N / A : algunas de las cosas que se dicen en este capítulo sobre el Grial no son completamente ciertas en el canon. Pero son necesarios para este fic. ¡Gracias por leer!
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Después de la discusión, al contrario de lo que ambos esperaban, la relación entre Gilgamesh y Arturia se había vuelto más ... relajada.
Cuando lo pensaron, reconocieron que realmente tenía sentido. Se habían contado lo que realmente pensaban, y al hacerlo, habían creado una conexión profunda entre ellos. Y eso les permitió estar más cómodos en presencia del otro.
Eso se mostró especialmente en las noches, cuando Arturia generalmente tomaba un libro de la biblioteca y leía en voz alta para ambos en la sala de estar.
Había decidido que era mejor saber más sobre la Guerra del Santo Grial y, por lo tanto, había comenzado a leer en voz alta bastantes libros históricos. De ellos, descubrieron que solo después de la caótica Segunda Guerra Mundial, la Iglesia, al decidir darle al conflicto cierta apariencia de rectitud, había introducido algunas reglas precisas.
Surgieron otros datos mucho más impactantes ... cosas de las que Arturia no había estado al tanto. Descubrió, para su consternación, que para completar el ritual de invocación del Grial se suponía que los siete Siervos debían morir ... y esa era la razón real por la que existían los Hechizos de Comando, para que los Maestros pudieran obligar a sus Siervos a suicidarse.
Eso iba en contra de todo lo que habían conocido anteriormente ... Según lo que habían pensado que era cierto, se suponía que una pareja formada por un Maestro y un Siervo ganaría la guerra, y cada uno de ellos podría pedir un deseo en el Grial.
El Rey de los Caballeros no estaba exactamente lívido, pero no estaba feliz al descubrir que había sido simplemente un peón y que nunca había tenido la esperanza de ganar el Grial desde el principio. Fue entonces cuando Gilgamesh habló.
"Me enteré de las reglas reales de la guerra ... y esa fue parte de la razón por la que acepté cambiar al Maestro". Jugó con su copa de vino siempre presente. "Sabía que Tokiomi me sacrificaría al final".
Arturia levantó una ceja hacia él. Los comentarios sarcásticos no eran su tipo de cosas, pero esta vez no pudo evitarlo.
"Y no crees que al final Kirei también te hubiera matado, ¿verdad?"
Él replicó: "Había estado analizando al chucho lo suficiente como para comprender cuáles eran sus verdaderas prioridades".
Tales pequeños intercambios de sarcasmo se hicieron cada vez más comunes entre ellos.
Después de haber leído sobre la Segunda Guerra, Arturia buscó libros sobre la Tercera Guerra ... y se sorprendió al descubrir que había muy pocos, y todos muy vagamente detallados. Era extraño ... especialmente porque los estantes con esos libros estaban casi vacíos. La mujer sospechaba, principalmente porque sabía que Jubstacheit von Einzbern la había visto ir a menudo a la biblioteca para consultar libros históricos ... pero no tenía motivos para hacer preguntas sobre la aparente ausencia de algunos libros.
Unos días después de enterarse de la muerte requerida de los Sirvientes, Arturia estaba leyendo otro libro de Magia con Illya cuando hizo un descubrimiento sorprendente.
Según las lecciones que estaban aprendiendo en ese momento, si un objeto mágico liberaba energía después de haber sido supuestamente destruido, significaba que el proceso había sido imperfecto y que la energía latente permanecería dentro del objeto.
Eso podría significar ...
Arturia evitó hablar de sus sospechas frente a la niña y esperó hasta que se fue a dormir esa noche antes de hablar sobre el tema con Gilgamesh. Ella no habría hablado con él si él no hubiera sido el único en saber de qué estaba hablando.
Al releer el pasaje que había suscitado sus sospechas, las relacionó con el Rey de los Héroes.
"Gilgamesh, si esto es cierto, entonces podría significar ... que el Grial no ha sido destruido".
Su rostro casi se contorsionó de ansiedad. Si el Grial no hubiera sido destruido, entonces habría otra Guerra del Santo Grial. Y si iba a tener lugar otra Guerra del Grial ...
Illya , fue el primer pensamiento que su mente gritó.
Gilgamesh parecía estar muy tranquilo mientras observaba sus diversas reacciones. Tan pronto como ella pareció haberse calmado un poco, él se sentó de su posición acostada en el sofá y le entregó casualmente dos libros que habían estado bajo sus pies pero que ella no había notado antes.
Arturia los tomó con el ceño fruncido, ligeramente confundido, pero rápidamente se convirtió en un grito de asombro cuando se dio cuenta de cuáles eran esos dos volúmenes.
Parecían ser los libros secretos de Einzbern sobre la Tercera Guerra del Grial, ¡los que no había podido encontrar en la biblioteca!
Miró al rey dorado con asombro. Él simplemente se encogió de hombros.
"Los estabas buscando, ¿no?"
La había visto buscar en vano los libros que habían desaparecido misteriosamente de los estantes de la biblioteca, e inmediatamente supo que Jubstacheit von Einzbern tenía algo que ver con eso. Así que simplemente había seguido al viejo mestizo el día que había hecho su aparición nuevamente, y lo había visto poner algunos volúmenes en una pequeña habitación contigua a la biblioteca. Había resoplado mentalmente en el escondite poco inteligente del hombre y simplemente se había llevado los libros con él.
Arturia inmediatamente abrió el primer tomo y comenzó a leer en voz alta. Esa noche no lograron leer mucho, porque ya era tarde, pero descubrieron algo que ninguno de los dos esperaba: la familia Einzbern había tenido la culpa de la corrupción del Grial.
Eso significaba que todo lo que había sucedido durante la Cuarta Guerra no tenía sentido, porque la copa ya estaba contaminada.
Todas las personas que habían muerto ... todo había sido en vano.
Las familias habían sido destrozadas ... y todo había sido en vano.
Las siguientes noches, Arturia continuó leyendo en voz alta de los dos libros, y los dos antiguos Sirvientes estaban interesados en lo que descubrieron.
Leen sobre la naturaleza de Angra Mainyu ... la encarnación de 'todos los males del mundo'. Aparentemente había contaminado el Grial y logró corromperlo por completo para cuando comenzó la Cuarta Guerra del Grial. Tanto Gilgamesh como Arturia recordaron la entidad oscura que habían conocido dentro del Grial.
La mujer consideró lo que había leído en el libro de Magecraft y lo que estaba aprendiendo de esos volúmenes de historia.
"Golpeé el Grial con una explosión directa. Debería haber sido suficiente para destrozarlo definitivamente. Pero ese barro negro que salió de él ... significa que no fue destruido".
Leyó más sobre la naturaleza del Grial las siguientes noches, y fue cuando descubrieron cómo estaba realmente compuesto.
El Grial era una entidad sobrenatural y, como tal, necesitaba algo físico, un recipiente, para manifestarse en el mundo de los vivos. El proceso de manifestación fue gradual ... recibió la energía de cada Siervo que murió, y que comenzó a unir la vasija y el Grial.
Arturia fue golpeado con un pensamiento. Esa fue la razón por la que Irisviel se había vuelto cada vez más y más débil. Después de la muerte de Assassin, tuvo que cerrar su sentido del tacto para poder seguir dando vueltas. Después de la muerte de Caster, ella apenas se había movido. Y después del suicidio forzado de Lancer ... el homúnculo de pelo blanco se había derrumbado. Ella había sido el recipiente del Grial ... y con la muerte de cada Siervo, su vínculo con el Grial se había fortalecido, debilitando su vida como humana.
El Rey de los Caballeros se obligó a concentrarse en el libro que estaba leyendo y dejó a un lado los pensamientos sobre su amiga.
Lo que realmente llamó su atención, y se lo señaló al Rey de los Héroes, que había estado escuchando atentamente todas las noches, fue nuevamente la doble naturaleza del Grial. Su verdadera forma se entrelazó con el recipiente, pero realmente se convirtieron en uno solo una vez que todos los Sirvientes, o al menos seis de ellos, murieron y, por lo tanto, pusieron su energía dentro de él.
Sin embargo, el hecho de que dos Sirvientes aún estuvieran vivos cuando la explosión de Excalibur lo golpeó significaba que la nave y la verdadera forma del Grial no habían estado juntos ... y, por lo tanto, la luz de Excalibur solo había destruido la nave física. Prueba de ello era el barro negro que había brotado de él, que era manifestación de energía latente.
Eso significaba ... que no solo existía el Grial ... sino que también la energía de los cinco Siervos que habían muerto todavía estaba dentro de él.
Arturia volvió al libro para volver a leer un pasaje y asegurarse de haber entendido bien los hechos.
Decía que había un período de sesenta años entre cada Guerra del Santo Grial porque el Grial necesitaba reunir y almacenar suficiente energía para manifestarse en Fuyuki.
Pero ... la energía de cinco Sirvientes había permanecido dentro del Grial después de la Cuarta Guerra. ¡Eso significaba que la próxima guerra iba a tener lugar en mucho, mucho menos de sesenta años!
Y eso significaba que Illya sin duda estaría involucrada en eso también ...
Arturia cerró el último libro. Después de más de diez días de lectura todas las noches, había terminado los dos volúmenes que Gilgamesh le había dado.
Ella tuvo que pensar.
Había discutido sobre todos esos descubrimientos con Gilgamesh ... bueno, había hablado y explicado mientras él simplemente se había sentado y escuchado.
Ella pensó mucho, sopesando todos los hechos cuidadosamente. La razón por la cual Excalibur no había podido destruir el Grial era bastante clara: la nave y la verdadera naturaleza no se habían unido lo suficiente como para ser destruidas de una sola vez ... y esa era también la razón por la cual una parte de la oscuridad de Angra Mainyu había podido fluir fuera. Habría sido necesaria una doble explosión para destruir el Grial en las condiciones en que había estado al final de la Cuarta Guerra. Un arma tan fuerte como Excalibur, si no más fuerte, para destruir la nave y el Grial a través de la conexión que compartían, y luego Excalibur ... para usar su brillo para purificar y vencer a todos los que intentaron escapar de ella ... o incluso al revés podría funcionar.
Tiene sentido. La forma completa del Grial estaba hecha tanto del contenedor físico como de la verdadera esencia ... tenía una doble naturaleza. Por lo tanto, fue necesaria una doble explosión para eliminarlo por completo de la existencia.
Arturia se levantó y caminó hacia la ventana. Sus ojos miraron hacia afuera sin ver nada. Ella habló después de una larga pausa.
"El Grial tiene que ser destruido ... y debe hacerse mientras su energía aún esté un poco inactiva, o se volverá lo suficientemente fuerte como para comenzar otra guerra".
Su mirada se volvió resuelta. Tenía que encontrar una manera: el Grial debía ser detenido. Esas guerras ya habían causado demasiadas muertes innecesarias e inútiles.
El Rey de los Caballeros tomó su decisión. Ella lo haría. Tendría que destruir el Grial. Ese sería su nuevo objetivo.
El Rey de los Héroes se sintió divertido al presenciar su decisión.
"Esto es ... interesante. Pretendes deshacerte de un objeto místico pero corrupto que intentaste obtener durante tanto tiempo ... Muy interesante". Él miró su forma, de pie junto a la ventana. "¿Cómo pretendes hacer algo así, Arturia ?"
La mujer podía sentir el desafío tácito en sus palabras: la estaba probando. Le estaba pidiendo que demostrara que no solo estaba hablando, sino que tenía la intención de hacer lo que había dicho que haría.
Ella reflexionó. Para destruir el Grial, lo primero que necesitaba era información más detallada, información que no podía encontrar en el castillo de Einzbern. Necesitaba aprender mucho, mucho más sobre Magecraft y los rituales de invocación ... y el mejor lugar para aprender más sobre esos ...
"Tendré que irme", dijo, pensativa. Antes de que él pudiera interrumpirla, ella continuó: "Necesito ir a Londres, a la sede principal de la Asociación de Magos. Allí puedo encontrar la información que necesito para convocar al Grial correctamente".
Ella no agregó que sospechaba que era necesario un vaso físico humano ... no podía estar segura hasta que investigara más al respecto. Una nave era inevitable ... pero esperaba que fuera posible usar algo que no fuera una persona viva.
Concluido su razonamiento, se dio la vuelta para mirar a Gilgamesh. Al mirar el reloj en la pared, se dio cuenta de que ya eran más de las tres de la mañana, pero ignoró la idea de concentrarse en el hombre que tenía delante.
Sus ojos se encontraron con los de él, firmemente. "Ahora que ya sabe lo que he decidido hacer, qué va usted hacer, Rey de los Héroes? ¿Tiene la intención de apoyar, observar, detenerme? ¿Qué es lo que pretendemos hacer, Gilgamesh?"
El estaba en silencio. De repente, una copa de vino apareció en su mano y le dio un sorbo. Girando el vaso en sus dedos, sonrió lentamente.
"Te doy una oportunidad, Rey de los Caballeros. Como has superado mis expectativas en términos de entretenimiento, te pido que trates de hacerme decidir". Se recostó en el sofá, con una expresión de satisfacción en su rostro.
Arturia permaneció en silencio por un momento. Ella sabía que podía usar su ayuda. Por lo tanto, comenzó lentamente, "... Probablemente deberías ayudarme, Gilgamesh".
Miró por la ventana otra vez, sumida en sus pensamientos.
"Hay varias razones para hacerlo. Por un lado, no estamos envejeciendo ... y eso significa que eso es algo que tiene que ver con el Grial".
Se habían dado cuenta de que no estaban envejeciendo solo unas semanas antes.
"Entonces, si el Grial no se destruye, habrá otra guerra; soy muy consciente", continuó de inmediato, notando que estaba a punto de decir algo, "que no te importa exactamente eso. Sin embargo, lo haría". quisiera llamar su atención sobre una consecuencia de este hecho: una nueva guerra significa nuevos sirvientes, y nuevos sirvientes significan que podría haber otros espíritus heroicos, que podrían empaparse en la sustancia negra del Grial ... y también podrían sobrevivir. ¿Realmente quieres que otros estén en tu misma posición, Rey de los Héroes? " Su expresión era la más sarcástica que había visto en ella. Ella se burló de él, "Ya es bastante malo que me hayan dado el mismo honor, pero ¿y si los demás también lo recibieran?"
Tan pronto como terminó de hablar, Gilgamesh hizo desaparecer su vaso y aplaudió ligeramente, sonriendo.
"Estoy impresionado, Arturia ... lograste hacer algunos puntos muy buenos. Ningún otro mestizo merece el mismo honor que tenemos".
Su expresión, aparte de su sonrisa presumida, era imposible de leer.
Arturia frunció el ceño ligeramente. No había dicho que ella no fuera digna ... eso era extraño. Sin embargo, antes de que ella pudiera preguntar sobre sus palabras, él se levantó y se acercó a ella.
"Iré contigo entonces, Arturia, y te prestaré mi ayuda ... pero una cosa debe estar clara". Él entrecerró los ojos ligeramente. "No me rebajaré para leer libros polvorientos, ya he tenido que tocar estos sucios Einzbern".
Por primera vez, Arturia se permitió rodar los ojos físicamente en lugar de mentalmente frente a él, y sonrió.
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No iban a irse de inmediato, pero en muy poco tiempo.
Al día siguiente, incluso si no había dormido lo suficiente, Arturia habló con Illya. Sin entrar en detalles, le explicó seriamente a la niña que ella y Gilgamesh necesitaban ir a Londres por un tiempo, y luego regresarían. La joven no entendió muy bien las noticias: Arturia había estado viviendo con ella durante más de dos años para entonces, y se había convertido en una presencia constante y confiable en su vida. El Rey de los Caballeros le aseguró que se iría solo temporalmente y que volvería. Después de buscar los ojos verdes de la mujer con sus ojos rojos oscuros, Illya cedió y asintió, aunque con tristeza.
Después de contarle sobre la inminente partida, Arturia también habló con ella sobre su familia. Le dijo a la niña que tuviera mucho cuidado cuando se fueran, y que no confiara en nadie, ni siquiera en sus sirvientes más confiables con quienes iba a continuar sus estudios. La mujer le dijo eso con toda seriedad: sabía que la niña era lo suficientemente brillante como para entender, y también era lo suficientemente competente en magia para defenderse si era necesario. El Rey de los Caballeros dudaba de que los Einzberns intentaran hacerle algo en el período en que ella no estaba allí, pero no iba a correr ningún riesgo.
Antes de hablar con el líder de Einzbern, Arturia le pidió a Gilgamesh que guardara los libros secretos de Einzbern en el lugar de donde los había sacado, para no levantar sospechas. Su expresión se había ofendido casi por la solicitud, pero, aunque estaba bastante molesto, había cumplido.
La conversación con Jubstacheit von Einzbern había sido muy breve y formal. Arturia le había dicho sinceramente que tenía la intención de ir a la Asociación de Magos para profundizar su conocimiento sobre Magecraft, y Jubstacheit no había tenido ninguna objeción. De hecho, se había asegurado de que los sirvientes les proporcionaran a ella y a Gilgamesh ropa de viaje, e incluso le dieron un sello de Einzbern, grabado en un anillo que colgaba de una cadena, para que pudiera usarlo alrededor de su cuello y usar el Einzbern privilegios en Londres. Arturia le agradeció de mala gana su regalo, sabiendo que solo tenía en mente sus intereses egoístas, y se despidió de él.
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Arturia y Gilgamesh estaban a las puertas del castillo de Einzbern, listos para partir.
Tan pronto como estuvieran fuera de la barrera mágica, Gilgamesh los desmaterializaría una vez más, porque incluso si la descripción de Arturia de la primera clase de un avión le había llamado la atención por un tiempo, todavía se negaba a viajar "de la manera en que mestizos ".
Arturia sospechaba que solo quería un jet privado, y no iba tan lejos.
Illya había insistido en acompañarlos a la puerta ella misma. Tenía una expresión muy triste e incluso parecía preocupada.
Antes de irse, Arturia le dio a la niña una sonrisa.
"Volveré a verte tan pronto como pueda, Illya".
La niña asintió, mirándola con ojos brillantes. Entonces, de repente, cuando la mujer estaba a punto de darse la vuelta para irse, Illya corrió hacia ella y la abrazó con fuerza alrededor de su cintura, rompiendo a llorar contra su abrigo azul.
Arturia estaba paralizada por la sorpresa, sus manos automáticamente aterrizando sobre los hombros de la niña por instinto. Sorprendida por sus acciones, no se dio cuenta de cómo el Rey de los Héroes les estaba dando una mirada de complicidad.
La niña, entre sollozos y mientras aún se aferraba a la ropa de Arturia por su querida vida, gritó: "P-prométeme, A-arturia ... ¡Pp-te prometo que volverás ...!"
La mujer, todavía aturdida por las acciones de la niña, se arrodilló a su nivel, sin preocuparse por la nieve que la rodeaba. Suavemente desabrochó las manos apretadas de Illya y las tomó entre las suyas. Ella le dio otra sonrisa y la miró directamente a los ojos.
"Lo prometo, Illya. Volveré. Y tú me lo prometes", su agarre se hizo un poco más firme, "que continuarás tus estudios y serás cuidadoso".
La chica de cabello blanco resopló y asintió, mirándola con ojos aún llenos de lágrimas. Y luego echó los brazos sobre los hombros de la mujer y la abrazó.
"Te echaré de menos", sollozó.
Que alguien la abrazara era algo completamente nuevo para Arturia. Fue con vacilación que sus brazos rodearon la forma de la niña para abrazarla. Pero, tan pronto como la abrazó, se dio cuenta de cuánto consuelo podía proporcionar esa acción, y acarició el cabello de Illya ligeramente.
Con la niña en su cálido abrazo, Arturia sonrió.
"Yo también te extrañaré, Illya".
No lo sabía, pero en ese momento, su expresión era la más dulce y encantadora que Gilgamesh había visto en su rostro.
Y no pudo hacer nada más que mirar fijamente algo muy cercano al asombro mientras las dos chicas se abrazaban. Ni siquiera mientras dormía, Arturia tenía una apariencia tan tierna ...
Se preguntó brevemente si alguna vez dirigiría esa expresión a alguien más. También tenía que preguntarse ... una expresión tan pura era sorprendentemente más hermosa que la angustiada que había visto en el pasado ... y descubrió que tal comprensión no era desagradable.
Arturia luego lentamente rompió el abrazo, limpiando suavemente las lágrimas de Illya con su manga.
La niña hipo.
"Espero que no te pase nada ..."
Ante eso, Gilgamesh casi se burló. Frunció el ceño a la chica de cabello blanco.
"Como si algo le pasara a Arturia mientras viaja conmigo".
Illya lo miró y sus ojos se llenaron de lágrimas nuevamente.
"¿Qué pasa si algo le sucede a usted ?"
Gilgamesh hizo burla este momento.
"Como si-.."
Sin embargo, la niña no le dio tiempo para terminar la oración, porque saltó hacia él y le abrazó las piernas. Por primera vez en mucho tiempo, el Rey de los Héroes quedó completamente desconcertado.
Su expresión era tan entretenida, y tener una niña aferrada a sus piernas era tan extraño, que Arturia no pudo reprimir una sonrisa, incluso si intentaba cubrirla con la mano.
Sin embargo, se dio cuenta, por supuesto que sí, y la fulminó con la mirada.
Luego se liberó del abrazo de Illya, aunque no con dureza, y dio unos pasos hacia la puerta. Asintió con la cabeza a Arturia, indicando que era hora de irse. La mujer saludó a Illya con una sonrisa y lo siguió, aún tratando de reprimir su diversión.
La niña se quedó mirándolos cruzar la puerta y luego lo vio agarrar su mano para desmaterializarse.
Lo último que escuchó antes de que ambos desaparecieran fue el tono ligeramente molesto del Rey de los Héroes cuando dijo: "Borra esa sonrisa de tu cara, mujer".
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