Five Nights at Freddy's - Don...

By Joki_2904

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Lo que parece un simple anuncio en el periódico para un puesto como guardia de seguridad nocturno en una pizz... More

| Prólogo |
| Parte I | Capítulo 1: Mike Schmidt
| Parte I | Capítulo 2: Detrás de las Cortinas
| Parte I | Capítulo 3: Los Ojos Plateados
| Parte I | Capítulo 4: Los Acechadores
| Parte I | Capítulo 5: IT'S ME
| Parte I | Capítulo 6: El Traje Dorado
| Parte I | Capítulo 7: Las Pesadillas Metálicas
| Parte I | Capítulo 8: Falta de Profesionalidad
| Parte I | Capítulo 9: Almas Inquietas
| Parte I | Capítulo 10: Él Siempre Vuelve
| Parte II | Capítulo 1: Regalos de Vida
| Parte II | Capítulo 2: Jeremy Fitzgerald
| Parte II | Capítulo 3: Al final del Pasillo
| Parte II | Capítulo 4: Algo Prestado
| Parte II | Capítulo 5: Vigilado por las Sombras
| Parte II | Capítulo 6: Terrores Nocturnos
| Parte II | Capítulo 7: 'SAVE THEM'
| Parte II | Capítulo 8: La Mordida del '87
| Parte II | Capítulo 9: Golden Freddy
| Parte II | Capítulo 10: El Cierre
| Parte III | Capítulo 1: Su Día Más Feliz
| Parte III | Capítulo 2: Venganza
| Parte III | Capítulo 3: El Último Día
| Parte III | Capítulo 4: 30 Años Después
| Parte III | Capítulo 5: Springtrap
| Parte III | Capítulo 6: Todo Está En Tu Mente
| Parte III | Capítulo 7: Atormentado
| Parte III | Capítulo 8: En Compañía de la Muerte
| Parte III | Capítulo 9: Libertad
| Parte III | Capítulo 10: Muerte Entre el Fuego
| Parte IV | Capítulo 1: Motorista de la Media Noche
| Parte IV | Capítulo 2: La Familia Afton
| Parte IV | Capítulo 3: Un Diseño Curioso
| Parte IV | Capítulo 4: Circus Baby
| Parte IV | Capítulo 5: Nuevo Rumbo
| Parte IV | Capítulo 6: Dulces Sueños
| Parte IV | Capítulo 7: Mañana Es Otro Día
| Parte IV | Capítulo 8: El Cumpleaños
| Parte IV | Capítulo 9: Destrozo Mental
| Parte IV | Capítulo 10: Puppet
| Parte V | Capítulo 1: Michael Afton
| Parte V | Capítulo 2: El Legado Familiar
| Parte V | Capítulo 3: Los Pequeños Monstruos de Papi
| Parte V | Capítulo 4: Bajo la Superficie
| Parte V | Capítulo 5: Bailar para Olvidar
| Parte V | Capítulo 6: Cuando la Cortina Cae
| Parte V | Capítulo 7: Dejado Atrás
| Parte V | Capítulo 8: Vigila Tus 6
| Parte V | Capítulo 9: No Morirás
| Parte V | Capítulo 10: Demolición Inevitable
| Parte VI | Capítulo 1: Henry Emily
| Parte VI | Capítulo 3: Lunes
| Parte VI | Capítulo 4: Martes
| Parte VI | Capítulo 5: Miércoles
| Parte VI | Capítulo 6: Jueves
| Parte VI | Capítulo 7: Viernes
| Parte VI | Capítulo 8: Sábado
| Parte VI | Capítulo 9: Sin Escapatoria
| Parte VI | Capítulo 10: Entre las Cenizas
| Epílogo |

| Parte VI | Capítulo 2: Reunión Familiar

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By Joki_2904

El sonido del timbre devolvió a Michael al mundo real. Afuera hacía un día bastante nublado, y desde las calles emergía una extraña y abrumadora niebla. En el umbral de la puerta se encontraba aquel con quien había hablado hace poco. Afton le dio la bienvenida.

—Oh. Hola, Henry.

—Buenas tardes, Michael —contestó el recién llegado—. Vengo a hablar sobre una cosa rápida, si no te molesta.

—Para nada. Entra, por supuesto —respondió Michael, echándose a un lado.

En cuanto Henry entró pudo comprobar que el hogar de Michael era lo más parecido al de un vampiro. La casa permanecía prácticamente a oscuras. Las cortinas nunca dejaban pasar la luz solar, mucho menos un día tan nublado como ese. La única luz encendida en toda la casa era la de una pequeña lámpara en el salón, al lado del sofá, y allí transcurrió la charla.

—¿Quieres un té o algo? —preguntó Michael.

—Oh, no. No soy de té —Henry se sentó en el sofá—. De todas maneras no pienso tomar nada. Quiero ir al grano.

—Vale —contestó Michael, sentándose en frente suya—, pues ve al grano.

Henry miró fijamente a Michael. Lo cierto es que hacía mucho tiempo que no le veía la cara, y todavía no podía creer lo que le había pasado. Quien alguna vez había sido un adolescente rebelde y travieso ahora era un hombre de más de cincuenta años a quien la vida no le había tratado muy bien.

Ya habían pasado casi dos décadas desde el horrible incidente de Circus Baby's. Henry y Michael apenas se hablaban, pero en ese momento el señor Afton tuvo que pedirle ayuda. Emily no dudó en ayudarle con las operaciones y trasplantes, para mejorar el aspecto de muerto viviente de Michael.

A pesar de ello ambos permanecían muy separados. Apenas se dirigían palabra, y un aura de incomodidad y malos recuerdos siempre llenaba el ambiente cada vez que se miraban. Sin embargo esta vez el destino los había juntado, para bien o para mal, por un bien común:

Hace ya unas semanas un comunicado llamó la atención de todos los periódicos y telediarios; el dueño de Fazbear Entertainment, Henry Emily, acababa de anunciar que pensaba revivir Freddy Fazbear's Pizza una última vez. Puso a la venta la franquicia con la esperanza de encontrar a alguien que fuese ingenioso en la gestión de restaurantes.

Varias personas y empresas empezaron a llamar la atención de Henry con promesas hacia el futuro; pero solo una, la de un conocido, le interesó de verdad.

Michael Afton llevaba años, o mejor dicho, décadas escondido en las sombras. Nunca salía, vivía como un completo vampiro, a quien sus actos y recuerdos atormentaban cada día. Esa amargura le hacía creer que moriría así: solo, sin familia, y con el sentimiento de no haber hecho nada correcto en su vida.

Ese anuncio le hizo cambiar de parecer. Siempre había sentido una admiración por la franquicia de Freddy Fazbear, a pesar de lo mal que lo pasó con la de Circus Baby's. La reputación de Fazbear Entertainment estaba manchada con todos aquellos crímenes cometidos en sus locales; crímenes que fueron cometidos por su propio padre.

Sin embargo, si era capaz de tomar el control de Freddy, y convertirla en una franquicia de verdad, sin crímenes, ni sangre, ni muertes, tal vez, solo tal vez, se podría sentir bien conmigo mismo; y podría irse a la tumba, sabiendo que había limpiado el nombre de Fazbear, que su padre había manchado sin piedad.

—Debo hacerlo —afirmó Michael—. En cuanto encontré y leí sobre el trabajo lo supe con claridad. Le he dado varias vueltas, pero estoy seguro. Siento que yo debo de ser quien lo haga. Podré limpiar todo aquello que se hizo mal en el pasado, y afrontarlo.

Henry no apartaba su mirada de él. Al principio no parecía estar muy de acuerdo con el trato, pero lo cierto es que cada vez le gustaba más.

—Sí, tal vez tengas razón —asintió Henry—. Estoy bastante seguro de que has heredado el linaje Afton, eres tan bueno en la robótica como tu padre —Henry pudo percibir, por unos segundos, la inquietud en los ojos de Michael cuando mencionó a William—. Eres el voluntario más valiente que he recibido. Sobre todo con lo de 'afrontar el pasado'. Me gusta eso. Aunque todavía dudo de si este trabajo está hecho para ti.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó un Michael algo ofendido—. ¿Crees que no soy capaz de dirigir una franquicia? Sé perfectamente como funciona eso. 

—No es eso.

—¿Entonces qué? ¿Es por el dinero? He estado ahorrando toda mi vida. Nunca salgo, y compro lo mínimo para sobrevivir —Henry asintió a esa última frase, al darse cuenta de lo delgado que se encontraba Michael—. Tengo suficiente dinero para comprar el paquete inicial; un escenario, electricidad, y algunas mesas. Con eso me es más que suficiente.

Henry se quedó en silencio un rato, mirando al sofá. Se acababa de dar cuenta de que Michael era la persona más correcta para que se dedicase a ese trabajo, y sin embargo no era capaz de serle completamente sincero, de contarle absolutamente todo de lo que iba aquello.

Se mordió el labio, y se reincorporó en su asiento. Miró fijamente a Michael, quien lo miraba expectante.

—Mis criterios son estrictos —dijo de repente—. Todo esto, bueno, debe de salir tal y como yo quiera. Tengo una lista de varios párrafos que debes de cumplir, o sino me veré obligado a echarte y venderle la franquicia a otra persona. Además tengo un plan de intereses importante. Es como un 'programa de salvamento para animatrónicos extraviados'. Se pueden usar piezas desechadas como mantenimiento. 

—¿''Animatrónicos extraviados''? —Michael arqueó una ceja. De repente, frunció el ceño—. ¿No estarás pensando en... ellos?

—Dijiste que liberaste a Baby, y que lleva suelta por casi una década. También mencionaste que el resto de animatrónicos Funtime se juntó en una abominación llena de cables. Y luego también está aquel conejo dorado. Habrás escuchado las historias. Dicen que, bueno... hay alguien dentro —Henry se mordió el labio—. No diré nada más. Es un plan de rescate, solo para piezas.

Michael se quedó callado. Su expresión era sombría y para nada agradable. Observó a Henry, sin apartar su mirada de él. 

—'Plan de rescate', 'solo para piezas' —repitió—. ¿Prometes que solo es eso?

Henry echó su espalda un poco para atrás.

—No puedo prometerte con seguridad nada —afirmó—, pero sí que puedo prometerte que, después de todo esto, no vas a tener que preocuparte por nada nunca más. Estarás en paz contigo mismo. Para siempre.

Michael miró fijamente a Henry. Seguía mostrando una expresión fría, pero por dentro sentía una extraña motivación. Debía de hacerlo. Ese era su objetivo en la vida; el último de su triste y dramática vida.

—Compraré tu franquicia —aseguró Michael, tendiéndole la mano—, y estaré en paz conmigo mismo. ¿De acuerdo?

Henry no pudo evitar mostrar una sonrisa. Se acarició ligeramente su pelo canoso.

—Sin duda eres el más valiente. Sigo pensando que este trabajo puede no estar destinado para ti. Pero aún así, si eso es lo que quieres, estoy seguro de que no me defraudarás —dijo Henry, apretando la mano de Michael—. Tienes hasta el año que viene, 2025, para mandarme todo el dinero y aceptar todos los documentos y requisitos que te vaya mandando. Y una vez hecho eso, el cuarto Freddy Fazbear's Pizza será tuyo.

—Trato hecho —respondió Michael, mostrando una leve sonrisa—. Yo iré viendo qué animatrónicos voy diseñando.

—Excelente. Pues asunto zanjado —Henry se levantó, colocándose las gafas correctamente—. Ha sido un placer.

—El placer es mío —dijo Michael rápidamente, mientras se levantaba—. Le acompañaré hasta la puerta.

Michael llevó a Henry de nuevo a la puerta, y la niebla del exterior volvió a aparecer ante sus ojos. El señor Emily dio dos pasos hacia adelante, cuando de repente se detuvo.

—Oh, casi se me olvidaba —dijo Henry, mientras se daba la vuelta y miraba fijamente a Michael—. Me preguntaba si podías hacerme un favor. Pensaba pedírtelo tarde o temprano, sin importar de quien me comprase la franquicia. Aprovecharé esta visita para pedírtelo aquí.

—Claro, ¿de qué se trata? —preguntó Michael con curiosidad.

—¿Podrías prestarme esos viejos planos que creó tu padre en solitario?

Michael arqueó ambas cejas intrigado.

—¿Te refieres a los que hizo sobre los animatrónicos Funtime para Afton Robotics, LLC?

—Efectivamente. Esos. Te los puedo devolver en unos días.

—Oh, bueno. Hace años que ni los miro. Los guardé en el sótano, por poco no los quemé. Ni me acuerdo de que trataban, quise olvidarlo todo —Michael miró con interés a Henry—. ¿Por alguna razón en especial te interesan?

—Ah, tan solo quiero echarles un vistazo. Tu padre nunca me los llegó a enseñar. Espero que tú no hagas lo mismo con los animatrónicos que crees. 

Michael reprimió una pequeña risa.

—Tranquilo, te iré mandando todo lo que haga —afirmó—. Vuelvo en seguida con los planos.

Michael desapareció unos momentos, mientras se escuchaban sonidos de ascensor en el subsuelo. Cuando volvió llevaba casi una veintena de planos azules en la mano.

—Creo que estos son todos —dijo mientras se los entregaba a Henry—. Casi me parece un milagro que no perdiese ninguno.

—Genial. Muchas gracias, Michael —levantó la mano mientras desaparecía entre la niebla—. Confío en ti, voluntario valiente.

—Gracias, señor Emily. Buenas tardes —Michael hizo lo mismo, tras cerrar la puerta.


[...]

—Sí, esto pinta bien.

Henry miraba los planos creados por William años atrás. Luego prestó su atención al animatrónico que había construido. 

Habían pasado un par de meses desde que Michael le prestó aquellos planos. Durante ese tiempo Michael le había ido mandando algunos borradores de planos sobre una nueva saga de animatrónicos que tenía pensado crear. Siguiendo todo aquello Henry se había puesto manos al a la obra, y había construido algo nuevo.

Se quedó mirando orgulloso al nuevo modelo de Freddy que había creado, mientras pensaba en voz alta.

—Estos planos confirman mis sospechas y me aseguran de que todo esto puede salir bien, tal vez incluso mejor de lo que yo pensaba. 

Suspiró.

—Lamento, no obstante, el no haberte dicho todo lo que tengo en mente. Pero si te digo la completa verdad, mucho me temo que pensarás que estoy loco o que es una idea descabellada. Pero no te preocupes, Michael, estoy seguro, de que cuando termine todo esto, descansarás en paz. O tal vez hasta te prepare una vía de escape.

Se quedó mirando aquellos planos, para luego guardarlos en un cajón.

—En fin, al menos ya lo he acabado por fin. Tan solo necesitaba aprender a hacer esos mecanismos de almacenamiento que hizo William para terminarlo. Ahora, mi nuevo amigo está listo para su debut.

Colocó el enorme animatrónico en frente suya. Tenía apariencia de un oso negro, con sombrero de copa y pajarita roja. Sus ojos eran amarillos, y tenía una gran estrella dorada en el pecho. Su mandíbula y mejillas, además, tenían cierto parecido a los de los animatrónicos Toy de antaño. Además, el nuevo animatrónico era zurdo, y agarraba el micrófono negro con la mano izquierda.

—Ya estás listo, ''Lefty''. Ya sabes que hacer. Sal ahí afuera, y encuéntrala —Henry apretó el botón de encendido—. Encuentra a mi hija.

Lefty se despertó de su siesta. Sin decir nada empezó a caminar, erguido, a la puerta, la cual se encontraba abierta de par en par. Henry se quedó mirando en el horizonte como, en la oscuridad de la noche, aquel animatrónico desaparecía en las calles con una sola misión; encontrar a la marioneta.


[...]

La humedad inundaba las calles en aquella sombría noche. Entre los callejones más oscuros empezaba a haber un movimiento que casi parecía paranormal. Una extraña silueta, grande y prácticamente deforme, caminaba entre la basura. Normalmente ese extraño ser vagaba sin rumbo alguno por el mundo, pero esa noche sentía como si algo le llamase; al igual que un mosquito inocente dirigiéndose hacia una llamativa luz.

La forma de la figura era difícil de explicar. Se suponía que era un conejo dorado, pero los años lo habían convertido en un monstruo completo. Aquel extraño cuerpo había sido reconstruido con partes de repuesto, y sin embargo tenía apariencia de demacrado absoluto. Había perdido la oreja derecha por completo, así como el brazo izquierdo, mostrando parte del esqueleto humano, en forma de una extraña lanza.

Grietas y huecos abundaban en todo su cuerpo, dejándose ver tendones agrietados y partes de endoesqueleto oxidados. Los ojos habían perdido mucho brillo detrás de la máscara, la cual tenía una forma peculiar que hacía a la criatura más horrible y abominable. Tras los dientes oxidados y diminutos se encontraba la cabeza de alguien; que ya ni siquiera parecía humano.

La piel se había resecado a niveles preocupantes, tenía un extraño y amargo color; como amarillo podrido. Por los lados se podía ver restos de los músculos que rodeaban el cráneo. Absolutamente todo sobre ese ser era horrible. La situación empeoraba todavía más al indagar en su verdadera identidad.

Scraptrap había pasado desde el incendio de Fazbear's Fright vagando por las calles, sin rumbo alguno, buscando a alguien especial, para poder despedirse por fin. Pero esa noche, el conejo tenía un plan distinto. Estaba percibiendo lo que parecía ser una llamada; alguien estaba intentando atraerlo, por alguna razón. Y William Afton estaba muy intrigado. 

Entre los cubos de basura de una esquina empezó a haber un extraño movimiento. El conejo deforme dirigió su mirada hacia ellos. Abrió los ojos con interés. No parecía ser alguien humano, al fin y al cabo a esas horas nadie se encontraba por las calles. Fue entonces cuando una extraña figura salió entre los contenedores. 

Era como si alguien hubiese cogido un endoesqueleto, y lo hubiese aporreado con martillos y herramientas, hasta convertirlo en un montón de cables. Serpenteaba por el suelo y paredes como si se tratase de pasta viva. El endoesqueleto se había enrollado de una forma que hasta parecía tener brazos. Llevaba una extraña máscara de animatrónico en lo que simulaba ser su cabeza; parecía ser la de un Freddy oxidado.

Todo esto llamó la atención de Scraptrap. Se dirigió a paso lento hacia aquella abominación metálica.

—Oye. Tú —decía William. Su voz era todavía más grave de lo que estaba acostumbrado, y sin duda no desprendía nada de seguridad. Pero eso sí; el acento británico no se lo quitaba nadie ni nada.

El ''espaguetti serpenteante'' se giró un momento. Tal vez se asustó, o tal vez simplemente quiso ignorar a aquella entidad. Fuese lo que fuese, siguió su camino, haciendo un giro hacia otro callejón.

Scraptrap sintió eso como una invitación a perseguirlo. Empezó a trotar con rapidez, siguiendo a aquel ser. El estar casi cojo de una pierna no le impedía el caminar con firmeza. Le sonaba demasiado aquella máscara que llevaba, y estaba casi seguro que debía de tratarse de alguna creación suya.

—¡Tú! ¡Vuelve aquí! —gritó.

William giró la esquina. Se detuvo de golpe. Era un callejón sin salida, pero no había rastro de aquel animatrónico. De repente, Scraptrap sintió como si algo se moviese bajo sus pies. Se giró a comprobar. De las alcantarillas salió entonces la figura de Molten Freddy.

Molten Freddy era aquella abominación de cables y partes oxidadas de endoesqueleto. A pesar de no tener fisicalidad había logrado la forma de mantenerse de pie, y ponerse a la altura de Scraptrap. Fue entonces cuando Afton pudo echar un vistazo entero a su cuerpo. La máscara era sin duda creación suya. Entonces se dio cuenta; la máscara pertenecía a un prototipo muy viejo de, nada más ni nada menos, de Funtime Freddy.

La máscara había perdido el ojo derecho, y el izquierdo brillaba con una luz naranja, que a veces parecía cambiar a roja. Estaba bastante demacrada con el paso de los años, y tenía unos dientes afilados y grandes. Scraptrap mostró su sorpresa al darse cuenta de un detalle interesante; a lo largo del cuerpo de Molten Freddy se encontraban dispersos varios ojos de animatrónicos, encajados junto a los cables; uno amarillo anaranjado, uno azul, uno rosa, y dos morados. 

¿Me b-b-buscabas? —murmuró la entidad.

Scraptrap reconoció la voz a la perfección. Era más aguda y distorsionada de lo normal, pero no cabía duda; esa era la voz de Funtime Freddy. Había algo en todo ello que le parecía extraño; ¿cómo habían logrado los animatrónicos Funtime tener una consciencia, reunirse todos en un solo cuerpo, y vagar por el mundo con total libertad?

—¿Qué demonios hacéis aquí? —preguntó William amenazante.

Molten Freddy se quedó mirando a Scraptrap intrigado. De repente a él también le sonaba mucho su apariencia y voz.

¿Te c-conozco?

—Soy yo. William Afton. Vuestro creador.

La entidad mostró su sorpresa. Empezó a gritar, casi emocionado.

¡Oh, qué ag-agradable sorpresa! —exclamó—. ¡El c-c-creador! Sabía que me encontraría contigo pronto.

—¿A qué te refieres? ¿Qué haces aquí? ¿Y... por qué estáis todos agrupados?

El creador todavía no sabe toda la historia. Vuestro h-hijo nos salvó. Nos prestó su cuerpo, pero no era suficiente. Así que buscamos la libertad en otra parte. ¡Pero y-ya-yao necesitamos un cuerpo humano! ¡Y mucho menos ahora que hemos encontrado al creador!

—Espera espera, ¿mi hijo? —William estaba atónito. Así que Michael había hecho lo que le había pedido, había revivido a Circus Baby's una vez más, pero todo aquello le provocaba un extraño malestar. 

De repente cayó en la cuenta. Miró fijamente a Molten Freddy.

—¿Sois una amalgama de los animatrónicos Funtime, no?

Correcto, creador. Era la manera más rápida de huir. Agruparnos todos en el mismo cuerpo.

—Entonces... ¿dónde está Baby?

A pesar de no tener cara Scraptrap sintió como la expresión de Molten Freddy fruncía el ceño. Apartó la mirada de William y miró hacia otra esquina. De repente, exclamó tanto que asustó a Afton.

¡Oh! ¡Jajajaja! —empezó a reír—. ¡Pero mira qué agradable sorpresa!

William se giró. Una figura estaba asomada desde el callejón. Scraptrap reconoció a la primera de quién se trataba. Tenía apariencia de niña payaso. Sus ojos eran de un color verde esmeralda brillante. Llevaba un vestido lleno de grietas, dejándose ver su endoesqueleto oxidado. Su pelo anaranjado estaba formado por cables. Tenía una sonrisa demoníaca, formada por dientes pequeños y afilados. 

Sus brazos eran fuertes y metálicos. El derecho llamaba la atención, pues en vez de una mano el animatrónico llevaba un enorme y temible gancho. Llevaba unos patines como zapatos, por lo que debía de ser muy rápida. La figura llevaba todo el rato mirando, pero su mirada estaba fijada en Molten Freddy.

—No esperaba volver a verte. Supongo que el mundo es un pañuelo, ¿verdad?

Da igual cuantos años hubiesen pasado, su voz seguía siendo igual de enigmática y terrorífica. Scraptrap no podía creérselo, pero era ella. Era sin duda evidente. Se quedó mirando a la figura sombría de Scrap Baby.

¡Jajajaja! —se rió Molten, mientras se acercaba a Baby serpenteando—. ¡Qué sorpresa! ¡Y en el mejor momento! Justo me has pillado en una reunión.

—¿Oh, acaso molesto? —preguntó Baby, casi con un acento inglés. Fue entonces cuando se fijo en el conejo. Se quedó mirándolo fijamente. Por alguna razón sentía como si tuviese un extraño vínculo con esa entidad—. ¿Nos conocemos?

—Después de todos estos años —empezó a decir William—, por fin te he encontrado. Mi Elizabeth.

Baby dio un paso hacia atrás. Su cara era inexpresiva, pero empezaba a sentir un extraño brillo lleno de ilusión en su alma; en la niña que tenía dentro. Se quedó mirando fijamente a Scraptrap mientras esa sensación extraña, y demasiado humana para ella, llegaba hasta todo su cuerpo.

—Padre —dijo por fin, mientras sentía como el alma de la niña de su interior se encogía de ilusión—. Eres tú. Eres tú de verdad. 

—Así es. He vuelto a casa.

Scraptrap y Baby se acercaron. William levantó su mano izquierda, y Baby hizo lo mismo, posando la suya sobre la de su padre. Las almas de su interior sintieron como si se abrazasen, de nuevo, tras muchos años. Baby había olvidado a Elizabeth, no era tan importante para ella; pero ahora, ese era su momento.

¡Jajajajaja! ¡Juntos otra ve-vez! —exclamó Molten Freddy entre risas.

Padre e hija se separaron de nuevo. William sentía, por primera vez en años, algo de verdad; un sentimiento de melancolía y felicidad. Pero rápidamente la curiosidad volvió a apoderarse de su mente.

—Hija mía. ¿Qué haces por aquí? —preguntó intrigado.

—Padre, estaba vagando por las calles cuando algo me empezó a llamar desde la otra punta de la ciudad. Era demasiado fuerte para mí. Así que fui a ver. En el camino me encontré con vosotros y...

—Espera, espera —William interrumpió a su hija—, ¿llamada? ¿Tú también la has sentido, Elizabeth?

—Oh, ¿no fui la única?

¡Oh, la lla-llamada! —exclamó de repente Molten Freddy—. ¡Yo también la había escuchado! Me dirigía a ella cuando me crucé con e-el creador. 

Los tres se miraron intrigados.

—Si los tres lo hemos sentido, eso significa que no se trata de una coincidencia. Qué curioso... —murmuró William.

—Bueno, ahora que nos hemos encontrado podríamos ir juntos, padre, y ver de qué se trata—dijo Baby.

—De acuerdo —respondió Scraptrap, asintiendo con la cabeza.

¡Yo me ade-adelantaré! —exclamó Molten, mientras se movía por las paredes de los edificios—. ¡Jajaja!

Los tres animatrónicos cruzaron varias manzanas y callejuelas, mientras sentían como la llamada se intensificaba en sus cabezas. Era sin duda muy fuerte, incluso para ellos. Finalmente llegaron a la última calle. Los tres se juntaron y se agacharon. Asomándose por la esquina vieron de donde procedía la llamada.

Era un edificio grande, construido junto a un gran aparcamiento. Camiones de grandes dimensiones entraban y salían, parecían estar descargando diferentes cosas; mesas, sillas, incluso partes de escenarios. A Baby y Molten todo aquello no le decía nada, pero William en cambio supo de que se trataba en el momento en el que unos cuantos hombres descargaron de uno de los camiones un enorme letrero que decía; ''Freddy Fazbear's Pizza''.

—Elizabeth, Molten —se dirigió hacia ellos—. Ya sé de que se trata todo esto. Eso, es una pizzería. Otro Freddy Fazbear's. Agridulce, pero apropiado. Atraer a animatrónicos a una pizzería que, en unos días, estará llena de ellos.

Q-Qué curioso —replicó Molten Freddy, interesado—. De-Debo reconocer que me esperaba otr-otra cosa.

—Algo nos llama desde esa pizzería —preguntó Baby—. Parece una trampa.

—Así es, hija mía. Una mentira —contestó Scraptrap, pensativo—. Puedo suponer como nos han engañado: Todos los animatrónicos, tanto los de Fredbear's, como los de Freddy's, como los de Circus Baby's, estaban construidos desde la misma base; un chip que se instala en todos los endoesqueletos de los animatrónicos, y que actúa como su cerebro. Alguien, con gran conocimiento en robótica, debe de haber instalado un dispositivo en esa nueva pizzería que detecta a todos los robots que tengan ese chip en un radio de muchos kilómetros, y los llama para que se acerquen. 

Sin duda suena a trampa. ¡Muy in-i-ingeniosa!

—Alguien debe de querernos a todos por alguna razón —comentó Scrap Baby—. Padre, ¿quién crees que podría ser?

—Tengo una cierta idea, Elizabeth. Debe de ser alguien que conoce de la tecnología Afton, alguien que me conoce. Igualmente no es muy perspicaz, pues sea quien sea se cree que nosotros vamos a entrar ahí como insectos se dirigen a la luz —afirmó William—. Se creen que somos idiotas. Pues vamos a devolverles la estrategia. Descubramos de qué trata todo esto.

—¿Estás insinuando que nos metamos ahí dentro?

—Correcto. Es obvio que es una mentira, pero una demasiado ingeniosa. Hay algo escondido ahí dentro, y pienso averiguar qué es. Nos subestiman. Somos más que piezas de mantenimiento. Bueno, lo que no saben ellos es que su trampa ha fallado; pues gracias a ella los tres nos hemos podido reencontrar. Ahora somos más fuertes que nunca. Por ello, debemos entrar, y agradecerles por el favor que nos han hecho.

P-Pero no por la puer-puerta, me imagino. ¡Jajajaja! —decía Molten Freddy mientras se reía—. Podríamos entrar uno a-a uno. Es-Escondernos entre esas ca-cajas. Que no nos vean ve-venir. Y entonces, grit-gritaremos... ¡Toc toc! ¡Estoy aquí! ¡Jajajaja! 

—El efecto sorpresa. Saben que vamos a ir, pero no saben cómo —confirmó Scrap Baby, con emoción—. También nos podemos meter por el callejón. Nos recogerán, pensando que han ganado, cuando todo esto es solo un regalo para nosotros —Baby se dirigió a William—. Papi. Haré que te sientas orgulloso. Lo prometo.

¡Jajaja! ¡Una gr-a-gran familia feliz! —exclamó Molten Freddy.

—Cómo podría resistirme a una promesa como esa —Scraptrap dejó soltar una risa macabra—. Me gusta como pensáis. Cuando el local abra empezaremos a entrar. Hasta entonces, esperaremos. 

—De acuerdo, padre —afirmó Baby, mientras murmuraba—. 'Observa. Escucha. Y complétate'.

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