Tres. Algo roto.

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Lee con la canción.
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Desperté antes de que el sol saliera. Preparé la comida que me llevaría a la escuela y salí al establo.
Moví la paja, saque a pastar a los caballos y segui arreglando la carretilla. Necesitaba organizarme para la cosecha.
Tomé dos cubetas y las llene de agua, después entre a casa y me di un baño.
Me puse un vestido que me había hecho mi madre. Era negro, tan negro que se confundía con mi cabello. El vestido me llegaba más abajo de las rodillas, sobre éste, puse un vestido blanco más pequeño. Me puse las zapatos más decentes que vi, me puse un gorro de lana blanco y tome mis cosas. Un libro de lectura, una pizarra, un cuaderno, gises, pluma, tintero y por supuesto mi almuerzo.
Tomé todo y salí de casa.

Caminaba por el bosque, miles de árboles me rodeaban, ninguno ellos tenía hojas pero los árboles eran tantos, que oscurecían el camino.

-Miren que tenemos aquí.- dijo una voz detrás mía.- Tú eres Lucy Eckermann ¿verdad?

-¿Quién eres tú?- dije mirando a aquel chico. Era alto de cabello rubio y piel blanca.

-Tú y yo, vamos a hablar.- Me di la vuelta y camine, pero él se puso delante de mi- Mis padres dicen que eres una huérfana muy extraña, claro, aparte de Anne. Dicen que piensas cosas raras- me empujo por los hombros y caí- ¿Sabes otra cosa? Se dice que tus padres...

-Hey Billy.- dijo una voz detrás de el chico rubio.

Él se giro y ambos vimos a un chico que se dirigía a nosotros. Me incorporé rápidamente y me limpié el pequeño vestido blanco. El chico se acerco y nos miro a ambos. Era alto, como Billy. Tenía un gorro de lana y sobresalían algunos cabellos negros y chinos, muy chinos. Sus ojos se enfocaron en mi, eran verdes... como los mios, solamente que los suyos tenían un brillo que los mios ya no tenían.

-¿Cómo te va?- pregunto el chico.

-Hola Gilbert...

-Amigo. Es... es bueno estar de vuelta.- estrecho su mano y me volvió a mirar. Yo estaba petrificada.

-Si, si bienvenido.- dijo Billy.

-Es bueno verte- hubo un gran silencio- ¿Están jugando algún juego o algo así? ¿Verdad?- Billy lo miro y luego a mi- Parece divertido, pero probablemente deberíamos ir a la escuela, ¿eh? Odio llegar tarde.

-Si, estaba a punto de irme. Nos vemos- dijo Billy retirándose.

Ambos miramos a Billy irse. Yo me quede quieta, mire al chico y vi que me estaba mirando.

-¿Todo bien, señorita?- preguntó

-La escuela...- logre pronunciar. Fue como si un suspiro saliera de mi boca. Tome mis cosas del suelo y camine alado del chico.

-De nada...- lo pase de largo- ¿Necesita algo más? ¿Algún dragón por aquí que necesites matar?- escuche detrás de mi espalda

-¡No, gracias!

-¡Hey! ¿Quién eres tú?- escuché como si corriera detrás de mi.

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-Señorita, ¿Cuál es su nombre? ¿Señorita?- dijo aquel chico

The color of your words. [Gilbert Blythe]Where stories live. Discover now