¤♡Dulce Venganza♥*《Justin Bie...

By DidStyMS

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Tan sólo bastó poco tiempo para amar a ___(Tn), Pero mucho tiempo para despreciarla y humillarla. Ella no co... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capitulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capitulo 37
Capítulo 38
Capitulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 44
Capítulo 43
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capitulo 49
Capitulo 50
Capitulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capitulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57

Capítulo 58

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By DidStyMS

Una parte de mi ya no reconocía lo que alguna vez sentí. Me encontraba en mi propio lapso de schok, y conmigo estaba Harry. Como él lo había prometido no se iba a mover de ahí hasta sacarme del abismo. Velaba por mi sueño, y cuando tenía una pesadilla, él me abrazaba brindándome compañía y señales de que no estaba sola.

Postrada en la cama de aquella habitación desconocida esperando como dejaba ir estúpidamente lo que ya tenía por vida. Mentalmente me regañaba, ¿Tan fácil iba a rendirme?

Me levanté y miré hacia el balcón, nuevamente sentí sus brazos. Los acaricié y suspiré.

—No haré lo que piensas. Ya estoy bien— le regalé una media sonrisa, el me dedicó una mirada de soslayo. Lo abracé más a mi. Puedo jurar que mi alma se levantó un poco.

Desde un principio debí de escogerte a ti, debí de limpiar mi corazón y dejarte entrar. Debí de quitarme la venda para ver tus atenciones que no eran más que para protegerme y hacerme sentir la mujer más feliz del mundo. Cuando éramos adolescentes tuve que ver ese arreglo y pregnarme en aquellos abrazos de oso. Pensé.

Me retiré de su abrazo y me golpee mentalmente. El debí existe pero nunca llega. Soy una completa tonta.

—Iré a darme una ducha. He estado invernando por días y apesto— él sonrió ya un poco mejor. Le demostraba que poco a poco con un poco de cariño podía haber mejoría.— Gracias por no irte.— miré sus labios, luego sus mejillas. La tomé con mis dedos y le di un besito en esa zona de su pómulo.

El cerró sus ojos y después los abrió para asentir y tocarme el hombro. Ese hombre no merecía sufrir y mucho menos por mi.

Me dirigí a limpiarme. En verdad yo sentía que mi olor era otro. Pero no era tanto el corporal el que emanaba, si no mí aura o espíritu que estaba decaído.

A lo largo de esta media semana me preguntaba ¿dónde estará Zayn? ¿Qué estará haciendo en estos momentos? ¿Me estaría buscando ó tomó en cuenta lo del divorcio? Yo misma me tiraba al pozo de mis tragedias.

Me di otro golpe mentalmente y decidí entrar a asearme por completo. Quizás un poco de agua refresque mis ideas y me ayude a hacer conciencia de mis acciones.

Cuando entré y sentí las gotas frías deslizarse por mi cuerpo, la tomé entre mis manos y moje más mi rostro. Limpie mis párpados y después mis labios.

Sus besos estaban pegados y tatuados por todo mi cuerpo. No había manera de como borrar aquella última sensación.

El espejo que había colgado en el baño me demostraba que esa definitivamente no era yo. Me reflejaba una parte de la chica que llegué a ser años atrás, cuando todo recién comenzaba. Sin embargo; Estaba hinchada de todo mi cuerpo, y había razon para estarlo. No había probado ningún bocado por más que Harry me insistiera y fuera paciente conmigo incontables veces, rogando que comiera o diera aunque sea un mordisco de algo que él me había preparado. Pero mi cuerpo se negaba a recibir alimentos.

Negué llorando por Harry.
Oh mi querido amigo, no te mereces a alguien como yo.

(...)

Un día bastó para que su mejor amiga y la mujer que robaba sus sueños y suspiros con tan solo verla, sufriera y entrara en negarse a ver a la gente que la rodeaba y quería. Un suspiro de alivio salió de él, al percartarse que por lo menos él está con ella. Era un momento donde su pequeña se había roto una vez más y él tenía que ayudarla a reconstruir su esencia.

Quería gritarle y arrancarle los cabellos a aquella mujer rubia. Quería golpear indefinidas veces al hombre moreno por sus palabras que llegó a jurarle a ella y a medio mundo. Cínicos, fue la primera palabra que se presentó en sus pensamientos, de tan solo imaginar una traición mental proyectada en su cabeza.

Por otra parte, él quería que pasara para tener un camino libre con ____, pero eso no estaba bien. Y si no lo llegó a hacer antes, mucho menos en esos momentos tan difíciles para su mejor amiga.

Mejor amiga. Dos palabras que consistia de diez letras más un espacio. Muy significativas para el castaño, ya que él lo tomaba como un total de momentos especiales que tiene que haber en aquellos dos mejores amigos; siempre y cuando se supere aquel número, se sabrá que la amistad perdurará por siempre.

El espacio era nulo. Aquella separación era la forma que él le daba a ella. ¿A quién quería engañar? Su mejor amiga era disfrazada por la mujer que tanto a llegado a amar. La única mujer por la que se ha pasado noches desconsoladas y en vela, al saber que era ya parte de la vida de otro hombre. La única mujer con la que él veía compatibilidad si llegaba a ser en otra vida.

Él la conoció como otro ser humano intentando explorar la naturaleza social, como si estuviera en un cielo repleto de estrellas; al someterse en aquel escenario no escogió la más hermosa, ni la más grande... eligió la que lo hacía olvidar los problemas con su extraña belleza y su impredecible comportamiento, al teñirse de varios colores. Aquel pequeño astro apartado del patrón que seguían las demás, haciendo posible el trazo de un mapa en el cielo entre ellos. Tal vez juntando otras estrellas o singularmente imaginando una vida entera mirándola como el amor de su vida y lo mejor que había descubierto en ese mundo lleno de enigmas.

Los golpes en la puerta alarmaron al ruloso. Se incorporó a su postura normal, limpió un poco las lágrimas que sin su consentimiento habían brotado de sus ojos. Y con total seguridad y su típico semblante, se dirigió hacia la puerta, para después arrugar su entrecejo con una de sus cejas arqueada.

—¿Qué es lo que quieres, Zayn?— preguntó directo y de manera grosera al moreno. Quién llevaba un poco de barba sin afeitar. Su aspecto era algo demacrado.

Le había costado sacar la información a Lou y Ele. No le quedó otra alternativa, más que contarles sobre aquel sobre que llegó esa dolorosa noche.

—Necesito...necesito verla— sin permiso pasó a la habitación. Harry corrió y trató de sacarlo— No te metas, esto es un asunto entre ____y yo.

—Era un asunto entre ustedes. Ahora también es mío al corresponderme en protegerla de tus falsas palabras. Déjala en paz , Zayn. Ella no te quiere ver. Y no quiero que estropees el avance que ella ha tenido.— pausa— Al menos ya está de pie.

—No entiendes Harry. Yo la amo y haría cualquier cosa para que ella me escuche una vez más. Además de venir a luchar por ella, vine para informarle sobre un peligro que a todos nos acecha.

¿Peligro? ¿Pero que habrá inventado ahora?- se preguntó Harry en su subconsciente.-

—Te entiendo, Zayn. Lo sé perfectamente, porque...— tomó aire, lo necesitaría para llenarse de valentía ante su confesión— yo también la amo. —suspiró— La amo como mujer y la aprecio mucho más de lo que tú llegaste hacerlo. Yo no me atrevería a causarle daño, y mucho menos humillarla y traicionarla como tú lo hiciste— Sintió como un pinchazo, estaba harto de esconderlo. Por fin lo dijo, y podría deshacerse de su cruz, para gritarlo al exterior.— Eres un completo idiota, teniendo una mujer como ella, la cual el brillo de su sonrisa no se compara con el reflejado en una joya. ¿Fuiste capaz de renunciar a ella y desvanecer su felicidad por una aventura pasajera?— Harry soltó una risa sacarcastica. La verdad si era ironía, después de tanta "lucha" que había pasado en la historia de los amantes obligados a comenzar una vez más a amar— Dijiste que habías cambiado. Y ahí está ella, Malik, está destrozada, herida. Se siente sin rumbo en su vida.— señaló la puerta donde entró su querida mejor amiga.

Las palabras eran susurros en su conciencia de Zayn. Las palabras "Yo también la amo y la amo como mujer" eran los ecos en él. Las demás sólo eran palabras sordas que el viento tenía como parte de él. No había escuchado lo demás que dijo sobre su esposa. Solo sabía una cosa: Aquellos celos no eran en vano, después de todo.

—Claro, claro. Tenía razón en sospechar sobre ustedes dos... Tú la ves como mujer. Ahora todo queda confirmado. Los chismes son ciertos, maldita sea.— Zayn apretó la carta que traía en manos, terminando de maltratarla.— Debí imaginar tu comportamiento con ella Styles.

—Enserio que eres un imbécil, Malik.— negó sin poder creerlo— Para que lo sepas: ella no me quiere a mí como yo lo he anhelado, y apesar de eso, yo lo respeto. Al menos yo sí tengo huevos para no maltratar a una mujer como tú llegaste a hacerlo años atrás. Yo tengo valor para no obligar a alguien que me ame.— Un golpe paro en la cara del hombre ruloso. Sostuvo su nariz, y vio la sangre que había salido.

Las palabras eran verdaderas. Zayn era un jodido cabrón que hizo de todo para tener a la que era su mujer. Por comprar y romper el amor de ____. Una vez más lo había hecho.

—Déjate de estupideces, quién más importa es ella. Eso ya es pasado...no tengo tiempo para recordar contigo, Harry. Tengo que hablar con ella cueste lo que cueste.— solo un paso y Harry se levantó para devolverle el golpe. Sus palabras eran amenazas para él y no iba a dejarlo terminar de hacer añicos los sentimientos de _____.
Lo tenía entre sus manos, podía hacerlo pagar por los sollozos y pesadillas que sufrió ____ durante ese lapso de tiempo.

Un golpe, dos, tres. Patada en los bajos. Puños por todas partes del cuerpo del moreno. Algo era seguro, hematomas y pinchazos de dolor iba a tener marcados.

(...)

Salí de la habitación con unos jeans y un suéter largo. Es lo mejor que podía hacer después de todo.

La escena de ver a Harry balanceándose sobre Zayn me dejó consternada. Me preguntaba, ¿En qué momento había llegado él? Y me confirmaba que aún le importaba y me quería. Pero no tenía tiempo para pensar en eso, estaba decidida a tomar enserio a Harry.

—¡Sueltalo, Harry!— me acerqué desesperada al cuerpo que estaba balanceado sobre Zayn. Lo jalé de la cintura pero él no se despegaba. Harry estaba furioso y cegado por el coraje de algo que tal vez le dijo Zayn.— Harry, Harry— busqué su rostro. Cuando sus ojos conectaron con los míos, él me abrazó tan fuerte. Me levanté con él y él acarició mi cabello.

—No voy a dejar que te haga más daño, pequeña— besó mi cabeza y me alejó de aquella escena. Quién veía la imagen de Zayn era Harry. Yo estaba mirando al otro lado de la habitación.

Por más que quería girarme no me dejaba. Hasta que la voz de Zayn se escuchó. Después de tal paliza que le regaló Harry, él pudo pronunciar una palabra. Oí sus quejidos y jadeos de dolor. Y escuché sus pasos con dificultad dirigirse a nosotros. Jamás lo había visto tan débil.

—Harry, por favor. Déjame a solas con ella. Prometo no hacerle nada— por fin volteé hacia él. Su labio estaba roto y su ojo estaba hinchado. Tenía algo de sangre pero se encargó de limpiarla con su camisa. Era como si Zayn hubiese escapado de un matadero.

—¿Estarás bien, hermosa?— Le dediqué una mirada afirmativa.

—Tenemos que hablar. Pero te juro que no voy a volver a caer en las mismas.— le brindé un beso en la mejilla. Acaricie sus facciones de su rostro con mis dedos y lo deje ir. Él asintió y susurró que por cualquier cosa iba a estar cerca.

Harry salió de la habitación para adentrarse en otra. Cuando al fin la puerta terminó de cerrarse, Zayn soltó el aire que tenía retenido en su pecho. Y se acercó a mí para abrazarme de una forma tan profunda y apegada. Sus ojos conectaron con los míos y buscó la forma de hacer un beso. Pude sentí su barba picar un poco las comisuras de mis labios. Eso fue suficiente para separarme por mi voluntad. Por más que yo lo deseaba, no debía de hacerlo.

—_____— comenzó por hablar después de intentar ocultar su incomodidad al separarnos— pensé que algo te había ocurrido.— Atrapó mi rostro entre sus manos, y desesperadamente me besó.— Pensé que te había perdido por completo.

Coloqué mi manos entre los dos, empujando su pecho. Declarando distancia entre los dos. Su cercanía también era parte del hechizo que me hacía caer nuevamente a sus pies.

—Primero... Sueltame, por favor.— obedeció.— Segundo, ya lo hiciste. Me perdiste, Zayn. Desde que decidiste verte con mi mejor amiga en condiciones que eran prohibidas... ante nuestro matrimonio, Zayn, yo nunca te he sido infiel.— hablé franca y con un tono de dolor pero firme.

— Pero, amor...es enserio lo que te dije. Yo quería dar por terminado aquello. Te juro que no siento algo más por Perrie, yo te amo a ti. Si no te amara, nunca hubiera hecho lo que llegué a hacer.— se arrodilló. No, no otra vez.— Yo no dude de ti. Si lo hice fue porque estaba cegado, y ahora lo que me acaba de decir Harry...

— Lo único que llegaste a hacer, fue daño. La forma en que nos unimos no fue la indicada. Tú con mi mejor amiga, tu despecho hacia Bieber...todo. Y ahora tu engaño ¿durante cuánto tiempo?— esa respuesta la he estado tratando de comprender con lo que había visto.

¿Desde cuando dejó todo por la borda? ¿Hace cuánto me regaló un verdadero beso?

— Desde hace un año— cerré mis párpados y sin permiso lágrimas brotaron una vez más. Pensé que ya no tenía, que ya estaba seca por dentro.— Fue...en mi última fiesta de cumpleaños. Cuando tú te fuiste y yo quedé con Lou...

— Se te regaló...claro. Mientras yo estaba borracha e inconsciente...ella se aprovechó cuando me fui...Bien, todo está claro desde ahí....— suspiré. Me volteé de espaldas y me abracé a mi misma. Primero estaba yo, no él. Por más que mi corazón me gritara que lo perdonará y besara. No.

—_____, por favor. Podemos dejar todo esto atrás. Nos iremos si eso es lo que quieres. Puedo renunciar a todo; nuestras cuentas, nuestra vida llena de lujos y lo que sea para dedicarme solo a ti...Podemos rehacer nuestras vidas desde otro punto, y te juraría monogamía.— tendió el paso hacia a mi de rodillas. Tomó mi mano y comenzó a plantar besos en ella. Aquellos besos era como gotas de limón en una herida, dolían porque podía sentirlos— Te juro que mis ojos serán solo para verte a ti. Qué mis caricias solo tocaran tu piel, tu cabello, tu cuerpo. Mis besos también serán exclusivamente para ti amor mío.

— Zayn, yo te puedo perdonar— se levantó y una pizca de esperanza se hizo visible en sus ojos chocolate. Seguí hablando— Puedo dejar mi vida de ahora y aparentar que ya todo quedó en el pasado...Pero, dime. ¿Quién me hará borrar esa imagen de mi maldita cabeza? ¿COMO PUEDO OLVIDAR SUS EXPRESIONES AL BESARSE?— Suspiré.— Tú la besabas cómo llegaste a hacerlo conmigo: con ternura, cariño, y sobre todo con amor.— caminé hacia el balcón. Él me pisaba los talones. Lo encaré y tome su mejilla en mi mano.

— _____...

Lo silencie con mi dedo índice entre sus labios. Acaricié su comisura y por última vez me propuse ver detalladamente cómo estaba: Golpeado tanto física como emocionalmente. Herido con los labios entre abiertos y sus ojos hinchados con hematomas. Era la última vez que iba a tenerlo tan cercano a mi cuerpo y a mis labios. Nuestras respiraciones rozando y compartiendo el aliento tibio que salía de nuestras bocas.

— No muerdas tu corazón por más que quieras callarlo. Él no lo hará y luchará por hablar.— lo mire a los ojos y di por terminada nuestra conversación sobre lo que fuimos nosotros.

—Por favor...— Negué y lo invité a salir al ya estar en la puerta que daba pasó a la entrada y salida.— ¿Es enserio?

Volví a señalar la salida. Supuse que se la pensó, porque al final camino resignado y suspiró cansado. Era tan vulnerable, que si permanecía un minuto más...

— Esta bien— caminó a la salida— Puedo dejarte en forma de lo que es nuestra relación, pero yo velaré por tu seguridad e integridad. Siempre lo haré, recuérdalo siempre.— Dicho, se marchó.

Mis piernas temblaron para al final caerme. Una vez más mire la puerta de dónde salió y me solté a llorar en silencio. Harry no tenía porque escucharme... entonces decidí a levantarme y tratar de aparentar que no me dolió tanto en cuanto escuché los pasos de las botas de Harry.

—Muy bien, pequeña.— me levantó y me abrazó. Los abrazos de él eran calmantes para mi alma.— ¿Qué te parece si salimos por lo menos a recuperar este viaje?

— Si, está bien. Pero...podemos ir a...

— No es necesario que lo digas, hermosa. No estás en edad...pero un poco de diversión en juegos infantiles no le hace daño a nadie

Solté una pequeña risa, sin mostrar que en verdad estaba feliz, pero lo que había dicho Harry si me causo gracia.

— Eres un tonto. ¿Sabías?

Él sonrió. Su sonrisa también era como otras de las cosas que me causaba un bienestar.

— Pero soy tu tonto a cargo de alegrarte un poco más tus días. Eso es lo que hacen los amigos — sonreí ante sus palabras. Sin duda el mejor— ¿Entonces vamos?

Salimos y caminamos por todo un pavimento, distrayendo la situacion con apreciación de ropa en vitrinas de exhibición, con imágenes exuberantes de un platillo estrella en algún restaurante; con sonidos por parte de clubes nocturnos o simplemente con las caricias de la naturaleza urbana.

Al final solo quedamos sentados en una banqueta, comiendo una hamburguesa que compramos en un puesto móvil. Dábamos mordidas mientras yo reía como comía Harry.

—No te burles— habló con la boca algo llena— Tengo hambre— otra mordida más.

—Lo siento— miré a mis pies. La verdad es que me sentía avergonzada: Harry cuidándome por una semana como si fuera una niña caprichosa tolerandome.

— No lo sientas. Es...normal. Bueno, no todos los días pierdes al amor de tu vida— soltó un risa sin gracia.

— No es el amor de mi vida...Es definitivo que él y yo no éramos el uno para el otro. Tal vez Perrie y él si... Pero por lo tanto no necesito a nadie... Creo que en el departamento del amor no hay pases para mi. O al menos no pertenezco en el.

— Oh por dios _____, escúchate.— reprimió- Lo mejor es que no te hagas más daño.

— Me voy a divorciar, eso es un hecho. Y... No sé, quizás después de esto... Me largue del mundo para encontrar un nuevo rumbo y reconstruir parte de lo que soy.

— En eso estoy de acuerdo... Bueno, dicen que lo mejor que hay para un corazón roto es alejarse de aquel lugar que causó mucho daño: Irse es una alternativa, pero tú no.— otro mordisco más por mi parte— Bueno yo lo veo así: El tratar de irse es como escapar y ser cobarde. Tú eres todo lo contrario ____. ¡Por dios! Te conozco desde la etapa que tienes noción de lo que haces. Y no has cambiado nada. Sigues siendo esa chica, solo que en mujer madura.

Suspiré. No sabía si esta vez iba a tomarle la palabra.

— Mañana mismo quiero el trámite de ese divorcio: Iré a ver al sacerdote que nos casó, si es que lo hizo. Y...lo civil...bueno, ¿puedes con eso?

Regaló media sonrisa, tomó mis manos con una mirada de soslayo y asintió.

(...)

La rubia lloraba desconsolada a través del teléfono con la llamada en mano. Y el otro rubio que se encontraba a kilómetros de distancia le repetía incontables veces que se calmara, porque tan solo le entendió una palabra durante el transcurso de la llamada.

— Lo siento, Niall... Esque los perdí a ambos. Ya no puedo tener amor y tampoco una amistad...

— Te dije que tenías que ser cautelosa en ese aspecto. Nunca debiste de seguir con la mentira, solo te dije: ¡Disfrútalo hoy, porque no se repetirá!

La rubia cerró sus párpados y lágrimas negras bajaron por sus mejillas. Escucharlo la hacía sentir culpa pero veía la realidad

Sabía que nunca iba a funcionar, pero había otro culpable: Zayn le dió alas incontables veces que se aferró a si misma a sus promesas. Cuando las palabras son nuevas y provienen de un toque de caricia y afecto por parte de un hombre, es como una envoltura de sutileza que jamás había tocado esa mujer.

— Si quieres hablarlo en persona, está bien. Puede que en estos días de la semana esté por ahí.

— Gracias... Disculpame por ser tan atroz... Pero...

— Ya, ya. Es obvio que estés así: Estabas en la disyuntiva de tener por fin con quien compartir tu vida de forma íntima (aunque sabías que era prohibido e imposible) Y entre tener un círculo de amigos permanentes con quiénes compartir anécdotas.

— Pero al final no tengo nada.

Una vez más el chico suspiró por el audífono del teléfono.

Desde su zona donde se encontraba miro las estrellas que adornaban su pequeña casa en un campo. Exhaló dejando ver el vaho que se desprendió de él.

— Puede que tengas algo pero aún no lo desentierras del todo. Y tal vez ese algo sea mayor de las satisfacciones que esperabas.— dicho colgó sin dejar oportunidad a la chica de hablar.

Caminó hasta la comodidad de su pequeña casa. Cogió un abrigo, algo de dinero y las llaves de su auto. Iría al aeropuerto a comprar el boleto para Seattle

Desde el otro lado del mundo. Perrie se miraba en si al espejo. Tomó su desmaquillante y retiró todo cosmético de su rostro; su mirada natural en el objeto le trajo recuerdos con Zayn, cuando salían a escondidas y veía desenvuelta su alma con la de él. Actuando como dos adolescentes en plena primera cita, siempre en todas las que tuvieron.

Tal vez eran el uno para el otro pero no podían serlo. Sin embargo decían la existencia de otra vida; quizás a ella le juraría adorarla y amarla hasta la eternidad y a él podría quererlo libremente, sin ningun ojo curioso que quiera arruinarlos.

Por otro lado: La mujer que está como su hermana perdida; seguramente estaba rota por su culpa. Y lo tenía porque la traicionó e hirió como en tiempos atrás lo habían hecho.

Desde diversos puntos de Seattle con tres hombres indispensables en el enredo.

Harry era uno de esos amigos que nunca querrías que se fueran, era como el príncipe azul que siempre soñaste...Sin embargo, había una cuestión, se trataba de un hombre que sería tu fiel amigo, compañero y casi hermano. Los príncipes azules si existían en realidad, solo que se disfrazaban de "mejores amigos".

Zayn ya no era aquel símbolo masculino; sexy, coqueto, apuesto e intimidante. Ahora los fotógrafos indiscretos lo miraban con compasión. No por estar en un bar de mala muerte e intoxicarse hasta el punto de perder su conciencia, si no que ya no era aquel hombre cuya descripción ya fue mencionada.

Y Justin, por muy lejos que suene se encontraba mucho más cerca de lo que todos se podían imaginar. Pasaba y pasaba sus dedos por un cubo de Rubik; pensando desde lo más profundo que convendría: su presencia para tomar lo que era suyo, o dejar que unas pocas horas se sintieran como un hilo apunto de romperse por la tensión aplicada. Ambas ideas le excitaban y hacían que ansiara ese momento.

Al siguiente día todo Seattle había amanecido alborotado por la rutina de trabajo y colegio; incluyendo al abogado en curso, a la recepcionista estudiante, al empresario exitoso y a la doctora pediatra.

Entre ellos cuatro las horas pasaban y pasaban como un santiamén. A pesar de estar en actividades laborales. No podían dejar de pensar en aquello que había pasado. Se atormentaban a su manera.

—¿Si?— contestó ella por su teléfono.

— Tengo que hablar contigo sobre tú divorcio. Te veo en veinte minutos en el departamento.

Harry y _____ habían decidido vivir juntos, como amigos, como compañeros. Se fueron un poco lejos de las dos personas que causaron el daño y continuaron con sus vidas.

____ se encontraba de salida. Empujó las puertas de cristal que yacían en la entrada del hospital donde trabajaba y aprendía. Iba tan distraída que no se percató de que enfrente de ella iba pasando un hombre alto, de traje y zapatos lustrosos.

Tropezaron un poco que solo ocasionó un pequeño impacto con la bolsa de ____. Ella se disculpó incontables veces y él solo le devolvió el gesto entregando su bolsa que cayó al pavimento.

Miró a los ojos de ella y ella a él; ella sintió que su corazón se detuvo un instante para comenzar a bombear mucho más fuerte sangre. Conectó sus ojos con los de él y retuvo miles de palabras que su boca no le dejaba sacar.

— Just...- susurró

Como si fuera un insulto aquel hombre castaño y de ojos miel caminó rápidamente adentro del hospital. Alejándose de ella.

Ella se giró a entrar detrás de él.

—¡Justin!— gritó para que aquel hombre se detuviera, pero no lo hizo. Fue lo que desconcertó más a _____.

Era él. Afirmó en su mente, mirando como el chico desaparecía al entrar a un ascensor.

Dentro del ascensor: el no podía dejar que lo viera, al menos no antes de tiempo. Lo reconoció a pesar de cambiar un poco su aspecto.

— Lo siento...— susurró al abrir las puertas del elevador, dónde más gente entró en el cubículo.

(...)

—Harry, te juro que lo ví. Su semblante cambió y un poco su físico, pero era él. No hay duda.

— Has tenido muchas emociones estos días, ____. Tal vez la persona era demasiado parecida...Es decir, no tenía que dejarte sin haberse detenido ¿No crees?

— Reconoceria esos ojos, Harry. Créeme...irradiaban otro sentimiento de los que llegó a darme... pero otros ojos iguales no hay.— tanta seguridad salía de mis labios, estaba en lo cierto— Tienes razón, ya ha pasado mucho tiempo y he tenido reacciones fuertes acerca de mis emociones, pero era él.

Me levanté y suspiré. Tomé la jarra de agua de limón que había preparado Harry, me serviría un vaso y bebería tratando de aclarar mi garganta.

Las manos cálidas de Harry tomaron mis hombros y me abrazó. Dejé el vaso y le correspondí. La colonia de él era un sedante. Me brindaba algo de tranquilidad.

— No quiero que te sientas hostigada, linda. Es sólo que... temo que algo te pase...y no me lo perdonaría nunca, créeme.— acarició mi cabello.

— ¿Por qué hablas así?— Harry dejó de abrazarme. Entre-abrio sus labios pero los cerró, como si algo le impidiera hablar.

— Por que eres mi amiga. Y me preocupas. Por eso, nada más.

Besó mi frente. Y fue a su respectiva habitación. Aún así me dejó intrigada...

Giré mi vista hacia la mesita de centro. Un folder color beige llamó mi atención; y he ahí donde recordé que Harry me comentó acerca de mi divorcio con Zayn, que tenía que revisar los puntos para que esté a favor de que mi separación con él fuera definitiva.

Lo tomé y abrí. Pero no encontré nada, solo encontré unos boletos de avión, y una carta.

— Tenemos que ir a Ingleterra— se escuchó de fondo su áspera voz. Volteé y estaba recargado sobre la pared del cuarto donde estaba yo. Caminó y me tendió mi pasaporte.—  De eso es lo que quería hablar ... Pero también tenemos que hacerlo con Zayn.

— Pero...

— Su matrimonio se llevó a cabo en Londres ¿No?— asentí— Entonces, el divorcio debe de continuar ahí. Así quedarás "libre", sin ningún obstáculo.

— Esta bien, pero... Tú habla con él...

— Podría hacerlo, pero tienes que hacerlo tú. Debes de hacer que ambos estén de acuerdo en la separación para hacer más rápido el trámite; si no es así, necesitarías de más conceptos que justifiquen tu divorcio y tardaría más de lo que tú quieres.

Bufé... Verlo...verlo era difícil, pero ya no quería esperar más. Ya no quería traer el título de Señora Malik, después de que había una sustituta. Me sentía mal, y el que me recordarán todos los días eso...me enfermaba y me derrumbaba.

Zayn estaba de acuerdo en parte. Pero aún así no me lo iba a quitar de encima, él lo prometió; y lo afirmaba cada vez que podía seguirme. Lo sentía cerca, lo miraba a lo lejos espiarme, pero "respetando" el espacio que pedí.

— Si es justo....Ahora mismo iré a hablar con él.— saqué el celular de mi bolsa. Busqué el número de Zayn.

"Amor" fue el sobrenombre que había olvidado quitar. Aún así comencé a llamarle.

— _____...- contestó del otro lado.

Cerré mis ojos conteniendo parte de las malditas emociones que me provocaba.

"No sé olvida fácilmente de la noche a la mañana" me repetía aquella frase en mi cabeza.

— Necesito...no. Ocupo verte, Zayn.

—¿Verme?— podía escuchar esperanza y cierta emoción en su voz, pero por más que quisiera tirar mi dignidad no podía. Tenía que cortarle las alas que comenzaban a brotar otra vez.

— Es acerca de nuestro divorcio—  silencio incómodo— Te estaré viendo en tu casa. Llegó en 30 minutos.

— Esta bien. Te espero.— colgué.

En cuanto terminé aquella llamada, fui a mis contactos y edité el sobrenombre "amor" a su nombre original "Zayn". Me sentí como adolescente terminando una relación de noviazgo; De esas que culmina por medio de una pelea, o de un berrinche que por orgullo se utilizaban técnicas para demostrar que ya nada te importaba sobre la relación: deshacias todo lo que proviniera de esa persona que te lastimó, o acudías a los celos e iniciabas los mismos sucesos de una relación, pero con distintas experiencias, emociones y dolores. En poca palabras "un clavo saca otro clavo...Yo ya no podía pensar lo mismo, o sentirme como una simple ruptura porque no era un simple noviazgo más, una cosa sencilla de nada, un juego, un amor de verano... No, lastimosamente se trataba de algo que era permanente...que ya no se podía borrar aún terminara con mi unión de casada con Zayn.

— Harry... necesito de tu apoyo...

— Yo iré detrás de ti. Tranquila, solo tienes que decirle acerca del viaje a terminar con todo...

— Tienes razón... Vamos.

Emprendimos el camino.

Fuimos a lo que anteriormente era mi hogar conyugal... Al estar en las puertas de entrada, un pequeño escalofrío recorrió mi espina dorsal...

Un recuerdo de nuestra llegada llegó a mi mente: Cuando adquirimos la casa, la compra de los muebles...Un beso entre nosotros celebrando que teníamos donde vivir juntos y yo entrando con ayuda de sus brazos.

Sacudí mi cabeza y bajé de la camioneta en cuanto se detuvo. Bajé y miré la puerta para entrar al interior de la casa. Solo levanté unos centímetros mi puño para tocar ... y de inmediato abrió Zayn.

Oh, Zayn. Se miraba tan... distinto para mí. Solo podía verlo como un casi extraño más.

— Pasen...— dijo en cuanto miró a Harry a mi par. Se rascó su barba...

No, ____. Solo a lo que vienes. No merece que lo perdones... Me repetía sin ver a los rincones de la casa. Solo seguía los pasos

— ¿Entonces que es lo que procede con nuestro divorcio?— preguntó de golpe. Al parecer a los dos nos dolía aún.

Suspiré para decirle algo, pero no pude en cuanto vi el sillón...Otro recuerdo más; la desición de tener un hijo entre los dos. Tomando chocolate caliente, juntos, abrazados.

Cuando detuve aquel recuerdo. Escuché a Harry hablar, ¿En que momento? No lo sé.

— Asi que, ____ necesita que estés de acuerdo. Tienen que viajar e ir a hablar personalmente con el representante legal que los casó. Y así dentro de 2 semanas o menos, estarán separados.

Pestañear me tranquilizaba un poco, pero al verlo conteniendo sus sentimientos, me cortaba.

"No seas tonta, ____ ¿En verdad dejarás ir al amor de tu vida? Toma esos ovarios y habla con él" Me regañaba mi subconsciente.

— Entonces, ¿vamos?— salí bruscamente de mis pensamientos. Y solo pensé que no había dicho ninguna palabra. Para no quedar como estúpida, asentí.

Ni siquiera sabía que dijo, solo lo seguí y ahora sí comencé a ver cada habitación de la casa. En cada rincón tenía escenas con Zayn; tanto sosas normales de pareja como sexuales.

Salimos al jardín trasero. La fuente... La promesa de año nuevo... Un momento especial para mí.

Parecía que él también tomó ese recuerdo, pero lo evadió y suspiró. Tomó mis manos como lo había hecho aquella noche, pasó un mechón detrás de mi oreja.

— ¿Quieres hacerlo?— No lo miré, miraba a mis zapatos, y meditaba lo que diría.— Te hice una pregunta, _____.

Levanté mi cara, tomé una postura alta...me contenía para mostrarme normal.

— Si, definitivo. Ya no podemos vivir juntos como pareja... Por más que...

Callé. Si decía eso, mi orgullo se iría y lloraría enfrente de él, asumiendo que en verdad me hacía falta, que lo quería y que sólo era un teatro. Qué se sentó en mi corazón y que no puedo sacarlo fácilmente

Qué a pesar de estar lejanos de forma física lo añoraba, lo pensaba. Y qué sólo demostraba estar fría por fuera.

— Por más que...
— desesperado me abrazó— Si sientes algo aún, no lo apagues, ____. Prometo que seré el mejor hombre que pudo haber existido para ti. Solo basta con que me des un beso, me tomes de la mano y caminemos para irnos juntos.

Sus brazos eran tan fuertes que sentía como mi corazón latía por mil. Aquella vela que se apagó volvía a encender por el candor de aquellos sentimientos volando a nuestro al rededor.

No puedo, no puedo hacerlo....

"Si, Zayn. Vámonos juntos, comencemos de nuevo. Te amo tanto que no podría irme de esta tierra sin haber pasado una vejez contigo."

Cerré mis párpados, lo medité y medité. Pero la desición era inalienable: las oportunidades no existían en cuanto se trataba de infidelidad. ¿Cómo podía estar tranquila y segura de que todo era verdad? ¿Qué tiempo después mantendría su promesa y no se acercaría Perrie? Cuando ellos aseguraron tenerse amor uno al otro.

Sabía que la infidelidad era otra prueba que empujaba el destino, y lo aceptaría como otra enseñanza más. Sin embargo la traición por parte de Perrie, no. No podía y no tenía porque aparentar que nada pasaba cuando mi esposo y casi mejor amiga se tenían amor mutuo a mis espaldas.

— Tenemos que ir a Londres a terminar con esto. No lo hagas más difícil...Puedes estar con Perrie si es lo que quieres, yo no quiero ser un obstáculo en dónde hay amor. Es obvio que la quieres...

Pegó su frente con la mía. Suspiraba desenfrenadamente. Cerré mis ojos, y jadeé, quisiera besarlo. Sus labios seguían teniendo efecto, tenía que controlar mis impulsos y atar mis emociones.

— Si no me amas, ¿Cómo puedes demostrar lo que yo siento? Por favor, solo lo creeré si en verdad no me besas. Se que lo quieres tanto como yo...

Se acercó y me besó. Sostuvo mi cuello para hacerlo más profundo. No puedo controlarme... Era el beso más sincero que había sentido en toda mi vida. Era verdad, lo sentía...pero no, no caería tan bajo.

Intenté retener mis ganas de abalanzarme y besarlo con tanta intensidad, como si fuera acabarse el mundo. No moví mis labios, y no lo toqué. Quedé estática.

Solté una lágrima. No podía con tanto impacto...¡Basta!

— Suel...¡Suéltame!— grité, lo empujé y pegué una bofetada. Mi respiración era agitada. Me dolía hacerlo pero lo logré.— ¡Ni se te ocurra volver a tocarme, decirme amor y besarme! ¡EN TU VIDA!

Zayn se sorprendió. Le bastó todo para dejar en paz el tema. Pronto llegó Harry corriendo.

—¿Que ha pasado?

— Ya te dejé en claro, Zayn. No te quiero más, así que no compliques todo. Espero que pienses que lo mejor es vivir lejos del otro y no volver a vernos después como pareja. Olvídate de que tuvimos una vida juntos, de nuestros planes de todo lo que te ate a mí.

Dicho salí de la que era mi casa. Corrí a la entrada principal y salí a lo que eran las calles privadas de Seattle. Me recargué en una pared, y me derrumbe a tirarme en cuclillas llorando. No podía con tanto, ¿Por qué tenía que hacerlo?

Suspiré triste. Sentía como mi pecho dolía de tanto suspiro fuerte que daba al llorar. El claxon de la camioneta me situó de mi crisis.

— Hermosa...— llegó Harry. Me abrazó tanto, que me solté más. Mi vida parecía ser solo lloriquear, y ser vulnerable, pero como una vez dijo Harry: no todos los días pierdes al verdadero amor de tu vida.

— ¿Quieres algo de comida?

Negué. Suspiré y me levanté con él.

— Lo mejor es que vayamos a preparar esas maletas para Londres... Si es que Zayn tomó en cuenta todo lo que dije. Y también tengo que seguir buscando a mi madre. No es posible que no esté por ningún lado... La muerte de mi papá debió de afectarla mucho.

— Esta bien. Vamos— caminamos y subimos a la camioneta. Me coloqué el cinturón de seguridad— ¿Ya mejor?

Asentí.

La camioneta dió marcha. Salimos de la zona "peligro", y lo era porque me alteraba y hacia daño, tanto que podía perder el control. Era como, una loca, desquiciada llorona, pero como tal no podía contener mis sentimientos, necesitaba que en su cabeza de aquella persona, le entrara que ya no podía y no podrá ser. Más, no.

Llegamos a nuestro espacio que compartíamos Harry y yo. Me ayudó a bajar y le di una señal grata.

Cuando iba a caminar lo detuve, le pedí con la mirada que se detuviera. Tomé su rostro y comencé a acariciar su mejilla, noté el cuánto había cambiado... Esa persona era la mejor de podia existir en la faz de la tierra; para mi era un ángel caído del cielo, uno que encajaba con mis locuras e ideales platónicos.

Sabía que yo sentía amor por él, pero no estaba del todo segura que fuera un amor cómo debía de ser a un prójimo ajeno: pasión, cariño, perversión, apoyo, amor... para mi esa palabra era complicada cuando pensaba en Harry. Me hacía confundir el amor, no sentía el verdadero significado de "amor". O al menos como yo lo había conocido, o como yo creía que era.

Lo amaba, enserio que lo hacía.

— Te amo, Harry

Sin creerlo lo besé. Sus labios tenían algo que me recordaban a estar en calma, sus manos suaves y atentas en dar cariño. Su cabello... El mejor atractivo que podía tener...

Suspiré en el beso; sus labios eran verdaderos, lo que transmitía por medio de ellos llegaba tanto que aclaraba mi pregunta. Tomó entre sus manos mi cara, profundizando aquel beso.

Libre de culpas, libre de negatividad. Algo nuevo y fuera del contexto que ocurría fuera de la burbuja entre los dos; el beso era colores, ya no estaba gris. Pero se distorsiona en cuanto pensaba cuanto daño podía causar a lo demás y entre los más importantes a mi. Necesitaba quitar cualquier confusión.

Me separé de manera que quedamos los dos satisfechos. Podía sentir como los dos transpirábamos tranquilidad. Ambos queríamos que pasara.

— Perdóname, Harry. Pero...no sé, no pude contenerme...

— Un beso puede significar de muchas formas, ____. Cada uno de los dos tomó diferentes ideas entre esto...es claro que... Yo solo sé que es, y lo que es para ti. Tranquila— me sonrió— ¿Me permites...?

Asentí. Sentí un beso en mi frente. Otro beso y otro.

— Lealtad y fidelidad, pequeña— dicho tomó de mi brazo y comenzamos a caminar juntos.

Me desconcertó. Jamás había conocido esa parte tan madura de él. Y lo único que podía confesar:

Me gustó.

(...)

Tomó tiempo para extendernos a una desición. Zayn se negaba y yo por el contrario permanecía intacta.

Reflexioné que en verdad el ir por última vez a enfrentar mi vida pasaba, me ayudó a tener en claro que quiero.

—Por fin después de las dos semanas planeadas, Zayn aceptó separarse de ti.— cerró su maleta.— ¿No te alegra?

— Si, aunque... No sé, siento que tiene algo en mente, Hazza.

Arqueó la ceja y sonrió. Sus hoyuelos se pasaron de desapercibidos. Se tiñeron de un color durazno, era tan tierno.

— Tenia tiempo que no me decías así, enana. Pero...basta de sentimentalismos, tenemos que tomar ese vuelo que emprenderá tu libertad.

Reí con él. Cerré mi maleta y preparé otras cosas más para poder emprender el viaje a Londres. Mi país natal, donde la magia terminará de fluir.

— Oye pequeña, ¿a qué te referías con que Zayn planeaba algo?— volvió a preguntarme en cuanto estábamos de camino al aeropuerto

— Simplemente intuición. Digo, él estaba dispuesto a todo con tal de que no nos separemos.

— El sigue enamorado de ti, o quizás si si quieres verlo así: Tiene cierta obsesión de tenerte o retenerte a su lado...No quiero que te sientas incómoda, pero... recuerda aquella etapa...

Suspiré. Sabía a lo que se refería; ese lado que nunca creí atravesar. Donde él me comprobó la capacidad que tiene un ser humano en perder el control ante la reacción de una decepción...

— Puede ser...Pero, solo me queda pedirte esto: No te separes de mi.

(...)

— Viajarán para divorciarse...

El hombre cerró sus puños y los azotó en el escritorio de madera de su despacho. Se levantó y repetidas veces tocó sus sienes... Cuando en un segundo una idea llegó a su mente.

Inglaterra... Un lugar que recordaba a un viejo escenario dentro de un callejón. Flashes volvieron al hombre castaño; la primera vez que en verdad sintió la muerte de cerca.

Después, Canadá. La última alerta que anunciaba su final sí no se alejaba de la mujer que creía amar. O empezar una nueva relación, seguirla y tratar de perdurar.

— El plan sigue en marcha... Sólo que cambiaremos de escenario y diálogos... Puedes irte, cariño.

La mujer salió meneando sus caderas al compás de su caminata. Y aquel hombre solo sonrió ansiando el momento que cada vez se acercaba; tomó una valija y de inmediato se dirigió a su recámara.

En el transcurso recordó sus ojos. Cuando por accidente se la cruzó por el camino. Había cambiado tanto... Tan profesional, tan hermosa y tan amable, aún.

Cogió ropa del armario. Era más ropa que otras cosas. Ropa vieja y nueva; una que otra prenda recordaría el pasado. En especial una camisa manchada; la cual guardó dentro de una bolsa que no traspasara con las demás prendas.

— Todo volverá desde cero. Zayn, espero que hayas disfrutado de la compañía de ____ todo este tiempo... Porque solo quizás no despiertes en mucho tiempo...— apretó una navaja pequeña en su mano. No había marcha atrás, Justin estaba dispuesto a todo.

Cerró la maleta, bajo las escaleras rumbo a lo que era la sala principal. La mujer bronceada lo esperaba a lado, junto con una mujer mayor. Aquella mujer le recordaba a los rasgos de su amada. Se parecían tanto.

— Muy bien. Suban a la camioneta todo su equipaje... Aquí está el pase para nuestro avión privado— tendió dos tarjetas a las dos mujeres— Lo entregan y de inmediato suben a el.


— ¿Eso significa que no irás con nosotras?— soltó con una voz chillona la mujer joven.

— Si iré, pero antes, tengo algo que hacer. Así que en cuanto llegue no pregunten y mucho menos caminen a lo que es el interior del avión. ¿Quedó claro?

Asintieron con cierto temor en su mirada. Aquel hombre de ojos miel podía intimidar a cualquiera. Justin tomó camino para salir al patio trasero, subir a su Bugatti último modelo, y poner en marcha su malévolo plan. Esta vez era contra el reloj.

Las llantas pasaban por el pavimento de las avenidas principales del centro de Seattle. Había un poco de tráfico; Sin embargo para quien era desesperante, frustrante y sin final, para Justin era un día especial, un momento de refrescar sus ideas para lograr su cometido.

Un poco de paciencia bastó para que los autos y transportes públicos circularán a su destino. Salio del festín de claxons y se dirigió un poco más cerca de su destino ... Era cuestión de cinco minutos para alcanzar a la mujer rubia, que aparcada en su auto se disponía a salir.

Con una maniobra que le permitía su lujoso auto, bloqueó el paso. Las llantas rechinaron contra el pavimento y apagó el motor.

Sacó un frasco y vertió un poco de líquido sobre un pañuelo. Lo guardó en su saco de traje y salió.

— Al menos si la hostilidad y amabilidad no funcionan — murmuró para sí mismo.

La mujer de grandes ojos se estremeció y en pactos segundos salió a ver quien fue la persona que le bloqueó la salida hacia la casa de su madre. Iría unos días a tratar de tranquilizar su alma y conciencia con lo que hizo, e incluso no estaría sola. Esperaría en el aeropuerto a Niall. Su amigo Irlandés.

— Perrie Edwards... ¿A dónde ibas bella mujer?

La rubia frunció el seño confundida. Observaba varias veces al hombre alto, robusto por los músculos, bien afeitado y de ojos miel. Era apuesto, era seguro.

— A usted no le interesa... ¿Quién es usted?— preguntó retrocediendo a los pasos grandes que aquel hombre daba en cuanto ella se movía.

— Mmm...ya deberías saberlo. ¿No?

— ¿Acaso esto es una maldita broma? Mire no tengo tiempo para quedarme aquí y jugar a las curiosidades con usted. Pregunté quién es usted.— inquirió Perrie con voz firme.— ¿Cómo se llama? ¿Con qué derecho me habla así...y cómo sabe mi nombre?

—Refrescaré tu memoria un poco más rápido, ya sabes...Nuestro avión despegará en 20 minutos y...

—¿Avión?— interrumpió ya un poco histérica— Le repito, yo no lo conozco, así que por favor, váyase de aquí y déjeme en paz. Al menos que quiera que le hable a la policía para que lo arresten por acoso cuando yo ya le pedí que se fuera de aquí...

— _____. Le mentiste a tu mejor amiga... Eso no es bueno y mucho menos para ella, cuando ha sido muy linda contigo...

— ¿Cómo? ¿Cómo sabe...? Le repito que se vaya, porfavor.

—Eres demasiado estúpida para procesar información... Iré al grano y fuera de divagaciones... Soy Justin Bieber... Soy el hombre que tanto mencionaba _____.

—¿Qué? No puede ser... Eres el chico canadiense... Y el que tanto envía cartas amenazantes... ¿Qué es lo que quieres?

—Es simple. Yo sé que quieres mucho a Zayn, y te informo que hoy viajará a Londres para divorciarse de tu mejor amiga... No me corresponde decirlo, pero sería una gran oportunidad para que empieces desde cero con Zayn. Claro, si quieres ser feliz.

—¿De que estás hablando? Yo no puedo confiar repentinamente en ti... Has hecho daño... Así que te exijo que te vayas de aquí. No le diré a nadie que llegaste y viniste a verme...

Justin se acercó demasiado a Perrie. La acorraló entre su auto de ella y el cuerpo fuerte de él. Los ojos miel se clavaron sobre sus ojos azules de ella. Negó y apretó aquel pañuelo que contenía en su bolsillo. Pondría en marcha su plan B.

—Eres algo inteligente...pero lástima que no pudiste hacerlo lo más rápido y a tu beneficio.

Antes de que contestara el pañuelo cubrió las fosas nasales de la mujer rubia. Se posicionó detrás de ella y con un brazo abrazó su cintura y con el otro brazo, la parte de su cara. La mano de Justin oprimían demasiado el sitio de la nariz de Perrie; Se movió desesperada por quitar el pañuelo de su rostro, y lo consiguió al brindarle una patada en los bajos a Justin.

Justin se retorció y cayó al suelo de rodillas; en ese momento ella aprovechó para tomar camino lejos de él. El cloroformo ya había hecho su trabajo, estaba mareada y su visión comenzó a hacerse borrosa. La silueta era demasiado opaca, y sentía como la fuerza que tenía no era suficiente para mantenerse  en pie, hasta que cayó al suelo y cerró sus ojos. Había desmayado.

El hombre anteriormente adolorido se levantó. Tomó en brazos a la mujer, y la subió a su auto en el asiento trasero, acostada. Perrie murmuraba cosas sin sentido pero no le preocupaba a Justin, ya que no era el suficiente volumen para que la escucharan.

Subió a su lugar de conductor, y salió lo más rápido que restaba para que su vuelo saliera del continente americano y asi dirigirse al continente europeo. Donde él nunca debió ir.

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