Nadie puede... [KHR]

Von wanyousi

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Nadie puede tocarte Nadie puede mirarte Nadie puede hablarte Nadie debería hacerlo, pero lo hacen... ¿Dime, q... Mehr

Prólogo
I
II
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X

III

175 28 5
Von wanyousi

La mañana de clases empezaba con preocupación en el rostro de la gran mayoría, miedo en algunos mientras que para otros era todo como un día normal.

Para el prefecto del comité, la molestia se mostraba en todo su rostro. Su segundo, en otras palabras el vicepresidente del comité, Kusakabe Tetsuya no sabía cómo evitar la molestia de su superior.

Los casos de chicas desaparecidas de Namimori habían comenzado a mitad del año anterior. A pesar de numerosas investigaciones, los cuerpos desaparecían para no dejar rastro.

Sin más que hacer, el de cabellos negros salió del aula, no queriendo recibir la molestia de Hibari.

Fuera, apoyada en una pared, la hermana menor del ángel de Namimori se encontraba.

-Sawada-san- Saludó a la joven castaña.

-Kusakabe Tetsuya- Devolvió el saludo. -¿Tienes algo nuevo?-

El azabache asintió.

-Kyo-san está demasiado molestó, no por la joven en sí, Namimori es su territorio y no soporta saber que alguien está haciendo de las suyas- Un pequeño suspiró salió de los labios de la menor.

-Puedo comprenderlo, ¿algo más?- Cuestionó.

-Al parecer hoy vendrá la policía a interrogar a los últimos en irse ayer, aquí está la copia de la lista- Kusakabe entregó la copia a la castaña.

-Suzuki Adelheid, Ōyama Rauji, Sasagawa Ryohei, Nakamura Seina, Sawada Tsunayoshi, Gokudera Hayato, Kozato Enma, Katō Julie, Yamamoto Takeshi, Sawada Den, Sasagawa Kyoko, Shitt.P, Kanzai Yaya. ¿Quien es la última?- Leyó uno por uno los nombres hasta encontrar uno desconocido para sus oídos.

-Era la mejor amiga de la desaparecida, al parecer ella fue la última en verla en las escaleras antes de irse- Explicó el miembro del comité.

-Ya... Bueno, aquí está tú pago- De su mochila sacó un pequeño álbum de 50 fotos. -Son exclusivas, no creo que nadie en el mundo pueda conseguirlas... Toda tuyas Kusakabe-

El azabache tomó el álbum y lo abrió en una página al azar, una foto de un Tsunayoshi avergonzado se mostró ante él.

-¿Tú misma las tomas?- La risa de su acompañante lo dejó confundido.

-¿Quién más podría acercarse de esa manera al Ángel de Namimori?- Den dejó aquel pasillo para dirigirse a su aula, la lista de los que serían interrogados estaba en su mano aún.

Debía decirle a su hermano.

Una vez en el aula, la castaña tomó de la mano a su hermano y lo llevó a una esquina, entregó la hoja con sus nombres y esperó su reacción.

-¿Así que vendrán a interrogarnos?- Su expresión no había cambiado mucho, su sonrisa era normal.

-Si, tienen sospechas de que alguno de nosotros la haya matado...- Contestó haciendo una seña a Yamamoto.

El castaño pareció entenderle y tomó a Gokudera para acercarse a ellos. Ambos leyeron la hoja con los nombres para hacer una mueca al mismo tiempo.

-No creo que sean lo suficientemente inteligentes para resolverlo, después de todo, nos quedamos en casa de Tsuna "toda la noche"- Yamamoto arrugó la hoja y la guardó en su bolsillo.

-Solo en estos momentos los arreglos frutales son útiles- Gokudera recibió la mirada de los tres castaños.

-Bueno, en eso tienes razón, de todas maneras... Tenemos una coartada- Los gemelos rieron al mismo tiempo, mientras la pareja frente a ellos se miraba entre sí para intentar comprender la risa.

-Gokudera-kun, Yamamoto... Gracias por lo de ayer, de esto me encargaré yo- Tsunayoshi le sonrió a sus dos guardianes para luego sentarse en su asiento.

-Será mejor que tomen asiento o recibiremos atención no deseada- Susurró Den pasando a un lado de ellos.

Haciendo caso a las palabras de la hermana de su jefe, tomaron asiento esperando el pasar de las clases y quitarse la sospecha de asesinato.

Esperaban atentos a la llegada de su profesor de Inglés, sin embargo en lugar de el un hombre uniformado entró seguido de cuatro personas a las que ellos conocían bastante bien.

-Crei que vendrían más tarde- Susurró Den a Tsuna.

-Parece que actúan más rápido de lo que pensaba- Respondió sin mirarla.

Los alumnos esperaban alguna palabra por parte de aquel hombre frente a ellos, al final decidió hablar para decir algunos nombres.

-Sawada Tsunayoshi- Todos voltearon a mirarle y él fingió confusión.

-¿Si?- Se levantó de su asiento.

-Necesitamos que venga junto a nosotros y varios más que llamaremos- Explicó. -Gokudera Hayato, Yamamoto Takeshi, Sawada Den, Nakamura Seina, Kozato Enma, Mizuno Kaoru, Shitt.P y Sasagawa Kyoko-

Los mencionados se levantaron de sus asientos para seguir al hombre uniformado hasta un aula en específico.

La sala del comité de disciplina.

La reacción de Tsunayoshi al ver que se acercaban a ese lugar fue de felicidad, emoción, vergüenza y por último nervios.

Sus amigos cercanos veían cada una de las facetas que había mostrado en tan corto tiempo, se notaba el interés amoroso de su jefe, amigo y hermano para algunos, por el líder del comité.

-Primero uno, Sawada Tsunayoshi, entra- Haciendo caso, abrió la puerta y se adentró en aquella sala.

El mismo Hibari Kyoya estaba sentado en su asiento frente a él, Kusakabe Tetsuya estaba a su lado.

-¿Este herbívoro es un sospechoso?- Cuestionó Hibari a su segundo.

-Si, Sawada-san estuvo ayer a la misma hora que estuvo la desaparecida- Respondió Kusakabe colocando su puño en su boca.

Tenía frente a él al ángel de Namimori, el oficial colocó una silla para el castaño, Tsunayoshi tomó asiento y miró al uniformado.

-Bien, Sawada Tsunayoshi... Usted estuvo aquí a la misma hora que la desaparecida, eso se puede comprobar con las cámaras del instituto- El castaño hizo una mueca.

Si ya sabían que había estado ahí, para que mencionarlo.

-¿Qué estuvo haciendo en todo ese lapso de tiempo?- El uniformado se acercó demasiado a su cara, causando que sintiera su respiración en su rostro.

-Espacio personal...- Murmuró alejándose unos cuantos centímetros del hombre. -Despues de la última clase, mis amigos y yo nos encontramos con Adelheid y los demás de tercer año, ellos vienen del mismo lugar de origen que el mío y había pasado un tiempo sin verlos-

El oficial anotó todo lo que el menor decía, buscando algo con lo que cuestionarlo de nuevo.

-¿Conocia a la desaparecida?- Preguntó sin siquiera despegar su vista de la libreta.

-No- Contestó con simpleza.

-Esa fue una respuesta muy rápida, ¿está seguro?- Alzó una ceja, Tsuna por su parte suspiró antes de sonreír.

-No espera que me aprenda los nombres de cada alumno ¿o si? No conozco a la desaparecida, ni siquiera sé cómo se veía- Contesto con una mueca.

-¿Tenía razones para lastimarla?- Tsunayoshi le miró sin expresión.

-¿Por qué querría lastimar a una persona que ni siquiera conozco?- El oficial sonrió.

-Cierto pero... No dudo que podría haber algo, no insinuó que lo haya hecho, aún sigue siendo sospechoso Sawada- El castaño anotó en su lista mental al oficial, grabó cada detalle de su cara.

Ese sería su último día de trabajo, así como su último día de vida.

-Ya puede irse, que pase el siguiente- Tsunayoshi se levantó de la silla, haciendo una reverencia salió de la sala del comité.

-¿No cree que fue algo insistente con él?- Cuestionó Kusakabe al oficial.

-Ese joven es bastante bueno, por un momento me habría creído su linda sonrisa, pero con lo último no me sorprendería haber ganado su odio- El oficial releyó lo que había anotado de la interrogación.

Hibari miraba la madera del escritorio, concordaba con el oficial, para ojos de los alumnos. Sawada Tsunayoshi parecía ser una persona que no mataba ni una mosca, pero en sus ojos no se había podido ocultar la molestia hacia el uniformado.

-Sawada Den, ¿eres su gemela no es así?- Frente a ellos se mostraba una joven castaña, muy parecida al Sawada anterior.

-Crei que lo sabría oficial, parece que la ceguera es bastante fuerte en estos días- Contestó con molestia.

-¿Conocía a la desaparecida?- Después de unos segundos en silenció.

-Es posible- Aquella respuesta descolocó un poco al oficial.

-¿Es posible? Sea específica- Pidió con amabilidad.

-De entre todo el círculo de personas que me buscan por ser la gemela del ángel de Namimori, creo haberla visto un par de veces, siempre pedía una que otra foto. Por supuesto, no negaría un negocio a nadie- Explicó mirando al suelo.

-¿Negocio? ¿Acaso vende fotos de su propio hermano?- Cuestionó incrédulo.

-¿Por que no? Mi hermano es bastante famoso por toda la ciudad- Sin saber que más preguntar, el oficial la dejo irse.

Entró Yamamoto Takeshi con su habitual sonrisa despreocupada.

-Los tres son castaños, no me extrañaría que alguien los confundiera con ser hermanos... - Yamamoto rió a causa de aquello.

-Son como mis hermanos, no puedo dudarlo- El uniformado se vió contagiado por el ánimo de Yamamoto.

-¿Conocia a la desaparecida?- Cuestionó.

-No lo sé- El oficial alzó una ceja.

-¿No lo sabe?- Yamamoto pareció avergonzarse un poco.

-Conozco a muchas personas, pero olvidó sus nombres con facilidad- Rió de manera nerviosa y con un pequeño rubor en sus mejillas.

El oficial quiso golpearse contra la pared, el castaño no parecía estar mintiendo.

Suspiró y lo dejó irse.

Nakamura Seina entró justo después, sus ojos azules profundos dejaron un poco cautivados al uniformado.

-Es amiga de Sawada Den, ¿crecieron juntas?- Cuestionó una vez la joven estuvo sentada.

-Hemos sido amigas desde la infancia, conozco a los gemelos desde pequeños- Seina sonrió.

-Entonces, ¿sabe si tendrían alguna intención de lastimar a alguien?- Seina pareció pensarlo un poco.

-No digo lastimar, pero son muy protectores en cuanto al otro, igual no los veo capaces de hacer daño a alguien- El oficial anotó lo dicho por la peliplata.

Grandiosa la mentira de Seina, salió de la sala, luego de asegurar no conocer a la desaparecida.

Entró Gokudera Hayato, bastante calmado para sorpresa de Hibari y Kusakabe.

-Esta usted muy calmado, ¿ha pasado algo?- Gokudera se mordió la lengua para no gritar.

-El décimo me dijo que debía estar calmado, no quiero causarle problemas- El oficial sonrió y anotó las dos palabras que le llamaron la atención.

-¿Quien es el décimo y por qué le causarías problemas?- Gokudera gruño en cuanto escuchó aquella pregunta, la guardiana del glaciar de Kozato tenía razón.

-Es una persona y no puedo causarlos para no crear malentendidos- La simpleza de la respuesta causó molestia en el uniformado.

Según la ficha de Gokudera Hayato, era una persona impulsiva que explotaba con la menor pregunta posible. Pero ahora esa persona estaba completamente calmada.

Cómo si fuera otra persona.

-¿Esta siendo amenazado por esa persona?- Preguntó lo que sería obvio en su caso.

-No- Respuesta rápida.

-¿Conocia a la desaparecida?- Gokudera asintió sin mucho gusto.

-Varias veces la veía por los pasillos junto a su amiga babear por el presidente del comité- Aquello molestó a Hibari.

-¿Hablaron en alguna ocasión?- Gokudera asintió.

-Recuerdo que preguntó sobre consejos- El oficial no se imaginaba a una chica pidiendo consejos a un hombre.

-¿Sobre que?- La curiosidad carcomía al oficial, Kusakabe contuvo una carcajada al notarlo.

-Como conquistar a un hombre- Kusakabe y el oficial lo miraron con confusión.

Entonces Hibari decidió hablar en todo el tiempo en que llevaban interrogando a herbívoros según sus palabras.

-Gokudera Hayato y Yamamoto Takeshi llevan saliendo medio año- El hombre y su segundo lo miraron con sorpresa en sus rostros.

En primera porque no se esperaban que el peliplata fuera gay y en segunda porque no esperaban que Hibari lo supiera.

-Ya... Ya puedes irte- El uniformado dijo con un leve sonrojo.

Gokudera asintió y se levantó de su lugar para salir sin decir ni una sola palabra. Sin dejar pasar mucho tiempo, la puerta mostró a la menor de los Sasagawa.

-Sasagawa Kyoko... ¿Conocía a la desaparecida?- Cuestionó una vez Kyoko se sentó.

-La he visto varias veces, nunca tuvimos la oportunidad de hablar- Kyoko sonaba algo triste.

-Entiendo, puede retirarse señorita- La pelinaranja asintió y salió de la sala del comité luego de una reverencia.

La puerta se abrió una vez más mostrando a una joven de porte firme e intimidante. El uniformado tuvo que tragar saliva algo nervioso en cuanto ella tomo asiento.

-Suzuki Adelheid... ¿Eres italiana?- Adel asintió a su pregunta.

-Naci en Japón pero me crié en Italia, por razones de mayor poder he venido a nuevamente a mi país natal para culminar mis estudios- El oficial anotó cada palabra dicha por la de ojos rojos.

-¿Conocia a la desaparecida?- Adel suspiro.

-Temo decir que no, mis amigos y compañeros Kozato Enma, Ōyama Rauji, Katō Julie, Aoba Koyo, Mizuno Kaoru, Shitt. P y yo, llegamos a esta escuela el día de ayer, este es nuestro segundo día de clases- Confesó, el oficial hizo una mueca y tuvo que borrar los nombres de aquellos que aparecían en su lista.

-Puede retirarse señorita Adelheid- Adel asintió y se levantó preparada para salir de aquí lugar.

Hizo una pequeña inclinación de cabeza hacia el líder del comité y salió de la sala.

-Sasagawa Ryohei, ¿conocía a la desaparecida?- Cuestionó al peliblanco sentado frente a el.

-No la conocía al extremo- Respondió con simpleza y sin gritar.

-¿Habías escuchado de ella?- Sasagawa negó con su cabeza.

-Estaba preocupado por nuevos miembros para el club cuando me reuní con Sawada y los demás ya que iríamos a su casa para una cena, la única vez que la vi fue hablando con su amiga al extremo- Explico mejor.

-Ya veo... Puede retirarse- Sasagawa se levantó y salió de la sala.

Entonces la amiga de la desaparecida entró a la habitación.

-Señorita Kanzai, ¿usted conocía a la desaparecida?- La joven asintió a su pregunta con los ojos llorosos.

-Es mi mejor amiga, la conozco desde que éramos niñas- El oficial anotó en su libreta. -Ella nunca había hecho nada a nadie, era bastante rebelde pero nada que se saliera de sus manos-

Los presentes suspiraron internamente al saber que la joven les contaría toda su historia aún si no se lo habían pedido.

-¿Su amiga era rebelde?- La joven asintió.

-Solia hacerle bromas a los mayores en las calles, supongo que era porque sus padres la molestaban siempre y salía a divertirse. Pensé que era solo bromas leves, hasta que me enteré que le hizo una lesión a una mujer- El oficial alzó una ceja en cuanto escuchó aquello.

-¿Le causó una lesión a una mujer?- Cuestionó sin creerlo totalmente.

Kanzai asintió simplemente.

-Tuve que ir por ella al hospital privado ya que no podía caminar y parecía estar sangrando. Cuando llegué tuve que regañarla por aquello, justo cuando estábamos por irnos, los hijos de aquella mujer llegaron y para mí sopresa pude saber el nombre: la mujer a la que sin querer había lastimado era Sawada Nana, madre de Sawada Tsunayoshi y Sawada Den- El oficial sonrió al escuchar el nombre de dos sospechosos en su historia.

-¿Les reclamaron por la herida de su madre?- Kanzai negó de inmediato.

-Tsunayoshi-san entró rápido casi ignorado nuestra presencia solo para revisar a su madre por completo mientras Den-san reía y decía que los accidentes pasaban, además su madre no les enseñó a guardar odio o rencor por cosas pequeñas- Explicó sonriendo.

-Estamos hablando de la madre de ellos- Repitió Kusakabe algo perplejo.

-Eso también me sorprendió en su momento, luego Nana-san nos invitó a cenar a su casa y comprendimos que aunque no lo demostrarán estaban demasiado preocupados por ella, incluso los hermanos menores y la señorita Bianchi quien es como una hija más de la familia según nos contó- Ahora los tres miraban confundidos a la joven.

-¿Hermanos menores?- Cuestionó Hibari.

-¡Si! Hay en total ocho hijos de la familia Sawada- Aquello descolocó a Hibari, quien según sus investigaciones los Sawada eran una familia de cuatro.

¡No de ocho!

-¿Podria decirnos cómo o quienes son?- Pidió el uniformado.

-La mayor es Gokudera Bianchi-san, tengo entendido que es la hermana mayor de Gokudera-san pero es tratada como una hija en esa casa, el siguiente es por supuesto el ángel de namimori Tsunayoshi-san y la siguiente su hermana gemela Den-san. Con sus cortos diez años el inteligente Fuuta-kun, el siguiente es el tierno pero tímido Sui-kun, le sigue la hiperactiva Rai y luego viene el callado y educado Yuki, por último los dos menores Lambo-kun e I-pin-chan- Kusakabe abrió su boca impresionado.

-Dijiste que eran ocho y contaste nueve- Mencionó el oficial.

-Entonces debí haber contado mal antes de hablar- Soltó con una sonrisa.

Ya no parecía tan afectada por la desaparición de su amiga.

-Uta-chan jugó con los más jóvenes toda una tarde gracias a eso...- Nuevamente recuperó su semblante triste.

El oficial veía las notas que acababa de hacer, cerró su blog y miró con un tanto de pena a la joven.

-Haremos lo posible por encontrarla- Intentó animar a la joven.

Kanzai sonrió sin verdaderamente sentirlo, se levantó de su asiento y se fue de aquel lugar.

Una vez afuera, pudo dejar caer sus lágrimas mientras recordaba las últimas horas que había pasado con su mejor amiga. Sabía que algún día algo le impediría volver a verla, solo que no esperaba que fuera tan rápido.

Quería saber quién era el que la había secuestrado y ahorcarlo con sus propias manos.

Unos susurros llamaron su atención, un aula vacía era lo que estaba cerca de ella, o eso pensaba. Se acercó hasta aquel lugar para escuchar a quien fuera que estuviera ahí.

-¿Entonces Kanzai Yaya era amiga de Kozuki Utau?- Aquella voz se le hizo conocida a Kanzai.

-Si, era ella con quién estuvo hablando ayer cuando bajamos las escaleras- Un soplido casi parecido a un bufido sonó.

-¿Entonces fue ella la que condenó a su amiga al decir que quería a Kyoya para acostarse con el? Vaya amiga la que tuvo Kozuki- Una risa se escuchó.

-Es una lastima... En realidad no, seguía molesto por su broma pesada en la que mamá se lastimo hace medio año- Una voz se escuchó intentando calmar al que habló primero.

"¿Broma pesada que lastimo a mamá?" La jóven unió sus puntos antes de saber quién era la persona que había hablado.

-¿Por esa razón te desquitaste aún más con ella?- Aquella pregunta la dejó helada.

-Algo así... Si bien mamá es mi gran prioridad, también lo está el conseguir a mi guardian de la nube y Kyoya lo será en un futuro próximo- Dos suspiros se escucharon al mismo tiempo.

-Tsuna, ¿no crees que deberías parar por unos cuantos días esto?- Entonces se confirmó su sospecha.

-Podria... Pero no es mi culpa que ellas solas se tiren en el camino para ser aplastadas. Si al menos no mirarán a Kyoya con más que miedo, les perdonaría la vida sin dudarlo, pero no lo hacen y esa es la única manera de asegurarme de que sea mío- Explico con una calma tan fría.

-¡Era de esperarse de Sawada al extremo!- Exclamó alguien más.

-Por una vez estoy de acuerdo con el cabeza de césped, ¡décimo tiene todo mi apoyo!- Risas se escucharon dentro.

-Alguna persona normal diría que ustedes están locos...¿ Pero quién está cuerdo hoy día? Y teniendo en cuenta nuestra infancia, no dudo que la cordura sea algo que le falte a todos- Kanzai mordió su labio al reconocer la voz de la hermana de Sawada dentro.

-¿Enma-kun y los demás?- Cuestionó Tsuna.

-Se fueron diciendo que aún debían tomar un tiempo para arreglar sus habitaciones en la casa que rentaron- Respondió Nakamura a su lado.

-¿Pasa algo Takeshi? - Cuestionó su hermano no de sangre.

-¿Uhm? No, no es nada en especial- Se escuchó un chirrido de una silla al moverse y unos pasos hacia un lugar.

-¿Qué haces al extremo?- Cuestionó Sasagawa.

Yamamoto no contestó y en cambió abrió de manera inesperada la puerta, dejando caer a Kanzai dentro de la habitación. La joven sintió las miradas de todos sobre ella, principalmente la de Sawada.

-Seria muy estúpido preguntar si escuchaste algo- Comenzó a decir. -Cuando es más que obvio que lo escuchaste todo-

Levantó su mirada para enfrentar al ángel de namimori, se sorprendió y temió cuando observó sus ojos carentes de brillo, una mirada vacía dirigida a ella. Tragó saliva al verlo entrecerrar sus ojos, como si analizará su situación.

-Espero que lo sepas... O al menos te hayas hecho la idea ya- Sawada se levantó de su lugar, acortó la poca distancia que los separaba y se agachó hasta tener su cara frente a la suya. -Pero debo mantenerte callada-

Kanzai abrió sus ojos marrones asustada, intentó alejarse de él, sin embargó no pudo llegar muy lejos gracias a Yamamoto.

-Tsunayoshi-san...- Murmuró con miedo.

-La mejor forma de callar a una persona es mandarla al otro mundo, casi lamentó que hayas escuchado esto... Pero alégrate, verás a tu amiga de nuevo- Tsunayoshi sonrió sin que la alegría llegara a sus ojos.

Kanzai solo pudo observar a una persona aparecer entre una niebla de color indigo y un ojo rojo brillar antes de perder la conciencia.

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