Me gustaría que las cosas fueran como antes, pero sabía que, si eso fuera posible, Gilbert no estaría a mi lado contemplando la luna.
Creo que es bueno que los «me gustaría, hubiera, ojalá, tuviera», no existan, porque así podemos valorar lo que tenemos frente a nosotros...
Y no me refiero a Gilbert, sino a la luna.
Aunque la nieve comience a caer, la luna tiene un brillo especial que no había visto antes. La belleza de la luna no tiene comparación.
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Desperté con un fuerte dolor en la cabeza, me había quedado dormida recargada en la ventana. Estaba dispuesta a acostarme de nuevo cuando recordé... «Gilbert».
En seguida corrí por el pasillo y baje las escaleras, pasé por la cocina y verifiqué la puerta; cerrada con seguro, Gilbert sigue aquí.
Subí de nuevo la escalera y fui directamente al mueble, los únicos colores que adornaban el pequeño cajón eran el azul, negro y verde.
Me puse mis botas y salí con dos cubetas de comida para los animales. En el establo, cepillé a los caballos. A pesar de la nieve, no hacía tanto frío, todo se sentía diferente.
—¿Trabajando desde temprano?—dijo una voz a mi espalda. Ni siquiera me giré para mirarlo, en vez de eso, deje de cepillar al caballo.
—Creí que ya te habías ido.
—Creí que podrías necesitar un poco de ayuda.
—Afortunadamente, me tengo a mi misma—dije de manera gentil girándome lentamente. Su rostro se veía cansado, tenía grandes sombras debajo de los ojos; uno creería que resaltarían más, en cambio, sus ojos se veían apagados, sin brillo, como si hubieran absorbido toda la alegría de ellos, ¿así de tristes se verían los míos?—. Iré a preparar té dije comenzando a caminar.
—No hace falta dijo cuando pasaba por su lado y me miró ya lo he hecho yo.
—¿Te has metido a la cocina sin permiso, Blythe?—dije mirándolo seria. Gilbert sonrió débilmente y susurró:
—Deberíamos apurarnos.
Caminamos a casa sin dirigirnos la palabra, cada quien a cierta distancia. Desde hace tiempo, me preguntaba como es que todo podía cambiar tan rápido, aún recuerdo el día que vi a todos mis amigos por primera vez, y me gustaba mirar como es que han cambiado ahora, no sé si podría considerar a Gilbert mi amigo, enemigo o conocido, pero si sé que todo había cambiado, aunque quisiera saber si ese cambio era para bien o para mal... Quizá nunca lo sabré, quizá pueda volver a cambiar ahora, quizá no cambie nada nunca. Pero tal vez es «quizá» tampoco exista.
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El aire fresco golpeaba ligeramente mi rostro, pero era agradable sentir a la naturaleza.
—¿Por qué caminamos tan lento?—pregunté a Gilbert.
—Pensé que querías estar más tiempo conmigo— dijo en tono de burla
Lastima que olvidé mi pizarra
—De vez en cuando es bueno apreciar lo que nos regala la naturaleza—dijo mirando a su alrededor.
Gilbert y yo llegábamos antes a la escuela para poder tener algunas lecciones extra, ya que el sueño de Gilbert es ser doctor, mientras que yo... espero encontrar algo pronto, o al menos decidirme entre tantas cosas que quiero hacer en esta corta pero fascinante vida.
—¿Qué crees que pase con la señorita Stacy?
—Me gustaría asegurar que todo se habrá arreglado, pero no creo que sea así, las madres progresistas son muy exigentes, y, espero que no tomen tan serio lo sucedido.
—Cómo me gustaría que sus mentes fueran más abiertas, y que no le temieran al cambio.
Cuando llegamos a la escuela, Gilbert y yo comenzamos a leer, esperando a la señorita Stacy, pero poco a poco comienzan a llegar los demás y eso me preocupa, ¿le habrá pasado algo a la señorita? ¿las madres ya habían comenzado a actuar en su contra? Mi cabeza comenzaba a imaginarse cosas hasta que la vi cruzar la puerta; debería sentir alivio al verla, pero mi angustia se hacía más grande a cada paso que daba en nuestra dirección.
Su rostro era serio y tenía la mirada perdida. Algo iba mal.
—Señorita Stacy—dijo Gilbert levantándose, al igual que yo—¿todo está bien?—la señorita simplemente asintió y entró al pequeño cuarto que estaba detrás de nosotros.
Preocupada, miré a Gilbert que no dejaba de ver la puerta.
Como todo cambia en cuestión de segundos...
La preocupación se puede convertir en miedo
Cole entró corriendo por la puerta y todo se volvió un caos. Él y Billy rodaron por el suelo, me acerqué a ellos corriendo he intenté separarlos, pero Billy me empujó y caí al suelo, Diana y Ruby corrieron a ayudarme, mientras Gilbert comenzaba a acercarse rápidamente.
Nadie se atrevía a meterse en esta pelea, todos gritaban que pararan, pero no lo hacían. Anne llegó corriendo, y en el momento en el que bajé la mirada ví la sangre correr.
Todo el mundo comenzó a gritar, Billy, Diana, Ruby, Charlie, Prissy, Jane, Tillie, Moody... Todos menos yo, me quedé paralizada. Pude ver que la señorita Stacy, que se encontraba en el mismo estado que yo.
De un momento a otro, Cole salió corriendo, Anne lo siguió mientras Gilbert intentaba ayudar a Billy, que sangraba por el oído, Prissy y Jane se encontraban a su lado, como hermanas que son. Me acerque para ver si podía ayudar en algo.
—Lucy—dijo Diana a mi lado—. Tú mano... —bajé la vista y vi que mi mano izquierda estaba hinchada y de un color rojizo, brillante, muy brillante.
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Todos se han ido. Silencio, vacío y remordimiento. Tantas emociones se encuentran concentradas en cuatro paredes.
Tenía la mirada fija en la nieve; después del accidente, había regresado a casa y me había puesto hielo en la mano, pero la hinchazón había llegado hasta la muñeca. ¿Qué pasará con la maestra? ¿Billy estará bien? ¿Cómo lo habrá tomado la señora Andrews? ¿Contra quién tomaran represalias? ¿Con la señorita? ¿Con Cole? ¿En cuanto tiempo las madres progresistas actuaran?
Me quedé fuera de casa hasta que el sol dejo de iluminar. Antes de ir a dormir, visite a los animales y les conté algunas historias.
¿Cómo puedo lograr que lo inexistente se haga real?
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—Seguro podemos hacer algo para salvar a la señorita Stacy—dijo Anne. Estábamos en la escuela, en el pequeño cuarto en el que la maestra dejaba sus cosas, la señorita no asistiría hasta que las madres supieran como arreglar todo lo que ha sucedido en estos días; algunos habíamos venido el día de hoy porque pensábamos que tal vez la señorita vendría a informarnos de lo que estaba ocurriendo, pero parece que esa información solo es para los adultos—. Si fuera un cuento, ¿qué haría el héroe?—preguntó Anne mirándonos a Diana, Ruby y a mi.
—No somos heroínas, Anne, somos niñas.
—No seas ridícula—dijo Diana a Ruby.
—No soy ridícula—contesto Ruby comenzando una discusión con Diana.
—Los héroes aceptan el llamado a la aventura—dije haciendo que Diana y Ruby dejaran de pelear—. Tenemos que hacer que el pueblo acepte a la señorita Stacy y se quede—escuchamos que la puerta comenzaba a abrirse y por un segundo me alarme, pero era Moody.
—Ahora no Moody—dijo Diana un poco irritada.
—Mañana en noche se reunirá el pueblo en la alcaldía—dijo Ruby seria—. Escuché a mis padres ayer en la noche agregó cuando Diana la miró.
—Después de intentar ganar, lo mejor es intentar y fallar, yo diría que lo intentemos—dije mirando a Anne, que me miraba con una gran sonrisa.
—Lo que planeen, yo ayudaré también—dijo Moody—. Todo saló mal después de que tiré la bombilla...
Bombilla. Mi cerebro comenzó a pensar y miré a Anne, que, por lo visto, tenía la misma idea que yo.
—Ya sé lo que haremos. Acercate Moody—dijo Anne sonriendo.
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Nota. Al fin, si ya lo sé, mentí. Lo siento.
Aquí pueden poner toda clase de cosas por no subir el capítulo cuando dije :c
En otras cosas, tengo pensado hacer un vídeo tipo trailer de la historia, pero no sé si poner la canción completa o sólo una parte, ¿ustedes que opinan?
.LectoraNM.
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