De Margaritas y Un Amor itali...

By autumn-may

1M 70.6K 6.8K

Tiziano Amรฉndola es un hombre de negocios y padre soltero. Desesperado por encontrar a alguien que cuide de s... More

๐ŸŒผ Aclaraciรณn ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ Sinopsis ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ Prefacio ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 1 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 2 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 3 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 4 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 5 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 6 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 7 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 8 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 9 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 10 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 11 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 12 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 13 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 14 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 15 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 16 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 17 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 18 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 19 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 20 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 21 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 22 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 23 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 24 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 25 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 26 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 27 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 28 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 29 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 30 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 31 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 32 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 33 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 34 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 35 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 36 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 37 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 38 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 39 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 40 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 41 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 42 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 43 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 44 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 45 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 47 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 48 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 49 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 50 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 51 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 52 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 53 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 54 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 55 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ 56 ๐Ÿฆ
๐ŸŒผ Epรญlogo ๐Ÿฆ

๐ŸŒผ 46 ๐Ÿฆ

15.4K 1K 64
By autumn-may

En el mes de noviembre las cosas entre los dos, parecía que estaban muy bien, incluso Tiziano comenzaba desde hacía tiempo a decirle indirectas que ella no intentaba escuchar o bien no quería tomarlas en serio.

Eran vísperas de fiestas y el frío se sentía más que el mes anterior. La casa donde convivían los tres, se había decorado con los clásicos colores navideños y con un precioso árbol también. Solo faltaban tres días para la celebración y Tiziano llegó un rato antes de las seis de la tarde como lo hacía todos los días de la semana, estaba decidido que aquel día iba a cambiarle la vida a Génesis y esperaba que para mejor porque ya no podía soportar más mantener oculto lo que siempre había querido confesarle desde que su mejor amigo aceptara que sucediera algo entre ellos. La muchacha lo miró con atención porque se veía más nervioso que de costumbre y frunció el ceño.

―¿Todo bien? ―le preguntó preocupada.

―Sí ―le dijo, sentándose en la silla alta de la mesada―. ¿Tienes el contrato contigo? ―inquirió mirándola directo a los ojos.

―Sí ―contestó sorprendida ante su interrogación.

―Ve a buscarlo por favor ―le respondió mientras se remangaba la camisa.

Sin preguntarle algo más, ella subió las escaleras para buscar el contrato que lo tenía metido dentro del cajón de la mesa de noche mientras él tomaba el que guardaba dentro del cajón del mueble del televisor. Cuando ella bajó, vio que él tenía el mismo también.

―Aquí tienes ―le expresó entregándoselo.

―Gracias.

Tomó ambos contratos y sin pensarlo y ni titubeando, los rompió a la mitad y luego en otra mitad. Génesis quedó petrificada y sin esperar algo así por su parte. Sabía bien que cuando él rompiera el contrato, todo terminaba pero había quedado confundida porque jamás le había dicho algo contrario o que fuera buscando otro trabajo o incluso que debía volver a Buenos Aires, porque ya no iba a cuidar de Stefano. Se sentía como si le faltaba el aire.

―¿Hice algo mal? ―le preguntó, sintiendo su voz quebrada.

―No, tesoro ―le expresó con delicadeza.

―¿Por qué los rompiste entonces? ―le preguntó con los ojos llenos de lágrimas―. Podías haberlo hecho cuando Alejo se quedó en tu casa e irme con él también ―le contestó sentándose frente a él e intentando no llorar.

―Los he roto porque no te quiero más como la niñera de Stefano ―le dijo pero ella tal parecía que ni siquiera se había dado cuenta de lo que él le había confesado.

―Podías haberlos roto mucho antes para que pudiera volver a Argentina tranquila y no sobre las fiestas, para éstas fechas no hay vuelos disponibles ―le respondió quitándose las lágrimas de los ojos.

―Sé que no hay vuelos disponibles ―le expresó con algo de gracia y una leve sonrisa.

―Debe haber una razón justificada como para que terminaras haciendo eso y me gustaría saberla ―expresó con congoja e intentando hablar sin que su voz sonara entrecortada.

―No hay ninguna, simplemente me cansé que Stefano tenga una niñera ―le emitió sincero y quitándole a la muchacha las lágrimas de las mejillas también.

Génesis estaba creída que algo había hecho mal y él no quería comentárselo y eso era peor porque la joven siempre había pensado que estaba haciendo las cosas bien y de un momento a otro y sin previo aviso, él llegaba y rompía ambos contratos. Aunque por otra parte la había dejado muy desconcertada las cosas que le decía y hacía.

―¿Qué hago ahora? ―le preguntó con dudas y sintiéndose algo desprotegida por la situación en la que se encontraba―. Alejo no está en su casa y sus padres tampoco, pero podrías pedirle a tu piloto y azafata si pueden hacer un viaje a Buenos Aires como una excepción, no me importa si tengo que pagar los gastos yo ―le dijo más recompuesta.

―Alejo y sus padres están en Brasil, ya lo sé eso también, Génesis ―le respondió y ella lo miró con atención por saber esa noticia también―. Y el piloto y la azafata tienen dos semanas libres para poder pasar las fiestas con sus familias.

―Me lo estás haciendo a propósito todo esto, ¿verdad? ―le manifestó con pesar y sin querer llorar delante de él nuevamente.

Tiziano rió ante su comentario.

―¿Acaso no te das una idea del porqué rompí los contratos? ―formuló y ella le negó con la cabeza―, siendo tan directa en tus palabras y teniendo la lengua afilada, deberías de intuir porqué hice lo que hice recién ―le respondió.

Se acercó a ella para posar sus manos en las mejillas de la joven y le dio un beso en la mejilla, el otro cayó en sus labios.

―No... no Tiziano. ¿Por qué lo haces sabiendo que luego te irás con otra? ―le interrogó molesta y separándolo de ella―, no me tomes por estúpida, italianito ―expresó con sarcasmo.

Améndola sonrió tanto ante aquellas palabras de enojo de ella que terminó por reírse a carcajadas, la joven le dio vuelta la cara de un sopapo. Aunque él podría haberse enojado y mucho, no lo hizo, volvió a besarla y ésta vez ella le correspondió el beso. Se aferró a su cuello y Tiziano acrecentó más el beso que le estaba dando. Terminaron por quedarse abrazados, él acariciaba su espalda y una de sus manos terminó posada sobre la nuca de la joven, Génesis recargó su mejilla en uno de los hombros de él y se deleitó con el perfume masculino que desprendía aquel hombre. No pudo evitar volver a llorar.

―Ya pasó todo, ragazza (chica) ―le expresó mirándola a los ojos―. No tienes que llorar más, no me iré con ninguna otra, te quiero a ti y por eso rompí los papeles, desde hacía mucho quería romper el contrato, pero no encontraba el momento adecuado ―respondió besándole la frente.

―Alejo me comentó hace un mes atrás más o menos, que aceptaba que tuviera algo contigo, creo que ahora comprendo todo, las veces que me preguntaba si tú habías intentado hacerme algo, era por eso quizá.

―Me prohibió acercarme a ti y no fue porque no quise, fue por tu primo que me amenazó.

―A veces se pone en modo sobreprotector con quien quizás no tiene que serlo tanto.

―Esa llamada que te dio en el hotel fue por eso, ¿verdad?

―Sí, fue ahí cuando me dijo que tenía el camino libre para acercarme más a ti, pero no me dijo nada con respecto a lo que tú sentías por mí.

―Me parece que se preocupó más de lo debido y se dio cuenta que te quería de verdad. Te quiero en verdad, Génesis. Eres hermosa con Stefano y conmigo, eres tú sin nada que ocultar o nada que quieras aparentar.

Tiziano la sujetó de ambas manos y ella ante la vergüenza apoyó la frente contra uno de los hombros de él. El hombre le beso el costado del cuello y la curvatura que iba hacia el hombro desnudo. No había nada sexual en aquel beso y sin embargo Génesis se había sentido como si habrían compartido algo más íntimo.

El niño comenzó a llorar y ambos se separaron para ser la joven quien fuera a ver qué necesitaba. Le preparó un biberón porque estaba segura que tenía hambre.

―Iré con Stef arriba para alimentarlo y cambiarle el pañal.

―De acuerdo ―le dijo y besó a su hijo en la frente.

La joven apenas terminó por subir las escaleras con Stefano, abrió el cambiador y lo puso sobre la cama para luego acostar al bebé. Primero le hizo el cambio de pañal por uno limpio y volvió a vestirlo. Cuando estaba cómodo, ella se sentó en el borde de la cama para que bebiera con tranquilidad su leche.

Las lágrimas no dejaban que visualizara bien lo que estaba haciendo y se calmó respirando profundamente y secándose las lágrimas que caían sin dificultad por sus mejillas. Todavía no podía creer lo que había sucedido en la cocina y sonrió de alegría. Unos quince minutos después, cuando giró la cabeza hacia el ventanal que daba a un pequeño patio trasero, vio caer nieve constantemente y quedó encantada mirándola. Dejó al pequeño dentro de la cuna luego de hacerle un provechito y salió al exterior, levantó la cabeza para que los copos de nieve cayeran en su rostro y borraran las lágrimas. Solo pasó un minuto y cuando abrió los ojos se encontró con Tiziano quien la miraba con atención.

―Vas a congelarte, es mejor que entres ―le dijo abrazándola por los hombros.

―La nieve es divina, no vi nunca algo igual ―respondió mientras se sacudía el cabello dejando caer los pequeños copos hacia el piso, aunque éstos se disolvieron apenas hicieron contacto con el aire.

Una vez que cerró la puerta-ventana miró a su hijo.

―¿Se quedó dormido de nuevo?

―Sí, pañal limpio y pancita llena, es factible que se durmiera otra vez.

Améndola quiso saber algo más personal sobre ella y no sabía cómo preguntárselo o bien cómo ella iría a reaccionar.

―Génesis, ¿qué ha pasado con tus padres?

Fue una interrogación directa y sin rodeos, una pregunta que él no sabía si había estado mal en hacérsela o había quedado desubicado en formularla.

―Creí que nunca lo preguntarías pero tampoco es algo que quiera compartirlo, por lo menos no por el momento ―le emitió algo incómoda―. No es que no me gustaría contártelo pero no quiero ponerme a decirte ese tipo de cosas, menos en éstas fechas.

―No estás obligada a contármelo ahora, cuando tú quieras me lo dirás, no pasa nada ―le respondió intentando tranquilizarla y luego de posar sus manos en las mejillas de la joven, le dio un beso en la boca.

―Te lo agradezco ―contestó con una sonrisa―. ¿Cómo son las festividades en tu familia? ―inquirió queriendo saberlo.

―El veinticuatro vienen aquí y el veinticinco yo voy a la casa de mis padres, para año nuevo, la noche vieja la pasamos en mi casa y el primer día del nuevo año por el mediodía voy a la casa de mi hermana.

―Estaba creída que no festejaban por la noche del día anterior a la fecha correspondiente.

―Tratamos de festejar esas fechas también. ¿Mañana me acompañas a comprar los regalos?

―Iría contigo, pero hace demasiado frío para sacar al niño por tanto tiempo.

―Le pediré a mi hermana que lo cuide por unas horas.

―¿Qué crees que dirá tu familia sobre lo que estamos teniendo? ¿No te arrepientes de haber roto los papeles? ―le preguntó con unas dudas injustificadas que le surgieron en el momento.

―¿Acaso tú tienes dudas? ―inquirió mirándola a los ojos cuando giró su rostro al sujetarla de la barbilla.

―No, para nada pero... esto es tan raro y precipitado que no encuentro una razón lógica ―le contestó confundida y con el ceño fruncido.

―Me parece que lo que sientes es algo normal ―expresó con una sutil sonrisa que ella creyó derretirse apenas la vio―, no estamos haciendo nada malo que deba ocultarse, Gen. Ya sabes cómo es mi familia, todos intuyeron en las vacaciones que algo raro pasaba entre nosotros y ni siquiera estábamos teniendo algo. Creo que... estamos hechos el uno para el otro y en su momento ninguno de los dos se dio cuenta o no quiso confesarlo ―le dijo con total sinceridad.

―Eres divino, Tiziano ―le emitió con dulzura mirándolo a los ojos―, por eso las chicas se derriten por ti ―habló con una risita.

―Pero yo te quiero a ti ―le manifestó abrazándola por detrás y dándole un beso en la mejilla y otro beso más en el cuello―. ¿Tú no me quieres? ―preguntó aunque sabía la respuesta.

―Sabes que sí te quiero, desde que nos conocimos me gustaste mucho.

―Con tus indirectas que estuviste diciéndome desde hacía semanas atrás, supuse que algo sentías por mí ―le contestó mirándola a los ojos.

―Me miras de esa manera y me derrito ―le respondió entre risas.

―Dime algo, ¿acaso le has dicho en más de una ocasión a tu amiga que era el bombón italiano? ―le preguntó por demás curioso.

―¿Sobre quién sino le estaría hablando? ―le inquirió de manera afirmativa―, te dije la excusa de que era Stefano, pero en verdad eras tú. Eres un bombonazo, Tiziano y aparte de lo precioso que me pareces, es inevitable no quererte también.

―La confesión que me has dicho fue un hermoso regalo, Génesis. Gracias por ser simplemente tú, así conmigo ―le expresó observándola con fijeza.

Ella se puso en puntas de pie y lo abrazó por el cuello cuando él se inclinó para capturar la boca femenina con la suya, porque sabía bien que Génesis iba a besarlo.

―Eres un dulcecito ―le emitió sonriéndole cuando se miraron a los ojos apenas se quedaron a escasos centímetros de los rostros―. Cambiando de tema, ¿por qué no llamas a tu hermana y le preguntas si mañana puede cuidar por unas horas a Stef? Quizá ella tenga cosas que hacer ―le preguntó.

―De acuerdo, lo haré ―le dijo encaminándose a la puerta para salir del dormitorio y bajar las escaleras para telefonear a Brunella.

Cuando la muchacha salió del cuarto con el babycaller en las manos, dejando el otro encendido y cerca de la cuna, bajó los escalones mirando con atención a Tiziano. Se alegró inmensamente por dentro cuando supo que aquel hombre la quería de verdad y se le nubló la vista de lágrimas de nuevo.

Caminó hacia la cocina para enjabonar y enjuagar el biberón y lo dejó secar sobre unos papeles tisú. Abrió el refrigerador para sacar la comida que habían almorzado ese mismo día.

―He sacado la comida de hoy, ¿pero quieres que prepare algo más?

―Lo de hoy estará bien ―le respondió y le comentó sobre su hermana―, mi hermana me ha dicho que no tiene inconveniente en cuidar por unas horas a Stefano.

―Está bien ―le dijo sacando los alimentos y poniéndolos sobre las hornillas para calentarlos―. ¿A qué hora le dijiste?

―Por la mañana, no hay tanta gente.

―¿Eso crees? Es vísperas de fiestas, habrá gente a toda hora ―expresó con convicción.

―Siendo vísperas de fiestas a toda hora habrá gente ―le dijo él redundando el comentario de ella―, pero yendo a la mañana a veces consigues lo que tienes pensado comprar.

―Si lo planteas así no está mal ―acotó dándole la razón.

Veinte minutos después de haberse calentado la comida, Tiziano preparó la mesa y se dispusieron a cenar. Aunque ninguno de los dos pretendía besarse, no faltaron las miradas cómplices y la sonrisita tonta de saber que los sentimientos de ambos eran recíprocos.

Un rato después, cada uno entró a su dormitorio. Ella durmió con una sonrisa en sus labios y él aunque tenía sueño, sabía que si comenzaba a tener una relación amorosa con Génesis, debía cambiar de residencia, porque estaba seguro que no le agradaría vivir en donde tuvieron discusiones y que él trajera a dormir a su secretaria. Con pensamientos de aquel tipo, se quedó dormido por completo.

La mañana siguiente, Génesis se levantó de la cama y miró al bebé que aún dormía plácidamente, aprovechó en darse un baño caliente y así poder calentarse un poquito más. Pronto se vistió con un pantalón de lanilla de color azul eléctrico, un suéter de cachemir gris y un par de botas de gamuza y de taco bajo y, por debajo de las rodillas en color negro. Cuando bajó veinticinco minutos después, ya que había vestido a Stefano también, Tiziano estaba levantado y bebiendo una taza de café mientras miraba su computadora portátil.

―Buen día ―contestó ella mientras le entregaba a su hijo en brazos.

―Buenos días.

Ambos se miraron a los ojos y fue Tiziano quien se acercó a su rostro para darle un beso en los labios, ella se lo correspondió de buena gana. Los dos terminaron por sonreírse cuando se separaron y se miraron a los ojos.

―¿No quisieras enviarle una foto a tu primo con un besito nuestro, para picarlo un poquito? ―le preguntó el italiano con una risita y ella arqueando una ceja le asintió con la cabeza.

―Me gusta la idea de picarlo ―le emitió con una sonrisa burlona.

Entre los preparativos del desayuno, ambos se dieron un beso y registraron el momento con una foto para enviársela a Alejo. Éste la recibió de inmediato y aunque colocó emojis de enojo y lenguas de afuera, los felicitó y les envió varios emojis de celebración.

Una hora y media después, estaban haciendo las compras navideñas para los familiares de Tiziano.

―¿Te gustaría vivir en otro lugar? ―le inquirió de curioso.

―¿En otro lugar? ¿A qué te refieres?

―Departamento o casa.

―¿Por qué me lo preguntas? Me gustaría saberlo ―le formuló intrigada.

―Se me ocurrió que no estaría mal hacer un cambio.

―Tienes un porqué, ¿o no? ―le dijo mirándolo directamente a los ojos.

―Sí, lo pensé por las cosas que hice antes, llevar a la secretaria y demás cosas.

―Cambias el colchón y listo, si es que quieres que comparta la cama contigo ―le respondió sin vueltas y el hombre se la quedó mirando sorprendido.

La abrazó por los hombros y le dio un beso en la frente, ella pasó el brazo por la cintura masculina.

―¿Por qué eres así?

―¿Así cómo?

―Tan bonita conmigo. ¿Por qué no quieres empezar algo en otra parte?

―Soy así contigo porque te quiero y no quiero irme de ahí porque tengo muy lindos recuerdos de lo que viví contigo. De verdad no necesito mudarme para empezar algo contigo, porque creo suponer el porqué lo hacías.

―Es verdad ―le dijo besando su mejilla.

Tres horas posteriores, volvieron a la casa no sin antes pasar a buscar al pequeño a la casa de su hermana.

Continue Reading

You'll Also Like

40.3K 3.1K 26
El verdadero heredero a la armadura de Sagitario no era Seiya, el, o mejor dicho, la verdadera sucesora de Aioros era ella, Aome Higurashi, quien le...
4.1M 273K 74
Una mujer, que por miedo a no tener a quien amaba junto a ella, oculto su verdadera identidad. Hace cuatro aรฑos , Alexander abandono en un descampado...
846K 42.4K 45
Dakota y Erick decidieron terminar con su matrimonio,pero aun asรญ de la mejor manera,despuรฉs de dos aรฑos,viven juntos, trabajan juntos hasta se acons...
1M 65.2K 57
-Repรญtelo otra vez, que no estoy comprendiendo absolutamente nada... Tomo suficiente aire para darle primero una mirada a su hermana y luego a รฉl, si...