Salió del hogar, y subió a una de sus camionetas, se quito el saco y arremangó las manos de su camisa hasta los codos, dejando a la vista sus numerables tatuajes.

El vehículo en movimiento se introdujo en unos barrios más turbios y solitarios, algunos de los pandilleros que habitaban por ahí no pudieron evitar mirar el auto con asombro y curiosidad.

Dominik reconoció el lugar, ahí era donde Danielle acostumbraba a pelear o hacer carreras.

Una vez llegaron, bajo del auto ajustando su pistola en su cintura, les hizo una señal a sus hombres para que a guardaran en el auto.

Todos los presentes lo miraron con asombro, era tan irreal que un hombre como él estuviera en aquél lugar.

Hasta el momento eran unos veinte hombres los que estaban ahí, no había rastros de mujeres, por lo que busco con la mirada a su estúpido amigo.

Al no encontrarlo chasqueo la lengua irritado.

Observo a un hombre que no dejaba de mirarlo de arriba a bajo.

—Tú, ¿donde está Alfredo? — le preguntó directamente el ruso con voz seca.

El tipo lo observo desafiante, sin tener idea de quien era en realidad.

—¿Por que debería decirte? — cuestionó el tipo burlón.

Dominik lo miro fijamente.

O el tipo era muy estúpido o le gustaba jugar con su vida.

Cual fuera la razón, Dominik se irritó, desenfundó su pistola y le apunto a la cabeza sin una pizca de emoción en su mirada.

El tipo perdió todo rastro de color en su rostro, y comenzó a temblar al ver la mirada de Dominik.

Los otros presentes no se atrevieron a intervenir, completamente asustados de Dominik.

—Deja que te lo pregunte de nuevo... ¿Donde esta Alfredo? — interrogó Dominik con frialdad.

El chico señaló detrás de unos autos, y Dominik regreso su mirada a él.

Y sin titubear le disparó en la cabeza.

—No repito las cosas — hablo el ruso mirando con asco el cuerpo inerte.

Los demás miraron con horror a Dominik y se quedaron en completo silencio cuando lo vieron caminar a la dirección antes mencionada.

Dominik miro a Alfredo sentando en el piso recargado en una pared, mientras fumaba un cigarrillo de marihuana.

El ruso le arrebato el cigarrillo y lo aventó al piso, tomó por el cuello a Alfredo levantándolo, y lo azotó contra la pared.

—Oye, ya te pague deja... Ohh eres tú, Dominik — habló Alfredo mirándolo sorprendido.

—¿Que mierda crees que haces? — rugió Dominik apretando el agarre en su cuello.

Alfredo se tenso completamente al darse cuenta de la situación, y trato de soltarse sin éxito.

—Yo... Yo solo, vamos Dominik, no es tan grave — se excuso Alfredo con una sonrisa floja.

Dominik gruño mirándolo.

—¿Esa es tu maldita excusa idiota?... Eres un maldito inconsciente — le riño Dominik.

Alfredo bajo la mirada, no podía con aquellos mares embravecidos.

—Vas a dejar todo esto, ¿me escuchas? — ordeno Dominik fríamente.

Alfredo alzó la vista con incredulidad.

—No eres nadie para decirme que hacer — escupió Alfredo.

Ohh no... Dominik no iba a permitir que ahora le viniese con aquello.

—Yo te voy a decir lo que se me de la gana maldito estúpido... ¿Que diría tu madre si te ve así? — regreso Dominik furioso.

Alfredo rodó los ojos fastidiado.

Y Dominik supo cuál era el motivo en realidad de su comportamiento.

—¿Que dirá Aleidy cuando despierte y se enteré? — expuso mirándolo.

Alfredo tenso la mandíbula y alejo la mirada.

—Ella no va a despertar — susurro Alfredo furioso.

Dominik lo tomó por el cuello con fuerza y le obligo a mirarlo.

—Creeme que ella despertará y se enterará de todo esto — aseguró Dominik.

Sus palabras parecieron hacer efecto inmediatamente en él.

Alfredo lo observó arrepentido, y asintió dándose por vencido.

—Lo lamento... No lo volveré a hacer, lo voy a dejar — susurro Alfredo bajando la mirada.

Dominik le gruño.

—¿Que crees que haces? ¡El es uno de mis nuevos clientes! — exclamo una voz masculina detrás de ellos.

Dominik soltó a Alfredo bruscamente haciendo que esté cayera duramente al piso, y lo maldijera.

—¿Tu eres él que le vendió todo a a Alfredo? — interrogó Dominik al hombre.

Esté asintió sin saber que...

Había aceptado tu boleto al infierno.

Dominik se acercó a Alfredo, y con un simple movimiento lo dejo completamente inconsciente.

—No quiero que veas lo horrible que en realidad soy — susurró Dominik al inconsciente Alfredo.

Lo dejo en el piso y se giro a ver al hombre frente a él.

Observó a todos los chicos que llegaban junto al hombre, creyendo que al ser más cantidad lo podían asustar.

Y Dominik sonrió de forma escalofriante.

— БОГ СМЕРТИ — susurro Dominik terrorífica mente.

Y aquél lugar se lleno de sangre, gritos por ayuda y desgarradores lamentos.

Dominik Vólkova siempre sería...

El dios de la muerte.

                            
(...)


Abrió pesadamente sus ojos, sentía su garganta seca, y sus párpados demasiado pesados.

Le lastimó un poco la luz de la ventanales, supo ahí que se encontraba en su mansión.

Movió su cabeza lentamente, y miro su cuerpo conectado a una intravenosa, y maldijo por lo bajo.

—¿En que momento me ponen estas malditas cosas? — susurro para si mismo.

Se quiso enderezar sobre la cama pero su cuerpo dolía demasiado y de su boca solo salió un quejido.

Dándose por vencido, gruñó irritado y tomó el control de la gran pantalla en su habitación, y encendió la televisión.

El primer canal que le recibió fue el noticiero, lo dejo ahí con la esperanza de ver como las acciones de Miller bajaran y se hacía pública su derrota.

Hace unas horas se llevo a cabo una brutal pelea de pandillas, que dejó como resultado varios chicos muertos, se estima que fueron al rededor de una docena de hombres los que debieron matar a los chicos pues sus cuerpos tenían signos de tortura y sus huesos estaban completamente destrozados... Las autoridades buscan a los responsables — comunicó una reportera.

Hizo una mueca al ver la cantidad de chicos muertos en el lugar, y ver como en algunos de los cuerpos se podía ver que les habían roto los huesos en varias partes.

Sin darle más importancia apagó el televisor y se dispuso a intentar levantarse.

Sus intentos fueron interrumpidos al escuchar que la puerta se abría, y giro para ver a la persona que entraba.

—Ohh has despertado... — habló Dominik mirándolo.

—Si... Entra — invito Alexander.

Dominik entro y cerro la puerta tras de él, al acercase estiró su mano en forma de saludo, pero Alexander con las pocas fuerzas que tenía, le jalo para abrazarlo.

—Es bueno que estés acá — dijo el magnate al separarse.

Dominik se enderezó y lo miró desde arriba.

—Me he enterado que estabas mal — respondió Dominik.

Alexander se quedó callado, él no solo estaba mal...

Estaba destruido.

—No eres más aquel hombre imponente que conocí, te has dejado vencer muy pronto y eso jamás lo haría el Alexander Hudson que yo conocía — dictó Dominik mirándolo.

Alexander sonrió con amargura al escucharlo, bien podría enfurecer y atacarlo.. Pero la verdad era que ya se había cansado de todo.

—Todo esto es demasiado para mi, los últimos meses han sido los más dolorosos que he tenido que vivir, los más dolorosos, simplemente ya no puedo seguir existiendo donde ella no está... Ella era todo para mi, mi vida, mi luz, mi refugio, en ella podía ver mi felicidad, podía ver nuestro futuro, nuestros hijos creciendo, ella cambio quien era, ella me enseñó a amar, y demostrar el cariño hacía mis a llegados, por ella forme lazos con todos ustedes... Y ahora que ella no esta, me siento completamente solo, ella tiene el poder de acabar conmigo y lo hizo —  habló Alexander con una gran tristeza que empañaba su mirada.

Dominik se quedó en silencio, no había palabras que él podría decir para ayudarle.

Observó a Alexander tener la mirada pérdida, tal vez en los recuerdos de su pequeña.

Eso era lo único que ahora tenía... Recuerdos.

El ruso miro la mesita de noche al lado de la cama de Alexander, y había un foto de Aleidy sonriendo, pero también ahí notó la pequeña cajita donde descansaba el anillo de compromiso de Aleidy.

Y fruncío el ceño confundido.

—¿Que hace aún esto aquí? — preguntó tomando la cajita.

Alexander salió de sus pensamiento, y observó la cajita en las manos de Dominik.

—¿Donde más su supone que debe estar? — pregunto confundido el magnate.

—¿En el dedo de Aleidy?— señalo con seriedad Dominik como si fuese obvio.

Alexander suspiro y bajo la mirada.

—Yo no se pude lo pude dar antes de que... Ya sabes lo que paso — respondió fríamente Alexander.

Dominik lo miro unos segundos en silencio.

—¿No se lo habías preguntado antes? — cuestionó el ruso arqueando una ceja.

Alexander volvió a mirarlo con el ceño fruncido.

—Si — respondió Alexander.

—¿Y que te que respondió? — volvió a preguntar Dominik.

Alexander esbozo una pequeña sonrisa antes de responder.

—Que si... — contesto el magnate.

—¿Entonces que esperas para ponérselo? Este anillo le pertenece a ella, es suyo y debe estar en su dedo — habló Dominik con seguridad.

Alexander lo pensó por unos segundos y se dio cuenta de que así era.

—Tienes razón... Esté anillo le pertenece desde el principio — susurro Alexander.

Y ahí Alexander vio las cosas con más claridad.

Su lugar era con su pequeña, cuidando de ella hasta que despertará, no en aquella cama y descuidándose así mismo.

Alexander debía estar listo para cuando su pequeña despierte, recibirla de la mejor manera y con todo el amor que lleva para ella.

Alexander Hudson tenía que regresar a la jugada, y hacer que su pequeña se sintiera orgullosa de él.

Hizo una vez más el intento de levantarse, y lo consigo.

Pronto de levantó completamente de la cama, y era como si su cuerpo tuviera nuevas y grandes fuerzas, se obligó a si mismo a erguirse y mantener esa pose altiva que siempre lo había caracterizado.

Una vez más el piso iba a a temblar bajo el poder de Alexander Hudson.

Sus ojos avellanos brillaron destilando amor y poder.

Alexander Hudson regreso y era mejor que nadie lo provocará.

                        
(...)


Sollozó tristemente, y abrazo sus rodillas haciéndose ovillo en el piso de aquel oscuro cuarto.

Todo era obscuridad, no había nadie, solo era silencio y algunas voces le hablaban para hacerla sentir más mal de lo que ya lo hacía.

—Ayúdame Alexander... Por favor, ya no quiero estar aquí — susurro escondiéndose así misma.

Ya había perdido la noción del tiempo y no sabía que cuanto llevaba ahí.

Pero de lo que estaba segura era que ya no quería estar ahí.

Lo que más deseaba era regresar con su Magnate Enamorado.

Y lo iba a conseguir.

∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆∆

Tarde pero seguro mis chicas, lamento la demora pero tuve problemas con la app para actualizar, en fin, pero aquí en lo tienen.

Muchas gracias porbla paciencia, sus comentario y votos.

Quiero desearle un muy feliz cumpleaños a Nallely león, felices 18, ahora eres legal mi bellísima chica.

Próxima actualización 19 o 20 de marzo, por muy tarde el 23.

Saluditos.

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[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...