-La princesa Cordelia es preciosa y vive en un hermoso palacio lleno de flores silvestres. -dijo Anne mientras caminábamos en el jardín con Diana Barry.
-Me encantaría tener tu imaginación.- dijo Diana mirando a Anne. -Y me encantaría tener tu facilidad de expresarte.
El jardín era precioso, no recuerdo ver tanto verde en mi vida.
-Y Lucy, de igual manera, me encantaría tener tu facilidad con las palabras. Ambas son como gemelas.- Diana nos sonrió.
-Diana, a mi me encantaría tener el cabello tan resplandeciente que tienes. Mi cabello es horrible. Es la cruz de mi existencia.
-Yo lo cambiaría por el tuyo.- Le dije a Anne.
-Me gustaría que fueran ambas a la escuela. Sería una aventura tenerlas ahí- Diana se para en seco y nos mira.- Ambas tienen habilidades increíbles.
-Oh Diana, Lucy. ¿No sería asombroso que fuéramos amigas?-dice Anne sonriendo- ¡Ya sé! Deberíamos hacer un pacto.
Anne levanta su dedo meñique y Diana hace lo mismo, las tres me miran. Al cabo de un segundo de duda, hago lo mismo que ellas.
-¿Juran que seremos mejores amigas para siempre jamás?
Diana y yo nos miramos y después repetimos "para siempre jamás"
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Llego a casa exhausta. El sol esta a punto de meterse.
Me cambio mi vestido de domingo por el de trabajo. Salgo al establo y cepillo a los caballos y los alimento y saco algo de paja.
Vi que en el fondo había una carretilla desmontada. Tome pieza por pieza y las puse en medio del establo. Me prometí a mi misma que la repararía y así podría darle un buen uso.
Cuando la luz de la luna iluminó el establo. Tome una lámpara de aceite y entre a casa, prendí una vela y la puse en la esquina de la cocina. Prepare la cena y comí tranquilamente.
Subí a la habitación de mis padres y tome un libro del mueble de papá, después fui a mi habitación y leí un poco.
Deje el libro en el mueble que estaba a un costado de mi cama. Suspire y apague la lámpara de aceite.
-Buenas noches padre, buenas noches madre. Los amo.- fue lo último que dije antes de dormir.
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Eran temprano. El sol apenas se asomaba por el horizonte.
Me levanté de la cama y me vestí con el vestido de trabajo. Preparé la comida y salí de casa al establo.
La carretilla era algo vieja pero servible. Busque en las cosas de papá y encontré algunas herramientas que me ayudarían con mi tarea.
-Parece que tienes mucho trabajo niña.- dijo una voz detrás de mi.
-Señora Rachel- dije al mirarla- ¿Qué hace aquí?
-He escuchado en el pueblo que necesitas algo de ayuda por aquí.
-No es necesario, gracias.
-Te traje algo de comida-dijo señalando una cesta que tenia en la mano- no creo que te moleste si como algo contigo, ¿no es así?
-En absoluto- dije sonriendo- algo de compañía no vendría mal. En un momento le prepararé té- dije soltando un martillo y caminando fuera del establo.
-No niña, no te preocupes. Te ayudare en lo que pueda con la casa.
-No es necesario, he terminado todo en casa antes de salir.- dije poniéndome lo más derecha que pude.
-Escucha Lucy, se que perdiste a tus padres hace algunas semanas, pero no debes hacerte la dura. Eres una niña.
-Gracias por su consejo Señora Lynde pero en serio, estoy bien.
Después de un largo rato en el establo montando la carretilla, la señora Lynde me dijo que era hora de comer.
Antes de ir a casa, tome dos cubetas y fui al pozo para tomar agua. Después camine a casa con ambas cubetas. La señora Lynde al verme acarreada con ambas cubetas, me quito una y entro a la casa.
-No me puedo creer que una niña como tu este haciendo todo esto desde hace un par de semanas.- dice sentándose en la mesa frente a mi. -Debe ser complicado para ti.
-Al principio lo era, pero he agarrado un poco de carácter con esto.
-Estas creciendo muy rápido y eso no es correcto. Deberías preocuparte por tu futuro y no por la casa y el establo y mucho menos por la cosecha.
-Mis padres murieron así que...- di un bocado al pan de ajo que había preparado intentando contener el llanto.
-Las clases comienzan mañana, deberías ir.
-No creo que sea lo correcto ya que alguien debe encargarse de todo aquí.
-Piensalo. Es tú futuro.
Después de la comida, Rachel Lynde salio de la granja Eckermann.
El sol se estaba ocultando y decidí entrar antes a casa. Leí un poco y después de dar las buenas noches, dormí.
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Desperté y me dirigí directamente al establo a hacer mis deberes. Hoy, por lo que había dicho Rachel Lynde, fue el primer día de escuela. Pensé ir con Anne antes de que el sol se ocultase para preguntarle como es la escuela y tal vez, ir mañana.
Las horas pasaron rápidamente y de un momento a otro, me encontraba en Tejas Verdes.
Toque la puerta y Marilla abrió sorprendida.
-¿Podria ver a Anne?
-Pasa Lucy- Marilla se hizo a un lado para que pudiera pasar- Anne esta ayudandome a hacer la cena.
Camine a la cocina donde Anne estaba amasando muy bruscamente.
-Anne- me miro al instante- ¿Qué tal tu primer día de escuela?
-Oh Lucy. Fue grandioso. Tanto conocimiento recorre el pequeño cuarto. Es fenomenal.
-Anne, porqué no van a tu habitación y le cuentas todo tu día. Yo puedo ocuparme de lo que falta.
Anne me tomo del brazo y subimos corriendo a su habitación.
-Lucy, es terrible la escuela. Todos se burlan de mi. - Anne se sentó en si cama y se tapó la cara con las manos.
-¿Qué ocurrió?
-Se burlaron de mi horrible cabello y me llamaron huérfana. Eso sin mencionar que el Señor Phillips me odia.- dijo lamentándose.
-¿Y Diana?
-Diana estuvo conmigo en todo momento, pero ¡Oh Lucy! No me puedes dejar sola en esta agonía.
Me quede callada unos segundos.
-Mejores amigas para siempre jamás.
-¡Lucy cuanto te agradezco!
-¿Qué es lo que debo llevar?
Anne me dijo lo poco que necesitaba. Después de eso, Marilla dijo que era hora de la cena y me marche a casa, Anne quería que me quedara, pero preferí buscar las cosas que necesitaba para la escuela.
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.07201821.
Lectora NM
Hora. 05:12 am
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