...
...
Tan pronto como se completó la desmaterialización, Arturia inmediatamente lo sintió.
Era el hogar .
Ella estaba de vuelta en Inglaterra.
Una sonrisa nostálgica apareció en el rostro del ex rey de Gran Bretaña. Su tiempo como rey había terminado, pero su profunda conexión con su tierra no ... y podía sentir cada hueso de su cuerpo reconocer el lugar donde estaba. Estaba en su país, en su amado país ... y todavía tenía algo profundo que la vinculaba con eso.
Su expresión era tan perfecta que Gilgamesh no pudo evitar mirarla. ¿Fue ese el resultado de que ella volviera a su tierra natal?
Pero el momento terminó demasiado pronto. Se habían desmaterializado en una pequeña estación a las afueras de Londres. Sabían cómo llegar a la Asociación de Magos a través del Museo Británico, pero antes de ir allí, tenían que cambiar ligeramente su apariencia.
Habían decidido que no era una buena idea disfrazarse usando sus poderes, porque no solo consumía energía, sino que también podía detectarse. Y dado que iban a ingresar a la sede de un grupo formado por personas especializadas en magia, lo mejor era mantener un perfil bajo. Después de todo, su propia existencia había sido producto de la magia.
Arturia se había llevado con ella la bolsa que había preparado en Fuyuki mucho tiempo atrás, con dinero dentro. Había cambiado una parte a la moneda correcta para poder usarla en Inglaterra sin problemas, porque no quería depender de los Einzberns para la mayoría de sus gastos. Estaba contenta de que ella y Gilgamesh pudieran beneficiarse de su ayuda, pero era muy consciente del hecho de que no se podía confiar en ellos. Además, no le gustaba la idea de que sus movimientos fueran rastreables.
La mujer había previsto que el Rey de los Héroes no estaría encantado de tener que viajar en los mismos trenes que los que él consideraba "mestizos", pero ella había razonado pacientemente con él, explicando lo importante que era mantener el anonimato. Y ella había señalado el hecho de que, una vez que supieran dónde estaban exactamente los lugares más importantes, podrían desmaterializarse allí. Muy sin entusiasmo, Gilgamesh finalmente cedió, pero su expresión siguió siendo de puro asco durante todo el viaje en tren para llegar al centro de Londres. Arturia hizo todo lo posible por ignorarlo.
Su primer destino fue Oxford Street: era un lugar lleno de gente lleno de tiendas, y tuvieron que cambiar su apariencia para asegurarse de que no fueran reconocibles en el improbable caso de que conocieran a alguien que pudiera adivinar su identidad. Arturia estaba a punto de comprar tinte para el cabello pero, inesperadamente, Gilgamesh se opuso firmemente a ese plan. Él le dijo que ni él ni ella mancharían su color rubio con nada más.
Un poco irritada, pero también sorprendida por el hecho de que él la incluyera en su razonamiento, ella admitió y optó por una peluca para ella. Ella sabía que Gilgamesh no toleraría tal cosa por su persona; por lo tanto, ella solo sugirió que se soltara el pelo. Aceptó esa idea: durante la guerra, nadie lo había visto nunca con su cabello generalmente puntiagudo, excepto Tokiomi y Kirei; el primero estaba muerto y el segundo estaba en Fuyuki.
Se veía bastante diferente de su personaje rey con el pelo suelto, se veía bien , murmuraba traviesamente su mente, pero aún así no era suficiente como disfraz. Arturia decidió que comprara un par de gafas de sol envolventes ... porque sus ojos rojos seguramente parecerían extraños en el mundo moderno. Compró un par más pequeño para ella, por si acaso, incluso si sus ojos verdes eran menos llamativos entre la población. En la misma tienda donde compró las gafas, también compró algo de maquillaje. Se dio cuenta de cómo el Rey de los Héroes le levantó una ceja, pero ella solo puso los ojos en blanco.
Fueron a un gran centro comercial para cambiarse de ropa, y fue allí donde Arturia hizo uso de los vestuarios para ponerse la peluca que había elegido. Era negro y le llegaba a los hombros. Para que el disfraz fuera más convincente, usó el maquillaje que había comprado para oscurecer las cejas y luego el rimel negro en las pestañas. Si el color de las pestañas, las cejas y el cabello no era el mismo, seguramente parecería sospechoso.
Luego procedió a usar su ropa nueva. Como durante la guerra había usado principalmente un traje negro y su largo vestido de combate azul junto con y sin su armadura, había elegido algo relativamente diferente. Su selección estaba hecha de un vestido verde bastante corto con leggins negros debajo y largas botas marrones. Junto con su cabello negro, se veía elegante pero lo suficientemente casual.
Cuando salió de los vestidores con su nuevo atuendo, buscó a Gilgamesh, pero tuvo problemas para reconocerlo. Si no hubiera podido sentirlo, no habría estado segura de su identidad.
Además de las gafas de sol, ahora llevaba una camiseta blanca informal con una chaqueta de cuero negra y pantalones negros. Con su figura alta y delgada, podría haber sido confundido con un motociclista, aunque bastante elegante. Estaba contenta de que él hubiera aceptado renunciar a sus joyas de oro habituales, porque realmente lo habrían hecho destacar demasiado.
Él le dedicó una sonrisa cuando la vio, sus ojos la escanearon de arriba abajo. Ella ignoró su mirada y le preguntó si prefería registrarse en el hotel que los Einzberns habían reservado para ellos o si estaba bien ir a la Asociación de Magos de inmediato. Gilgamesh la miró con arrogancia y dijo que apenas esperaba que hubieran elegido un lugar adecuado para su estadía; por lo tanto, no tenía la intención de pasar más tiempo del estrictamente indispensable.
Poniendo los ojos en blanco por enésima vez y reprimiendo una sonrisa exasperada ante sus travesuras arrogantes habituales, Arturia procedió a comprar boletos para el metro antes de que pudiera protestar por la forma "humilde" de viajar.
...
* "*" * "*" * "*" * "*" *
...
Los dos reyes fueron a la base de la Torre del Reloj, cuya entrada estaba oculta en el Museo Británico. Arturia mostró el anillo Einzbern a uno de los guardias, y de inmediato la acompañaron a las puertas de acceso secretas.
Sin embargo, miraron a Gilgamesh con cautela. Su apariencia y sus gafas de sol eran un poco intimidantes. Arturia evitó cualquier posible conflicto al declarar inmediatamente que él estaba con ella, y los guardias los dejaron pasar.
Al darse cuenta de que acababan de ingresar al centro de operaciones de una de las organizaciones más poderosas del mundo, no se sorprendió ni Arturia ni Gilgamesh. Tenían un objetivo claro en mente, y lo único que tenían que tener cuidado era no dejar que nadie supiera quiénes eran en realidad. Los Einzberns les habían proporcionado identificaciones falsas, por si acaso.
Siguiendo las instrucciones en las paredes, los dos reyes atravesaron el laberinto de pasillos y pasillos, caminando por muchas personas que estaban alrededor. Estaban buscando la biblioteca principal de la Asociación.
Tan pronto como lo encontraron, inmediatamente comenzaron a buscar los libros que necesitaban, asegurándose de que nadie los siguiera ni pareciera interesado en lo que estaban haciendo. Bueno, en realidad fue Arturia quien comenzó a buscar los libros ... Gilgamesh ya había dicho que no iba a buscar entre los polvorientos volúmenes.
Sin embargo, el Rey de los Caballeros fue más que capaz de completar tal tarea por su cuenta, y de hecho logró localizar libros sobre rituales de invocación y libros sobre el Santo Grial de Fuyuki. Luego simplemente eligió los volúmenes que trataban sobre ambos , y su investigación se realizó.
El problema era que la cantidad de material no era pequeña: había más de veinte libros pesados y polvorientos listos para que ella los revisara. Podría tomar meses leerlos detenidamente y encontrar la información que necesitaba. Especialmente teniendo en cuenta que, por supuesto, los libros no podían ser prestados ... no era una biblioteca en el sentido más estricto de la palabra, porque los datos allí guardados eran demasiado antiguos y preciosos para arriesgar su pérdida.
Arturia suspiró. Había venido a Londres para obtener la información necesaria para realizar un ritual de invocación y destruir el Grial ... no esperaba que la tarea fuera fácil, y no iba a rendirse solo porque le esperaba una gran cantidad de trabajo. Determinada, fue a una de las mesas dispersas en la biblioteca, abrió el primer libro y comenzó.
Descubrió que había tenido suerte: el primer volumen describió en detalle cómo realizar una invocación correcta del Santo Grial. A pedido de Gilgamesh, ella leyó en voz alta los pasajes más importantes. Bueno, no en voz alta porque estaban en un espacio público, y en una biblioteca, sino en un murmullo bajo.
Pronto descubrieron que el ritual adecuado había cambiado entre la Segunda y la Tercera Guerra, especialmente en lo que respecta al buque que se necesitaba para que el Grial obtuviera una forma física. Algo poderoso era necesario como contenedor, y lo más poderoso para tal ritual era la vida humana. Los Einzberns habían encontrado una manera de evitar el uso de la vida humana "real" ... creando los homúnculos y usándolos como vasijas. Debido a que no solo era necesaria una vida, la vida elegida también tenía que estar de alguna manera mágicamente unida al Grial ... y los Einzberns, al estar entre las tres familias que lo habían comenzado todo, sabían cómo hacer eso con los homúnculos.
No había forma de sortear ese obstáculo: era necesario algo tan poderoso como la vida humana para unir el Grial al mundo físico de los vivos. Arturia guardó silencio después de leer esas partes, pensando.
Ella no quería usar a una persona para el ritual ... y no lo haría.
No tenía que haber otra manera, porque no iba a sacrificar a nadie para invocar a un vaso dañado que había que destruir. Sus pensamientos fueron a Illya, y tuvo que reprimir un escalofrío. Pensar que los Einzberns la estaban criando como un animal para el sacrificio, simplemente preparándola para ser la futura nave del Grial ... Arturia sintió un profundo disgusto hacia esa familia.
El Rey de los Caballeros decidió dejar a un lado la cuestión de qué, o quién, usar como recipiente físico para el Grial, al menos por el momento. Fue firme en su decisión de que no usaría una vida humana; tenía que haber una forma de sortear ese obstáculo.
Cuando ella le mencionó eso a Gilgamesh, él parecía bastante despreocupado. Realmente no vio ningún problema en eso, pero cuando ella le preguntó por qué, él simplemente respondió que ella podría encontrar la solución más noble, como siempre.
Sorprendida por su comentario, Arturia bajó la mirada. Ella decidió dejarlo pasar y continuó en su lectura.
Sin que ella lo notara, pasaron varias horas y de repente una voz extrañamente familiar se dirigió a ella.
"Lo siento, la biblioteca está a punto de cerrar".
El Rey de los Caballeros se sintió muy contento de haber decidido usar sus pequeñas gafas de sol, incluso dentro de la habitación ... porque delante de ella había alguien que podría haberla reconocido si hubiera visto sus ojos verdes.
No era otro que Waver Velvet, Master of Rider durante la Cuarta Guerra del Grial.
Tenía una actitud amistosa y una sonrisa educada en su rostro, y parecía esperar pacientemente a que se fueran. Arturia le asintió, levantándose y recogiendo los diversos libros. Ella fue a ponerlos en su lugar, mientras Waver esperaba y Gilgamesh observaba en silencio.
El joven los miró a los dos con interés.
"Disculpe mi curiosidad, ¿son turistas?"
Arturia sabía que si Gilgamesh decía algo, sería algo grosero; por lo tanto, ella asintió rápidamente.
"Sí, estamos visitando Londres".
Ella sabía que el hecho de que estaban especializados en magia estaba implícito, porque de lo contrario no habrían estado en el área secreta del Museo Británico en primer lugar.
Waver sonrió mientras se dirigían hacia las puertas.
"Estás de suerte entonces. Hay bastantes festivales en estos días en el centro de la ciudad. Supongo que podrías estar interesado en las bicicletas ... hay un desfile mañana".
Gilgamesh le dirigió una mirada fría al niño, pero por suerte sus gafas de sol lo ocultaron.
"¿Por qué deberíamos estar interesados en las motocicletas?"
El antiguo maestro solo saludó.
"Asumí eso por la forma en que estás vestido, pero probablemente juzgué mal. La única persona que vi en una motocicleta fue una mujer ... y hombre, ella realmente sabía lo que estaba haciendo".
Arturia frunció el ceño ligeramente. ¿La única persona que había visto en una motocicleta ...? Oh .
Gilgamesh notó su reacción, y fue lo suficientemente inteligente como para hacer la conexión. Él le dio una sonrisa.
Con una mirada que podía sentir incluso a pesar de las gafas de sol, Arturia decidió ignorarlo y concentrarse en salir de la biblioteca ... y fue entonces cuando notó un letrero en la puerta que especificaba la hora de apertura y cierre del lugar.
Ella se volvió hacia Waver.
"Disculpe, pero ¿mañana está cerrada la biblioteca?"
El asintió.
"Los domingos no se permiten visitantes dentro de la biblioteca de la Asociación".
Su decepción debe haber sido evidente, porque él agregó rápidamente: "Pero como mencioné, hay muchos festivales en estos días y ..."
La expresión visible de Gilgamesh estaba aburrida.
"No estamos interesados en esas cosas, chico".
Waver fue lo suficientemente educado como para ignorar el término y continuó: "Bueno, también hay muchos lugares históricos importantes para visitar si no estás interesado en cosas más modernas ... Hay algunas abadías muy fascinantes para ver ... ¡Oh! es, por ejemplo, la abadía de Glastonbury ... "
Gilgamesh estaba claramente desinteresado y a punto de decir algo grosero, cuando Arturia le puso una mano en el brazo con firmeza y dejó que el chico terminara.
"... donde está la tumba del Rey Arturo, o si prefieres visitar una catedral como la de Ely ..."
Al mencionar ese nombre, Arturia inmediatamente se tensó. Gilgamesh se dio cuenta al instante y dio un paso delante de ella. Él simplemente asintió con la cabeza al chico, un gesto extrañamente civilizado, y, tomándola del brazo, la arrastró suavemente.
Los dos reyes dejaron la Asociación de Magos y fueron a su hotel en silencio. Como Gilgamesh había esperado, el hotel no estaba a la altura de sus gustos, a pesar de que era de cinco estrellas. Antes de ir a sus respectivas habitaciones para pasar la noche, él la tomó del brazo nuevamente.
Se encontró con su mirada inquisitiva y sonrió levemente.
"Mañana iremos a la abadía de Glastonbury, Arturia".
Sus ojos verdes se abrieron y trató de protestar, pero él le impidió hacerlo.
"La biblioteca está cerrada mañana y no tengo intenciones de dejarme aburrir. Se supone que hay una tumba en el patio de esa abadía, algo que podría resultar bastante entretenido de ver. Después de todo, cuántas personas pueden echar un vistazo a su lugar de descanso final?
La Rey de los Caballeros debatió consigo misma por un momento. No había una forma ventajosa de pasar el día siguiente ... podrían ir a ver su tumba. Después de todo, el tiempo que no se podía dedicar a recopilar información sobre el Grial, bueno, se podría utilizar para ... ir a visitar su país, ¿no? Regresó a Inglaterra después de tantos siglos, así que ¿por qué no ir a mirar un poco? Lentamente, asintió con la cabeza a Gilgamesh, quien le dio otra de sus sonrisas antes de darse la vuelta y saludarla con la mano.
Esa noche, en su lujosa habitación, Arturia pensó en Illya. Era la primera noche en mucho tiempo en que no había metido a la niña en su cama. Tenía que admitir para sí misma que echaba de menos a la niña de buen corazón ..., como sabía que lo haría.
Deseándole una buena noche con todo su corazón, se durmió.
...
* "*" * "*" * "*" * "*" *
...
Al día siguiente, después de que Arturia se asegurara de que usaran chaquetas con capuchas para ocultar mejor su apariencia, Gilgamesh los desmaterializó a Glastonbury Abbey, Somerset.
Era un día fresco y una brisa extrañamente suave rodeaba el lugar. Era inusual, considerando el clima normalmente duro de Inglaterra.
Caminaron por el patio amarillento dentro de la abadía y, en el medio, encontraron la supuesta tumba del rey Arturo.
Los dos reyes se detuvieron frente a él, sin decir una palabra.
Una simple tumba en el medio de Inglaterra. Una piedra gris simple y hierba creciendo sobre ella.
Ese fue el lugar donde el Rey Arturo tuvo su descanso final.
El lugar donde había terminado una vida, junto con la era de un reino.
Y ese fue el lugar donde Arturia finalmente llegó a una de las realizaciones más dolorosas de su vida.
Ella no podía cambiar el pasado .
Una profunda sensación de tristeza la invadió, porque sabía que lo que acababa de pensar era la dura y amarga verdad.
Hasta ese momento, incluso si hubiera sabido que el Grial era corrupto y no tenía conocimiento de ningún otro tipo de magia que pudiera concederle su deseo, aún tenía la esperanza equivocada de deshacer el pasado.
Su deseo más profundo había sido cambiar el destino de su reino ... y podía ver que era un deseo destinado al fracaso.
¿Eso significaba ... que todo lo que había hecho había sido completamente en vano?
...quizás.
... o tal vez no.
Como si hubiera leído sus pensamientos, Gilgamesh, de pie junto a ella, habló.
"Has hecho algunas cosas buenas para tu reino, Rey de los Caballeros. Incluso si Gran Bretaña ha caído durante tu tiempo, tus acciones han asegurado su base, su prosperidad futura e incluso crearon una leyenda para guiarlo e inspirarlo. Tu historia ha influido en el grandeza de este país ... luchaste contra un destino que no podía ser cambiado, pero lo has hecho bien ".
Escuchar al arrogante Rey de los Héroes dando tantos elogios ... decir que fue inesperado fue quedarse corto. Se paró junto a ella, con las manos en los bolsillos, y miró a lo lejos con una expresión indescifrable en su rostro.
Arturia, callada e inmóvil, no se dio cuenta de que las lágrimas habían comenzado a correr por sus mejillas ... hasta que sintió el agua caliente en su cuello. Se alegró de que su capucha ocultara su rostro de la vista.
Una brisa calmante soplaba a su alrededor. Gilgamesh permitió que el viento empujara su capucha hacia atrás, pero aún no la miró.
Por ese pequeño hecho, Arturia estaba agradecida. Era la primera vez que sentía algo amigable hacia el Rey de los Héroes. Ella no sabía por qué él estaba ... respetando su espacio, por así decirlo, y realmente no le importaban sus motivos. Ella lo apreciaba en cualquier caso.
Aparentemente, sin embargo, no había terminado de hablar.
"Alguien como Rider debería ver este lugar. Ese hombre ... ese hombre era un gran señor de la guerra, pero no tenía derecho a despedir a nadie como rey, cuando nunca había sido uno en primer lugar. Iskandar ... era un heroico digno. Espíritu, incluso lo suficientemente digno como para contemplar la grandeza de mi Ea. Por eso, puedo darle suficiente respeto ... como héroe. Pero él no era un rey, era un líder, y uno realmente grandioso. Sin embargo, nada más que eso ... y es por eso que nunca tuvo el derecho de expresar su juicio sobre un rey tan grande como tú ... Arturia ".
El cabello rubio del Rey de los Héroes estaba suelto y el viento lo soplaba suavemente. Las lágrimas de Arturia habrían brillado a la luz del sol si su capucha no hubiera estado cubriendo sus mejillas.
Gilgamesh pareció respirar lentamente.
"Tus acciones como rey pueden haber fallado en ese momento, en tu tiempo, en proteger tu reino para siempre, pero tu marca ha permanecido en la historia. No deberías tratar de cambiar eso, Arturia ... porque eres uno de los pocos en la historia que merece ser recordado ".
El asombro producido por esas palabras fue tan grande que incluso él tuvo que sentirlo, porque agregó, con una voz ligeramente más fría, "No pienses que te estoy felicitando, Rey de los Caballeros . Simplemente estoy afirmando los hechos obvios sobre King Arthur ... hechos que ya deberías tener en cuenta.
Arturia podía sentir que sus últimas palabras habían sido más duras a propósito, y habría puesto los ojos en blanco, si aún no hubieran estado llenas de lágrimas. Ella los alejó y levantó ambas manos para empujar su capucha hacia atrás. Ella utilizó ese movimiento para secarse rápida y discretamente las mejillas con las mangas de su chaqueta.
Ella miró hacia el cielo, pensando en su reino. Y lentamente, una expresión serena, aceptable y pacífica se asentó en sus rasgos. Cuando Gilgamesh finalmente la miró, una sonrisa melancólica apareció en sus labios.
"Yo ... estoy dejando ir mi reino".
Se dijo en voz baja, pero con fuerza subyacente en cada palabra.
El Rey de los Héroes le levantó una ceja y casi se burló ... pero de alguna manera, sorprendiéndose a sí mismo, se las arregló para no hacer eso. Él ignoró el pensamiento al preguntar por sus palabras.
"¿Ya no te consideras un rey, entonces?" Su tono era un poco burlón.
Arturia se encontró con su mirada ... el verde brillante se encontró con el rojo sangre.
"Estoy dejando ir mi reino, no mi reinado . Cometí errores durante mi reinado, y nunca me los perdonaré. Nunca", y su tono se volvió un poco más triste, incluso si inmediatamente volvió a ser resuelto. usual. "Pero sé ... que hice todo lo que pude como rey. Puede que haya fallado, pero no fue porque no hice mi mejor esfuerzo con todo lo que tenía. A veces ... a veces no puedo evitar pensar que alguien más podría Lo hice mejor en mi lugar, pero la historia me tuvo allí, e hice lo mejor que pude ".
Respiró hondo, cerró los ojos y se permitió sentir la caricia del viento en su rostro.
"Ahora sé y acepto, sin embargo, que el arrepentimiento no es lo único que debo permitirme sentir ... porque hice algunas cosas que fueron buenas. Por lo tanto, no estoy dejando de lado mi reinado. Soy el legítimo Rey de Gran Bretaña y de los Caballeros, y eso es algo que me quedaré ".
Gilgamesh se sintió extrañamente complacida mientras observaba su expresión ... una fuerte, valiente pero gentil y sabia. La expresión correcta de un rey.
En ese momento, mientras la miraba, pudo ver qué gran rey era ella, con su semblante orgulloso y honorable. Era irresistible ... quien pudiera contemplar un tesoro así sería una persona afortunada, de hecho.
Los dos reyes se miraron por un momento muy largo. Pero entonces, ese momento de perfecto entendimiento entre ellos roto, se dieron la vuelta y se alejaron de la tumba del Rey Arturo.
Tan pronto como salieron de la Abadía, Gilgamesh le ofreció su mano de una manera menos altiva de lo habitual ... y ella la tomó con más gentileza de lo habitual. Con los ojos cerrados una vez más, se desmaterializaron.
...
...
N / A : Sé que Glastonbury Abbey no es exactamente como lo describí. Gracias por leer de todos modos;)