Call Me Daddy || JinGyeom

By Little_Borde

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«Donde JinYoung es novio de Mark pero le gusta que YuGyeom lo llame Daddy.» More

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d i e c i n u e v e
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By Little_Borde

—¿Por qué tenía que venir yo también? —se quejó el menor con un mohín en sus labios.

—Porque yo lo digo. —respondió JinYoung sin quitar la mirada de la gran pantalla que anunciaba las llegadas e idas de los vuelos.

—Bien, y cuando te vea, ¿qué vas a hacer? —preguntó con cierto recelo el castaño. —¿Te volverás a convertir en su novio perfecto?

—YuGyeom...

—Hablo en serio. —interrumpió molesto. —¿Qué es lo que pretendes recogiéndolo? No te entiendo.

—No quiero discutir, YuGyeom.

—Sólo le darás más ilusiones.

—Quieras o no YuGyeom, él sigue siendo mi novio y lo mínimo que puedo hacer por él después de estos días, es venir por él. —regañó con un tono de seriedad, irritado ante su actitud aniñada. —Y para ya con este tema.

—Entonces...

—Basta. —advirtió. —Te aseguro que no me harás cambiar de opinión, me estás haciendo enojar y aquí él que sale perdiendo, eres tú.

El menor no volvió a pronunciar ninguna palabra después de lo previamente dicho por el economista, se limitó a asentir con su cabeza y aceptar el hecho de que JinYoung aún puede dejarlo, olvidarlo y volver a su relación insana junto a Mark.

—Ven aquí. —cuchicheó esta vez el pelinegro más sereno, arrastrando al castaño hasta sus brazos. —No, no tengo pensado volver con Mark si es lo que te estás preguntando. —susurró y comenzó a acariciar la cabellera del menor.

YuGyeom pasó sus brazos por los hombros del contrario, dejando un dulce y suave beso.



...

Recogiendo su maleta, sacó su celular notando sus mensajes abiertos e ignorados por su novio. Suspiró y volvió a guardar el celular en su bolsillo, dirigiéndose hacia la gran puerta con el letrero de: "Bienvenidos".

Entrando por ésta, trató de buscar algún apartado donde lo ayudasen a contratar un taxi, comenzó a caminar entre la gente hasta que visualizó una silueta que conocía, pudo jurar por un momento que se trataba de JinYoung sino fuera porque dos brazos ajenos se encontraban abrazándolo un tanto cariñoso.

Era claro que no podía ser JinYoung, pero no perdía nada en acercarse.

Caminando sigilosamente y al encontrarse más cerca en pocos segundos, pudo distinguir que las dos personas se encontraban hablando, cosa que quebró su corazón a la mitad al instante.

—No, no tengo pensado volver con Mark si es lo que te estás preguntando.

Reconoció la voz de JinYoung y sin esperar nada más, se alejó de la escena melosa que compartía su novio con la otra persona desconocida.

Al recordar las palabras pronunciadas por su novio, comenzó a sentir fuertes punzadas en su corazón junto al nudo que comenzaba a formarse. Su vista simplemente comenzó a fallarle y sintió desmayarse que, incluso, varias personas por el aeropuerto notaron lo desgastado que lucía aquel chico rubio rondando sin rumbo algo por el lugar, quien intentaba calmarse y buscar un asiento donde sentarse. Su pecho dolía demasiado y su mente le atormentaba bastante con aquella frase.

¿Por qué a él?

JinYoung había estado engañándolo y tenía pensado dejarlo. No entiende por qué ni cómo, no había hecho nada malo y siempre se portó bien, siguió todas sus reglas al pie de la letra y le sedujo cuando más lo necesitaba. Desde hace días, semanas, incluso, meses, sospechó de aquello, pero borró las ideas de inmediato porque jamás le creyó capaz de algo tan irrosio como aquello.

Sentándose en una de las mesas con las que contaba un café dentro del aeropuerto, trató de calmar sus nervios intentando en no llorar. Apretó sus puños fuerte entre su sudadera blanca, queriendo buscar algo que quisiera protegerlo y le ayudara del frío que sentía en aquel momento.

Se sintió débil y con las defensas bajas de repente, lleno de miedo y el temblor sin un cierto beneficio en su cuerpo.

Asimilar aquello era difícil, pero no iba a dejar que JinYoung lo dejara, aprovecharía el tiempo que le quedaba para volver a enamorarlo. No dejaría a ese extraño quedarse con su novio y que le despreciase de una manera tan repugnante de un día a otro.

Una vez ya más calmado, se levantó del asiento, emprendió su camino de nuevo a JinYoung y a su acompañante, parecía que la pareja ya se había separado y mantenían una distancia como si lo anterior visto por sus ojos, no hubiera pasado. Mientras más se acercaba, comenzó a formarse el nudo en su garganta y empezaban a intensificarse sus ganas de llorar, mas sin embargo, quiso mostrarse fuerte y tomar rudo su maleta, aguantándose el quebranto dentro de su pecho y la debilidad ante los sucesos.

Seguía sin creer que JinYoung fuera capaz de eso, lo correcto hubiera sido acabar las cosas en cuanto lo encontró para que no le siguiera viendo la cara, pero aún muy en su fondo, no quería tirar tantos años de relación, JinYoung y él llevaban juntos ya casi cinco años juntos, había sido su primer novio formal y estaría dispuesto a perdonarle todo con tal de no terminar la relación.

Cuando se encontró a cortos centímetros del alto pelinegro, vió cómo su novio miraba desinteresadamente su celular, así que decidió pasar sus manos alrededor de su cadera, abrazándolo fuertemente, ocasionando que JinYoung saltase del susto. Éste dio la vuelta tomándolo entre sus brazos, haciendo que el rubio se embraguiase con su perfume. Al encontrarse perdidamente cómodo en los brazos de su novio, recordó el cómo hace unos minutos abrazaba de la misma manera a otro, y decidido a alejarse, pensó en que esos abrazos deberían ser sólo para él y en que no dejaría a JinYoung estar con alguien más.

Alborozadamente, tomó con ambas manos el rostro del pelinegro, robándole un hambriento beso. Abriendo sus ojos, topándose con un YuGyeom que se encontraba detrás de JinYoung y que miraba en dirección al suelo, incomodado por la escena.

YuGyeom era el que había estado metiéndose con su novio.

¿Por qué mierda lo hizo sabiendo las imposibles y significantes cosas que hizo Mark por él? No le cabía en la cabeza la maldad que aquel niño guardaba mientras aparentaba ser bueno ante la sociedad. Lucía tan indefenso detrás de JinYoung, lleno de inseguridades y con la mirada gacha, ni siquiera estaba mirándolo pero sentía demasiada lástima por él, pero no era más que un joven con cara bonita y con sentimientos hechos mierda.

Se sentía bastante inútil porque todo este tiempo pensó que ambos chicos quedaban porque estaban enlazando una amistad buena, pero resultó ser una completa farsa.

Lo odiaba, lo odiaba muchísimo como para ser real y quería joderle la existencia por meterse con lo que más amaba, pero se contuvo, porque Mark respetaba, sentía empatía por la gente y no humillaba.

Entrelazando sus dedos con los del economista, formó una falsa sonrisa y se dirigió al menor. —Hola, YuGyeom. ¿Qué haces aquí? —habló tratando de no sonar grosero, cosa que no resultó del todo al notar a YuGyeom morder su labio nerviosamente.

Y JinYoung a su rescate, contestó por él. —Él tenía ganas de verte y me pidió que lo trajera. ¿Verdad, YuGyeom? —preguntó enfatizándo lo último, haciendo al castaño asentir.

—Oh, ya veo, gracias por venir. —contestó forzando una nueva sonrisa, procurando no sacar otra cosa y se dirigió a su novio. —Amor, estoy cansado. ¿Podemos irnos ya al apartamento?

El pelinegro asintió y tomó la maleta con la que cargaba su novio. Empezando a caminar hacia la salida, Mark volvió a entrelazar su mano con la de JinYoung. El rubio apresuró su paso para sentarse en el asiento de enfrente, mientras YuGyeom, de mala gana, tomaba el de la parte trasera.

Aprovechando el tiempo en el que JinYoung guardaba las cosas en el maletero, el estadounidense comenzó a revisar los distintos trozos de papeles que portaba su novio en la guantera, el economista solía ser extremadamente cuidadoso con su auto y odiaba tenerlo sucio. Recordó cuando se había caído una de las etiquetas de alguna de la ropa que había comprado y le pidió de favor que fuera más limpio y que lo recogiera, y ahora, mirando su auto lleno de papelitos y envolturas, desconocía a JinYoung. Incluso, había una barra de chocolate a medio comer en el portavasos, cuando a JinYoung ni siquiera le gustaba el chocolate, dejando a YuGyeom como el único culpable de todo ese desorden.

No queriendo ser tan cotilla, volvió a meter los papeles a la guantera, cayéndose uno, y Mark, no teniendo de otra qué, leerlo.


suerte en la reunión, t.q:)


Al notar la mala caligrafía, era más que obvio que las notas eran de YuGyeom.

El rubio le llegó a tener un gran cariño al menor, pero ahora lo que sentía por él, era todo lo contrario. No lograba explicar ni unir los cabos del porqué le hizo aquello después de tanto cariño que le dió. Estaba siendo tolerable al no querer sacarlo del auto. Volteando los ojos, arrugó el papel y lo aventó por la ventana.

JinYoung, a los pocos segundos, se subió al auto y comenzó a conducir.




...

Durante todo el camino estuvo presente el silencio incómodo, ni siquiera JinYoung tuvo el descaro de preguntarle por su viaje, así que Mark también se mantuvo en la línea y no le dirigió la palabra, hasta llegar al departamento de YuGyeom.

—Espérame aquí, iré a acompañar a YuGyeom.

Mark tomó rápido del brazo del pelinegro y habló con la voz entrecortada. Quién sabe qué tantas cosas son capaces de hacer allá arriba, sin su presencia. —¿Eso es necesario?

—Sí. —aclaró duro y se zafó del agarre de su novio, abriendo la puerta y poniendo un pie fuera del coche. —Necesitamos hablar de algo rápido. Ya regreso.

Sin esperar respuesta alguna de parte de Mark, el pelinegro salió del auto, siguiendo por detrás a YuGyeom, quien se dirigió con pasos silenciosos hacia su hogar y no abrió la boca para nada, dejando de lado el echo de que JinYoung estaba casi pisándole los talones para seguirle hasta su puerta.

—Bebé... —el pelinegro habló suave y con preocupación, deteniéndose una vez YuGyeom metió la llave a la cerradura.

—Ve con Mark, quizás solucionen las cosas al paso que van. —murmuró el menor que rompió en lágrimas después de todo lo que había pasado en el día, primero que su mejor amigo ya no quería saber nada de él y ahora JinYoung parecía estar bien con el tacto de Mark.

—Shh, shh. No llores, bebé. —JinYoung trató de consolar al castaño mientras lo acercaba a él y limpiaba las lágrimas aún no tan visibles que resbalaban por su mejilla. —Dame dos días máximo, le diré todo a Mark, sólo dame tiempo. Ya no llores. —susurró dedicándole una tierna sonrisa, intentando borrar cualquier rastro de tristeza de su rostro.

—¿Vas a irte con él?

—Sí —contestó desanimado, no queriendo dañar aún más a su niño. —, pero te marcaré más tarde y, si quieres, mañana temprano vengo por ti y salimos a hacer algo.

YuGyeom, aún entre lágrimas, asintió, y JinYoung, dejando un último beso, se despidió, yendo de nuevo con Mark.

El rubio llegando al apartamento, corrió a encerrarse en la habitación, dejando a JinYoung solo en la entrada.



...

—No tardaré nada.

Afortunadamente, Mark oyó hablar a JinYoung en la sala de estar una vez se dirigía a ésta para dejar unas cuantas plantas artificiales que compró en Los Ángeles para la decoración del hogar. Detuvo sus pasos, dejó las cosas en el suelo y se recargó sobre el marco de la puerta, escuchando atentamente a toda la conversación del pelinegro por teléfono.

—Eres un impaciente, háblame en unos diez minutos. —JinYoung continuó quejumbroso, soltando una risita al final y pasándose el aparato a la otra oreja. —Bien, si según tú ya te quedaste dormido en diez minutos, me despido. —otra pequeña risa más, ocasionando que se formara una sonrisa en su rostro mientras jugueteaba con el botón de su saco y escuchaba a la otra línea telefónica. —Yo también, bebé. Descansa.

Bebé, Mark tragó saliva duro y sus ojos abruptamente se pusieron aguados, consiguiendo que un nudo se formara por inercia en su garganta y apretara con fuerza sus dedos al marco de la puerta, evitando caer.

Parecía un ridículo, con una mente abierta podría ser su sobrino o algún otro pariente pequeño suyo, pero sabía que JinYoung era un hijo de puta y no a cualquiera le ponía sobrenombres. Además, sabía la respuesta, y era Kim YuGyeom.

—Trata de hablarme en unos minutos, y si no, buenas noches.



...

Mark, hace tan sólo unos minutos, corrió hacia su habitación en cuanto vió a JinYoung cortar la llamada y dirigirse a la ducha. Con tentación, una vez se aseguró de que el pelinegro cerró con el pestillo la puerta del baño, fue hacia la sala y colocó las plantas artificiales sobre el estante, no preocupándose tanto del lugar o si éstas lucían bien acomodadas una vez vió el celular de JinYoung en la mesa de centro. Quiso tomarlo y averiguar todo de golpe, pero quedó viendo durante tantos minutos el aparato, dudando si agarrarlo o no que el sonido proveniente de la puerta del baño abriéndose le hizo borrar aquella idea, correr hacia la cocina y fingir limpiar la mesa.

Por su parte, saliendo de ducharse, el pelinegro se dirigió nuevamente hacia la sala de estar para volver a continuar la llamada con el menor. Sentándose, tomó su celular, lo desbloqueó y un cuerpo cayó a su lado.

—JinYoung, te amo y mucho.

No iba a permitir que le engañase y en sus narices.

El pelinegro miró con desinterés e intolerancia hacia el rubio a su lado, se pasó una mano por el cabello mojado y puso su vista en el aparato. —Eh, Mark... es tarde, debes de estar cansado por el viaje, ¿por qué no vas a dormir a la habitación?

El estadounidense tomó un largo suspiro y recostó su cabeza en el pecho del contrario. —Te extrañé.

—Yo igual. —el pelinegro correspondió no mintiendo del todo, quizás no habia notado su ausencia gracias a YuGyeom, pero de vez en cuando sí se le hacía extraño el no ver a su novio de varios años a lo largo de los días en los que no se encontraba. En todos sus años juntos, no habían estado sin verse tantos días, siempre acostumbraban a estar unidos.

Mark pasó su mano traviesamente bajo la ligera camiseta que portaba el pelinegro, deteniendo de golpe el mencionado la mano de su novio. —No, Mark.

—No voy a dejar que pase... —respondió con una voz más sombría.

—¿De qué hablas?

—No te hag-...

Las palabras de Mark fueron interrumpidas por la llamada entrante en el celular del economista. JinYoung miró hacia la pantalla y el nombre logró visualizarse rápido, mucho más para el rubio que se encontraba recostado plácidamente sobre su novio y el teléfono daba casi contra su cara.


YuGyeom.


—Contesta. —Mark ordenó una vez se quitó del pecho de JinYoung y le miró serio.

—No creo que sea de gran importancia. —el pelinegro se excusó y dejó pasar las cosas un tanto, mas Mark se cruzó de brazos, mordió su mejilla inferior y continuó.

—Se ve que te llevas bien con YuGyeom. —añadió suspicaz, JinYoung rodó los ojos y prefirió cerrar la boca por el bien de ambos. Le diría hoy pero no sabía si era el momento adecuado. —¿Estuviste quedándote con él estos días?

—¿Te lo dijo Kunpimook? —preguntó no tan sorprendido.

—Oh, que él también lo sabía.

JinYoung desconocía a este Mark, nunca le había hablado con ese tono y jamás se había comportado tan envidioso. Sabía que era un celoso con pinta de niño bueno, pero también, le daba bastantes razones para serlo, y a estas alturas, conocía que al menos un cincuenta por cierto de la mentalidad de Mark, ya sospechaba sobre su extraña relación con YuGyeom, sino es que ya era un cien cerrado.

Además, a la mierda todo, antes de inventarse cualquier excusa posible, debería intentar de explicarle de una vez por todas la situación.

—Mark, yo-...

El tono de llamada interrumpió una vez más la conversación, obteniendo nuevamente toda la atención de Mark, irritando a JinYoung cuando éste lo tomó a la fuerza y contestó por éste a mala gana.

—Hola, YuGy. ¿No piensas que es muy tarde para que estés llamándole a mi novio? —habló fingiendo amabilidad de forma exagerada. —O si es alguna emergencia, dime, JinYoung y yo vamos por ti. ¿Te pasó algo?

YuGyeom quedó aturdido en aquel momento y su corazón sintió tanto miedo como cuando discutió con BamBam hace unas horas. Verdaderamente, se sentía terrible ahora que se daba cuenta de que todos estaban en su contra y que todo se pondría más horrible cuando se descubriera la verdad, pero no podía quejarse mucho de ello, era su culpa y reconocía que merecía eso y más.

Sin más qué decir y con los pelos de punta, contestó tartamudeando. —N-No, lo siento, M-Mark.

—JinYoung y yo estamos ocupados retomando los días que no estuvimos juntos. —el rubio añadió engreído y el pelinegro trató de arrebatarle el celular de la mano de su novio, siendo un fallido intento porque Mark manoteó su mano y se removió de lugar, alejándose del economista. —No me gusta que le llames a mi JinYoung y menos sin un motivo importante. Además, para eso tienes a BamBam, si ocurre algo, llámale a él. Adiós, cuídate. —colgó.

—Última vez que contestas mis llamadas, ¿entendiste? —JinYoung advirtió molesto una vez se acercó y le arrebató el teléfono de un tirón. Generalmente, no sabía controlar sus acciones de ira y esperaba que esta fuera la excepción, no quería comportarse como un imbécil y cometer un delito grave con su novio.

—Oh, ¿no tengo derecho a reclamar lo que es mío? —Mark añadió receloso y con la intención de no terminar con el espectáculo dado, su sangre estaba hirviendo y sentía que la rabia se apoderaba de todo su cuerpo ante la ignorancia de JinYoung.

—Mark, ¿qué estás diciendo? YuGyeom no te ha hecho nada para que lo trataras de una manera tan hostil, deberías disculparte. —exigió en un tono más fuerte a lo habitual, por su parte, Mark rodó los ojos irritado y miró incrédulo a su novio. —Él es muy sensible...

—¿Y desde cuándo el economista Park JinYoung se preocupa por los sentimientos de otra persona cuando a sus mismos empleados los trata de la mierda? —escupió el contrario con coraje, JinYoung hizo mala cara a éste.

—¿Qué te ocurre?

—Lo mismo te pregunto, ¿qué te ocurre, JinYoung?

Exasperado, el pelinegro se preparó mentalmente para la hora de la verdad. —Bien, te diré qué ocurre.

Mark sintió una gran punzada en su corazón al escuchar aquello, sabía que a partir de la revelación, JinYoung se iría de su lado y jamás volvería a verlo, donde éste tocaría con sus dedos otro cuerpo que no sería el de él y mandaría a la mierda su relación de cuatro años. No permitiría aquello y menos que un niño lindo le quitase a su novio. Había sobrevivido mucho amarrado a una relación tóxica y, aún así, siguió teniendo amor falso de parte de JinYoung, pero para él significaba mucho y era eso o nada.

Colérico, decidió calmar las cosas y se acercó al economista, dejando un casto beso en sus labios. —Perdona, debe ser la falta de sueño, iré a dormir ya. —excusó el rubio con rencor, sus palabras dolieron cuando salieron porque realmente seguía molesto, pero haría todo lo posible para que JinYoung no se fuera de su lado. —Te amo, no te duermas tarde.




...

JinYoung trató de contactar al menor, siendo ignoradas sus llamadas y mandadas a buzón de voz. Después del acontecimiento entre Mark y él, decidió dormir en la sala y darle su espacio al rubio, éste se encontraba bastante enojado y le oyó llorar silenciosamente en su habitación, por lo que también creyó que fue buena idea el no contarle su relación con YuGyeom, estaría peor. Ahora se encontraba dormido según lo que el pelinegro averiguó cuando vió que éste tenía la puerta abierta, y en verdad le causó un dolor enorme en el pecho verle así y le hizo sentirse tan mal, pero era lo mejor si lo que quería era un futuro a lado de la persona que verdaderamente amara, la misma a la que se encontraba enviando mensajes, dando explicaciones sin parar.


YuGyeom.

No te tomes enserio lo que te dijo Mark.
Enviado 12:43 a.m.

Sólo estaba de mal humor.
Enviado 12:43 a.m.

¿Qué te parece si mañana salimos?
Enviado 12:43 a.m.


Se desesperó un poco al no recibir una señal de vida de parte del menor, y a punto de apagar la pantalla de su celular, notó el cómo las palomitas de la aplicación se pusieron en azul, marcando que YuGyeom había leído sus mensajes. Pocos segundos después, vibró en señal de una nueva notificación.

YuGyeom.

Tengo práctica, no puedo.
Leído 12:44 a.m.

No es necesario que vayas, basta con decirle a tu amiguito y con gusto te enseña lo que vieron con tal de pasar tiempo contigo.
Leído 12:44 a.m.

Tampoco es necesario que me veas, quédate reviviendo el amor con tu lindo novio.
Leído 12:46 a.m.

¿Estás celoso, bebé?
Leído 12:46 a.m.


YuGyeom abrió el mensaje, dejándole en visto y paró de contestar.

No estés celoso de Mark, quizás sí es más lindo que tú, pero nada más, jaja
Enviado 12:52 a.m.

¿Por qué sigues hablándome? ¿No estaban Mark y tú muy ocupados?
Leído 12:53 a.m.

Sí, estoy follándomelo mientras hablo contigo.
Leído 12:53 a.m.

Vete a la mierda.
Leído 12:53 a.m.

Hablaré con tu madre acerca de lo malhablado que eres.
Leído 12:53 a.m.

Y yo le diré acerca de lo depravado que eres con su hijo menor.
Leído 12:54 a.m.

Me lo dices como si te quejaras, cuando en realidad te encanta.
Leído 12:54 a.m.

Ni del todo.
Leído 12:54 a.m.

Sigue mintiéndote, yo iré a la cama con mi novio que me espera.
Leído 12:54 a.m.

Descansa, bebé.
Leído 12:54 a.m.

No te pongas celoso. Si lo llego a tocar, sería pensado en ti.
Leído 12:56 a.m.

Mañana nos vemos temprano.
Leído 12:58 a.m.

Por mí está bien.
Leído 12;58 a.m.

Lo siento, eso era para JungKook.
Leído 12:59 a.m.

Buenas noches :)
Leído 12:59 a.m.

Sin esperar algún mensaje en respuesta, YuGyeom se desconectó.

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