42. De Grimmauld Place a Un Funeral.

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«¿Número 12...?» pensó Jenna con desconcierto al bajar del auto, ya que en las bonitas casas que estaban delante de ella solo se apreciaban el número 11 y número 13. La casa número 12 no existía en ningún lado. Jenna miró al otro lado de la calle para verificar si había mirado la hilera correcta de casas, pero ambos Potter contemplaban las casas que tenían de frente.

-Albus: Piensa en lo que te dijo papá (le susurró).

Jenna, extrañada, obedeció a lo dicho por Albus. «El número 12 de Grimmauld Place» pensó y al instante, entre las casas 11 y 13 que tenía de frente, se materializó una casa aún más bonita que las que tenía a los lados; pareció como si de pronto se inflara una casa más, apartando las otras de su camino y empujándolas hacia ambos lados. Jenna no acababa de sorprenderse: Amaba la mágia.

Subieron los escalones y entraron.

-Jenna: Permiso (dijo al pasar por la puerta).

-Harry: Estás en tu casa, Jenna.

-Jenna: Gracias, señor Harry (sonrió radiante y contempló todo).

Era un hermoso vestíbulo, con una larga alfombra roja bajo sus pies; las paredes tapizadas de un papel con bonitas figuras floreadas manchadas de dorado y escarlata, y en el techo colgaba una elegante y muy brillante lampara de cristales. Se notaba que era una casa antigua, pero estaba muy bien cuidada y se respiraba una agradable calidez de ambiente familiar.

De la puerta que estaba al final del vestíbulo, salió una hermosa mujer de cabello rojo; a Jenna le pareció ver un parecido con la hermana de Albus, Lily. Se acercó a ellos con una amplia sonrisa, beso a su esposo y a su hijo y prosiguió a abrazar a Jenna.

-¡Jenna, bienvenida! (sonrió radiante) Nos encanta tener aquí a la... AMIGA... (miró a Albus esperando confirmación de que solo fuera su amiga)

Albus la miró con ojos muy abiertos, avergonzado.

-... de nuestro Albus (volvió a mirar a Jenna y sonrió).

Albus se lleva las manos a la cara y se ruboriza con intensidad.

-Jenna: Muchas gracias señora Potter, tienen una hermosa casa (sonrió con timidez).

-Llámame Ginny, cariño. Pasen a la sala (les dijo a Jenna y a Albus), le diré a Kreacher que les traiga unas bebidas, en unos minutos nos iremos.

La chica asintió, seguía con una sonrisa tímida.

-Harry: Deja tus cosas aquí Jenna, Kreacher las llevará a la habitación que ocuparás (le sonrió amable y luego miró a su esposa). Yo también quiero un poco de esa bebida.

-Jenna: Disculpen tantas molestias.

-Ginny: (Niega con la cabeza) Toda AMIGA de nuestro hijo... (le guiñó un ojo a Albus) pasa a ser parte de la familia.

-Albus: Ok, suficiente (sin poder aguantar más la vergüenza).

Albus y Jenna pasan a una sala muy elegante, bien decorada, con un enorme y hermoso árbol de Navidad en un rincón; toman asiento en un sofá grande color escarlata.
Observando mejor el lugar, los muebles y objetos estaban elegidos especialmente para que la decoración fuera en honor a Gryffindor, dorado y escarlata.

-Albus: Lo sé (con un toque de amargura, como si supiera lo que Jenna pensaba). Una casa de Gryffindors. En el pasado esta casa perteneció a la familia del Padrino de mi padre, la noble y ancestral casa de los Black... todos Slytherin, excepto uno, que resultó ser un Gryffindor, ya te imaginarás quién. Toda la casa estaba ambientada con decorado Slytherin.

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