Kimetsu No Yaiba [Escenarios...

By ren140803

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¡Escenarios y One-Shorts sobre Kimetsu no Yaiba! La obra es de Koyoharu Gotōge, yo solo hago esto por inspira... More

🌞Confesión🌊
🌊 Inseguridad🌊
🌫️ Interés🌫️
🌫️ Interés (2)🌫️
🌊Descanso🌊
🌫️ Único🌫️
🌫️ESPECIAL: Momento pana.🌫️
🌊ESPECIAL: Momento pana.🌊
🌊Exponiendo... ¿infieles?🌊
🌊 Exponiendo...¿infieles? (2)🌊
🐗Wannabe🐗
🔥Más que amistad🔥
🐗ESPECIAL: Momento pana🐗
🔥ESPECIAL: Momento pana.🔥
🍃Admirador🍃
🍃Instant crush🍃
🍃 ESPECIAL: Momento pana🍃
🍃 Estrés🍃
☪️🌈 Mentiras🌈☪️
✨ Mascotas✨
🔊Innovador🔊
⚡ Bully⚡
⚡ Imperfecta⚡
🐍Una mente🐍
☀️Él🌙
☀️ Discriminación🌙
✨Os Mixto (1)✨
🔊ESPECIAL: Momento pana🔊
✨Os Mixto (2)✨
✨Mascotas (2)✨
✨Visita a tu país (PART 1)✨
✨¿Si fueran yanderes...?(1)✨
✨¿Si fueran yanderes...?(2)✨
✨¿Si fueran yanderes...?(3)✨
✨ Si te resfriaras✨
✨Random del día(1)✨
☪️👁️‍🗨️ Retrato👁️‍🗨️☪️
🌫️Idol🌫️
⚡Retoño⚡
✨ Último día✨
🌊¡¡¡cumpleaños!!!🌊
✨¿El misterio de...? ✨
🦊Un encuentro de enamorados🦊
✨👾Guerra de los mundos👾✨
🌊😳🦊
🌊😳🦊(2)
🌊😳🦊(3)
🐗¡¡¡cumpleaños!!!🐗
💠¿qué?💠
🔥¡¡¡cumpleaños!!!🔥
✨Guerra de los mundos 2.0✨
🌫️ Qué pasó mi rey🌫️
🐍Ustrust us🐍
✨otra wea que se me ocurrió mientras me bañaba jaja✨
🦊☣️Sentient☣️🌊
🔈Siren head🗿
🌊A quién¿🌫️
🌺Happy sick love🌺
🍃Pide🍃
ya valí
🌊¡¡¡cumpleaños!!!☀️
✨¿Si fueran yanderes...?(4)✨
🌫️ Otra mitad🌫️
✨Mascotas(3)✨
🌊Exponiendo...¿infieles?🌊(3)

🔥Sol🔥

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By ren140803

OS para milagros_ft_9, espero te guste, linda❤️

Aclaraciones: el nombre de la protagonista ya está ocupado pero si tú gustas poner tu nombre eres libre.

AU: Academia Kimetsu.

Abro los ojos pegando un gran suspiro mirando al techo. Otro día más, cansada de mi vida. No quiero morir, en realidad me gustaría que algo bueno pasara. No importa todo los lujos que tenga, lo único que deseo es algo de atención... y aunque mis padres no me la den, tan siquiera un chico.

Para mi desgracia no me gusta cualquier chico. Ese profesor me tiene enamorada desde el primer día que lo vi a inicios del semestre. Sus bellos ojos de tonalidades como el atardecer, su cabello de fuego y gordas cejas de azotador. Todo de él me fascina, como su hermosa actitud hacia los demás y la atención que nos presta...

¿Está mal que me guste?

Sin más me levanto y me dirijo al baño para darme una ducha. Odio el sabor de mi boca al despertar, es lo más tedioso de una mañana. Al entrar a la ducha y ya estar completamente desnuda, siento un frío en mi que me hace temblar y encogerme. Abro la llave de agua caliente y la rebajo con la fría para que salga tibia, después de todo no es un día caluroso pero las mañanas se están frías siempre. Ahí mismo en la ducha cepillo mis dientes y por ende mis necesidades para ahorrar tiempo. Salgo ya seca y me pongo mi uniforme suspirando de cansancio.

Ojalá el desayuno ya esté servido, necesito ahorrar tiempo para llegar primero y ver al profesor Rengoku, hoy toca a la primera hora. No debo desaprovechar una oportunidad de verlo a solas tan siquiera un momento. Así que me dirijo a la cocina y justamente encuentro una nota de mi madre:

"Me fui temprano por asuntos de trabajo, llegaremos tarde. El desayuno es cereal y para la cena pide una pizza. Te dejé dinero en la barra para tu lonche. Te amamos, Atte: tus padres. "

No me sorprende encontrar notas así, ¿eh?

Agarro mejor la bolsa de pan y me preparo un sándwich de cajeta, lo caliento un rato en la sartén y luego lo pongo en una servilleta. Me aseguro de que todo esté en orden, como cosas desenchufadas y ventanas cerradas. Tomo las llaves, mi dinero, mochila, credencial y salgo de la casa dejándola segura.

Me detengo en la parada del autobús y espero unos cinco minutos. Me subo y me siento hasta atrás. Me recuesto un poco y abrazo mi mochila con sueño. Siento una presión en mi cuerpo anunciando que la depresión del momento se aproxima, con eso mis recuerdos y dolor.

¿Por qué tuvieron que cometer ese error? Me alegra que sean felices con sus trabajos pero, enserio... ¿Yo de verdad estaba planeada? Demonios, madre. Siento las lágrimas caer y comienzo a suprimir mis sollozos mordiendo un poco fuerte mi labio para controlarme. Detesto que me vean llorar. No cometeré más ese error frente a los demás.

Al llegar a la escuela, camino directamente a los baños y limpio mi cara. Miro al espejo y veo como el rojo de mi rostro disminuye, siento un alivio. Decido ir ahora más rápido a mi salón y al abrir la puerta, lo veo.

Su mirada concentrada en los cuadernos, repartiendo firmas y mensajitos de apoyo. Sus dedos pasando las páginas y su pie golpeando ligeramente el suelo a un ritmo. De su garganta sale una melodía tarareada de forma tierna y torpe que me envuelve en un sentimiento de paz y amor. Entro y de inmediato me voltea a ver.

-¡Oh, buenos días, Lia! -Me saluda por mi nombre como suele hacer.-

El primer día nos dijo que prefiere llamarnos por nuestros nombres para más confianza.

-Buenos días, maestro. -Hablo en un susurro que se puede escuchar por ser los únicos en el salón.-

-¿Cómo estás, todo bien? -Me pregunta mirándome fijamente mientras yo solo me siento en el segunda banco de la fila que está frente a su escritorio.-

A decir verdad, me siento fatal como siempre pero verlo a usted me relaja el día. Por eso mismo quería con todo mi ser llegar temprano. Me pone muy mal el que mis padres me dejen la mayor parte del tiempo sola. Reprimo de inmediato las lágrimas al ver que aún me mira.

-Todo bien, profe. ¿Y usted como está? -Sonrío de lado con un poco de falsedad.-

Parece que lo notó. Su mirada es seria.

-Me encuentro de maravilla. ¡Me hace feliz que mis retoños estén bien! -Sonríe mostrando todos sus dientes haciéndome abrir mis ojos.-

La alegría de Rengoku Kyojuro es contagiosa, siento mi estómago revolverse y mis manos temblar por el sentimiento.

Él me hace sentir tan viva, como mi familia muerta.

Sonrío más para él con un pequeño sonrojo. Las mejillas del mayor se tiñen en un color melón pálido que puedo notar bien.

-Lia, me gustaría hablar contigo al final de las clases, ¿no tienes que llegar temprano a tu casa?

-Oh, no, nunca.

Diablos, qué dije. Se me salió lo que debía pensar. Es obvio que nunca hay importancia en la hora que llegue si no están mis padres. ¿A quién demonios le importa? Cielos, mi amargura volvió como mi cara se alargó. Las ojeras se me están haciendo notar de nuevo y mis manos aprietan mi falda con molestia. Ahora mi boca es una mueca.

-¿Sucede algo? -Salgo del trance y lo miro. Niego con la cabeza.- De eso mismo quisiera hablar contigo, Lia. Desde que comenzó el semestre te noto demasiado desanimada.

Y usted como profesor debe encargarse de la actitud positiva de sus alumnos. Por trabajo. Yo nunca tendré una oportunidad con usted y eso lo tengo más que claro. ¿Y con quién demonios tendría oportunidad? Soy una maldita amargada anti social que no disfruta su vida al máximo, tengo serios problemas de auto destrucción psicológica, no soy capaz de hacerle un favor al mundo yéndome al infierno.

De verdad no sé por qué demonios existo, ¿valgo la pena? Soy un miserable pedazo de polvo cósmico que en algún punto de la vida se extinguirá, y nadie me recordará. Absolutamente nadie lo hará porque me alejaron de mis abuelos quien en su momento me dieron amor.

Odio que todo esto llegue a pasarme a mi por un estúpido error que yo no cometí. No tuve la culpa y aún así mi mente me perturba pensando que yo les arruiné la vida a mis padres. No los odio, pero me enoja que no me dediquen algo de cariño y comprensión por lo ocupados que están. Tuvieron que pasar por millones de trabajos para estar donde están y darme una vida donde no cometa el mismo error.

¡PERO AQUÍ ESTOY! NINGÚN CHICO SE ME ACERCA POR CREER QUE SOY UNA RARA.

LO SIENTO, ¿SI? Les he fallado, padres. ¡Me gusta un profesor! ¿¡ES ESO MALO!? ¿ES UN ERROR, ACASO?

-¡Lia! -Parpadeo muchas veces notando que mis mejillas están muy mojadas al igual que mis manos.- Lia... Me estás preocupando.

Estaba llorando y no me di cuenta por estar en mi mente. Toco mi cara sintiendo que arde, debo estar roja otra vez y para peor, frente al profesor. Él se levanta de su silla y yo también, antes de que pueda acercarse a mi yo salgo corriendo al baño. Al entrar me encierro en un cubículo y suelto todas mis cargas apretando mis brazos, enterrando mis uñas haciéndome soltar sollozos sonoros. No hay nadie así que no me importa.

Relamo mis labios sintiendo el sabor salado de mi dolor. Quiero gritar pero no puedo, probablemente el prefecto Agatsuma me escuche y le llame al maestro Tomioka, él me sacará a patadas de aquí por no estar en clases. Mis manos tiemblan recordando que todo lo que hago es solo el sueño de ellos y no mío.

Ahora que estoy aquí, en una escuela a la que yo nunca quise entrar, me he enamorado de un profesor el cual nunca me corresponderá. Si mis padres se enterasen, que lo dudo, me quemarán viva.

Un rato después, salgo del baño y justamente me topo lo que menos quería encontrar.

-Señorita, ¿y su pase? Las clases comenzaron hace media hora. -El azabache me mira acusador.-

-Fue una... urgencia.

-Varias niñas me dijeron que alguien estuvo llorando desde la hora de entrada.

Creí que ya no estaba tan roja como para hacerme notar.

-Lo siento, yo...

-¡Tomioka! Justamente buscaba a mi alumna favorita. -El profesor Rengoku aparece.-

-¿No le diste pase, Rengoku?

-¡Eh! Lo olvidé... perdóname por esta vez, Tomioka. -Lo mira suplicante rascando su nuca.- Ella tuvo unos problemitas que justamente vamos a tratar.

El otro mayor me echa una mirada analizándome y al final parece convencido. Claro que tengo problemas, créame.

-Entiendo, solo procura no sollozar tan fuerte en el baño, algunas de las niñas que me avisaron estaban asustadas. -Suspira rendido.-

Noto la mirada seria del rubio sobre mi.

-Gracias, maestro. -Hago una pequeña reverencia y camino lentamente al salón.-

Escucho despedirse al maestro de historia y ahora se encuentra caminando al lado mío.

-Lia, tenemos mucho de qué hablar.

...

Me preguntaba millones de cosas mientras veía aquellas ecuaciones en la pizarra. Mantenía un semblante perdido que enserio no tenía ganas de siquiera poner derecha mi espalda.

Me siento terrible.

El clima del salón me pega directo provocando que me dé sueño, y no es buen momento porque el profesor Sanemi es una fiera cuando se enoja.

Cielos, necesito dormir.

Con mucho cuidado, saco mi celular para mirar la hora y veo un mensaje de mi padre.

Vamos a una cena esta noche tu mamá y yo. No nos esperes.

Suspiro con pesadez sintiendo un ardor en mis ojos. Los tallo y siento aún más sueño que hace unos minutos. ¿Cuánto falta para salir?... Casi una hora ya. Solo termina esta y ya la siguiente.

Luego todavía debo hablar con el profesor Rengoku sobre mi, lo cual será todo un caos de llanto. Yo no puedo expresar mi dolor sin llorar, siempre termino como las cataratas del Niágara o como lluvia torrenciales.

Guardo mi teléfono y me pongo a garabatear un poco en mi cuaderno. Imaginamos un poco... Si fuera una mujer más positiva, si fuera mayor de edad... ¿Estaría casada con el profesor de historia? ¿Podría?

Mis garabatos... Oh cielos, he dibujado a Rengoku conmigo a su lado. Tengo que borrar esto de inmediato porque si el maestro de matemáticas lo ve, estoy muerta.

-Señorita. -Oh demonios.- ¿Está haciendo las ecuaciones?

Valió cacahuate, amigos.

-Lo siento maestro... -Bajo la cabeza.- Estoy un poco distraída.

Él suelta un suspiro de frustración y de vuelta me pide poner atención, me sorprende que haya sido tranquilo. Pero debo suponer que se debe al hecho de haber dicho la verdad. Otros tontos responden cosas idiotas sin sentido que provocan su enojo.

Las clases sobrantes pasaron y ya quedaba la esperada hora de salida. Me quedé unos momentos en mi banco pensando en cuando llegara a casa. No tengo hambre, no comí en todo el día debido a eso... Algo de agua si acaso pero nada de comida. Aunque tampoco dejaré mi lonche pudrirse, quizás se lo de a alguien en el camino que de verdad lo necesite.

Antes de levantarme, miro por última vez a la ventana con los escasos deseos de suicidio que llevo desde hace algunos meses. Me acerco lentamente tentándome más y más sintiendo un fuerte vacío en mi, y es ahí donde aparece la pregunta:

¿Para qué estoy aquí?

Pensándolo mejor, no le haría ningún favor al mundo. Sería una muerte más de la cual se van a olvidar prontamente. Solo me convertiría en otro cuerpo de descomposición más que soltará gas metano y aumentará un 0.05% el efecto invernadero... Vaya, si soy inteligente.

La altura es de tres pisos, si caigo de cabeza moriré en segundos y no sentiré tanto dolor, quizás nada. Dejo mi mochila en un banco cualquiera y comienzo a subirme a la ventana para tomarme de los lados y evitar que haya parecido un descuido. Cierro los ojos, tomo aire...

Mi corazón va a mil por hora, mis manos sudan, tengo miedo. No quería morir pero mis ganas que eran de cero se elevaron bastante hoy. Vamos... tu puedes, solo caeré tres pisos y es todo. Vamos...

Es difícil, estoy temblando mucho que mis piernas no responden.

¡Hazlo mujer, es ahora o nunca!

¡No le des más vueltas a tu vida si solo estarás deprimida! ¡Aprovecha esta maldita ocasión!

¡Vamos, vamos, vamos!

Ojos cerrados, respiración concentrada y... ¡salto!

-¡No te atrev-! ¡NOOOO!

Una mano me sujeta del cuello de mi uniforme por detrás y me atrae de inmediato hacia adentro. Ahora estoy encima de alguien, con mis ojos totalmente abiertos mientras tiemblo y las lágrimas comienzan a salir.

-Auch... -Escucho una voz quejarse debajo de mi.-

Es la voz de Rengoku. Mi llanto se vuelve más fuerte y los sollozos sonoros. Mis manos, todo de mi tiembla como chihuahua intentando controlarse pero haciéndolo peor. Sus brazos me rodean y siento como se sienta en el suelo para pegarse a mi y brindarme un calor que en mi vida solo había experimentado con mis abuelos. Su cabeza reposa en mi hombro derecho y trata de consolarme.

-Ya, ya. Todo estará bien... -Trago saliva tratando de cesar mi llanto pero es en vano. Es peor.-

Mis manos toman las del mayor apretándolas en un fuerte intento de que "nunca me deje". Conforme los minutos pasan mi llanto va cesando de poco a poco permitiendo que pueda respirar bien, también siento como dejo de temblar en exceso. Su agarre lentamente se va aflojando.

-Yo estaré aquí... para ti, Lia. -Sorbo mi nariz como una niñita.- Ya no llores más...

Su voz es como un tranquilizante que hace que mis músculos se liberen de la tensión, como si estuviera en las nubes o con el mismo director Kagaya. Prontamente nos vamos levantando y o lo suelto, vuelvo a abrazarlo aferrándome a su camiseta.

Esta es otra oportunidad, Lia. Puedes hacerlo, díselo porque no me llevaré a la tumba estos sentimientos.

-Maestro... Rengoku. -Aún abrazada a él, levanto la cabeza y observo sus bellos ojos mirándome atento.-

-¿Me contarás qué sucede? -Me sonríe con ternura acariciando mi cabeza.-

Otra vez las lágrimas.

-Pero no llores... me haces sentir muy triste. -Ahora hace un puchero que me hace sonrojar.-

-Lo siento yo... usted... -Cierro los ojos dejando escapar más lágrimas y tomo un suspiro.- Desde que lo ví... ahg... No puedo decirlo tan fácilmente, me va a ver raro.

-Te prometo que no lo haré.

-¿Lo promete? -Vuelvo a abrir los ojos y veo su mirada determinada con esa sonrisa más brillante que el sol.-

-Es una promesa. -Revuelve mi cabello.-

-Usted me gusta. -Suelto lo más rápido que puedo pero de forma entendible.-

Un silencio.

Un maldito silencio que me hizo temblar de nuevo y que un nudo se formara en mi como hace unos momentos. Ya no aguantaba poder decirlo y tuve que aprovechar este momento como si fuera el único que tendría. Mis labios tiemblan suprimiendo los pequeños jadeos de tristeza y vuelvo a ocultar mi rostro en su camisa.

-Mis padres me matarían si supieran de esto. -Hablo apretando mis manos en su camisa.- Pero nunca se preocuparían en descubrirlo por su cuenta. No están al tanto de mi.

Inhalo y exhalo para evitar llorar de nuevo.

-No tengo atención de nadie. -Aprieto mis labios.- Siempre lloro por las noches desde que supe que mi vida era un desierto sin vida. Mis parpados están ojerosos e hinchados siempre por las desveladas. Yo enserio traté de evitar mis sentimientos hacia usted pero realmente esa sonrisa me enamoró, esa que nunca antes me habían dado. Usted me iluminaba todos los días en lo que iba del semestre, desde el primer día.

Tomo una pausa para escuchar latir su corazón con más rapidez.

-Esa hermosa actitud que siempre lleva consigo, una actitud honesta. Sus tratos hacia mi me daban esa calidez que nunca recibí de mis padres, y créame que no es amor fraternal el que siento por usted. Lo que siento es-

-Ya no digas más, comprendo, Lia... -Me aprieta más en su pecho.- Entiendo tu sentimiento.

Trago saliva.

-Te tengo un cariño muy grande, pequeña. Pero creo que aún no soy capaz de corresponder esos sentimientos... -Hago una mueca.- Pero eso sí, puedo ser capaz de sentirlos, no sé si puedas esperarme.

-¡Lo haré! -Alzo mi cabeza.-

-Bien, eso implica que estés más tiempo conmigo y-

-¡No me molesta!

Él me sonríe y me abraza más. Nunca olvidaré este día.

...

Miro el atardecer en aquel puente que conecta con la otra ciudad, admirando el océano y viendo la profundidad de este. Observo como el sol comienza a ocultarse a medida que voy recordando esas veces donde si pensaba en cometer una tontería.

El sol es hermoso, ¿lo sabían?

-¿Qué miras, linda? -Pero un sol más hermoso y deslumbrante se posa frente a mi vista.-

Un sol que ilumina incluso mis noches.

-Admiro lo hermoso que es el sol, Kyojuro.

-¿Ah, si? Vaya que lo es. -Voltea a mirarlo.-

-Sip, pero estoy molesta contigo. -Frunzo el ceño y este me mira exaltado.- No me dijiste que vienes de otra galaxia mucho más grande.

Sonrío divertida provocandole un sonrojo.

-¿Me estás diciendo que el sol al que admiras es...?

-Esa misma persona que tienes en mente con el apellido Rengoku y está frente a mi.

Se me queda mirando conforme su sonrojo crece y de pronto me levanta abrazandome muy fuerte.

-¡Lia, eres de lo mejor! -Ambos reímos y nos abrazamos con tanto amor que mi corazón se limpia de la tristeza que una vez tuve.-

Cada día es como barrer el polvo. Kyojuro es lo mejor que me ha pasado y a día de hoy... lo sigue siendo.

...

Me gustó como quedó este, tiene una parte de mis sentimientos y lo que me gustaría que pasara x,d PERO UN MONO 2D NUNCA SE VA A APARECER EN MI VIDA aH

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Youngest By Song

Fanfiction

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Seulgi era menor. Seulgi era alta. Seulgi tenía piel bronceada. Seulgi era más extrovertida que Irene. Seulgi...podría llegar a ser todo para Irene...