Van caminando por el pasillo en silencio, bajan las escaleras de mármol y ya en la planta baja los chicos se miran.
-Scorpius: Aquí nos separamos (sonriente).
-Jenna: Debo irme a la Sala Común de Hufflepuff (les sonríe emocionada).
Scorpius le sonríe radiante.
-Albus: Y yo a la de Slytherin (con una sonrisa de lado).
-Harry: Albus... (interrumpe) Tu madre y yo debemos irnos.
Albus mira a su padre fijamente y asiente.
-Jenna: Señor Harry, señora Ginny... y señor Malfoy (mira a cada adulto respectivamente, apenada). Quiero pedirles disculpas. Yo... no quisiera que...
-Ginny: Está bien, cariño (la interrumpe dulcemente).
-Harry: Eres una buena chica, Jenna (su mirada se suaviza y le sonríe).
-Ginny: Estamos absolutamente seguros de eso (sonríe y mira al rubio). Tú y Scorpius, son excelentes chicos.
Draco Malfoy asiente, está parado detrás de su hijo. Jenna les sonríe agradecida, Scorpius mira a los Potter con una sonrisa y asiente.
-Jenna: (Mira a sus amigos) ¿Nos vemos mañana?
-Albus: Por supuesto (le sonríe).
-Scorpius: Iré a despedir a mi padre (les susurra).
Jenna los abraza a ambos a la vez. Ellos la abrazan de vuelta. Están juntos, ya nada más importa.
-Jenna: Los quiero (susurra con emoción, aún abrazándolos).
-Albus y Scorpius: Te queremos.
_..._
Jenna baja al Sótano de Hogwarts. Camina por el pasillo que da a la cocina en silencio, absorta en sus pensamientos; estaba feliz de que la pesadilla hubiera acabado. Sus amigos estaban a salvo, estaba en Hogwarts, dirigiéndose a la Sala Común de su verdadera Casa: Hufflepuff. Mañana podría comenzar sus clases normales de nuevo, todo estaba en paz y tranquilidad. «¿Qué más podría pedir?» pensó muy sonriente.
Llegó a un rincón en el lado derecho del pasillo de la cocina, se paró frente a una pila de barriles. Entonces, golpeó el segundo barril de la parte inferior en medio de la segunda fila: el ritmo de "Helga Hufflepuff". A continuación, el barril abrió su tapa, dejando al descubierto la entrada a la Sala Común. Jenna entró. Una vez adentro, contempló todo con añoranza y una inmensa emoción; los sillones, los cactus danzantes, las estanterías en las paredes, las alfombras, todo con los respectivos colores que tanto amaba, amarillo y negro.
La Sala Común más cómoda, como era mejor conocida, con su ambiente cálido; Jenna nunca pasaba frío en su Sala Común. Se respiraba paz, sobretodo porque a esa hora se encontraba vacía; todos los estudiantes de Hufflepuff se hallaban en el Gran Comedor para la cena. Jenna pasó por la redonda puerta de madera que llevaba a los dormitorios; llegó a la cuarta habitación y entró.
Era la primera vez que pisaba ese dormitorio, ya que había escapado del tren antes de llegar a Hogwarts; sin embargo, su baúl con sus cosas estaba al pie de la única cama que parecía no haber sido tocada, ubicada en una esquina. Se acercó en silencio y sacó un poco de pergamino, tinta y su pluma, salió de nuevo a la sala y se sentó junto a una mesa. Comenzó a escribirle una carta a su familia, no podría estar tranquila si no les escribía inmediatamente.
-Jenna: ¿Cómo empezar? (pensó un momento) Mmm... Amada familia... (comienza a escribir).
Amada Familia♥
¡Bendición! ¡Ya estoy en Hogwarts! :D Completamente sana y salva. Primero que nada necesito pedirles disculpas. Lo sé, sé que eso no cambia nada... Los preocupé y también sé que los decepcioné y quiero que sepan que lo lamento muchísimo, no fue mi intención en ningún momento :'( Estoy totalmente consciente de que tengo una muerte asegurada cuando los vea... T-T Y lo merezco. Quiero que siempre tengan presente cuanto los quiero. Lo lamento y estoy dispuesta a compensar todo el mal rato que les hice pasar.
El motivo principal de haberme escapado del tren junto a mis amigos fue el de poder salvar a una persona que necesitaba de nuestra ayuda; no somos héroes y fuimos imprudentes, pero ahora todos estamos bien, sanos y salvos, aunque merecidamente castigados :( Por esa razón no podré ir a casa para Navidad... ¡No saben cuánto me duele eso! Pero bueno... u.u Como dije antes, sé que merezco el castigo.
Les contaré todo detalladamente cuando los vea.
Prometo que les escribiré al menos 4 veces por semana y también prometo no meterme en más problemas, estudiar mucho y ganar muchos puntos.
De nuevo, discúlpenme, lo siento... Una y mil veces lo siento :'(
Los amo♥
Jen.
Jenna dejó la pluma en la mesa y leyó la carta.
-Jenna: (Hace una mueca) Tal vez no debí dibujar tantas caritas, creo que Mami se enojará más cuando las vea.
Releyó varias veces la carta, mordiendo el interior de su mejilla.
-Jenna: (Asintió para sí y suspiró) Creo que no puedo hacer nada, de cualquier forma me matarán cuando vuelva (hizo una mueca y volvió a leerla. Volvió a asentir). Mañana temprano la enviaré.
Dobló la carta y la guardó en un sobre, plantándole al final un sonoro beso a éste.
Jenna se dió una buena ducha, fue de nuevo a los dormitorios y se cambió. Solo deseaba dormir y se acostó en su respectiva cama; estaba increíblemente suave, tibia y reconfortante; se quedó dormida enseguida. Y ni siquiera las exclamaciones que sus compañeras emitieron al volver de la cena y verla ahí de nuevo luego de casi dos meses de ausencia lograron despertarla.
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A la mañana siguiente, Jenna se levantó muy temprano y fue al Aviario; ahí estaba la lechuza que Albus le habían regalado, Owl. Una bonita y pequeña lechuza blanca con alas doradas.
-Jenna: Hola bonita... (con dulzura, la acaricia) ¿me extrañaste, Owl?
La lechuza ululó y aleteó alegremente.
-Jenna: (Sonríe enternecida) Tal vez deba disculparme contigo también. (La acaricia) Simplemente me fui sin decirte nada.
Owl ululó de nuevo y picoteó cariñosamente la mano de Jenna. La chica la acarició un poco más y luego le ató la carta a la pata, hablándole con dulzura.
-Jenna: Llévala a casa, ¿sí? (le susurró)
Y la lechuza alzó el vuelo.
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