Harry
Cuando oí los pasos de los chicos acercándose hacia donde estábamos Niall y yo, me obligué a voltear en su dirección.
Me encontré con el chico moreno mirando a Niall, y a Louis mirándome sorprendido.
- Hola - Nos dijimos los dos al mismo tiempo, lo que provocó una sonrisa en ambos.
- Hola Niall - Dijo Zayn, tenía una voz muy bonita.
- Hola Zayn - Respondió el rubio.
Un silencio se hizo entre los cuatro.
- Ustedes.. ¿se conocían? - Dijo Zayn señalándonos a Louis y a mí, cuando corrió la mirada de Niall.
- Sí, es el chico que conocí en el trabajo. Harry. - Me presentó Louis.
Una chispa de reconocimiento apareció en los ojos de su amigo, y creo que mi corazón latió demasiado fuerte. Louis le habló de mí.
- Mucho gusto, soy Zayn. Lou me ha estado hablando de ti. - Dijo el pelinegro extendiéndome su mano con una sonrisa. Pude ver como Louis se puso algo rojo y le dedicó una mirada asesina a su amigo.
- Mucho gusto. - Dije seguramente muy ruborizado y emocionado (por dentro).
- Oigan, ya que estamos los cuatro juntos ¿quieren salir por ahí? - Sugirió Zayn, Louis le dio una mirada con algo de reproche; aunque no entendí por que. ¿Le desagradaba la idea?
- Oh, lo siento Zayn, yo debo quedarme a trabajar. - Dijo Niall haciendo una mueca que me pareció adorable, al parecer al moreno también.
- Me quedo a hacerte compañía, no tengo ningún problema. - Aseguró Zayn y Niall se sonrojó bastante. - Mientras tanto, Louis y Harry podrían salir a buscar algo para hacer y nos encontramos todos por la tarde, ¿no?
Louis y yo intercambiamos miradas.
- Ok, así Harry y yo nos conocemos mejor. - Louis respondió y luego me miró - ¿Te parece?
Oh dios mío, voy a salir a solas con Louis. Éste podría ser el mejor día de mi vida, o el peor. Últimamente estoy mucho más paranoico e inseguro ante las personas desconocidas que antes, y estando con la persona que me gusta, creo que la pasaré algo mal. Quedaré como idiota.
En ese momento me percaté de que los tres chicos estaban observándome esperando mi respuesta.
- Claro. - Quise sonar tranquilo y desinteresado, pero al oír mi propia voz me di cuenta de que no funcionó.
Los cuatro seguimos charlando un rato y después salí con el castaño hacia la calle.
- ¿A dónde quieres ir? - Preguntó Louis.
- Yo... no sé, adonde tú quieras. - Miré mis dedos, nervioso.
- Soy nuevo aquí, Harry. Nunca antes había venido a Londres y esta semana estuve trabajando mucho, no conozco nada. - Dijo con una sonrisa tierna. - ¿Me mostrarías la ciudad?
- Claro. - Le respondí, aunque estaba bastante seguro de que no iba a ser un buen guía. - Podemos ir al Puente de la Torre, al London Eye, al Palacio de Westminster...
- Bien, eso sería genial. - Coincidió, le había mencionado los atractivos turísticos más importantes. - Luego muéstrame tus lugares favoritos.
- ¿Mis lugares favoritos como...? - Le incité a que me explicara bien lo que me pedía.
- Los lugares que frecuentas, a los que vas a relajarte cuando estás estresado, a los que vas con tus amigos. - ¿Qué amigos? Sólo Niall. - Ese tipo de lugares,es para conocer mejor la ciudad y a ti, ¿quié sabe? Tal vez nos encontremos mucho más frecuentemente fuera del centro de rehabilitación.
Me tomé aproximadamente 5 segundos en procesar que quería acercarse a mí, aunque una pequeña vocecilla en mi cabeza me dijo que él sólo quería ser amable. Decidí ignorarla y aprovechar el tiempo junto a él.
- Vamos - Le sonreí y empecé a caminar, con él a mi lado.
Estuvimos visitando las principales atracciones de la bella ciudad de Londres, yo no era un gran guía que digamos, pero al parecer a Louis le parecía interesante lo poco que le contaba sobre el monumento o el edificio al que lo llevaba.
Pasar el tiempo con él era bastante genial, era un chico muy divertido. El 90% del tiempo estuve riéndome de sus observaciones y comentarios, y si antes me gustaba, ahora me encanta.
Pero, la salida no pudo ser perfecta, claro que no. Cada vez que íbamos a un lugar, tenía la impresión de que todos miraban a Louis, se sentía horrible. No era celos, sino angustia. Ni siquiera éramos buenos amigos y me angustiaba el hecho de que alguien más lo desee. Es más, cuando estuvimos observando el London Eye, un chico se lo estaba comiendo con la mirada. Eso me molestó, y bastante.
- Ahora quiero ir a tus lugares favoritos. - Dijo mientras nos acomodábamos por décima vez en mi auto.
- Tú mandas. - Le respondí y él sonrió.
Luego de tener una lucha interna conmigo mismo, me decidí que lugares mostrarle. Primero, fuimos a un bar pequeño en una esquina muy poco frecuentada. Ese lugar me daba mucha paz e iba casi toda la semana. Cuando llegamos, la camarera me saludó afectuosamente, ya nos conocíamos hace bastante.
- Ésa es mi mesa, todas las veces que vengo me siento allí. - Dije señalando una mesa en una esquina. Caminamos hacia allá.
- ¿Cuándo vienes con tus amigos? - Me preguntó Louis mientras tomaba asiento.
En ese momento me ocurrió el extraño fenómeno de que quieres mentir, pero de tus labios sale la verdad, sin que lo controles.
- En realidad, nunca he venido con nadie. Siempre vengo solo. - Admití.
- ¿Soy la primera persona a la que traes aquí? - Me preguntó con los ojos iluminados.
- Sí... - Le dije.
- Vaya, gracias. - Dijo sonriendo ampliamente.
En ese momento me percaté de lo importante que era eso, traerlo aquí. Ese era mi lugar especial, mi mesa especial; y aunque suene tonto, ese lugar es algo así como sagrado para mí. Y la primera persona que llevé para que me hiciera compañía fue Louis. Interesante....