Después de ti

By IamGarciaV21

686K 43K 2K

Después del primer amor, llega el amor verdadero y eso lo experimenta el hijo del gran empresario Aarón Ferre... More

Frases:
Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Anuncio:
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XIX
Capítulo XX
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI
Capítulo XXVII
Capítulo XXVIII
Capítulo XXIX
Capítulo XXX
Capítulo XXXI
Capítulo XXXII
Capítulo XXXIV
Capítulo XXXV
Capítulo XXXVI
Capítulo XXXVII
Capítulo XXXVIII
Capítulo XXXIX
Capítulo XL
Epílogo
Dallan

Capítulo XXXIII

15.3K 1K 69
By IamGarciaV21


Lucas Ferreyra:

Tome una respiración profunda y entre al área de la alfombra roja donde nos tomaran las fotografías. Hay más fotógrafos que en años anteriores y los flashes me encandilan, debo bajar la mirada de vez en cuando disimulando acomodarme en varios lugares, no estoy adaptado a esto. Como cada año, después de posar solo lo hago con mi familia. ¿Ya les comente que Alana está embarazada? ¿No? Lo siento. Su barriguita aun no se ve, al menos no tanto.

Verónica me guía en los siguientes movimientos que debo dar. Me coloco junto a Alana quien está dando una entrevista a los medios de comunicación acomodados a un costado de la alfombra.

—Lo seguiremos haciendo cada año, porque estos niños lo necesitan y lo merecen. —Termina Alana. Me coloco a su lado y embozo una sonrisa a la periodista frente a mí. Ella asiente sonriéndonos a ambos —. Debemos entrar. —Me pide Alana tomándome suavemente del antebrazo. Asentí, instándola a pasar a ella primero. No hemos dado el primer paso cuando escucho la voz de Verónica detrás de mí.

—Señor, debe dar una entrevista antes de entrar. Lo habíamos acordado así. —Dude un segundo, mirando a mi secretaria, Alana asintió hacia mirándome con cariño.

—Ve, recuerda que debes socializar. —La miro con el ceño fruncido y lleno de diversión. Ella suelta una carcajada. Verónica me guía entre tantas personas, hasta donde creo, es el área donde están los periodistas.

Hoy decidí usar un traje negro hecho a la medida, con zapatos, cortaba y camisa del mismo color. El cabello lo han acomodado a un lado, Alana lo ha acomodado porque yo no pude con los flequillos que escapan por mi frente.

Mientras bajo las escaleras para acercarme a la periodista, alzo la vista hasta la entrada del teatro y una figura conocida aparece en mi campo de visión y, aunque dude por un segundo, quede paralizado al reconocerla... Nadia acaba de bajar de un auto exageradamente grande, negro y trague, jodidamente con dificultad al ver que va acompañada, alguien la lleva de la mano.

—Señor, por acá. —Me insta Verónica, me había quedado como un idiota, parado observándola. La seguí, no sin volverme de vez en cuando para buscarla con la mirada. La periodista empieza con un montón de preguntas que de un momento a otro me parecen fastidiosas y sin sentido alguno. Por alguna razón estoy de muy mal humor y, ni los meses de terapia, ni los consejos de mi terapeuta pueden ayudarme ahora mismo. Me siento ahogado, el traje, que antes me quedaba a la perfección ahora molesta y causa una gran molestia en mi cuerpo. Hay muchísimo calor y mis manos sudan.

Trate, con todas mis fuerzas de calmarme y sonreírle a la chica frente a mí.

— ¿Cómo te está yendo con el tema del amor, Lucas? —Pregunta. Sus dientes perfectamente alineados se muestran cuando me sonríe, una vez más.

—Eso está a un lado, por ahora. —Aseguro. La chica asiente y me agradece por la entrevista, me vuelvo para salir del tumulto de gente y, para mi sorpresa, me los consigo a menos de un metro de mi, a un costado, preparados para dar una entrevista, al menos el.

La miro fijo, con ojos entornados y mis manos cerradas por inercia. Joder, va hermosísima. Lleva un traje completamente blanco, ajustado a su perfecta figura, que deja sus hombros al aire y una capa del mismo color cae por su espalda y se arrastra en la alfombra. Su cabello va suelto, peinado completamente hacia atrás con algunas ondulaciones y... parece no llevar maquillaje, ella es perfecta sin él, no lo necesita aunque sé que lo lleva.

El mundo parece haberse paralizado en este preciso momento. Nuestras miradas permanecieron cruzadas y, al menos para mí fue casi una tortura apartarla de su cuerpo. ¿Quién es ese imbécil que la lleva de la mano? Nunca en mi vida lo he visto.

—Señor. —Me llama Verónica. Aparte la mirada de sus manos unidas y la volví a su rostro que pareció palidecer aun mas. Aparte la vista siguiendo a Verónica que me guía una vez más hacia dentro.

— ¿Viste a Nadia con ese chico? —le pregunto a mi secretaria mientras nos adentramos, ella asiente mirándome. —. Quiero saber quién es, llama a Bruce y que investigue todo sobre él. Les doy media hora para hacerlo, lo envías a mi correo personal. —Ella asiente decidida y apresura el paso. Verónica se ha olvidado que alguna posibilidad entre ambos. Me alegre por ella cuando supe que empezó a salir con uno de mis asociados.

Estoy ansioso hasta la mierda, desconcertado. No saber quién es ese hombre me mantiene en vilo. Mi vista se posa en la entrada de vez en cuando buscándola con la mirada, esperando verla entrar al fin. Vuelvo la vista de nuevo hacia los hombres frente a mí que hablan sobre las inversiones exitosas que han tenido este año. El celular en mi bolsillo vibra y sin pensarlo una vez más lo saco de inmediato. Es un correo. De Bruce.

Asunto: Investigación.

De: Bruce Price.

Para: Lucas Ferreyra.

Es un documento con una foto del tipo y su descripción física, pero no es eso lo que me importa.

Nombre: Max Baker.

Padres: Emilio Baker y Amanda Bastean.

País de nacimiento: Estados Unidos.

País donde reside actualmente: Alemania- Berlín.

Edad: 26 años.

Estudios: Universidad Eberhard-karls- Universitat Tubingen- Alemania. Graduado como Psicólogo. Pos-grado en intervención psicosocial en situaciones en crisis, emergencias y catástrofes. (Universidad autónoma de Madrid) Máster en terapia familiar y de pareja. (Universidad compútense de Madrid)

No posee antecedentes criminales. Conoció a la señorita Nadia mientras cursaba su pos-grado en la universidad de Alemania. Han salido desde entonces.

Cerré los ojos con fuerza al leer lo último. Trague el nudo que se ha formado en mi garganta y volví a guardar mi celular en una de las bolsas de mi pantalón.

— ¿Todo bien, Lucas? —Pregunta Jeremías a mi lado, con el ceño fruncido y la preocupación asomándose en su rostro —. Estas... pálido. Fatigado.

—Estoy bien. —Le aseguro, desviando la vista y humedeciendo mis labios. ¡Maldita sea! Joder, no, no pueden estar saliendo, no de esa manera. Entonces, como para torturarme más un recuerdo llega a mi cabeza. La llamada... esa que atendió mientras yo estaba en su casa y con la que se veía tan entusiasmada. Era el...

Pase saliva, acalorado, por un mal humor que me va invadiendo de a poco. Exhale con cansancio. Bien, debía calmarme, de todas maneras ya tenía planeado quedarme solo antes de que ella llegara. Esto no me puede sacar del camino que tanto me ha costado transitar, ese lleno de calma y donde las culpas no existen.

Tome una copa de un mesero que llego hasta dónde estamos y, mientras le doy un trago veo a mi hermano menor fijar la vista hasta un punto a nuestro costado derecho y por inercia lo sigo: es ella. Como dije antes, va impecable, hermosa. Ya el no la lleva de la mano, pero si la guía por el lugar colocando una de sus manos en la espalda baja de ella. Esa espalda que tanto acaricie.

Para cuando desvió la vista de nuevo Jeremías me observa interrogante. Niego con la cabeza y termino la copa en mis manos.

Debíamos esperar que todos los invitados terminaran de llegar y, mientras lo hacíamos nos dedicamos a saludar a los que ya han entrado, como dice mi hermana – a darles la bienvenida-.

Jeremías no se aparta de mi lado y me extraña que no esté en compañía de esa chica que nos había presentado como su novia. No recuerdo su nombre ahora mismo.

—Mis tíos favoritos. —Saluda Dallan llegando hasta donde estamos. Va con un traje gris oscuro que se le ve bastante bien, pero reí al ver la copa que lleva en las manos con refresco de cola.

—Pues mas te vale que sea así, ¿eh? Ese otro tío tuyo... ¿Cómo es que se llama? —Bromea Jeremías y una sonrisa ronca brota de mis labios —. El hermano de tu padre —Jeremías frunce el ceño pensativo y lleva una mano a su barbilla haciéndose el pensativo. Ellos dos siempre logran sacarme de mis peores estados.

—Logan. —Susurro, aun con diversión.

—Oh, sí, Logan... —Mi hermano menor hace una mueca y Dallan lo mira con cara de aburrido y ojos entornados con pedantería —, parece gótico, ¿No crees? O tiene aires de grandeza. —se encoge de hombros —. Así lo veo yo. —Oculte la sonrisa que amenaza con salir de mis labios llevándome la copa a estos.

—Pues el cuándo puede me lleva a pasear por los países en los que tiene varias empresas. Me lleva a los parques Disney y me compra lo que yo le pido. —Dice con suficiencia mi sobrino. Toma de su refresco de cola con suficiencia.

—Quizá te esta engordando para luego... no sé. —Dallan abre los ojos escandalizado.

— ¡Tío Jeremías! —El mencionado suelta una carcajada que se me antoja contagiosa, mientras Dallan esta rojo por la rabia. —. Me iré, ustedes son unos inmaduros. Los dos. —Exclama y nos da la espalda enojado aun.

— ¿Los dos? —Digo, aun con la sonrisa pintada en mis labios. Terminamos de reír cuando dos empresarios amigos de nuestro padre se nos acercan para saludar y empezamos una conversación. No sé cuánto tiempo ha pasado desde que Dallan se ha ido, ni cuánto tiempo llevamos hablando con nuestros colegas, pero casi escupo el liquido que había llevado a mi boca segundos antes, cuando Dallan, junto Nadia aparecen a mi lado.

— ¡Hola, de nuevo! —los hombres que charlan con nosotros se despiden después de saludar a Dallan. Lleva a Nadia tomada de la mano y la ubica a mi lado —. ¿Ya saludaste a Nadia, tío? —su sonrisa es de suficiencia. Lo observo midiendo la situación, un tanto desconcertado, pero sabiendo que lo hace buscando venganza por lo que le hizo Jeremías.

—No. —Digo, fijando la vista en ella, con la voz más ronca de lo normal —. La verdad es que la vi tan bien acompañada que no quise interrumpir. —Le extiendo la mano con cortesía y cuando la suya se posa en esta, un tipo de corriente recorre mi espina dorsal y deja un nudo en mi pecho hundiéndolo y provocando una extraña sensación en mí. Aparte la mano de inmediato.

— ¿Cómo estas, Nadia? mucho tiempo sin verte. —Saluda Jeremías.

—Sí. No estaba en el país. —Dice ella, con delicadeza.

—Lo había escuchado. Bueno, bienvenida, pásala muy bien. Yo iré por una copa. ¿Me acompañas, Dallan? —El pequeño asiente con una sonrisa en su rostro, dejándonos así solos, bueno, literalmente. Los observe hasta que se alejaron lo suficiente y luego volví la vista hasta ella mirándola fijo.

— ¿Es tu novio? —Le pregunto. Sin perder un segundo más. Ladea el rostro confundida por mi pregunta.

— ¿Es tu novia la chica con la que salías de un lujoso restaurante? —Pregunta, cautelosa, con mirada curiosa.

—No. —Sentencio. Maldita prensa amarillista.

—No. —susurra ella. Nos miramos fijo, retándonos y con unas ganas terribles de atraerla hacia mí y besarla. No me importaba que hubiese tanta gente, la quería, la quería solo para mí.

—Nadia, ya el evento va a comenzar. Debemos tomar asiento. —El tipo que la acompaña nos interrumpe y no me molesto en mirarlo con amabilidad. Odio que hagan eso. Ella se aclara la garganta y aparta la vista de mi.

—Max, el es... un amigo. Conócelo. —Fruncí el ceño serio. ¿Amigo?

—Max Baker, un placer. —Me extiende la mano, la cual observo unos segundos dudando si tomarla o no. Al final decido ser educado y la tomo.

—Lucas Ferreyra. —Levanta sus cejas con asombro y los labios levemente abiertos. Asiente, desconfiado.

— ¿Nos vamos? —Ella asiente y vuelve a mirarme, pero yo no aparto la mirada de la mano que él ha colocado en su cintura. Al notarlo, Nadia aparta su mano y después de asentir hacia mí me da la espalda y se marcha con él. Yo no dejo de observarla hasta que la pierdo de vista.

(...)

No dejaba de mirarla. No podía. Y lo peor es que estaba en la misma mesa de mi familia. Alana me informo que estarían en nuestra mesa ya que el padre del imbécil que acompañaba a Nadia seria el condecorado de este año. Estoy fatigado hasta la mierda, quería largarme del lugar.

Las miradas furtivas entre ambos eran cada dos minutos o menos. El imbécil de su amigo lo notaba y trataba de entablar conversación con ella para evitar que me mirara, pero yo no dejaba de hacerlo, no podía. Había momentos en que dejaba puestos mis ojos sobre ella sin importarme un carajo la gente a mí alrededor. Parecía un jodido psicópata.

—Quiero agradecerles a cada uno de los presentes que se tomaron el tiempo de venir a compartir esta noche con nosotros. —Habla Alana por el micrófono principal, después de dar un gran discurso y resaltar los logros obtenidos durante el año pasado. Unos minutos después me invita al escenario para dar el discurso que suelo dar cada año en su nombre.

—Personas como ella merecen ser recordadas por su gran bondad. Esas ganas que tenia de ayudar a tantos niños no se fueron con ella, quedaron en manos de una persona que acobijó desde el primer momento que llego a un lugar donde estaba completamente sola: mi hermana, Ali. No recordemos con dolor a una persona que era tan alegre y que iluminada cada rincón con su presencia y bondad. Gracias. —Cada palabra fue acompañada por fotos de Daniela en una pantalla gigante detrás de mí. Ya no sentía dolor al hablar de ella, ni culpa. Dolía que se hubiese ido a tan temprana edad, pero la recordaría con esa humildad que tanto la caracterizaba y, que en su momento ilumino mis días.

...

La subasta había comenzado y para este momento las sumas iban mejor de lo que se imaginaba mi hermana y el grupo de la fundación. Me pase a la mesa de Tiffany, nuestra vecina y amiga desde hace un tiempo. No iba a seguir viendo como la tocaba y acomodaba su cabello. Quería irme, abandonar el lugar, pero eso sería inmaduro y mi hermana se molestaría conmigo.

—En unos momentos estaremos anunciando la última subasta de la noche. —Anuncia Lara, la trabajadora social encargada de la fundación. Son las dos y veinte de la madrugada, estoy tomado y cansado, por lo que me dirijo a mi hermana en su mesa para despedirme.

— ¿Por qué no esperas? Estamos por terminar. —Me pide Ali, pero niego.

—Sabes todo lo que tienes que hacer para cuando esto acabe, saldrás de aquí a las cinco de la mañana con suerte. —Ella ríe y niega, puedo sentir los ojos de Nadia en mí. Ya al padre del tipo que la acompaña lo han condecorado —. Dallan, ¿Dónde está?

—Se fue con la niñera y tres hombres de seguridad a casa. Todo está bien. —Me asegura con una sonrisa conciliadora. Yo asiento. Después de eso me despedí de mis padres sin que nadie lo notara, no quería sus retarías sobre mí y el por qué me iba.

Camino hasta el estacionamiento subterráneo mientras acomodo las mangas de mi saco. Bruce se ha ido con Dallan, hoy me toca conducir a mí. Cuando llego hasta mi camioneta estacionada en un lugar específico hundo uno de los botones de mis llaves para desbloquearla. Saco el celular de mi bolsillo y lo reviso: nada importante. Abro la puerta de la camioneta y cuando estoy a punto de subirme escucho una voz bastante conocida.

— ¿Podemos hablar? —Luce nerviosa y agitada. Parece que ha corrido para llegar aquí, es Nadia. La observo confundido, desconcertado.

— ¿Y tu amigo? —Suelto, acercándome, erguido, con semblante arrogante. Ella niega. —. Parecía no poder quitar sus manos de ti, me es extraño que te haya soltado.

—Es solo un amigo. —Humedece sus labios y fija su mirada en la mía. Sus ojos, tan hermosamente verdes, lucen abatidos, sin luz.

— ¿Dejas que tus amigos te toquen de esa forma? —Frunce sus cejas provocando que una arruga se forme en medio de estas y me mira, un poco enojada y ofendida.

—No me tocaba de ninguna forma. Y si lo hacía, no debería importarte. La última vez que hablamos me dejaste muy claro que no te importaba nada que tuviese que ver conmigo.

—Eso fue hace más de un año, Nadia, y no estaba bien, lo sabes. Aunque eso no es una escusa pues tú no tenías nada que ver con lo que me pasaba. Apenas me entere que habías llegado te busque... y claro, estaba el, por eso al recibir esa llamada te mostraste muy feliz. —Me había acercado a ella más y no me moleste en ocultar mi molestia.

— ¿Por qué me buscaste cuando supiste que llegue? —Sus ojos están entornados y niega. Humedezco mis labios y paso las manos por mi cabello. ¿No lo sabe? ¡Por favor!

—Nadia... —estamos a un costado de la parte trasera de la camioneta y cuando escucho esa voz llamarla la rabia me inunda. Es Max y camina hasta donde estamos —. Debemos volver, todo está por terminar y debemos irnos.

—Estamos hablando. Si no te molesta, ¿podrías dejarnos solos? —Digo. Con tono despectivo.

—Debemos irnos. —Dice. Y el muy idiota trata de tomarla por la mano para llevársela, pero por inercia la coloco a ella detrás de mí con delicadeza, y empujo el cuerpo de Max lejos de Nadia. No me importaba armar un escándalo y golpear su estúpido rostro alemán.

—Por favor, Max, necesito hablar con él, puedes irte sin mí si lo deseas. —El duda, su respiración es agitada y posa su mirada en Nadia y luego en mí, pero no le queda de otra que asentir y retirarse al fin. Cuando lo pierdo de vista me vuelvo hacia ella y la tomo de la mano para conducirla al asiento del copiloto.

—Salgamos de aquí, hay muchas cosas que hablar. —Digo, y después de asegurarme que se ha acomodado en el asiento, cierro la puerta. Camino rápidamente hasta el otro lado y me subo en el asiento del conductor.

—No has respondido la última pregunta que te hice. —Dice. Desviando la vista hacia mí, la calidez que hay en sus ojos me desarma por completo. Así que sin más, le confieso mi única verdad.

—Porque me enamore de ti... como un idiota. Aunque te prohibí sentir algo, ya ves, el que termino enamorado y... amándote como un tonto fui yo. —Cerró sus parpados y recostó su cabezo en el respaldo del asiento y las comisuras de sus labios se alzaron en una sonrisa que me pareció, además de hermosa, angelical.

...

Hola, niñas. Sé que he estado desaparecida por mucho tiempo. Pero, para las que no leyeron "Mi Lucha" el capítulo final y los agradecimientos lo entenderán. Para las que no, aquí se los explico:

*Suelta un suspiro entrecortado*

Como muchas saben, soy venezolana. En mi país, ya es imposible vivir. La crisis económica, la inseguridad, la falta de alimentos y estos inútiles que están en la presidencia nos tienen doblegados, pasando necesidades. Pero no hablare más de eso, terminare con una rabia inmensa y sin actualizar.

Estoy planeando irme del país, se que algunos piensan que somos "una plaga" pero créanme, si nada de esto estuviese pasando aquí nos quedaríamos, felices y junto a las personas que amamos. He estado bastante ocupada, buscando y reuniendo los papeles que necesito para salir legal. Por eso no he actualizado, por eso estoy tan perdida. He estado muy ocupada y por supuesto, triste. Yo soy la que menos quiere abandonar su país ni a su familia, pero si quiero salir adelante necesito hacerlo.

Solo faltan un par de capítulos para el final. Gracias por su apoyo y por seguir conmigo.

Las quiero muchísimo.

Essa Garcia <3

Continue Reading

You'll Also Like

71.7K 3.1K 44
La historia podrá tener el mismo titulo que muchas historias pero, lo que se escribe es diferente ¡Disfruten La Historia! ?.
19.4K 1.8K 41
HermanosHarris #1 Sólo hizo falta una noche lluviosa para poner su mundo patas arriba y cuestionar su convicción sobre el error de enamorarse, pero n...
99.8K 4.9K 23
LA VIEJA VERSIÓN FUE BORRADA. LA PORTADA Y EL TÍTULO PERTENECEN A LA NUEVA VERSIÓN. Cuando su novio es acusado de haber abusado de otra, Natalia romp...
1.1M 101K 48
¿Y si por accidente te ganas el odio del cantante más famoso del país? *♫* Kale es el cantante juvenil más amado de la década, pero está cansado de s...