- ¡Por favor detente!- grité lo más fuerte que pude pero fue en vano, la velocidad aumentaba con cada una de mis palabras y teníamos al rededor de 20 minutos que habíamos pasado por el cartel que te indicaba la salida de Miami. - ¿Qué estas haciendo?
Pero de nuevo no contesto. Troy tenía una sonrisilla cínica en sus labios como si aquello no fuera nada más que un paseo matutino en coche. Pero la velocidad me hacía sentir unos nervios y ganas de vomitar que jamas había experimentado en mi maldita vida. La carretera se había vuelto de dos sentidos y con ello dos solos carriles, había tantas curvas que no te permitían ver que era lo que venía ya que era como si estuviéramos rodeando alguna montaña.
- ¡MIERDA NOS VAS A MATAR!- chille cuando dio una vuelta tan cerrada que hizo el carro inclinarse hasta el limite de una clase de barranco. El soltó una carcajada.
- No seas rídicula.
- Troy por favor para.
- No voy a parar Dallas, solo estamos dando un paseo.
Las luces de carros a nuestras espaldas cegaron al chico que gruñó y acelero aún más. Mis palmas sudaban y supuse que debía estar más pálida que nunca. Tenía ganas de llorar pero no me iba a portar de manera debíl frente a el así que me trague el nudo en la garganta y lo miré horrorizada aún.
Me tome fuerte del asiento y comencé a pedir perdón por todos mis pecados en caso de morir. Lo escuche reír a mi lado pero no dijo nada más, una canción de metálica comenzó a sonar en ese momento solo dándole más tensión a mi cuerpo.
"Dios te pido perdón por todos los pecados que eh cometido, te pido perdón por mentirle a mi padre todas aquellas veces, te pido perdón por haber tenído sexo antes del matrimonío con un sin fin de chicos y te pido perdón por todo aquello que consideres malo, lo siento, soy una adolescente y suelo cometer estúpideces."
- No seas rídicula no vas a morir.- dijo de repente.- Abre los putos ojos.
- No quiero hacerlo.
Un frenón en seco me hizo agitarme y el cinturón de seguridad lastimo mi pecho. Cerré los ojos con más fuerza y lo sentí tocarme el muslo con algo parecido al consuelo. Su dedo índice hacía pequeños círculos en mi rodilla y segundos después sentí su aliento chocando contra la piel de mi cuello.
- Estarás bien. Jamas haría algo para lastimarte.
- Troy por favor, quiero regresar a casa.
- No vas a regresar a casa pequeña.
Una lágrima traicionera abandono mis ojos y sentí sus dedos limpiándola.
- Yo....no llores bombón.
- Troy, te lo suplico...
- Abre los ojos, por favor.- su tono casi fue dulce, negué con la cabeza y lo escuche gruñír y justo después no sentí más su presencía hasta que escuche un estruendoso golpe de la puerta chocando con el coche y entonces el frío de la noche golpeando mi cuerpo. Su mano tiró de mi muñeca y me saco del auto.
Mis ojos se abrieron y me di cuenta de que estábamos en un descanso de aquella carretera, la noche estaba más fría que nunca y las estrellas brillaban por la falta de luz, las únicas que habían eran las del coche de Troy y la de la maldita luna llena. Mi cuerpo estaba entre el auto y Troy, sus ojos zafíro me mirában detenidamente y los míos no pudieron bajar para evitarlos.
- Lo siento si te asuste.
- Siempre lo haces.
- Me gustaría no hacerlo, de verdad, quisiera que todo estuviera bien entre tu y yo. Quisiera tenerte Dallas, que solo....fueras mía.- sus dedos tomaron un poco del cabello que caía por mi frente y lo acomodo tras mi oreja. Sus labios acariciaron mi mejilla y sentía su aliento humedeciéndola. - ¿Te confiezo algo bombón?
Asentí un poco perdida en sus ojos, me sentía completamente idiota ante los susurros de Troy cerca de mi rostro.
- Estoy ebrio, es verdad.- balbuceo.- Y tu crees que soy muy valiente, crees que tengo el ego por los cielos, que soy seguro de mi mismo como el infierno y tal vez sea verdad.- Una sonrisa traviesa curvo sus labios orillándose en el lado derecho. Me encantaba esa sonrisa malosa en su rostro.- Pero contigo es diferente.
- Troy tu ni siquiera...
- Déjame terminar, no te hablo bastante, es verdad, pero tu sabes que yo te miró, tu sabes que estoy al pendiente de ti y tu sabes que me importas bombón. Lo sabes bien.- hizo una pausa como esperando que hablara pero no pude hacerlo.- Y tengo que estar borracho para decírtelo de nuevo, para decirte cuanto me gustas, cuantas cosas extrañas y repugnantes al mismo tiempo que increíblemente agradables siento cuando te veo. Me gustas bombón, eres la chica más bella en la tierra, yo te quería para mi, yo te quiero para mi. Por favor Dallas, date cuenta de que tu lugar no es a su lado, date cuenta de que tu eres para mi...
- Lo quiero mucho Troy, yo estoy enamorada y no quiero dejarlo.
Su mandíbula se tenso y me miró furioso.
- Entonces es verdad lo que dice Zayn. Eres el maldito karma de mi puta vida de mierda.- mis ojos se abrieron por la sorpresa del cambio de actitud.- Todo estaba bien, me acostaba con una maldita chica diferente todos los putos fines de semana, rompía cientos de corazones y robaba cientos de virginidades en meses, tenía a cada chica que quería... y luego llegaste aquí, sin motivos, solo entusiasmada por entrar a aquella escuela y siendo un enorme dolor en el trasero, use mis mejores tácticas contigo bombón, celarte, mi mejor sonrisa, cortejarte, invitarte a salir y aún así, no me querías..
- Si no hubieras sido tan malditamente grosero...
- Te gustaba así, yo lo sabía, antes de la fiesta de Romeo no veía el asunto tan perdido.
- Eres un patán Troy, jamas hubiera podido estar contigo, querías controlarme todo el tiempo, tocabas mi trasero como si fuera cualquier puta y te ibas con otras chicas frente a mis ojos.
- Jamas lo hice, Dallas, jamas me fui con ninguna chica antes de que estuvieras con mi hermano.
- Lo hiciste.- sus ojos bajaron al piso y de nuevo me miró un poco más entusiasmado.
- ¡Puedo cambiar!, puedo ser mejor persona si es lo que quieres, puedo, puedo, puedo ser idiota y despistado como Louis o inteligente como Austin, puedo ser...educado como William, puedo ser lo que tu quieras, lo prometo.
- Pero no serías tu mismo.- dije rápidamente.
- Pero yo mismo no te gusto.- una risita salió de mis labios, Troy lucía casi como un niño en ese momento.
- Encontrarás a alguien.
- No quiero a otra persona.
- Troy estoy saliendo con Louis, podrías, ¿podrías por favor respetar eso?
- ¿Podría besarte?
- ¿Qué?
- Tal vez si te beso tu...te das cuenta que eres para mi.
- Troy.- reí de nuevo y negué con la cabeza.- No lo soy.
- Lo eres Dallas. Yo lo sé.
- Lo siento T.- Una sonrisa nostálgica cruzo sus labios antes de asentir impresiónandome por completo, jamas espere verlo así de accesible y tranquilo.
- Entonces, ¿puedo besarte?
- No.
- Lo haré de todos modos y lo sabes.
- No lo hagas.
- Será un beso de adiós y será nuestro secreto, puedes pensar que soy Louis no es tan difícil.- dijo con una sonrisa divertida.- Me da asco pensar en ser ese idiota pero si a ti no...
- Troy yo no creo que- sus labios se estrellaron contra los míos antes de terminar de decirle la oración, su boca se sentía suave y dulce, era casi como si en realidad este no fuera Troy, no fuera el bruto y pesado de Troy, fuera simplemente un chico dulce y sensible, algo que era completamente ilógico. La verdad era que no quería separarme de el, no quería dejar de besarlo por que sentía su maldito dolor en aquel beso, sentía sus labios pasar suaves y cuidadosos por los míos, fue casi como si el me estuviera diciendo lo mucho que me quería en ese delicioso beso. Su lengua roso mis labios y segundos después entró en mi boca, sus manos tomaron mi cintura y me abrazo ahí mismo sin separarse de mi. Se alejo sin soltarme por completo y de nuevo me beso. Mis manos se fueron a su nuca y lo acerque a mi para sentirlo mejor, las suyas acariciaron mi espalda y después subieron a mis mejillas para acercarnos más, como si aquello fuera posible, entonces me separe de el recordando que este, no era mi novio. Pero apenas tome distancia su entrecejo se frunció y de nuevo se acerco a mi acorralándome contra el auto y sin dejar que mi boca dejara la suya.
- Te quiero, te quiero mucho por favor, haría cualquier cosa...
- Yo no quiero confundirme Troy, llévame a casa.- su sonrisa apareció en sus labios.
- Te quiero bombón, por favor quiéreme de vuelta.
Mis ojos se cerraron y el me dio un rápido beso en los labios. Entonces se alejo de mi.
- Dime si habías dado un beso más rómantico alguna vez en tu vida.- una sonrisa coqueta muy Troy, apareció en sus labios y levanto una de sus cejas, rodé los ojos.
- Soy una maldita puta y tu te preocupas por el romance.
- ¡No Dallas!, mierda no pienses eso, todo ha sido mi culpa, yo te bese, tu no querías hacerlo.
- ¿Dónde esta Troy Damian Tomlinson?
- Tu no lo quieres a el.
- Yo quiero a Louis Tomlinson, tienes razón.- el me miró de mala manera y se acercó a mi de nuevo.
- ¡No mientas! tu beso me dejo bien claro que me quieres también.
- Te bese por que con eso ya ibas a dejarme en paz.
- ¿Eso crees bombón? Ja, no puedes estar más equivocada.- supiró.- Créeme belleza, con este beso que acabamos de tener, no me voy a dar por vencido.
- No tiene sentido alguno, no voy a enamorarme de ti.
Su enojo fue evidente en su ceño y se alejo aún más como si fuera a golpearme si me viera tan cerca.
- Vas a estar rogando por mi, ya lo verás.
- Tengo al mejor hombre en mi vida, ¿por que lo haría?- el negó con la cabeza y de nuevo parecía aquel Troy idiota.
- Sh, te darás cuenta y desearas haber tomado esta oportunidad.
- Púdrete.
- Ya me voy.- el chico camino hasta su auto y entró bajando el vidrio del copioloto.- Tienes tu celular en el bolsillo trasero por cierto, se te ve un mejor culo, buenas noches Dalls.
- ¡No me vas a dejar aquí en medio de no se dónde fregados!
- ¿Ah no?
- No serías capaz.
- Observa mi auto alejarse bombón. Ten buena noche.- y entonces el auto acelero con fuerza dejándome en el medio de la nada. Me quede boquiabierta mirando el coche del maldito bipolar desaparecer en las curvas de la montaña.
- ¡Mierda!- gruñí tratando de adivinar donde estaba, tome mi celular y marque el número de Louis rápidamente. Pero no contestaba y mierda, ¿ah quién engañaba? Iban a estar más borrachos que nunca, lo único que iba a ocasionar era que se estrellaran en el camino o algo.
Cerré mis ojos tratando de tranquilizarme y no entrar en pánico, pero me estaba resultando jodidamente imposible. Miré el celular que era más bien de Niall ya que el mío se lo había quedado Troy hace como mil años y jamas lo había pedido de vuelta.
- A ver, a ver.- miré cada uno de los contactos reconociendo viejos números de Seattle y muy pocos de aquí.
William, tal vez... sonreí con inocencia pensando en lo malditamente cualquiera que me sentía por acabar de besar al hermano de mi novio y por llamar al otro hermano para que me salvara todo por que no vi al tercer hermano para estudiar y no salir con el cuarto hermano que era mi novio, como debí hoy.
El celular comenzó a sonar y después de unos segundos escuche a alguien atender.
- William Tomlinson.
- ¡Will!
- ¿Dallas?
- Si, hola.
- Em, ¿qué tal?- su voz sonaba un poco confundida.- No estoy con Louis ahora mismo así que...
- No, necesito un favor, uno muy grande de hecho.
- ¿Todo esta en orden?
- No, estoy perdida y no puedo llamar a nadie por que todos deben de estar alcoholizados en la fiesta de la playa.
- Entiendo, ¿cómo puedo ayudarte?
- ¿Puedes venir a buscarme?- una risa leve se escucho del otro lado del teléfono.
- Pero claro Dallas, todo por mi pequeña cuñada, ¿dónde estas?
- Es que eso es lo que no sé...- me mordí el labio levemente avergonzada.
- ¿Cómo que no lo sabes?
- Salí de Miami y pasarón como 30 minutos antes de llegar a dónde estoy.
- ¿Cómo dices?- su voz sonó sorprendida.- ¿30 minutos fuera de Miami?, ¿No hay un lugar cerca dónde puedas preguntar en dónde te encuentras?
- Estoy en medio de la nada.
- Cielos... ¿puedes darme alguna pista? No tengo ni idea.
- Bueno, creo que estoy en una clase de montaña o algo así.
- ¿Montaña? Se donde estas, pero eso esta como a una hora o más, no a media.
- Venía realmente rápido.- recordé.
- ¿Y con quién ibas que te dejo varada en medio de la nada?
- No entenderías, Wil te suplico que vengas a buscarme, hace mucho frío y estoy asustada.
- No te preocupes pequeña Dallas, salgo para allá, ¿puedes cuidarte? No vaya a picarte algo o no lo sé. Ten cuidado ¿bien? Voy en camino.
- ¡Gracias enserio!
- No te preocupes.- Una sonrisa se formo en mi rostro antes de colgar.
Entonces recordé que estaba perdida en medio de la nada y deje de sonreír.
- Maldito seas Troy Tomlinson.- gruñí abrazando mi cuerpo y me senté en una de las bancas del descanso.
Me maldije por no haber estudiado nada de literatura y trate de recordar los conceptos en mi cabeza para ensayarlos mientras no hacía nada.
El tiempo paso y sentí que iba a morir congelada, pero recordando bien literatura así que ya no era tan malo.
Trate de contar las estrellas, los árboles en la montaña que se miraba a lo lejos, o la cantidad impresionantes de insectos que salían de todas partes.
Pero todo era aburrido y mi mente comenzó a pensar en lo bien que me hizo sentir el beso de Troy y odie que no fuera solo uno.
Es decir, ¿quién no querría que existiera ese Louis William Austin Troy Tomlinson? ¡JUNTOS EN UNA PERSONA! y ya lo había pensado como un millar de veces y siempre lo pensaré.
¿Qué clase de cruel persona los hizo cuatro chicos y no solo uno?
Y toda la intención debió ser para torturarme y hacerme sentir de esta manera tan confusa.
Las luces de un auto iluminarón la carretera por primera vez desde que estuve varada aquí, me sentí aliviada y me levante para ver si era Will. El auto se detuvo lentamente frente a mi pero me di cuenta de que no era William como creí.
- Sube al auto.