Aquel lugar no estaba muy alejado del centro de la ciudad. Así que para mi suerte, no tuve que pasar mucho tiempo a solas con aquel orangután.
Cuando el coche estacionó me apresuré a bajar y esperé a Dimitry delante de aquel enorme edificio.
Era negro como el carbón y tenía más cristales que puertas. No llegaba a comprender que hacían ahí dentro para necesitar tanto espacio...
Dimitry vió como miraba el edificio con el ceño fruncido y se carcajeó de una manera que me dió escalofríos.
-¿Qué?- pregunté de mala gana dejando de mirar y cruzandome de brazos.
Él levantó las manos de manera inocente y decidí ignorarle...
Vi a lo lejos como Marcus llegaba con mi coche y enseguida me dirigí al lugar donde aparcó para poder arrebatarle las llaves de mi pequeño.
Una vez bajó del coche extendí la mano en su dirección y no le hizo falta más gesto que ese, para entregarme las llaves.
Marcus y Dimitry me acompañaron al interior del edificio, y seguido esto a un ascensor que nos llevaría a la sexta planta.
Debía admitir que el interior era igual de lujoso que el exterior, y que tenían buen gusto para la decoración.
Nada más abrirse las puertas del ascensor me encontré con la imagen de un Ryder que parecía estar muy contento.
Hizo un gesto con la mano, invitándome a salir del ascensor y así lo hice, pero no porqué él me lo dijera.
-Bienvenida a tu nueva vida, Alexa...
-Sé que me voy a arrepentir de ésto... Pero es mejor que morir, ¿No?- sonreí sarcástica en su dirección.
Me mantuve en silencio un momento hasta que me acordé de porqué estaba ahí.
-¿Dónde está Adam?- pregunté casi con desesperación.
Ryder notó mi tono inquieto y con solo echarme una mirada supo que mis intenciones eran otras. Miró a sus hombres y solo Dimitry fue capaz de contestarle...
-Ella ya le conoce...- dijo el gorila.
-¿Ah sí?- susurró Ryder sorprendido.
Me volteé en su dirección dejando de mirar los alrededores y entrecerré los ojos analizándolo en profundidad.
-Por desgracia, si...- respondí. Éste rio ante mi respuesta y negó con la cabeza- Dejemos las tonterías a un lado... ¿Dónde está?
Ryder se encaminó por el pasillo que se encontraba a la derecha, y le seguí de cerca intentando mantener su paso apresurado.
Al final del corredor había una puerta de madera maciza negra, que se notaba a la legua que era cara, pero todos sabíamos de donde había salido el dinero para pagar todo lo que había en aquél lugar...
Ryder nisiquiera llamó antes de entrar y por ese simple gesto supe que tenía una relación estrecha con Adam... Pero no sabía cuál.
-Ya está aquí- le escuché decir antes de que yo entrara detrás suyo.
En el momento en el que entré en el lugar pude ver cómo desde un gran ventanal se veía gran parte de la zona donde nos encontrábamos. Delante del ventanal había un escritorio de oficina con una silla del mismo estilo.
Una alfombra roja persa se extendía debajo de nuestros pies y llegaba hasta el final de la estancia, donde habían unas enormes bibliotecas llenas de libros, cosa que me sorprendió bastante...
-¿Desde cuándo los asesinos leen?- le pregunté al hombre de cuarenta y pocos años que teníamos delante.
-Veo que has heredado el sentido del humor de tu padre...- dijo éste en tono amargo, sabiendo que con la simple mención de mis padres daría justo en mi punto débil.
Sonreí con suficiencia mientras mi miraba taladraba la suya con intensidad, deseando que muriera en ese mismo instante.
Aparté mi mirada al notar los ojos de Ryder puestos en mi, y vi su ceño fruncido por lo que acababa de pasar.
-¿Tu querido jefe no te lo ha contado, pequeño Ryder?- reí amargamente.
Éste gruñó por como le había llamado pero negó con la cabeza, indicándome que no sabía la relación que teníamos Adam y yo.
-Esto será interesante...- dije irónica. Miré a Adam antes de hablar y éste tenía los ojos puestos en mi- Éste despreciable hombre que tenemos aquí... Es el hombre que es capaz de asesinar, delante de una niña de diez años, a sus propios padres...
-No me hiciste traerla únicamente por lo buena que es en su trabajo... ¿Verdad?- dijo Ryder algo molesto por no saber la verdad.
Adam negó con la cabeza y miró a Ryder con ¿Arrepentimiento?
-Lo siento, hijo... Hay cosas que es mejor que no sepas- dijo Adam... Espera, ¿Hijo?
-Papá, ya que estoy metido en toda esta mierda, me gustaría saber hasta el más mínimo detalle de las misiones... Es lo único que pido- dijo Ryder frotándose el puente de la nariz, intentando no perder la paciencia.
-Bueno... Mejor os dejamos esta conmovedora charla padre e hijo para más tarde...- ironicé- Vamos al grano... ¿Que quieres, Adam?- escupí su nombre como si quemara.
Ryder me miró mal por haber interrumpido la charla que tenía con su padre y Adam me miró hasta con alivio por haberle sacado de esa conversación con su hijo.
El chico se apartó de nosotros y se encaminó hacia el ventanal, dejándonos margen para hablar.
-Primero de todo, felicitarte por la admirable reputación que tienes- dijo Adam- y segundo... Quiero que trabajes para mí.
-Gracias y no- dije seca.
-No era una petición...- rio con suficiencia- Es una orden... Trabajarás para mí... A no ser que te quieras reunir con tus padres antes de tiempo- amenazó.
Intenté hacerme la fuerte y sonreí ante aquello, aún que por dentro me estuviese matando el recuerdo de mis padres.
-¿Quién te dice que no intentaré nada contra ti?
-Hazlo...- me retó abriendo sus brazos- En menos de medio segundo estarías muerta y enterrada.
-Ten por seguro que algún día lo intentaré... Aún que sea lo último que haga.
Él rio, como si mi amenaza hubiese sido un chiste.
-Me empiezas a caer bien y todo...
-No puedo decir lo mismo, mi repugnancia hacia ti crece por momentos... - sonreí sarcástica.
-Ryder te enseñará tu apartamento- le ordenó indirectamente a su hijo.
El chico, en escuchar su nombre se dió la vuelta y de mala gana se encaminó hacia nosotros, pasando de largo y dirigiéndose a la puerta del despacho.
Me di la vuelta sin decir nada más y seguí a Ryder que me esperaba en la puerta.
-Alexa- llamó Adam haciendo que me diese la vuelta- Me alegro de volver a verte.
-Una vez más, el placer no es mutuo, así que hazle un favor a la humanidad y púdrete...- dije volviendo a voltearme, saliendo de allí y dejándole con la palabra en la boca.
Ryder no parecía haber escuchado nada de lo que le había dicho a su padre.
Empezó a andar de vuelta al ascensor y le seguí sin decir nada. Vi como una vez estábamos dentro pulsaba el botón de la cuarta planta y en pocos segundos estuvimos en ella.
-La tercera y la cuarta planta se utilizan únicamente para los apartamentos...- explicó Ryder mientras echaba a andar hacia la izquierda, introduciéndonos en un pasillo donde únicamente habían tres puertas, así que supuse que en el pasillo que iba hacia la derecha habían los mismos apartamentos- Las otras plantas son para despachos y almacenes... En el subterráneo es donde guardamos los vehículos...- explicó todo de manera muy resumida.
Nos detuvimos en frente de la última puerta del pasillo, apartamento número 7...
Vi como Ryder buscaba algo en su bolsillo derecho y sonreía para sí mismo cuando halló lo que quería.
Sacó una pequeña llave dorada con el número 7 grabado y me cogió la mano para después dejarla sobre mi palma.
-Como vuelvas a tocarme te quedas sin manos- amenacé por las libertades que se tomó sin conocerme de nada.
-¿Alguna vez te han dicho que eres lo más adorable del mundo?- irónizó él.
-Todos los días- rodé los ojos.
Ryder bufó y decidió cambiar de tema.
-Marcus y Dimitry se encuentran en los apartamentos de al lado, en el mismo pasillo. Seguramente hayan dejado tus cosas dentro de tu apartamento. Cualquier cosa que necesites mi apartamento es el 3, en el pasillo de la derecha- informó él.
-Espera sentado a que necesite algo de ti...- musité casi inaudiblemente... Casi.
-Algún día necesitarás algo de mí, tenlo por seguro...- aseguró el con una sonrisa socarrona en el rostro mientras empezaba a andar en dirección al ascensor nuevamente.
Negué con la cabeza y me metí con rapidez en el apartamento, encontrándome con mi maleta justo en el recibidor.
No podía negar que el piso era precioso... Con un gran ventanal que iluminaba y le daba más amplitud al lugar.
-¿Dónde te estás metiendo, Alexa?- me pregunté a mi misma frotándome la cara sin saber que estaba haciendo exactamente...
Únicamente intentaba sobrevivir, y aguardaría la oportunidad perfecta para meterle un tiro entre ceja y ceja a ese hijo de puta de Adam...
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Ryder
Alexa