CAPÍTULO 36
FIESTA DE MASCARAS EN LA MANSIÓN
Estaba frente al espejo de su habitación en la madriguera de los Weasley, llevaba un vestido largo, negro, tenía un ligero vuelo a partir de la cintura, una máscara plateada cubría su rostro hasta la nariz, llevaba labial rojo, y su cabello suelto en ligeras ondas. Su corazón latía como una bomba activa ¿Qué carajo estaba haciendo? ¿En verdad lo haría?
En la cama descansaban sus zapatillas del mismo color que su vestido, tenía planeado viajar a una de las chimeneas cercanas a la mansión, había un bar famoso donde iban los grandes magos a pasar un rato y conversar entre ellos, después tomaría un carruaje.
Bajó descalza las escaleras, muy despacio con su pequeño bolso y zapatillas en mano, se puso frente a la chimenea, saco su varita usando un encantamiento silenciador para la sala y asegurarse de no despertar a ningún Weasley.
Se adentro a la chimenea – El Bosque de La Ninfa Dorada– pronunció soltando los polvos flu desapareciendo en el acto.
Cayó en la chimenea del bar, se recompuso mientras volvía a sacar su varita.
- Fregotego - limpió su vestido del hollín
Miró a su alrededor, una luz anaranjada iluminaba todo el lugar, era bastante rustico y todos eran magos, pues llevaban toda clase de túnicas ostentosas, había gruesas mesas de madera brillante por todo el lugar, al fondo había una barra del mismo material donde servían toda clase de bebidas mágicas.
Después de unos minutos logró conseguir un carruaje, se adentro en este con nerviosismo, la mansión solo estaba a 15 minutos de ahí, no había logrado conseguir la ayuda de Theo, así que estaba sola, estaba ahí por idiota.
Se había ofrecido a ir por su grupo de amigos leones, Harry tenía la sospecha de que Malfoy planeaba algo serio, lo habían seguido en el callejón Knockturn, había sospechado del rubio pues habían aparecido varias cosas envenenadas en el colegio, Harry seguía a Malfoy a todas horas, lo acusaba de varios eventos bastante preocupantes que habían estado pasándole.
Les contó a sus amigos sobre la fiesta en la mansión y se ofreció a ir para ayudar y espiarlos, pues era muy raro que Narcisa ofreciera una fiesta con la situación de su esposo en Azkaban, si realmente Harry tenía razón, esa fiesta no iba a ser nada convencional, los tres se negaron a que fuera sola, pero ella insistió, sabía que era una excusa barata y mal formada, no creía que Malfoy fuera capaz de hacer algo como lo que Harry tanto alegaba, pero igual ya no había vuelta atrás.
Llegó a la entrada de carruajes de la mansión, las rejas estaban abiertas, había tres carruajes delante del suyo, esperaba que nadie lograra reconocerla, la máscara le cubría gran parte de sus facciones principales, lo único al descubierto eran sus labios y su barbilla, se había maquillado los ojos con delineador negro y mascarilla, para hacerlos ver un poco más grandes y enmarcados para evitar que alguien los reconociera. Pero si no se calmaba pronto su corazón palpitante no tardaría en delatarle.
Después de unos minutos escuchó como el cochero abría la puerta del carruaje, se recompuso para salir tomando la mano del hombre. Y ahí estaba de nuevo, enfrente de aquella mansión imponente, se sintió de 11 años nuevamente, como la primera vez que fue, jugó son sus manos, era hora de la función, tenía que actuar como la hija de un magnate poderoso si es que quería que la dejaran pasar, tomo aire y se aproximo a las dos enormes puertas abiertas, estas eran vigiladas por dos mayordomos, al parecer no tenían listas en sus manos, aquello la alivió, por supuesto, ahí todos los invitados se conocían, Narcisa no quería ofenderlos de aquel modo haciendo que tuvieran que dar su nombre, de todas maneras las invitaciones solo habían sido repartidas entre los sangre limpia.
Puso la cabeza bien en alto, justo como antes entraba a las fiestas de los amigos magnates de sus padres, cambió su modo de caminar a uno totalmente elegante, dibujo una sonrisa orgullosa en sus labios y se aproximo a la entrada con la mirada de superioridad fija justo al frente.
Nadie se atrevió a detenerla, incluso los mayordomos hicieron una pequeña reverencia como saludo al verla entrar, ella asintió devolviendo el saludo. Una sonrisa de triunfo se le formo, estaba adentro.
- Por favor Madame, si gusta pasar al Gran Salón
Un mayordomo la guió hasta una entrada del lado lateral derecho, el hombre le abrió la puerta con caballerosidad, ella asintió como agradecimiento al mismo tiempo que entraba.
La decoración era exquisita, dorado por todas partes, pequeñas decoraciones brillantes que parecían diamantes flotaban por todo el lugar, las mesas estaban decoradas con manteles color oro y listones perla, en medio había centros de mesas flotantes hechos de hielo cortado, en medio había una gran pista de baile, todos los invitados llevaban mascara, se notaba que no habían invitado a cualquiera, aquel era un grupo selecto, pues no se parecía nada al baile de navidad a sus 11 años, bebían champagne y charlaban entre ellos, las mujeres llevaban sus mejores vestidos, todos de perfecta etiqueta, los hombres llevaban su traje de gala perfectamente planchado y pulcro, era como estar en un sueño de reinas, reyes, príncipes y princesas, había hecho bien al escoger ese vestido, empezó a buscar rostros conocidos, pero era inútil, los antifaces y mascaras los hacían irreconocibles.
Tomo una copa de champagne de una bandeja que traía un mesero, le dio un sorbo para ver si lo graba calmarla un poco, unos golpecitos en una copa de cristal llamaron su atención, era Narcisa parada en el pie de la escalera, subió unos cuantos escalones para lograr que todos la vieran, junto a ella estaba Draco Malfoy.
Xally empezó a sudar frío, el traje de gala de Draco era magnifico, resaltaba lo atractivo que era, lo completaba el antifaz negro que llevaba, apenas le cubría la zona de los ojos y la nariz. Si no hubiera estado tan nerviosa se le habría escurrido la baba al verlo. Todos se voltearon hacía ambos Malfoy para prestarles toda su atención.
- Queridos amigos – empezó Narcisa con un hechizo amplificador de voz – Mi hijo y yo les agradecemos su asistencia a esta fiesta, nuestros más queridos y allegados amigos están aquí, apoyándonos, jamás nos han dejado solos y nosotros se lo agradecemos de corazón, sé que muchos de ustedes se preguntaran por la razón de esta fiesta, pues tienen razón esta no es una celebración hecha al azar, es para celebrar el regreso de un hombre magnifico a su familia y a su vida, estamos aquí para celebrar que mi querido esposo Lucius ha regresado con nosotros. – señaló el lado derecho del salón
Xally casi se ahoga al verlo, estaba ahí, tan pulcro como siempre, saludaba y subía las escaleras para quedar junto a su familia, aquello era imposible ¿Por qué lo habían liberado? A menos que... lo ayudaran a escapar. Unos escalofríos horribles la recorrieron, algo no iba bien. Todos los presentes vitorearon y aplaudieron a Lucius Malfoy. La bruja estaba helada para poder aplaudir.
- Les agradezco amigos míos – les dirigió una sonrisa – hace unos meses se dio un terrible malentendido, haciendo que pusieran mi nombre en duda, pero todo se ha aclarado ya, y gracias a nuestro gran líder he logrado salir de Azkaban, me he enterado amigos míos de una gran noticia; nuestro señor tenebroso ha decidido que este – señalo alrededor – sea su nuevo refugió, y todos ustedes son bienvenidos a las reuniones que él ordene y disponga, en unos cuantos días, estará entre nosotros y serán llamados a su presencia.
Todos volvieron a aplaudir y Xally se quería morir ahí mismo, iba a desmayarse, estaba segura, muerta es como iba a salir de ahí, era una maldita reunión de Mortífagos. Sus nervios ya no aguantaban más, empezó a tener pequeños espasmos por todo su cuerpo. Trató de respirar hondo para calmarse.
- Mientras eso sucede, les suplico que disfruten de la fiesta, hoy estamos celebrando mucho más que mi regreso, hoy estamos festejando el inicio del regreso de nuestro señor tenebroso.
El discurso se termino con un aplauso, Xally se dirigió directo a la salida, las malditas tres amigas con las que Pansy hablaba en la sala común eran hijas de Mortífagos sino es que ellas misma ya lo eran, no iba a ir todo Slytherin, iban a ir los seguidores de Voldemort.
- Oye espera
Se paró en seco maldiciendo su suerte, se volvió, era un chico de cabello azabache, muy atractivo, llevaba una máscara que le cubría el rostro hasta sus labios, estaba aproximándose hasta ella. Entro en pánico al reconocer esos ojos azules, era Blaise, se volteo un momento para darle la espalda unos segundos, saco su varita apuntándose en la garganta, debía ser cuidadosa.
- Vozvaria – se dio en la garganta para cambiar su propia voz.
- Hola – término de acercarse – me preguntaba si estabas bien, te he visto allá y me pareció que estabas a punto de desmayarte. ¿necesitas algo?
Maldijo a su amigo Casanova, justo tenía que verla a ella, de todas las que había, había volteado a donde estaba ella.
- Si ,muchas gracias – dijo con una voz ajena, dulce y melodiosa, parecía la voz de una Veela – No te preocupes
- Pareció que te ibas
- Ella negó – solo iba a ver si mi madre ya había llegado
- Descuida, cuando llegue los mayordomos la guiaran aquí – Soy Blaise
Zabini – extendió su mano pidiendo la suya en una inclinación
- Mucho gusto, soy Agatha Sullivan – alzó su mano para que el idiota de su migo la besara
Xally había investigado algunos nombres de familias sangre pura más discretos, familias que apenas eran mencionadas, ya que el tema de la sangre no les llamaba la atención en absoluto.
- Un placer señorita, disculpe pero no recuerdo haberla visto antes
- Ese es el objetivo de una fiesta de mascaras – sonrió con coquetería
Blaise sonrío embelesado, todo en ella, su porte, su manera de hablar, sus modales, su orgullo, su aroma, lo bella que lucía, se hubiera comprometido ahí mismo.
- Yo no tengo problema con eso – El mago se quito la mascara
La sonrisa de Blaise era perfecta, entonaba con el orgullo de sus ojos y su pose altiva.
Ella sonrió negando divertida.
- Fue un placer Blaise Zabini – asintió para despedirse
Camino con pasos tranquilos y bien ensayados, sabía que Blaise la miraba desde atrás, ¿ahora que iba a hacer? Habían cerrado las dos puertas del salón, aquello no era usual. Miró alrededor, todo empezó a dar de vueltas en su cabeza, una melodía lleno el salón, era el baile inicial.
Draco la había visto desde lo alto de las escaleras, una preciosa mujer en un vestido negro con una máscara de plata, estaba sola, el idiota de Blaise había intentado interceptarla sin éxito, seguía sola, pero algo no iba bien, la vio llevarse la mano a la cabeza y después al pecho, el rubio comenzó a descender por la escalera, se abrió paso entre la gente, no quitaba su vista de esa criatura, algo lo tenía hipnotizado.
Una taquicardia la invadió, apenas podía respirar, estaba sola entre un nido de Mortífagos, ella, una hija de Muggles. Se llevo la mano el pecho intentando que parara aquella horrible taquicardia. Su vista empezó a nublarse, se iba a desmayar, el cuerpo flaqueo haciendo que casi cayera al suelo, pero una mano la sostuvo por la cadera.
Ahora agradecía que Blaise la hubiera visto.
- Oye, reacciona, ¿estás bien?, tranquila
Aquella voz... aquella voz... no era de Blaise, abrió los ojos, aun estaba borroso, aun le daba de vueltas la cabeza, parpadeo varias veces para lograr enfocar, unos ojos grises como la plata llenaron su vista. Aquello la alarmo aun mas, trato de incorporarse ella sola sin éxito.
- No hagas esfuerzo – Draco volteo alrededor, vio una mesa cercana
La alzó en brazos, sentía su cuerpo cálido y un poco tenso, seguramente por lo mal que se sentía.
Draco la coloco en la silla, se hinco para quedar a la altura de la bruja, ordeno un vaso de agua. Se lo extendió ayudándola a sorber un poco.
Xally volvió en sí poco a poco, respiro hondo, y su vista volvió a la normalidad, aquel pequeño tiempo le ayudo a pensar como debía actuar frente a Draco Malfoy, recordó que aun tenía el hechizo de la voz.
- ¿Estás mejor? – preguntó el rubio
Varias parejas ya bailaban en la pista, nadie se había percatado de nada pues las luces ya habían bajado la intensidad para entonar la pista de baile.
- Si muchas gracias, me apena mucho, no sé qué es lo que me paso, por un momento mi vista se nublo – se recompuso en la silla
- No te preocupes le puede pasar a cualquiera ¿necesitas algo? – dijo con interés
- No, muchas gracias, ya me siento mucho mejor, seguramente solo fue algo momentáneo.
- Excelente. – hizo una pausa – Disculpa pero creo que no tengo el placer
Xally quería rodar los ojos, aquel teatro la ponía de mal humor, ahora resultaba que Draco Malfoy era un perfecto caballero, quería reírse en alto, si tan solo supiera...
- Agatha Sullivan – extendió su mano
Él sonrió, aquella si era una dama de verdad, chicas como aquella era en las que debía fijarse, no en una hija de Muggles huérfana.
- Draco Malfoy – beso su mano – es un placer conocerte, seguramente eres de los nuevos reclutas ¿me equivoco?
El rubio tomo una silla para sentarse al lado de ella.
- Así es, Todo esto es nuevo para mí, seguramente estoy algo nerviosa, pero estoy recompuesta
- Excelente, entonces no podrás negarme un baile
Las manos de la bruja empezaron a ponerse frías, asintió con amabilidad no podía darse el lujo de sorprenderse, tenía que llevar la mente fría.
- Sera un placer Draco Malfoy – dijo melosamente extendiendo su mano a el mago
Draco se paro con galantería, tomando la mano de la bruja, ambos se dirigieron a la pista de baile.
Tomó su cintura y su mano, aquello lo hacía sentirse bastante nervioso, lo que era inusual en él.
Empezaron a moverse, Draco no se sorprendió de ver que era una experta bailando, se dejaba guiar tan manejable y liviana como aire, no se podían acoplar más, daban las vueltas con elegancia digna de admirarse.
Alrededor poco a poco la gente empezó a detenerse para observarlos bailar, parecía que habían ensayado antes del baile, pues la sincronía y la atracción entre ellos era perfecta.
El corazón de Xally latía con fuerza, como si el corazón quisiera salir de su pecho, lo miraba fijamente, aquellos ojos grises tampoco se despegaban de ella, ambos parecían hipnotizados uno por el otro. El tiempo se detuvo y olvidaron que había más personas en el salón.
¿Qué era aquello? Se preguntó el rubio mientras una excitación invadía su pecho, ¿Quién era ella? ¿Por qué se sentía extrañamente familiar? Los ojos de la bruja brillaban, ese brillo... sacudió su cabeza, no, en ese momento tan especial no se le podía venir la impura a la mente.
El baile que habían protagonizado de niños quedaba muy abajo a comparación del espectáculo que ahora estaban dando, parecían adivinar el movimiento del otro antes de que lo hiciera.
- Me creerás un loco, pero siento como si esta no fuera la primera que vez que bailamos.
Casi da un respingo por el comentario pero logró controlarse a tiempo, tantos años y aun con la memoria borrada, él podía recordar algo, estaba ahí, en su subconsciente intentando salir.
- Tal vez sea porque bailamos muy bien – sonrió
Él asintió aunque sabía que no solo era eso, había algo en ella, en ellos... una punzada acudió a él de repente es vestido de Agatha se volvió verde, llevaba unos zapatos infantiles de una niña, apretó los ojos, delante de él, había una niña de 11 años con cabello color azabache, le sonreía, bailaban.
- ¿Malfoy?
Escuchó su nombre pero no era la voz de Agatha... era la voz de...
Abrió los ojos del golpe al oírla, la niña se había desvanecido, había vuelto aparecer la mujer con la que estaba bailando hace un momento.
- ¿Todo bien? – preguntó la bruja
- Sí, claro, no te preocupes – dijo dándole una vuelta para desviar su atención
Draco fijo su mirada en ella, esos ojos... eran los mismo que vio hace unos segundos, los de esa niña de vestido esmeralda, estaba seguro, eran esos y lo habían hecho sentir lo mismo.
- ¡Si habíamos bailado!
Ella se paralizo un momento pero siguió con el baile de inmediato.
- Ibas con un vestido verde, éramos unos niños – continuo el rubio – en una fiesta ¿recuerdas?
Xally empezó a sudar frio de nuevo, menos mal no recordaba con quien había bailado realmente o que era ella precisamente.
- Tal vez me confundes
- No, estoy seguro, ya te había visto
Debía salir de ahí antes de que él lograra recordar más de aquella situación, no era el lugar ideal para que se enterara que era la hija de Muggles que tanto despreciaban en Slytherin.
La melodía dejó de sonar, todos empezaron a aplaudirles, ambos miraron alrededor desconcertados, apenas se habían dado cuenta de que todos estaban mirándolos.
Pansy no cabía en sí del enojo, estaba colorada, con los puños apretados, pensó que jamás iba a volver a sentir aquello, jamás pensó que otra rastrera iba a llegar a interponerse ¿Quién era ella? Debía de averiguarlo ya mismo.
El rubio la guió afuera de la pista de baile, ella parecía no querer mirarlo, parecía estarla guiando al balcón.
- Sé que lo recuerdas tu también – empezó el mago – Sé que ya nos habíamos visto... eres...