Dieciocho. Una cara caritativa.

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El agua estaba hirviendo en el fuego, la nieve se veia por la ventana, un libro se posaba sobre la mesa y en mi mente solo estaban sus palabras.

——————Gilbert Blythe —————

—Tengo una fuerte ética del trabajo y ya he elegido mi vocación. La facultad de medicina. Se que es lo mio.

—Fascinante.—dijo el señor Phillips dándole poca importancia.

—Espero que pueda ofrecerme ayuda adicional fuera de clase. Para ponerme al día y recuperar el tiempo que he perdido.

Miro al señor Phillips que ve por encima de mi hombro y por un autoreflejo volteo a ver, en ese instante Prissy Andrews desvia la mirada. Miro de nuevo al señor Phillips y me mira mal.

—Así demostraría que se equivocan los que piensas que no les importa la enseñanza. Solo le pido un poco de tiempo, señor.

—¿Eso es todo?—responde serio— ¿mi tiempo? ¿Tu padre debería dar su cosecha solo por que alguien la quisiera o crea que se la merece? Claro que no. El tiempo es dinero señor Blythe.

Lo mire con furia y mi respiración se volvió un poco agitada y dije:

—Mi padre está muerto, señor.

—Ya— dijo. Imagine que estaba pensando de nuevo en sus palabras— la metáfora sigue siendo válida.

Regrese a mi lugar y me senté esperando a que comenzara su clase, me quería ir pero tampoco le quería dar el gusto.

Miro a mi alrededor y todos están callados, mirándome a mi y al señor Phillips. Miro a Lucy y al instante desvía la mirada hacia la pizarra, pero se que me aún me mira... Aún me mira.

——————Lucy Eckermann————

—Marilla no me ha dejado ir, dice que podre ir a suficientes fiestas cuando sea mayor, ¿puedes creer eso?—dijo Anne.

Claro, yo no tenia problema en ir a la fiesta. Las voces de Diana y Anne se hacían más fuertes y mi mente no podia concentrarce en otra cosa que en los problemas de mis dos amigas.
De un segundo a otro, Cole gruño y se levantó violentamente, lo miramos y en ese instante Cole tomo su cuaderno de dibujo y lo lanzó a las llamas.
Las tres gritamos y Anne con unas ramas tomo cuidadosamente el cuaderno de Cole y lo dejo en el suelo.
Cole, enojado, salio de nuestro pequeño refugio.

Anne tomo su cuaderno y calleron 3 hojas: Diana, Anne y yo plasmadas en ellas.
Las tres salimos y corrimos tras Cole con las hojas en nuestras manos.

—Cole, ¿por qué has hecho eso?— dijo Anne.

—Solo... no hablemos de eso, ¿quieren?— dijo Cole un poco enojado.

—¿Qué haremos para la fiesta?— dije cambiando de tema.

—Mi madre no me deja ir solo con ustedes, necesitaremos a alguien mayor....

—¡Cole es un hombre!—grito Anne de la nada haciendo que dejaramos de caminar. —Diana, ¿y si convencemos a tus padres de que Cole nos acompaña a Charlettown? Marilla aceptara.

The color of your words. [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now