Lean la nota final, por favor...
Niall.
Faltaba un poco más de media hora para las cinco de la tarde. Levaba puestos los mismos Jeans de la noche anterior y una camiseta que Liam me había prestado. Me senté en la sala a ver televisión mientras esperaba a Liam, luego de unos minutos apareció ya vestido.
-¿No vamos?. –me dijo. Yo volví a él mi mirada e hice un pequeño puchero con los labios.
-No quiero irme.
-Lo se, amor, yo tampoco quiero que te vayas, créeme. Pero este no es mi departamento y Louis fue muy claro. –suspiró y se pasó las manos por el rostro. –Te prometo que pronto tendré mi departamento de vuelta y… -se quedó a mitad de la frase, ido, solo viendo hacia la pared. Volví mi mirada para ver que miraba pero no había nada.
-¿Liam?. –Nada… -amor, ¿estás bien?. –Liam pareció reaccionar y volvió a verme con una sonrisa tenue en su rostro.
-Sí, estoy bien mi amor. –se acercó a mí y me rodeo en un abrazo que yo acepté sin rechistar. Sentí como olfateó mi cabello y dio un beso sobre este. –Deberías de usar mi shampoo mas seguido, tu cabello huele delicioso.
-¿a sí?, entonces ¿cuando no utilizo de tu shampoo huele mal?. –El rió y me dio un corto beso en los labios.
-Sabes que no, tu hueles bien a todas horas, sin importar lo que uses.
El viaje hacia mi casa en el auto de Liam fue uno de los mejores que hice en toda mi vida, no por a donde me dirigía, ni por la fecha, o porque no había tenido un ataque en horas, no, el viaje fue uno de los mejores porque, cuando iba sentado en el lugar del copiloto pude cerrar los ojos y pensar, libremente, sin que me dijeran que mis pensamientos eran erróneos. Eso me gusta de los pensamientos, que nadie puede escucharlos ni juzgarlos, y si por alguna razón alguien los sabe es porque tú se los haz confiado porque crees en esa persona y sabes que es especial, porque esa persona jamás te defraudaría de cierta manera… Entonces me sentí mal.
Yo no le había hablado de mis pensamientos a Liam jamás, no le había dicho que quería estudiar en la universidad, ni las ideas que se me pasaron por la mente cuando lo apartaron de mí, ¿seria sano contarle mis pensamientos suicidas?, no le había hablado de nada de lo ocurrido luego del juicio, ni siquiera le había hablado de Josh… en ese momento pensé que quizá Liam no era tan especial, o que yo no era tan importante para él porque no me había preguntado nada… tal vez… tal vez estaba haciendo algo mal, o él estaba haciendo algo malo…
Bueno, todo lo que hacíamos era malo.
Entonces, cuando estuve a punto de ponerme a llorar, giré mi cabeza y miré a Liam, iba con la vista fija en el camino y con ambas manos en el volante. Decidí observarlo y pensar, pensar en cómo se miraba ese día, traía el cabello levantado hacia arriba y eso hacia resaltar su rostro, me gusta su rostro, la manera en cómo se muerde el labio inferior cuando está nervioso y cuando lo suelta, ¡dios mío!, se ve tan bien cuando hace esas cosas, además, llevaba puesta esta chaqueta negra que me encanta que se ponga, definitivamente ese chico era demasiado para mí.
Liam giró al sentir mi mirada sobre él y me sonrió de lado, quitó una de sus manos del volante y tomó una de las mías para luego llevarla hasta su boca y besarla, yo enmudecí. Liam sonrió aún más y reposó nuestras manos ya entrelazadas sobre el asiento del medio.
-Eres tan hermoso, ángel. Tan lindo cuando me sonríes por las mañanas, tan interesante cuando te quedas mirando a la nada pensando, tan provocativo cuando te muerdes el labio, todo tú eres provocativo, y eso me encanta, ¡me fascina!, estoy tan enamorado, y no es malo, Niall, estoy feliz de estar tan enamorado. –Liam despegó por un momento la vista de la calle para verme a los ojos y agregó. –Estoy feliz de estar enamorado de ti.
Cuando Liam me dejó fuera de la casa, -porque no lo dejé entrar debido a Louis-, me quedé esperando a que el auto se perdiera de vista. Me recosté en la puerta aún sin abrirla y llevé mis dedo a mis labios, recordando como Liam había tenido la intención de solo despedirse con un beso en la mejilla y en como yo había sido mas listo para robarle un beso justo en sus rojos labios, que por cierto, me tenían y me tienen completamente loco…
Solté un suspiro involuntario que hasta me hizo sentir vergüenza de mí mismo, pero luego reí, porque esa era una consecuencia de estar enamorado, y yo estaba enamorado, ¡había estado enamorado desde los once años!, o quizá desde que lo había visto por primera vez… no lo sabía, solo sabía que quería pasar el resto de mi vida con Liam Payne, y que no importaba que yo no le hubiera hablado sobre muchas cosas aún o sobre mis pensamientos, porque sentí en el momento en que tomó mi mano que él ya conocía todo eso de mi porque de alguna manera lo había sabido desde siempre… Entonces, cuando entré a mi casa y cerré la puerta tras de mí, pensé en que contarle tus pensamientos a la persona que quieres no era lo más especial del mundo, sino qué lo mas especial es cuando esa persona ya conoce todos tus pensamientos sin que se los hayas dicho…
Louis.
Eran las 4:45pm del 14 de enero y yo tenía recostado sobre mí a un dormido ángel, o príncipe, o rey, la verdad es que no me importaba mucho como decirle después de eso, lo que me importaba es que había pasado algo entre nosotros dos. Había hecho el amor con Harry, porque ya no podía negarlo, lo amaba, lo amaba tanto hasta que dolía, pero no me molestaba, es más, me encantaba, me encantaba estar enamorado de él, porque era un chico fantástico, y es que si lo conocieran, o al menos si vieran en cómo sus ojos se hacen pequeños cuando sonríe, o en cómo se le marcan los hoyuelos, o si escucharan su risa, o lo escucharan llorar… les aseguro que jamás querrían volverlo a escuchar llorando, porque un ser tan perfecto como Harry no podía llorar.
Levanté un poco mi mano y la pasé por toda su espalda desnuda, memorizándome cada peca o lunar que encontraba, aunque ya los había visto unos minutos atrás, y es que Harry tenía todos estos lunares que me gustaba besar, estos lunares que me había encantado besar mientras le hacía el amor y el suplicaba por más, aunque no tenía que hacerlo, porque yo era todo de él en ese momento.
Harry se removió un poco sobre mi cuerpo y abrió los ojos, uno por uno, lo que me hizo reír un poco.
-Ummh, Loulou. –habló para luego soltar un bostezo y estirar un poco los brazos. –Sigues aquí… -murmuró como si estuviera completamente sorprendido.
-Claro que sigo aquí. –le contesté. –¿Cómo crees que me iría sin decir nada luego de lo que pasó?. –pregunté pasando una mano por sus rizos despeinados.
-Bueno, yo… creí que, ya sabes, por todo lo que dices del asunto de Niall y Liam y bueno… -se mordió el labio inferior. Solté un suspiro.
-No pensemos en eso, ¿de acuerdo?, olvida el asunto de Liam y Niall, hagamos como sí eso no existiera ahora.
-Pero si existe, Louis, no puedes evadir los problemas imaginando que no existen. –sonreí.
-¿Te tragaste algún libro de psicología, ricitos?. –soltó una risita.
-No, pero estudiaré eso en la universidad y he leído algunos.
Abrí levemente la boca, ¿Harry estudiaría psicología?, eso explicaba la paciencia que tenía al explicarme las cosas y todo lo que decía sobre sentirme bien y aceptar las cosas.
Wow
-Serás un gran psicólogo. –le dije sonriendo y dándole un corto beso. –mmm ¿será posible que me atiendas cuando tengas tu titulo?.
-¿Para qué tendría que atenderte?. –preguntó mientras halaba entre sus dientes mi labio inferior, yo sonreí.
-Estoy loco, ¿lo olvidas?.
-Estar enamorado no es una enfermedad, Louis, no puedo atenderte por eso.
Nos quedamos callados por unos minutos en los que sólo me dediqué a acariciar su cuerpo por encima de la sabana y a observar sus ojos verdes que estaban fijos en los míos. Miré la hora y vi que ya eran un poco más de las cinco.
-Tengo que irme. –le dije casi en susurro. Harry soltó una queja y me abrazo un poco más hacia él, moviéndome sobre la cama.
-No te vayas. –pidió como niño pequeño. Porque eso era, un niño.
-Lo lamento, Hazz, pero le dije a Niall que llegara a las cinco a casa.
-¿No tiene llaves?. –me preguntó mientras se restregaba el ojo derecho.
Adorable.
-No, pero deje sin llave por salir corriendo a buscarte. –sonrió.
-Está bien, te dejaré ir solo porque eres jodidamente adorable.
Después de media hora que me encontraba en casa, busqué a Niall hasta encontrarlo profundamente dormido en mi habitación, sonreí para mis adentros. Verlo así de tranquilo me hacia recordar los momentos en cuando éramos unos niños pequeños y lo único que nos preocupaba era que si jugaríamos al siguiente día.
Solté un suspiro y me acerqué a tapar mejor con la sabana el cuerpo de mi hermano, le di un beso en la frente cerré la puerta con mucho cuidado para no despertarlo.
Cuando iba pasando por el pasillo de la segunda planta me detuve para mirar una foto. En ella salíamos los cuatro, un sonriente Niall que era abrazado por un Liam mucho más alto que él, también había un ruloso niño con las mejillas sonrojadas que yo conocía perfectamente bien, y yo estaba a su lado, dándole un beso en la mejilla. Entonces sin saber porqué sonreí.
Y me fui a dormir pensando en que llamaría a Liam el siguiente día.
"Quince comentarios largos, diez votos y sigo. lamento nohaber subido mas temprano pero el tiempo me queda corto y también actualicé mis otras historias. (deberian de pasarse, digo...) En serio muchas muchas gracias por leer. Les dejo mi Twitter @katxnialler y mi IG @Katedelrey_ mandenme un tuit para seguirnos de vuelta y también alli pueden darme su opinion de mis historias.
Quiero confesarles que me pone triste pensar que ya casi termina esta historia y que no creo que le haga segunda temporada, pero no estoy segura. En fin, pasen por mis otras fics y por favor, recomienden las historias si les gustan.
Son los mejores, escuchen una buena cancion, sonrian e imaginen que son infinitos".