-Tu casa ya parece zoológico, hija. -Mi mamá responde por la línea telefónica.-
-Lo sé, mamá, pero sabes lo mucho que amo a los animales.
-Deberías conseguirte un buen novio, ya eres una adulta y sigues soltera, no quiero morir sin ser abuela. -Mi mueca no se hizo esperar ante su comentario.-
Unos golpes en mi puerta me hicieron quitar la expresión para crear una de sorpresa.
-Lo siento, ma, tengo que irme, están llamando a mi puerta. Luego te llamo, te amo.
-¡Hazme casi hija! -Y cuelgo sin dejar que continúe su sermón.-
Me dirijo hacia la puerta para encontrar...nada. O eso creí cuando miré al suelo donde se encontraban dos conejitos negros con tonos menta totalmente iguales.
-Owww, vengan acá cositas hermosas. -Los levanto y los acuesto entre mis brazos para estrujarlos. Al voltearme veo a mis demás cachorros mirándome curiosos.-
Mis dos zorros Kyojuro y Senjuro, mi gato Giyuu, mis dos perros Sanemi y Genya, mi serpiente Obanai, también mi pequeña avesita Zenitsu y mi lobo Inosuke. A veces la gente me pregunta cosas como: "¿Por qué demonios tienes una serpiente y un zorro?", yo les contesto "¿Y por qué no?". Lo cierto es que no me gusta ver a los animales desamparados y sin hogar, me gusta ayudarlos y si me encariño al 100% con ellos, tengan por seguro que mi casa es su hogar ahora. De alguna u otra manera me las arreglo para que se lleven bien lo cual es extraño porque de una noche para otra ya están todos conviviendo.
-Creo que un irresponsable los vino a dejar aquí. Seguramente los vecinos creando sus estúpidos rumores. Pero bien, ustedes cositas hermosas salen ganando. -Digo pegando a uno de ellos a mi cara.- Saluden a sus nuevos compañeros, y Obanai, más vale que no te los comas, ¿Ok? -Este solo sisea.- Bien, se llamarán...¡Ya sé! Muichirou y Yuichirou.
Los contrarios hacen sus respectivos sonidos que me hacen pensar que es un si. Gracias al cielo y todos me hacen caso, aunque algunas veces se andan peleando. Dejo a los pequeños conejos en el suelo y se acercan a los otros quienes los miran muy enfocados.
-Iré a preparar la comida, esperen aquí y convivan. -Les sonrío ante ahora sus miradas concentradas en mi.- ¡Los amo!
Me dirijo a la cocina y directamente mi celular conectado a las bocinas para poner Foster the people.
Tan pronto como comienza la canción empiezo a tararear. Me encanta preparar la comida para todos mis amores, siempre hago todo con gusto cuando se trata de ellos. Mis vecinos me conocen como la loca de los animales pero, que importa. Ellos lidiando con mocosos latosos, mis amores no son molestos y se la pasan llorando de manera fastidiosa. Aclaro que si me llegan a llorar, pero lo hacen para que les de amor o para la comida.
Lo mejor de mi trabajo bien pagado, es que mis amores no comen croquetas, sino comida normal. Nunca diré esto al veterinario, capas y me los quite por tal cosa como alimentarlos con pan de dulce, o cosas picantes. Porque las aman.
Una media hora aproximadamente pasó para que la cocina se impregne de un delicioso olor que hizo que mis pequeños se fueran a sentar a cada uno de sus lugares.
Comienzo a servir los platos con carne de res bien jugosa a cada uno de ellos, pero me doy cuenta que los conejos aún no tienen silla.
-Oh cielos, lo he olvidado. Bueno no hay problema, se sentarán en mis piernas y les daré de comer, no pasa nada. -Los pequeños conejitos me miraban mientras yo les regalo una sonrisa. Parecieron entender muy bien lo que les dije y se vinieron saltando hacia mi hasta quedar en mi regazo.
Agradecí la comida junto a mis pequeños quienes hicieron sus respectivos sonidos, ladridos, siseos, maullidos, etc. Mañana iré a comprar dos sillas altas. Todos comenzamos a comer muy gustosos, yo les daba de comer en la boquita a los pequeño Muichirou y Yuichirou quienes cedían fácilmente. Algo interesante, es que este no llegó sucio o herido. Por ejemplo, Sanemi cuando lo encontré, estaba divagando por la calle sangrando de un costado con su hermanito de lado llorando y pidiendo ayuda. Giyuu se apareció en mi ventana pidiendo entrar porque unos mapaches lo estaban acosando terriblemente. Zenitsu chocó contra mi puerta. Inosuke..cielos, ese lobo venía echo un lío, estaba lleno de aceite y con un alambre en su cola. Kyojuro por suerte solo estaba desorientado ya que los zorros no son de ciudad. Obanai me dio un susto casi de muerte cuando lo vi entrar demasiado rápido por mi puerta en un día lluvioso, estaba sangrando de la boca. Ahora los conejitos se aparecen por mi puerta como si nada, lo cual fue raro pero me alegró el ver ahora una nueva especie en mi casa.
...
Los meses pasaron volando. En mi trabajo me ascendieron a un puesto más alto por mi arduo esfuerzo. Esta vez d bastante de mi para alcanzar ese puesto que tanto deseaba desde ya hace tiempo. Pero cada cosa tiene sus consecuencias; enfermé. Me dio una fiebre que ni siquiera me dejó caminar. Pedí mi incapacidad de cuatro días, pero mi jefe insistió en una semana la cual acepté rendida. Odio perder días de trabajo pero creo que ahora es donde debo poner mi salud primero.
-Descansen, pequeños. -Apago las luces de la lámpara esperando a que todos se acomoden en la cama.-
Si, duermo con mis mascotas. Obanai en mi cabeza, Giyuu entre mi pecho, Kyojuro en mi estómago con Senjuro encima de él, Sanemi y Genya cerca de mis dos hombros, Zenitsu en el lado izquierdo de mi cuello, Muichirou y Yuichirou en el derecho, por final Inosuke en medio de mis piernas, cerca de mis tobillos.
Antes de cerrar los ojos un fuerte estornudo recorrió la habitación despertando cruelmente a todos.
-Perdón, perdón...sniff. -Ahora si, después de las miradas que me dieron por el susto, se volvieron a acomodar para dormir. Puedo jurar que los sentí preocupadas.-
...
Media noche era y cada uno se bajaba de la cama con cuidado de no despertar a su apreciada ama.
-Uhhg... -Un ruido proveniente de ti los alertó a todos pero cuando vieron como te volviste a acomodar, se relajaron soltando un suspiro de completo alivio.-
Uno por uno salía de la habitación tomando su forma semi humana vistiendo sus hermosos haoris para así después estar todos en la sala y poder reunirse.
-Pobrecita de nuestra ama... -Rompe el silencio Senjuro quien miraba al suelo triste bajando sus largas orejas de zorro.- Me gustaría poder prepararle de todo si tan solo ella supiera que soy un híbrido.
-Cielos, no podemos hacer nada por el miedo de que nos eche de la casa al vernos así. -Obanai también agacha su cabeza sonando muy triste e inseguro.-
-¿Entonces seguiremos así hasta que ella muera o alguno de nosotros? -Cuestiona el pequeño Yuichirou tomando sus largas orejas y comenzar a jugar con ellas.-
-No lo creo... -Le responde su hermano menor.-
Giyuu permanece mirando al suelo sin querer alzar la vista. Lo cierto es que está igual de triste que los otros al no poder ayudar a su amada dueña para mejorar de su enfermedad. Sanemi pareció chasquear la lengua y ver desesperado al gato.
-Tú, maldito gato callejero, ¿es que no amas a ___? -Se acerca furioso ante su típica actitud seria.-
-Hey, hermano, no te alteres...podrías despertar a ___. -Genya sabes que es inútil tratar de calmar al albino.-
-Yo estoy igual de triste que ustedes. -Es lo único que responde ante la ira del perro.-
-A este paso ___ se sentirá una mujer fortachona y no seremos los caballeros para ayudarla en todo lo que necesite. -Comenzó a lloriquear como siempre el pájaro rubio.-
-No, no vayas a chillar porque tus feos gritos van a despertar a nuestra diosa. -Inosuke de inmediato le tapa la boca con su mano, hablando con una voz ronca.-
-Yo sugiero que le hagamos el desayuno y pongamos una notita como si la hubiera escrito ella de recordatorio. Al estar enferma no lo recordará pero estará bien porque al final pensará que si lo hizo ella, ¿no creen? -Kyojuro sonríe para todos a lo que se le apuntan al plan.-
Pasó un momento de silencio para pensar en qué hacerle de desayuno que le ayude a su nutrición hasta que...
-Un momento...¿ya es la hora de ir al baño de ___? -Todos de inmediato ven el reloj con la pregunta de Genya y se alarman al ver que el tiempo de ir al baño se pasó por cinco minutos, después sus largas piernas estaban por correr hasta ver a una ___ adormilada parada frente a ellos, sin olvidar que sorbe momentáneamente su nariz.- Uh...ama....
-No es lo que...parece... -Inosuke dice tontamente recibiendo pocas miradas.-
-¿Umm? ¿Quienes son...? -No importa la situación, todos se sonrojaron al verla con una linda cara inocente a medio dormir.-¡Achu!
La chica estaba por caer hasta que todos de inmediato la sostuvieron de alguna extremidad. Muy buenos reflejos tienen. ___ estaba terriblemente mal, estaba literalmente hirviendo, todos comenzaron a alarmarse cuando vieron que sus ojos se cerraban muy lentamente. Su rostro estaba muy rojo debido a la temperatura.
-Llevemosla al baño, rápido. Yo acomodaré su cama y los otros de inmediato busquen el termómetro, tráiganme una toalla limpia y que sea..¡ya! -Tan rápido como Kyojuro dio las ordenes, todos salieron corriendo.-
Zenitsu e Inosuke buscaron una toalla pequeña que esté limpia en el armario. Genya y Sanemi buscaron el termómetro como locos. Obanai esculcaba entre la caja de medicinas por un paracetamol o algo más potente que este. Giyuu trataba de soportar la presión en su cara con lo roja que estaba al estar al lado de ella mientras hacía pipí, él mira hacia arriba. Los gemelos menta buscan un suero en la alacena para que no se deshidrate. Senjuro prepara agua caliente en un traste hondo y por final Kyojuro prepara la cama.
Que hermosos se ven todos increíblemente preocupados por ella, buscando con desesperación que mejore su condición.
-¡Ya va para afuera! -Grita un Giyuu aún sonrojado esperando a que te laves las manos.- Venga, vamos...
Te sostienes de la mano del azabache algo confundida. No tienes tiempo de pensar en por qué demonios hay diez hombres en tu casa quienes están sumamente preocupados por tu bienestar.
-¡Lo encontré! -Todos gritan al unísono corriendo hacia tu habitación.-
Kyojuro permaneció al otro lado de la cama viendo como entras junto al de ojos azules sosteniéndote con mucho cuidado. Giyuu te recuesta con cuidado acomodando tu almohada y soltándote por completo. Los otros entran con las cosas en manos.
Senjuro recibe la toalla de parte del lobo y del ave, después la coloca en aquel traste hondo y la remoja para así ponerla delicadamente en la frente de la chica. Terminando esto, Genya agarra el termómetro esperando a que su hermano eleve gentilmente tu brazo, así pudo colocarlo suavemente haciendo que el albino baje tu brazo lentamente. Ahora con los medicamentos, Obanai pasa una pastilla a los conejos, el menor levantándote suavemente procurando que la toalla no se caiga con ayuda del zorro menor. Yuichirou toma la iniciativa colocando la pastilla en tu boca la cual estaba un poco abierta, después acerca la botella de suero sabor (el que prefieras), procedes a pasarte con facilidad aquella pastilla blanca.
Terminando ya todo aquello, suspiraron al verte descansar pacíficamente. Estaban exhaustos, fue todo un reto pero al final lo lograron y están orgullosos de ellos.
...
La mañana llegó. Aunque la fiebre aún no cesaba, ya había bajado más de la que tenías. Después de hacer tus necesidades, te diriges al espejo mirando lo graciosa que te ves al estar enferma. Pero rápidamente en tu cabeza comenzaron a filtrarse los sucesos de la madrugada. Cada uno de los hombres que viste estaba en tu cabeza, y lo gracioso es que todos tenían orejas y cola, bueno, dos no.
-Quizás solo fue un sueño. Mis amores no se convertirían en humanos mitad animal. -Sonríes para ti misma y continúas lavando tus dientes para seguir con tu cara.- Es absurdo que eso...suce...da....
Al salir del cuarto de baño, viste como un chico pelinegro con puntas azul rey corría detrás de un rubio llorando, hasta que te vio.
-¡Ama, por favor salveme, este pulgoso me quiere matar! -Lloriqueaba en tu pierna aferrándose como si no hubiera un mañana.-
-Oh mi querida diosa ___, perdóneme por este alboroto, este chillón pisó mi cola. -El de ojos verdes hace una reverencia.-
Estás en shock.
-¡Oh, ama! El desayuno está listo, venga antes de que se enfríe. Por cierto, se ve más bella que ayer. -Ahora miraba a otro rubio más con una brillante sonrisa. Él sostiene un plato con comida y su cola se ve muy esponjosa.-
-¿Ya despertó? -Escuchas otra voz provenir de la cocina. Esa voz sale dejando ver a un chico de cabello muy largo, sumando sus largas orejas, con puntas menta. Detrás de él sale otro igual.- ¡Buen día, ama! -Los dos saludan al mismo tiempo con grandes sonrisas.-
¿Qué demonios...? Piensas.
Luego notas como se aparecen otros dos, uno de pelo negro y otro blanco, ambos con varias cicatrices, contando que no tienen cejas. Ambos la miraron, uno nervioso y el otro algo fastidiado.
-¿Quieren dejar de molestar a nuestra ama? -Se acerca Sanemi alejando a Zenitsu de sus piernas.- Perdone usted el atrevimiento de este tonto pajarraco.
Los perros no pueden evitar mover su cola al verla muy bella como siempre.
-¡Oye! -Grita separándose del mayor.- ¡Mire ama, me tratan feo! -Vuelve a chillar.-
-¡Ya cállate de una vez llorón! -Grita el lobo muy molesto.-
-Cierren un poco la boca, ella no ha dicho nada en todo el rato. -Obanai sin hacer nada de ruido hizo su presencia recargándose en la pared.-
Sin embargo, a todo esto, sigues en shock presenciando todo este espectáculo que te están montando tus...mascotas.
-Todos ustedes, guarden silencio.
-¡¿Y tu qué, gato callejero?! -Gruñe el perro mayor apretando sus puños.-
-Están molestando a nuestra ama. -Solo eso dice para acercarse a ella y tomar su mano. Este la guía hasta la cocina y la sienta en la silla de siempre.-
Tu mirada ahora se dirige hacia el pequeño que estaba dejando los platos con una linda sonrisa.
-¡Buenos días, bella ama! -Aún en shock, no pudiste evitar sonrojarte.- Hoy se ve muy bella, ¿le gustaría el licuado que tanto le encanta? Puedo notar que la fiebre ha disminuido. -Su mano viaja hasta tu frente.- Sip, ya no está ardiendo como anoche.
Ves como todos se sientan en sus respectivos lugares, ahora los conejos ya tienen sus sillas.
-Eh...eh... -Es lo único que pronuncias después de ver todo.- Yo...
Inmediatamente miras tu plato de comida el cual se ve...¡delicioso! Incluso más que lo que tu preparas. El zorro menor termina sirviendo tu licuado favorito, lo miras estupefacta y este te dedica una bella sonrisa.
-¡Gracias por la comida! -Todos dicen y comienzan a comer.-
Bien, ya al ver literalmente todo, golpeas tu rostro y...
-¡Ahhhhh! ¡Hay diez hombres en mi casa! -Te levantas de inmediato de tu silla y retrocedes buscando algún arma a tu disposición, al ver los cuchillos estás por agarrarlos hasta que una mano detiene tu muñeca. Miras hacia el que te frena y vez a un azabache de ojos diferentes. Comienzas a temblar y lo miras atemorizada esperando lo peor.- ¡Por favor no me mates!
Sanemi y Kyojuro se levantan también y delicadamente toman tus brazos para guiarte hasta tu silla. Te sientan lentamente pero se quedan ahí para que no vuelvas a ponerte loca.
-Por favor, contrólese, puede empeorar su fiebre. -Dice Genya tratando de calmarte, lo cual es inútil al ver como tu estás muy aterrada y temblando. Ahora no solo estás con 10 machos, sino que son muy fuertes.-
-Vamos a hablar de esto, no se preocupe, no tiene nada que temer. Nosotros somos muy fieles a usted. -El que habla ahora es Giyuu muy sereno.-
Ok, el desayuno pasó con ella mirándolos de reojo mientras que estos le devolvían una linda sonrisa. Terminando la comida, Yuichirou y Muichirou lavaron los platos y secaron. Kyojuro tomó tu mano delicadamente llevándote a la sala y así sentarte.
Los otros se aparecieron y comenzaron a explicar el por qué hay diez machos en tu casa.
-P-pruevenlo. -Haces una mueca esperando a que los contrarios, ¡aún con sus orejas y cola! te muestren como se convierten en lo que antes eran tus amores.-
-Bien, le probaremos así como usted manda. -Sanemi comienza por convertirse en un hermoso perro de pelaje azul con ojos negros muy brillantes. Su cuerpo está lleno de sus características cicatrices por las que lo conoces bien. Recuerdas lo mucho que le encanta a Sanemi que acaricies estas.
Después los gemelos saltan hasta ti, te protegiste pensando que te aplastarían, pero solo sentiste dos bolitas de pelo negras en cada una de tus piernas. Luego Giyuu caminó hasta ti poco a poco tomando la forma de un gato negro con hermosos ojos azules que brincó hasta tus atributos, quedando encima de ellos. Escuchas gruñidos del perro blanco.
Continuando con las transformaciones, Genya hace lo mismo que su hermano, solo que él adopta un pelaje negro muy bello.
Zenitsu corre hasta ti y de inmediato es un pequeño pajarito amarillo con naranja, dejando de volar queda sobre tu cabeza como siempre suele hacer.
Inosuke ya estaba sentado en el piso, poco a poco se iba haciendo un lobo negro con azul de increíbles ojos verdes.
Obanai camina hasta ti quedando como una serpiente y poder subir hasta tu cuello y rodearlo como siempre suele hacerlo para estar cómodo y tranquilo, porque es cálido.
Por final, Kyojuro y Senjuro adoptan la forma de hermosos zorros de pelaje amarillo con degradado rojo y naranja.
Así como antes estabas en shock, pero ahora más que nada estabas consciente de que estos hombres son tus mascotas a quienes amas con mucho cariño. No podías creerlo pero simplemente tienes que hacerlo.
-Oh cielos...
Es lo único que sale de tu boca al ver cada una de las transformaciones, intentas formular alguna palabra pero es inútil, ellos no mienten.
-Ok...ya entiendo...les creo, chicos. -No del todo pero ya casi.- Solo que no lo digiero bien. Creo que necesito...dormir...más....
Terminas por desmayarte por la fiebre. Parece que el susto la empeoró, no tanto como anoche pero si lo hizo.
...
Ya había pasado un año de aquella gran sorpresa por parte de todos mis amores. Lo había logrado digerir bien después de una semana de tenerlos de allá y otros por acá.
Incluso después de aquello nunca dejé de amarlos. Cuando desperté de aquello y pude recobrar la conciencia plenamente, ellos me rogaron por el que no los echara de casa. Claro que no lo hice, después de todo siguen siendo mis amores. Y bueno, ahora que tengo más ayuda en casa todo es mejor.
Ahora tengo más ayuda para preparar la comida, gracias a Senjuro y a Muichirou. Puedo mover cosas pesadas con ayuda de los otros, y además de eso, me ayudan a limpiar la casa.
Pero entendí muchas cosas después de eso. Las cuales son: el por qué espantaron a un conocido que una vez llevé a casa. El por qué a veces despertaba y la luz de mi baño estaba prendida. El por qué nunca ví alguna de sus necesidades por alguna parte del piso. Todo eso y más cosas que me dan flojera pensar ahora.
Aún duermen todos conmigo, claro que con sus formas de animal. No me molesta, pero ahora siento raro cuando por ejemplo, Giyuu se acomoda entre mis pechos, o cuando Inosuke se queda entre mis piernas, o incluso cuando Senjuro reposa en mi vientre.
Nunca ví pizca de morbo en ellos, solo digo que siento raro. Igualmente aún me guardan el respeto, siempre se dirigen a mi como ama o Inosuke que me dice diosa, le dije que no lo haga y no me hizo caso el condenado. Ya no le dije más. Ya terminando todo este lío que creí que solo pasaba en animes, me dijeron lo mucho que están agradecidos conmigo y lo tanto que me aman.
Yo los amo más, como no saben. Por eso estaré para ustedes de aquí hasta mi muerte o el de ustedes. Pero por ahora nada nos separara.
Confíen en mí.
...