26 de Octubre de 2020.
Hora: 7:57am.
Scorpius entra precipitadamente al baño de chicos, apoyándose en uno de los lavamanos; quería vomitar. Estaba en completo pánico, apunto en ese instante de romper a llorar.
Todo estaba perdido. Ahora estaba solo. Ya no había nada que hacer. ¿Acaso debía rendirse? Era la opción más fácil. Convertirse verdaderamente en lo que ellos querían que fuera; en ese lider desalmado sumergido en la completa oscuridad que ellos conocían. De cualquier forma, él ahí estaba a salvo. Tenía en ese mundo lo que nunca obtuvo en su realidad, el respeto de todos. Era el mejor en Quidditch, deseado por las chicas y admirado por los chicos. Sí, rendirse era la opción más fácil.
-Scorpius: Pero...
¿Acaso la opción más fácil era la correcta?
«Albus y yo contamos contigo» Scorpius reacciona. Las palabras de Jenna llegaron hasta él, golpeándolo fuertemente y trayéndolo de vuelta a la realidad. No, no podía rendirse; la opción fácil no era la correcta. Jenna lo necesitaba, y Albus los necesitaba a ambos.
-Scorpius: Encontraré la manera, amigos...
Scorpius se lavó la cara, arregló su corbata y su túnica y salió dirigiéndose hacia el Gran Comedor.
Durante el desayuno de esa mañana, una lechuza parda se posó ante Scorpius con una carta y el Diario El Profeta. El rubio observa con recelo a la lechuza.
-Scorpius: Tú no eres Cronos.
La lechuza aleteó y desapareció del lugar, Scorpius la persiguió con la mirada para luego posarla en el correo que ésta le había entregado.
-Scorpius: Mis dulces tampoco están (niega con la cabeza haciendo una mueca).
El chico toma primero El Profeta dejando olvidada, como era ya costumbre, la carta enviada por su padre. Lee entonces la primera página del Diario y abre mucho los ojos, consternado por las noticias.
-Scorpius: Esto es una monstruosidad (con expresión de horror). Pobres Muggles...
Pasa las páginas, entreteniéndose con lo que lee.
Un rato más tarde cuando recordó la carta de su padre, la abrió, leyendo entonces unas pocas líneas donde el señor Malfoy le citaba a la 1 en punto al Ministerio de Magia. Tal vez su padre podría darle algunas respuestas.
A la 1 en punto utilizó la chimenea de la Oficina de Umbridge, y viajó con los polvos Flu hasta el Ministerio. Scorpius al preguntar por Draco Malfoy le informaron que se dirigiera al Departamento de Seguridad Mágica. Una vez allí le indicaron que pasara a la Oficina del Jefe del Departamento; dentro encontró a su padre.
Draco se veía más imponente que nunca con un aura de poder a su alrededor, sentado tras el escritorio de la Oficina.
A ambos lados de él colgaban estandartes del Augurey, con el ave desplegando las alas al estilo fascista.
-Draco: Llegas tarde (con frialdad).
-Scorpius: (Observa todo con la boca abierta) ¿Esta es tu Oficina?
-Draco: Llegas tarde y no te disculpas. A lo mejor eso significa que te has propuesto a agravar el problema.
-Scorpius: ¿Eres el Jefe de Seguridad Mágica? (cada vez más sorprendido sin escuchar a su padre)
-Draco: ¡¿Cómo te atreves?! (golpea el escritorio furioso) ¿¡Cómo te atreves a ponerme en ridículo, hacerme esperar, y encima, no pedirme disculpas!?
-Scorpius: Lo siento (un poco avergonzado).
-Draco: Señor.
-Scorpius: Lo siento, señor (se corrige).
-Draco: No te he criado para que seas negligente, Scorpius. No te he educado para que me hagas pasar vergüenza en Hogwarts.
-Scorpius: ¿Vergüenza, señor? (confundido)
-Draco: Harry Potter... ¡Haciendo preguntas sobre Harry Potter! (se altera un momento) ¿Puede haber algo más vergonzoso? Y ese asunto con esa niña sangre sucia... ¿¡cómo te atreves a deshonrar el apellido Malfoy!?
-Scorpius: ¿Tú tienes que ver con todo ésto? (incrédulo)
Draco no responde.
-Scorpius: ¡Por Dumbledore! (desconcertado) ¿Tú eres el responsable? No, no... No puede ser.
-Draco: (Cierra los ojos, cansado) Scorpius...
-Scorpius: Salió en El Profeta de hoy: ¿Tres magos que vuelan puentes para ver cuántos Muggles pueden matar con una sola explosión? ¿Has sido tú?
-Draco: Ten mucho cuidado... (lo mira con impaciencia)
-Scorpius: Los campos de exterminio de los nacidos Muggle, las torturas, los opositores siendo quemados vivos... ¿Estás implicado en todo eso? (sin poder creerlo) Mamá siempre me decía que eras mejor persona de lo que yo creía, pero... ¿En realidad eres así? Un torturador, un asesino, un...
Draco Malfoy se levanta, rodea el escritorio y agarra a Scorpius por el cuello alzándolo contra la mesa con una terrible violencia.
-Draco: No pronuncies su nombre en vano, Scorpius. No recurras a eso para anotarte puntos. Ella se merece lo mejor.
Scorpius no dice nada, está aterrado. Draco se da cuenta y lo suelta; no le gusta hacerle daño a su hijo. Scorpius se lleva una mano al cuello y respira hondo varias veces.
-Draco: (Se alisa su negra túnica) Y no. Esos imbéciles que se dedican a masacrar Muggles no tienen nada que ver conmigo, aunque será a mí a quien el Augurey encargará para que soborne al primer Ministro Muggle con oro. (Hace una pausa) ¿En verdad tu madre dijo eso de mí? (curioso)
-Scorpius: (Se recompone) Me contó que ella no le caía bien al abuelo Lucius. Que se oponía a la boda, porque ella era demasiado benévola con los Muggles, demasiado débil... Pero que tú lo desobedeciste. Me dijo que era el mayor acto de valentía que había visto.
-Draco: Tu madre hacía que fuera más fácil ser valiente.
-Scorpius: Pero ese no eras tú, era otro.
Mira entonces a su padre, y éste lo mira a su vez con el ceño fruncido.
-Scorpius: Yo he hecho cosas malas, y tú otras peores (baja la mirada, afligido). ¿En qué nos hemos convertido, papá?
-Draco: No nos hemos convertido en nada. Simplemente, somos como somos.
-Scorpius: Los Malfoy, una familia en la que se puede confiar para hacer el mundo un lugar más tenebroso.
El comentario da en el blanco. Draco mira atentamente a su hijo.
-Draco: Lo que te está pasando en el Colegio, ¿a qué se debe?
-Scorpius: No quiero ser quien soy (sigue con la mirada baja).
-Draco: Y, ¿a qué se debe eso?
Scorpius mira a su padre, y busca desesperadamente la forma de contar su historia.
-Scorpius: Me he visto de una forma diferente.
-Draco: (Lo piensa un momento) ¿Sabes qué es lo que más me gustaba de tu madre? Que siempre me ayudaba a encontrar luz en la oscuridad. Gracias a ella, el mundo, o por lo menos mi mundo, era menos... ¿Cómo lo has llamado? Menos... tenebroso.
-Scorpius: ¿En serio? (se emociona un poco)
Scorpius baja la mirada y asimila esas palabras.
-Scorpius: La chica del Colegio... Esa nacida de Muggles... es mi luz en la oscuridad.
-Draco: ¿Disculpa? (algo desconcertado)
-Scorpius: Es mi amiga...
Draco no responde, mira a Scorpius atónito.
-Scorpius: Mi mejor amiga en realidad (alza la mirada y la fija en su padre).
Draco observa a su hijo con atención. Ambas miradas grises se encuentran, y por primera vez en ese realidad, Draco Malfoy logra ver la esencia de Astoria reflejada en su hijo. Siente crecer la emoción en su pecho.
-Draco: Te pareces más a ella de lo que yo creía.
Scorpius no responde; si lo hace, romperá a llorar. Draco sigue con la vista fija en él.
-Draco: Hagas lo que hagas, ten cuidado. No puedo perderte a ti también, hijo.
-Scorpius: Sí, señor (con un hilo de voz, profundamente emocionado).
Se hace un silencio. Draco se esfuerza por entender a Scorpius.
-Draco: Por Voldemort y el valor (dice al fin).
-Scorpius: Por Voldemort y el valor (repite).
Y se marcha de la Oficina, y del Ministerio de Magia.
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