Capítulo 41 En Sus Garras

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CAPÍTULO 41

EN SUS GARRAS

Despertó en un cuarto frío, incomodo y húmedo, tosió, pues sentía que le dolían los pulmones, también le dolían las manos al contacto con el suelo, se quejó, se sentó lo mejor que pudo para mirar alrededor, todo estaba oscuro, apenas entraba la claridad de una pequeña ventana, escuchaba las goteras caer, parecía que el techo estaba bastante alto, todo era de piedra fría, ovalada y gris, el cuarto era redondo, se incorporo con esfuerzo, sus piernas débiles temblaban ante el esfuerzo.

Entrecerró los ojos para ver mejor la ventana, entonces lo comprendió; era un calabozo en una torre, la habían atrapado, se horrorizo, ella era una impura de Slytherin, no tendrían piedad.

¿Qué había pasado? ¿A caso había ganado Voldemort? ¿Había ganado Harry? No recordaba nada, miró sus manos, estaban quemadas, con la piel rosada a carne viva y pedazos negros chamuscados, sí, eso es, había estado en el incendio en la sala de menesteres, al último al que había visto era a Harry, lo recordaba al fin, lo que no recordaba era haber logrado salir.

Afuera no se escuchaba ningún ruido, se acercó a la puerta de hierro asomándose por la rejilla, no encontró nada afuera, ni un guardia, empujo la puerta, no tenía tanta suerte, estaba por obviedad, cerrada, empezó a jadear, una sensación en el pecho la oprimía.

Se recargo en la pared dejándose caer hasta quedar sentada, encogió sus piernas y las abrazo recargando su cabeza en estas, no sabía que estaba pasando, no sabía en manos de quien había caído, no sabía dónde estaba o si alguien de sus amigos sabía que estaba viva.

- Por fin despiertas, estaba comenzando a aburrirme de ti, por un momento pensé que jamás despertarías, estaba empezando a fantasear con tu muerte.

La piel de Xally se erizó, su cara se deformo en una mueca de angustia, no, no podía ser, dio un respingo cuando vio que estaba abriendo la puerta de hierro mirándola maniáticamente, con una sonrisa de gato risón dibujada en sus labios.

- No...

- Oh si querida Martine, claro que si, estas en mis manos – camino lentamente hacía ella – De todas las personas que pudieron haberte encontrado tuve la dicha de ser yo. Es perfecto ¿No crees? La vida es realmente bella algunas veces.

Guardo silencio, aquello era una mala broma, Dios debía odiarla y mucho, no bajo ni por un segundo la mirada, se recompuso tan rápido como su cuerpo mallugado se lo permitió.

- ¿Qué crees que haces? No puedes encerrarme de este modo, tendrás serios problemas si...

- ¿Si qué? – interrumpió - ¿Si tu querido Potter se entera? No sabes nada ¿Cierto? – la rodeo – No, No, ¿Cómo podrías saberlo? – se detuvo frente a ella – Todos te creen muerta – se acercó para susurrar en su oído - ¿Quién buscaría a alguien que está muerta?

Se separo para mirar a su prisionera y soltó una carcajada estruendosa, aterradora e intimidante, cuando termino volvió a fijar su vista en su pequeño ratón.

- Hasta te hicieron un funeral simbólico, tu tonta familia de marginados pelirrojos y tu querido Harry Potter, debo admitirlo, no pude resistirme a ir a mirar de lejos, me divertí tanto. Que fácil se rindieron ¿No crees? Probablemente fue un alivio para ellos que no aparecieras

- Eso no es verdad... - dijo con un hilo de voz, ellos no creen que estoy muerta.

- ¡Claro que es verdad! – rió - Llevas días inconsciente ¿Qué esperabas después de ese horrible incendio? al no encontrarte por días y ser vista por última vez en la sala de menesteres, - retrocedió unos pasos para mirarla por completo.

Duelo En Las Mazmorras (Draco Malfoy)Where stories live. Discover now