—¿Hacia a dónde vamos? —dijo Yoongi acomodándose en el asiento.
—Al sur, iremos a visitar a uno de nuestros futuros aliados. —Jungkook arrancó el auto.
—¿Cuánto tiempo tenemos de viaje? —Yoongi preguntó.
—Tres horas.
—Está bien, voy a dormir, me despiertas cuando lleguemos. —Se acomodó en el asiento y cerró sus ojos.
—¡Yoongi! Te traje aquí para no aburrirme en el viaje. —Jungkook rió.
—Pon algo de música y listo, tengo el sueño profundo así que no voy a oír nada...
—Eres un caso perdido.
[...]
—Despiértate hombre...—Jungkook sacudía a su hermano mayor. —Ya llegamos Yoongi.
El alfa de a poco fue despertando, muerto de frío y de hambre, quería llegar a su casa a devorarse lo primero que encontrara en el refrigerador.
—Mhh, déjame dormir Jungkook... —Dijo con voz ronca, medio adormilado.
—Despiértate Yoongi, nos esperan allí, se un poco más responsable futuro rey. —Jungkook bufó.
El alfa un poco cansado se resignó y abrió sus ojos, encontrándose con la neblina en las calles y un bosque rodear la cabaña que le resultaba un poco conocida.
—¿A caso es...?
— Si, es la casa de nuestro querido primo Kai— Jungkook sonrió y bajó del auto junto a Yoongi, caminaron hasta la cabaña y tocaron la puerta tres veces, esperaron unos segundos y la puerta se abrió dejando salir al muchacho.
—Pero mira a quienes tenemos aquí... —Dijo el alfa saliendo de su casa, tenía una bonita sonrisa y era bastante alto. Se aproximó y llamó a su pareja. —Cariño ven a ver quién se acordó de nosotros...
Jungkook y Yoongi le regalaron una sonrisa a su primo que no lo habían visto desde hace mucho tiempo. La noche en la que ocurrió la masacre de los lobos albinos, muy pocos miembros de la familia Min habían podido escapar con vida. La mayor parte de su familia fue masacrada y aquellos pocos integrantes tuvieron que trasladarse a distintos puntos del país para esconderse del clan Song. Todos habían quedado muy agradecidos con Yoongi que había sido el único capaz de casi exterminar dicho clan, de poder vengarse por todos ellos.
—¿Cómo has estado? —dijo Jungkook saludándolo con un fuerte abrazo para luego darle lugar a Yoongi de hacer lo mismo.
—Se puede decir que muy bien, adentro está Kyungsoo, pasen por favor. —El alfa de piel canela los dejó pasar a su cabaña y ambos alfas ingresaron. —¿Ustedes cómo se encuentran?
—Estamos bien, con algunos asuntos pero nada grave. —Yoongi habló esta vez.
—¡Jungkook! ¡Yoongi! ¿Qué hacen aquí? — Kyungsoo salió de la cocina y vio a los dos alfas allí, sorprendido fué a saludarlos con un abrazo.
—Estábamos de visita, pero también quería hablar con ustedes sobre un tema en específico. —Dijo Jungkook y ambos lo miraron —Es sobre Jimin...
—Oh sí, hace dos semanas fue el aniversario de su muerte. — dijo Kyungsoo sentándose al lado de Kai. Ambos estaban preocupados, habían pasado muchos años y aún así era triste para ellos esa fecha. Resulta que casi toda la familia Min conocía al omega de Yoongi, en el pasado él se los había presentado a todos y, naturalmente, Jimin se ganó el afecto de cada integrante de la familia.
—De hecho, Jimin ha reencarnado. — dijo Jungkook, observando la reacción de ambos. — La profecía se cumplió...
—¿Realmente? Creí que la profecía era una leyenda — dijo Kai, sorprendido por lo que habían dicho.
—No lo fué, la profecía se cumplió a la perfección... Pero al cumplirse ésta, una nueva acaba de ser escrita. —dijo Yoongi. —En doce años se desatará una guerra con nuestros enemigos... Necesito su ayuda para cuando eso ocurra, no están obligados a luchar en nuestra guerra, solo he venido a comentarles sobre lo que ocurrirá.
—Yo pelearé, ya no podemos permitir que asesinen a todos los de nuestra especie. —Kai respondió casi al instante, llevaba mucho rencor en su interior, esa ira que jamás pudo soltar. El dolor de la masacre de casi toda su familia estaba intacto y necesitaba vengarse de ese clan que los exterminaba por el simple hecho de ser diferentes.
—Yo también, ansío con todas mis fuerzas pelear en batalla como en los viejos tiempos. — dijo Kyungsoo, él era alguien que recordaba la guerra como un tesoro en su memoria, la adrenalina de estar en batalla y esos tiempos en donde defendía lo suyo con honor. Él y Jungkook habían sido compañeros de escuadrón. —Cuenten con nosotros.
[...]
—Asi jamás lograrás controlar tu poder Jimin, concéntrate. —Le dijo Seokjin a su hermano.
— No puedo concentrarme, no sé que me ocurre. —El Omega suspiró cansado.
—Tener a Yoongi lejos te afecta demasiado, es preferible que tomes un descanso y luego continuamos. —Dijo Seokjin. — Mientras podríamos llevar de paseo al pequeño Jae.
—Está tomando su siesta ahora, cuando despierte saldremos. —Jimin se levantó un poco cansado de su asiento. —Creo que iré a dormir también para que las horas pasen rápido.
—Está bien, ve a descansar.
Jimin salió de la habitación en dirección a la de su pequeño hijo para luego acostarse a su lado, pero se sorprendió al no verlo allí. Miró por la ventana y pudo observar a su hijo jugar con Hoseok y Taehyung en el gran jardín. El cansancio lo estaba adormeciendo, así que dejó que el niño se divierta mientras sus tíos lo cuidaban y aprovechó a dormir una corta siesta.
—Tío Tae... —Jaebum interrumpió a su tío. — miras mucho a mí tío Hobi...
Taehyung miró incómodo al niño que lo había descubierto y se sonrojó completamente mientras Hoseok sonreía como nunca.
—Cachorro yo no estaba viendo a tu tío...
—Si, lo mirabas como Papi Jimin mira a mí Papi Yoongi... —El niño era super inteligente y perceptivo.
—¿Y como se miran ellos pequeño?—Preguntó Hoseok.
—Con cara de amor. —El niño dijo con su tierna vocecita. —Ustedes también se miran así.
El alfa y Omega estaban rojos pero no de vergüenza, más bien de asombro ya que un niño de apenas tres años acababa de dejarlos vulnerables el uno al otro, no podían negarlo o engañar al pequeño niño ya que este sabía muy bien de lo que estaba hablando.
Jaebum vió una linda mariposa volando frente a él y la persiguió dejando a Taehyung y Hoseok solos.
—Qué niño... Es tan... No puedo describirlo. — habló Taehyung. —Tiene muchísima imaginación...
—Bueno, los niños no mienten querido Taehyung... —Dijo Hoseok levantándose del piso para ir a buscar al pequeño. Dejando a Taehyung pensando un poco en sus palabras.
¿Es que a caso le gustaba Hoseok? No lo había visto de esa forma, cuando había llegado a la casa desde un primer momento se sintió atraído hacia Jungkook, pero luego se dió cuenta de que el muchacho no era su tipo. En cuanto a Hoseok si le atraía físicamente pero necesitaba conocerlo aún mas, le resultaba muy encantador y simpático, pero necesitaría aún más para ganarse su corazón.
—¿Te quedarás ahí todo el día pensando? — Dijo Yugyeom desde la puerta observando a su hermano cómo se había quedado embobado con la figura de Hoseok.
—¿Y tú qué haces espiandome? —Dijo el Omega apartando su mirada de Hoseok para posarla en su hermano.
—Las sombras me hacen sentir en casa, resulta que esta parte del castillo es donde más sombras hay... Y justo me encuentro contigo hermanito, admirando de lejos a ese alfa.
—¿Admirando? No creo que sea tan así.
—Solo mírate, limpiate la boca que has derramado saliva al ver como aquel pelirrojo caminaba tan seductoramente... —Yugyeom sonrió.
—Ver es gratis... —Taehyung sonrió. —No es nada, solo estaba mirando ¿Qué tiene de malo?
—Oh, eso no tiene nada de malo... ¿Sabes qué es realmente malo? —Yugyeom se sentó al lado de su hermano. —Lo malo es que te está volviendo loco y no quieres aceptarlo.