Goodnight and go (Disponible...

By desirealba

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Nunca lo entendí. No llegué a saber qué quería, cómo se sentía. Era un misterio. Ese chico alto y moreno de o... More

Prólogo
Uno; Lía
Dos; Nick
Tres; Lía
Cuatro; Nick
Cinco; Lía
Seis; Nick
Ocho; Nick
Nueve; Lía
Diez; Nick
Once; Lía
Doce; Nick
Trece; Lía
Catorce; Nick
Quince; Lía
Dieciséis: Nick
Diecisiete; Lía
Dieciocho; Nick
Diecinueve; Lía
Veinte;Nick
Veinte; Nick
Veintiuno; Lía
Veintidós; Lía
Veintitrés; Nick
Veinticuatro; Lía
Veinticinco; Lía
Veintiséis; Lía
Veintisiete; Nick
Veintiocho; Lía
Veintinueve; Lía
Treinta; Luke
Treinta y uno; Lía.
Treinta y dos; Nick
Epílogo; Lía

Siete; Lía

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By desirealba

Sonrío abiertamente y saludo con la mano a mis amigas cuando las veo. Me acerco a ellas y las abrazo porque las he echado de menos. Estar fuera de casa era duro, pero más lo era si estabas en un país que no conocías. Otro idioma, otras costumbres... adaptarse a una nueva vida siempre era difícil, y más, lejos de tus seres queridos.

— ¿Qué tal el vuelo? —Pregunto ayudando a sostener alguna de las maletas que traen.

— ¡Qué largo! —Se queja Jennifer— Ha sido una tortura.

— Y el asiento del avión otra —dice Blanca—, pero ya estamos aquí. ¿Sabes dónde está nuestro hotel? —Me pregunta.

— Sí, le dije a James que me enseñara a llegar desde el aeropuerto, así que no nos perderemos —sonrío y abro el maletero para meter las maletas.

— ¿Ya tienes el permiso de conducir? —Pregunta Jennifer.

— No, espero que no pase nada —cierro el maletero y mis amigas se meten en ese pequeño coche que James había conseguido por muy buen precio.

Durante el camino al hotel, ellas me ponen al día. Algún ligoteo, problemas con la familia y demás. Tengo que callarlas para concentrarme porque conducir me ponía muy nerviosa. No solo tenía que estar pendiente de los otros coches, si no de peatones y demás. Eso, y que tuvimos que poner el GPS porque me había perdido.

— Sigues poniéndote histérica —se ríe Jennifer.

— ¡Casi me da un golpe! Conducir me quita años de vida, te lo juro.

— Sí, cada día estás más vieja —ríe Blanca—. Estados Unidos no te sienta bien.

— Estoy de vacaciones, voy a intentar rejuvenecer —aparco al lado del hotel.

La habitación es pequeña, tiene una cama de matrimonio, dos mesitas de noche, una cómoda con un espejo y un armario empotrado. Me siento en el borde de la cama y las observo sacar la ropa que puede arrugarse. Jennifer coge su neceser y se va al baño y Blanca empieza a colgar su ropa.

— ¿Alguna novedad? —Le pregunto en voz baja.

— ¿Sobre...? —Ella me mira alzando las cejas y asiento.

— No que yo sepa. Espero que no haya vuelto a hablar con él.

Jennifer tenía una especie de obsesión desde hacía unos años con un chico que no daba una mierda por ella. La tiraba a la basura y la recogía cuando a él le daba la gana. Ella se dejaba a pesar de los innumerables consejos y ánimos para salir adelante que le habíamos dado.

— Bueno, ¿la ves mejor?

— Ha venido, eso ya es un avance.

Nos callamos cuando sale y empieza a colgar su ropa también en el armario. Me tumbo en la cama y miro hacia el techo blanco mientras ellas hablan. Hacía unos días que no sabía nada de Nick y menos de Luke. El rubio no había vuelto a pasarse por el bar después de nuestro encuentro y no podía evitar sentirme mal.

— ¿Y esos calientes militares que vas a presentarnos? —Pregunta Blanca haciéndome soltar una carcajada.

— Voy a enviarle un mensaje a Nick ahora —me incorporo y busco mi móvil en mi gran bolso hasta que consigo dar con él.

Entro en Snapchat porque aún no tengo su número y le escribo un mensaje.

"¿Has conseguido a militares calientes?"

Salgo de Snapchat y para mi sorpresa, él no tarda en contestar.

"Los he conseguido para estos días, pero no sabía cuándo querías quedar"

— ¿Quedamos mañana con Nick? —Le pregunto a las chicas— Hoy podríamos ir a cenar nosotras solas y ponernos al día.

— Vale, me parece bien —dice Jennifer cerrando el armario—. Necesito dormir un día entero, estoy cansada.

— Y yo —dice Blanca—. Volvemos al hotel temprano hoy, ¿vale?

— No queda más remedio, aquí está todo cerrado temprano.

"¿Mañana por la noche os viene bien? ¿Me enseñas fotos de tus amigos?"

Nick no tarda en enviarme una foto y abro los ojos con asombro.

— ¡Joder! —Exclamo.

"Yo quiero uno para mí. Me retracto, quiero un militar caliente"

"Me tienes a mí. Créeme, no te defraudaré mañana. No necesitas a esos capullos"

— ¿Qué pasa? —Pregunta Blanca.

— Mirad a vuestros militares.

Les enseño las fotos y ellas no tardan en alabarlos y reírse. Están nerviosas, lo sé, yo también. Cada una se queda con uno, tienen claro quién les gusta. Solo queda que ellos escojan.

Esa noche vamos a cenar y después, muy a mi pesar, entramos en el bar donde trabajo porque las chicas quieren verlo.

James me sonríe abiertamente desde la barra cuando me ve y veo a Sidney mirar mal a un hombre.

Me siento en la barra con mis amigas y James se acerca.

— ¡Qué españolas más guapas! ¿Qué os pongo?

— ¿Tienes limonada con hielo picado? —Pregunta Jennifer.

— No tengo hielo picado, preciosa, pero sí limonada y hielo normal.

— Entonces eso.

— Yo quiero un aquarius.

— Imagino que tú una cerveza.

— Exacto —le sonrío.

No tardamos en tener nuestras bebidas en la mesa y mis amigas miran a su alrededor.

— Me encanta —dice Blanca—. Es tan... americano.

— Sí —bebo un trago—, sobre todo cuando se llena.

— ¿No tenéis problemas con la mesa de billar? —Pregunta Jennifer.

— Todavía nadie se ha pegado con el palo, pero no tardarán, estoy segura.

— ¿Mañana hemos quedado aquí? — Los ojos de Blanca se posan sobre los míos y mueve su pelo para quitarselo del hombro.

— No, nos va a llevar a otro sitio.

— ¿Nos lleva él? —Jennifer coge su vaso de limonada y bebe de la pajita.

— No lo sé, nada está confirmado.

— Y cuéntanos ahora tú. ¿Ya ha habido algo? —Blanca sonríe y Jennifer me mira.

— No, solo hemos salido a cenar un día, en plan amigos. Ni siquiera lo conozco.

— Conoces su cuerpo bastante bien —ríe Jennifer y miro a Blanca con una sonrisa en mis labios.

— Sí, bueno —río—. Pero... no lo sé.

— ¿Qué tal con Luke? —Pregunta Blanca.

— No he vuelto a verlo desde aquel día —le digo—. Y me siento culpable y a la vez no, es decir, me habló mal. Vale que se estaba defendiendo, pero yo solo estaba intentando que no se creyese algo que no era.

— A ver... tú eres un poco borde —dice Blanca.

— ¿Solo un poco? —Ríe Jennifer y la miro mal.

Me preparo para nuestra cita con los militares y cuando Nick me recoge me sonríe abiertamente.

— ¿Tus amigas están listas?

— Sí, nos están esperando.

Entro en el coche y me pongo el cinturón. Nick arranca y una canción de Harry Hudson empieza a sonar.

— ¡Oh! Harry Hudson, me encanta.

— Lo sé —le da un poco de voz—. Subiste esta canción a tu stories de instagram y decidí escucharla.

— Tiene canciones muy buenas.

— He escuchado su disco en Spotify.

Sonrío y miro por la ventana. It's okay está sonando mientras vamos al hotel de las chicas y no puedo evitar mover la cabeza un poco al ritmo de la canción y Nick da con sus dedos en el volante.

Estoy nerviosa porque no sabía que iba a pasar esta noche. Mi punto fuerte no era preparar citas a ciegas y tenía miedo de todo lo que podría y no podría ocurrir.

— Todo irá bien —dice—. ¿Estás disfrutando las vacaciones?

— Sí, estoy vageando la mayor parte del día.

Limpiaba, iba a comprar, hacía la comida y veía Netflix a todas horas hasta el punto de que ya no sabía que ver.

Hablaba con Nick por Snapchat a veces y le había preguntado por Luke. El rubio estaba en Chicago de vacaciones viendo a la familia, por eso no lo había visto por el bar.

— ¿Esas son tus amigas? —Me pregunta.

Miro y entrecierro los ojos porque no veo de lejos y asiento. Nick para, toca al claxon y yo bajo la ventanilla para sacar el brazo y mover mi mano de lado a lado.

Las chicas se acercan y Nick me mira.

— Son las mismas que hace dos años.

— Sí, esas que pensaban que podías asesinarme.

— Qué retorcidas las mujeres.

— Entiendenos —me río—. El mundo no está para confiar mucho en la gente.

— Tienes razón. Hola de nuevo chicas hermosas —saluda Nick a mis amigas cuando entran en el coche—. ¿Qué tal?

— Muy bien, ¿y tú? —pregunta Blanca.

— Mejor que nunca, ¿preparadas para conocer a esos chicos calientes? —Se pone en marcha y ellas se ríen.

Nick era un buen chico, por lo menos es lo que él me había mostrado. Siempre estaba con una sonrisa y buenas palabras en su boca.

Jennifer me decía que haberlo encontrado en una aplicación para ligar y que no fuese un capullo había sido suerte.

Mi prima, sin embargo, decía que era el destino. Que esa experiencia estaba para mi.

Había sido una auténtica locura.  Coger un autobús con mis amigas y plantarme en Rota para conocer a un chico con el que llevaba hablando unas semanas.

Sinceramente, había pensado que él se iría. Que no saldría bien. Pero al contrario, fue el único chico que se quedó y que me dio la confianza suficiente. Sobre todo para dar el gran paso de perder mi virginidad con alguien completamente desconocido.

Me prometió que sería cuidadoso, y lo fue. Tacos, tequila, sexo, cine al aire libre y un buen desayuno por la mañana.

Era más de lo que yo había imaginado.

Y no me dejó de hablar después, que es también lo que esperaba.

— Ya hemos llegado, espero que estéis listas para beber —dice Nick quitando la llave del contacto.

Nos bajamos del coche y miro a mis amigas con una sonrisa. Están nerviosas.

Vais muy guapas —les digo.

Gracias, tú vas muy sexy —dice Blanca.

— Yo siempre —me río.

Entramos en el lugar y Nick aguanta la puerta para que entremos todas. El pelinegro levanta su brazo, saluda y empieza a caminar.

Miro a mis amigas y lo seguimos hasta la mesa donde están esos dos bombones de calendario caliente.

— Ella es Lía —me presenta y esos dos chicos besan mi mejilla para después besar la de mis amigas.

Nos sentamos alrededor de una mesa grande porque somos seis. Presiento que cuando tengamos las bebidas delante va a ser incómodo, pero cuando llegan, Nick empieza a hablar para relajar el ambiente y los chicos empiezan a preguntar de dónde somos.

— ¿Y tú trabajas aquí? —Me pregunta Kyle, el rubio de ojos azules. A Blanca le había encantado cuando lo había visto, normal, a mi también.

Era el mayor de todos junto con Blanca, treinta, nos había dicho.

El otro chico, Taylor, moreno, tenía una bonita sonrisa y para suerte de Jennifer, no dejaba de mirarla.

Después estaba Nick a mi lado, que me había reclamado suya poniendo su brazo en el respaldar de mi silla y pasando su mano por mi pierna a veces.

— Estás guapa —dice cerca de mi oído.

— Gracias —Me acerco al vaso y bebo con ayuda de la pajita.

— ¿Yo no estoy guapo? —Pregunta.

— Tú siempre luces bien —le respondo.

— Siempre me lo has dicho y no sé exactamente lo que significa. ¿Que soy guapo, sexy? ¿Normal?

— Normal —me río al ver una mueca en sus labios—. Eres guapo y tú lo sabes.

— Gracias ángel —sonríe—. Te cuesta decirme piropos.

Dejo de mirarlo y pongo atención a las chicas para ver de lo que están hablando. La verdad es que sí, me costaba decir piropos. Era tímida aunque al cabo de los años había mejorado.

Las bebidas se acaban, se piden otras, vuelven a acabarse y yo dejo de beber porque he tenido suficiente. Tengo ya un ligero mareo y sé que seguir bebiendo no es lo mejor.

Las chicas también dejan de beber y puedo ver a Blanca decirle a Kyle que le encanta un buen vino blanco frío.

Sonrío y Nick vuelve a pasar su mano por mi pierna.

— ¿Qué? —Jennifer se ríe y Taylor la mira divertido—. No lo entiendo —Jennifer me mira.

Miro a Taylor y este me mira indeciso.

— Podríamos ir a otro sitio —dice.

— ¿Soledad? —Pregunta Nick divertido.

— Otro sitio.

Y otro sitio era un pub donde había mucha gente y no quedaba más remedio que estar unos pegados con los otros.

El alcohol ya se estaba yendo de mi organismo y agarro el brazo de Nick cuando veo a Blanca y Kely besarse.

— Tu otra amiga también está muy entretenida —dice.

Miro a Jenny, que tiene sus brazos alrededor del cuello del chico y este está hablándole al oído. Lo mejor es que no sé si ella se está enterando.

— ¿En qué momento? —Lo miro.

— Llevas mucho tiempo en tu mundo, deberías bajar de vez en cuando a la tierra.

— Lo siento —miro mi Coca-Cola casi vacía y los dedos de Nick se ponen en mi pelo y alzo mi rostro para que lo coloque tras mi oreja.

— Honestamente, eres perfecta —dice.

¿Cómo se supone que debía reaccionar a eso? ¿Y contestar? ¿Por qué no había una asignatura en los institutos que preparara para este tipo de situaciones?

— ¿Tú crees?

— No te lo diría si no fuese el caso.

— Oh, gracias.

Y es lo único que puedo decir porque aún mi cabeza está procesando sus palabras. ¿Cuál era el problema? No estaba tampoco acostumbrada a que la gente me halagara o me dijera cualquier cosa bonita.

Tampoco lo necesitaba, por eso no sabía reaccionar. ¿Qué se supone que debería decir? Porque Nick sonríe un poco con sus labios juntos y mete las manos en sus bolsillos.

Muerdo mi labio incómoda y vuelvo a mirar a mis amigas, que se lo están pasando muy bien.

— Gracias por hacer de Cupido —me acerco a Nick y él sonríe.

— Podría dedicarme a esto —saca las manos de sus bolsillos y dejo el vaso vacío en la barra.

Nick se me acerca por detrás y pone sus manos en mi cintura.

— ¿Vas a querer algo? —Le pregunto girando un poco mi rostro.

— No —niega con la cabeza y asiento.

Sus dedos pulgares empiezan a moverse en círculos y su cuerpo se pega totalmente al mío.

Sus manos bajan por mis piernas y le pido a la chica que atiende una botella de agua. Carraspeo un poco cuando una de sus manos se acerca a mi zona íntima y pongo mi mano encima, parándola.

Sus labios se ponen en mi hombro descubierto y respiro pesadamente.
No era de piedra y hacía tiempo que nadie me tocaba así. Tanto tiempo que no sabía cuánto lo necesitaba.

Su cuerpo se pega más al mío, aprisionándome en la barra. Y sostengo la botella de agua entre mis manos.

Paso la lengua por mis labios secos cuando él separa el pelo de mi oreja y deja un beso justo debajo.

Su mano vuelve a descender lentamente y cuando estoy apunto de jadear, él se separa.

Miro hacia atrás para ver a todos con rostros divertidos.

— Nosotros nos vamos —dice Kyle.

Miro a Blanca, que estar agarrada a su brazo y me sonríe abiertamente. Alzo mis cejas y ella asiente.

— Tened cuidado —dice Nick— Tratala bien —señala a su amigo y él sonríe.

— Por supuesto.

Blanca se despide con un "ya te contaré" y salen del bar cuando Jennifer y Taylor se acercan.

Ella también me mira sonriente y Taylor dice que tiene que tiene que irse porque mañana trabaja.

¿Quieres que me quede contigo? —Le pregunto a Jennifer cuando aparcamos frente al hotel.

No, no te preocupes, vete a casa. Nos vemos mañana. Adiós, Nick.

— Adiós, preciosa —se despide el pelinegro.

Vemos a Jennifer entrar en el hotel y Nick arranca.

— Blanca estará bien. Kyle es un buen tío. Está en buenas manos al igual que tú lo estabas. Dudo que la mate.

— Oh, gracias —pongo una mano en mi pecho—, me quedo más tranquila.

— ¿Quieres que te lleve a casa? —Pregunta.

— ¿Sugieres algo?

Ajam ajam ajam.

¿Qué pasará?

El siguiente capítulo es narrado por Nick, Señoras.

¿Preparadas?

🌹

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