Adrienna's POV.
Luego de varios minutos de haber subido hasta mi habitación con mi hermano y mis guardaespaldas, y de los gritos de los mellizos Gangardis, un portazo estruendoso se escucha en toda la casa. Maldigo por lo bajo. Esperemos que no haya roto nada.
-Se ve que tu novio se enojó. -comenta mi hermano apoyado en mi tocador mirándome fijo. Le clavo la mirada por algunos segundos para luego volver a ponerla en la ventana mirado el patio trasero. -¿Cómo te sentís?.
-Trato de no pensar en todo lo que me dijo. Es difícil asimilar que tu novio, y ex futuro esposo, crea que sos débil, que no sería nada si no lo hubiera conocido o si él no se hubiese ido. -me encojo de hombros. -¿Ese quién es?. -pregunto viendo como un hombre desconocido está caminando tranquilamente por mi patio. Amedeo me agarra enseguida de la cintura dejándome detrás de él.
-Quedate acá. -dice mi hermano abriendo la ventana. Me mira. -Lo digo en serio. -me señala con el dedo índice para luego saltar.
Voy enseguida a mi mesa de luz, abro el primer cajón y saco mis armas para guardarlas debajo de mi vestido.
Me encamino hacia la puerta de mi habitación y la abro comenzando a caminar hacia la escalera. Veo a Atilio y a James agarrar sus armas y como Amaranta se va a la cocina junto con Candida.
-¿Jason?. -pregunto captando la atención de su padre y hermano. Saco una de mis armas y le saco el seguro.
-Ni se te ocurra. -dice James negando y agarrando mi antebrazo con fuerza para arrastrarme hacia las escaleras de nuevo. Me suelto bruscamente. -Tenes a mí--
-Tengo a tu sobrino, mí hijo y el de Jason. -lo interrumpo. -Quiero saber que el futuro padre de mi hijo y mi hermano están bien.
-Anda arriba junto a Ennio y Massimo. -pide Atilio. -Yo voy a ver cómo están.
-Te quiero, Adrienna. -dice James mirándome fijo y con una sonrisa. -Cuidate.
-Yo también te quiero, idiota. -digo y ruedo los ojos.
Antes de que pueda decir algo más, mis dos guardaespaldas me agarran de los brazos y me llevan hacia arriba mientras cada uno carga con una Magnum 357.
Al entrar en mi habitación, me llevan hacia el baño y me dejan allí. Ennio se coloca enfrente de la puerta y, por ende, enfrente mío. Massimo, por otro lado, está posicionado en el medio de mi habitación. Los tres estamos muy atentos escuchando todo. Solo espero que mi hermano y Jason estén bien.
Los disparos no cesan. Se ve que el hombre desconocido no venía sólo, traía compañía y muy bien armada.
-¿Qué está pasando ahí afuera?. -pregunta Ennio tocando el pequeño aparato en su oreja con el cual se comunica con los demás que vigilan la casa. -Mátenlos a todos.... bien, tráiganlo adentro y llévenlo directamente-- sí, ahí. -termina de hablar y me mira sonriendo.
-¿Qué pasó, Ennio?. -pregunto. Escucho mejor y ya no siento más disparos.
-Tenemos a uno y está dispuesto a hablar si le perdonamos la vida. -dice sonriendo con cinismo. Suelto una carcajada.
-Que hable, después lo matamos. -digo pasando por al lado de Ennio. -¿Saben algo de mi hermano y Jason?.
-Sí, están bien y están... acá. -dice Massimo viendo como la puerta de mi habitación se abre dejándome ver a dos de los hombres más importantes en mi vida. Sonrío aliviada.
-Estás sangrando. -digo seria y alarmada caminando hacia Jason. Le agarro el brazo ganándome una gran maldición por parte de él.
-Estoy bien. -dice mirándome fijo. Niego.
-No, Jason. Ahora viene el doctor a hacerme la ecografía y, de paso, te va a ver el brazo. -sigo mirando su extremidad. -¿Tenes una bala, no?.
-Sí y duele como la mierda. -contesta y ríe levemente. Me río sarcásticamente y le aprieto levemente la herida. -¡Adrienna!. -exclama con dolor.
-Eso fue por decirme lo que me dijiste hace más de una hora. -digo mirándolo con enojo. Vuelvo a apretar. Gruñe. -Y eso, por haberme asustado como lo hiciste recién.
-Yo no tuve la culpa de que un loco viniera, con un arma y con un séquito de idiotas, justo cuando nos peleáramos. -dice defendiéndose con una sonrisa. Ruedo los ojos.
-Massimo. -lo llamo, ignorando completamente el comentario de mi prometido, o ex-prometido. -¿Sabes sacar una bala?.
-Sí. -dice y se toca el aparato en su oreja para escuchar mejor. -Pero no tengo que hacerlo, ya que el doctor está acá. -informa sonriendo. -Al igual que tu hermano y, para nuestra sorpresa, vino con Anetta. -dice lo último con sarcasmo.
-Gracias a Dios. -comenta Jason.
-Díganle que su--
-¿Adrienna?. -pregunta un agitado Agostino en mi puerta. Me encuentra con la mirada y viene hacia mí. -¿Estás bien? ¿Qué pasó? ¿Te querían a vos? ¿Saben del bebé?.
-¡Agos!. -exclamo y río levemente. -Estoy bien, no me dejaron salir a defender a mis hombres.
-¿Salir?. -pregunta Jason. -¡¿Querías salir al medio de un tiroteo estando embarazada?! ¡¿Estás loca?!. -exclama notablemente enojado.
-Quería ir a ver para saber como estabas vos y Amedeo. -digo calmada mirándolo.
-Por primera vez en mucho tiempo, estoy de acuerdo con Jason. -comenta Agostino, su novia asiente. -¿Qué se te cruzó por la cabeza al querer salir?.
-¿Nadie me escucha?. -pregunto y suspiro frustrada.
-Yo sí. -dice el doctor parado en el umbral de la puerta junto a James, Atilio y un enfermero con todas las cosas que necesitan. -Ahora, necesito que te acuestes. -dice pasando.
-No. -digo. -Primero necesito que le saques la bala a Jason del brazo.
-Bien. -dice y asiente agarrando el maletín que tenía el enfermero. -Acostate, por favor. -pide mirando a mi novio. Él asiente y hace lo que le pidió el doctor.
-No pienso quedarme a ver esto. -comentan al unísono mis hermanos. -¿Venis?. -me pregunta Agostino mirándome.
-No, se queda conmigo. -contesta Jason por mí. Lo miro levantando una ceja. -Por favor.
-Me quedo con él. -le digo a mis hermanos. Ellos asienten y se van, al igual que James y Atilio. Ennio y Massimo se quedan conmigo.
-¿Qué pasó?. -pregunta el doctor sacando todo lo necesario para sacarle la bala. -Cuando llegue estaban todos muertos.
-Entró un hombre solo y luego vinieron más, todos armados. -dice Jason y maldice entre dientes cuando el doctor le coloca alcohol en la herida. Río. -Todavía no sabemos qué querían. Pero tenemos a uno.
-Ah, eso está muy bien. -dice y comienza a tocar todo el brazo de Jason. Suelto una carcajada al ver la cara de mi novio.
-¿Duele?. -preguntó mirándolo.
-Duele. -dice con un tono más agudo que el mío haciéndome burla. -Sí que duele.
Un grito ahogado, después de un disparo, se escucha en la planta baja. Ennio y Massimo se colocan frente mío con sus armas en mano. Mi novio se para, ya con la bala fuera de su brazo y la herida con puntos, y viene hacia mí colocándome atrás de él.
Pasos apresurados vienen hacia nosotros. Mis guardaespaldas y Jason ya están preparados para cualquier cosa. Se relajan un poco al ver que es el mellizo de mi novio.
-¿Qué pasó?. -pregunta Jason a su hermano. Él suspira y me mira con miedo, sorpresa y un poco de felicidad, haciendo que me confunda más. -¿Qué fue ese disparo?. -vuelve a interrogar mi novio al ver que James no habla.
-Donatto. -dice haciendo que Jason y yo nos tensemos. -Donatto está acá.