Entre a clases de biología y me senté en la última mesa que se encontraba desocupada, instantes después tocaron el timbre y los estudiantes pasaron a sus respectivos puestos, como me lo esperaba nadie se sentó conmigo, minutos después entra una chica de cabello rubio muy similar a las peliculas de porrista y que esta es la lider y mala de la historia, , esta recorre la mirada por todo el salón hasta que se encuentra con la mía y arquea su muy bien arreglada ceja.
- ¿qué miras? ¿se te perdió algo? –Baje al instante la mirada mientras se escuchaba una risita por parte de sus amigas
¿por qué no me sorprende ese tipo de comportamiento?
En ese momento entra el profesor junto al chico que torpecé antes, ¿se llamaba Sam? quien entra detrás de él casi llevándoselo por delante; los nervios se apoderan de mi cuerpo, se veía tan guapo, aun así si estuviera algo agitado
Sacudí mi cabeza para centrar mi atención en mis apuntes.
- buenos días soy Mr. Jones, soy su profesor de biología y joven Cipriano llega tarde - Dijo mirándolo por encima de sus anteojos
- si, lo siento profe –Dijo pasando la mano por su cabello, más de una suspiro yo sentí mis mejillas arder y mis manos comenzaron a picar de nuevo, maldición, Ana tranquila es solo un chico, no tienes que ponerte de ese modo
- busca asiento Cipriano –Insistió el Mr. Jones, borrando lo que había en la pizarra
El recorrió con la mirada por todo el salón, muchas se hacían un lado para guardarle puesto, pero este miro a mi dirección y una gran sonrisa se dibujó en su rostro, empezó a caminar a hacia mi haciendo que mi corazón se estrujara. Me encogí en mi asiento cuando él se sentó a mi lado, todas las chicas bufaron y me fulminaron con la mirada yo simplemente agache mi mirada, empezamos bien Anastasia, te felicito.
- hola de nuevo Ana –Dijo mirándome con esos hermosos ojos, ¿podrían existir unos ojos tan azules? Pues la respuesta la tenía enfrente de mis ojos, Sam
- ho...hola Samuel –Tartamudee, el soltó una risita ¿se está burlando de mí? ¿Pero que se cree? yo lo fulmine con la mirada, pero no pareció afectarle ya que no borro su sonrisa
- me dejaste con la palabra en la boca –Dijo poniéndose serio
- si lose es solo que... –Dije jugando con mis dedos nerviosa, ¿te estas poniendo nerviosa? ¿Es enserio? ¡Es solo un chico! ¡No te pongas así!
- ¿qué pasa? –Dijo acercándose más a mí lo que me ponía más nerviosa así que me aleje por acto de inercia, el me miro con algo de decepción– ¿no te agrado verdad?
- no es eso es solo... que no estoy interesada en encontrar amigos aquí –Dije casi en susurro, el soltó una sonora carcajada haciendo que diera un brinquito y todos lo miraran
- ¿quiere compartir el chiste joven Cipriano? –Dijo el profesor cruzándose de brazos, toda la clase dirigió su atención hacia nuestra dirección
- disculpe –Dijo intentando calmar su risa pero no pudo y volvió a reírse para llevarse las manos a su estómago y seguir riendo, su rostro empezó a tonarse rojo, yo lo miraba con el ceño fruncido, a comparación de todos quienes lo miraban con gracia. Cuando su risa ceso, me miro con una sonrisa yo lo fulmine con la mirada.
- jamás me había reído así... enserio ¿por qué me dejaste hablando solo? –Dijo ya algo serio
- no tengo que darte explicaciones –Dije mirando al frente el frunció los labios y vimos clase común y corriente
Cuando sonó el timbre me dirigí a lo que se suponía que era la cafetería y tome una bandeja para después escoger lo que sería mi comida, me dirigí a una mesa alejada. Cuando me paro la rubia, pero no cualquier rubia, era la de la clase de biología junto otras cuatro chicas más.
- hola torpe –Dijo mirándome de arriba de abajo para mirar mi comida que consistía en un sándwich y un jugo de manzana, e hizo una mueca– ¿te comerás eso? ¿enserio? estas algo gorda ¿no crees? –Todas rieron a mí, hice un intento de no hacer puchero, joder se me aguaron los ojos. Aquí no Anastasia ¡Por favor no!
- ¿por qué me tratas así? yo no te he hecho nada –Dije mirando el suelo, ella tumbo mi bandeja para pisotear mi sándwich y todos de la cafetería quedaron en silencio
Las miradas se concentraron en nosotras, pude ver de reojo en donde estaban situados los futbolistas y allí encontré a Samuel, quien miraba a nuestra dirección con el ceño fruncido. La rubia se acercó a mi oído.
- te acercaste a Samuel y él es mío, ¿entiendes? Solo mío así que aléjate del mocosa –Todas empezaron a reír, las mire por un par de segundos, para luego salir de la cafetería prácticamente corriendo fuera del edificio, no tenía a donde carajo ir así que me dirigí a lo primero que encontré, un árbol, me senté sobre el césped y me hice un ovillo para empezar a llorar desconsoladamente, sabía que me iba pasar esto, sabía que tendría que volver a lo mismo, pero, ¿Por qué? ¿Qué más quieren de mí? ¿no poder vivir como una chica normal? Maldición
- ¿¡Ana!? ... ¡Ana Joder! ¿¡Dónde estás!?... ¡Ana! –Escuche esa voz, que se me estaba haciendo tan familiar, Samuel, tome mi mochila para abrazarme a ella aun sin levantar la mirada, después de segundos un par de pies están en frente de mí, levanto la vista encontrándome a un Samuel agitado– te...te estaba buscando
- ve...vete –Dije entre sollozos él se sentó a mi lado y empezó a mirar a la nada
- lamento lo de Tania ella es tan... Ash –Con que así se llamaba– ¿qué mierda te dijo?
- ¿para qué quieres saber? –Dije en un sollozo
- Porque... porque me preocupas Ana, vamos dime –Dijo alzando mi rostro para limpiar mis lágrimas, mordí mi labio y guarde unos segundos de silencio, no perdía con decirle
- me dijo que ¿para que comía? si estaba gorda... también que me alejara de ti porque tú le pertenecías –El me rodeo con sus fuertes brazos y por primera vez sentí esa linda sensación de sentirme completa y segura
- no le prestes atención... ella es así, siempre haciendo sentir mal a todo al que se encontraba... además te traje algo –Dijo sacando algo de su maletín para pasarme un sándwich y una botella de jugo de naranja para después sacar su desayuno
- ¿por qué te comportas de ese modo conmigo? –Dijo mirándolo mientras daba la primera mordida a su emparedado
- no se... es solo que me agradas –Dijo encogiéndose de hombros para pasar su mano por su cabello y la mano me empiece a picar de nuevo
- no hagas eso –Dije sonrojada
- ¿hacer qué? –Dijo divertido
- pasar tu mano por tu cabello... me pones nerviosa y pues me pica la mano –Abrí los ojos como platos, ¿es enserio? ¿Acabo de decir eso? ¿pero qué mierda? Sentí mis mejillas arder, Samuel me hizo divertido para luego soltar una carcajada
- ¿cómo así que te pica la mano? suenas como un Christian grey o algo parecido –Me sonrojo aún más, se leyó los libros, ¿es enserio? ¿me ha acabado de comparar con un hombre que le gusta el sadomasoquismo?
- Es extraño lose, es una extraña sensación de picazón, cuando quiero sentir algo –Dije encogiéndome de hombros, tenía una sonrisa en sus labio, hubo unos segundos en silencio, el dejo su mirada perdida, y su rostro empezó a tornarse serio
- Hazlo
- ¿Qué? ¿De qué hablas?
- toca mi cabello –Dijo mirándome fijamente yo mordí mi labio nerviosa, las manos me empezaron a picar de nuevo y por una extraña razón a temblar ligeramente
Dudosa empecé a pasar mi mano por su cabello el cerro los ojos a mi caricia y la empecé a pasar suavemente, se sentía tan suave, hasta que termine en su nuca e iba a alejar mi mano pero él me agarro la muñeca.
- hazlo de nuevo por favor –Dijo sin abrir los ojos
- he...está bien –Dije nerviosa
De una pasaron dos, de dos a diez el solo respiraba pesadamente con los ojos cerrados yo admiraba su rostros y empecé a detallar sus rasgos faciales, Samuel era muy apuesto. Mi brazo empezó a doler así que retire mi mano, el abrió los ojos y mostro una radiante sonrisa.
- tienes la mano muy suave Ana –Dijo con voz ronca yo me sonroje
- gracias –Dije casi en susurro
Seguimos comiendo en silencio hasta que sonó el timbre, él se paró y me brindo la mano para pararme así que la agarre para poderme impulsar y ponerme de pie; cuando volví a tomar su mano miles de corriente volviendo aparecer y él sonrió.
- gracias por todo –Dije, el me miro y sonrió
- no hay nada que agradecer para eso son los amigos
Amigos esa palabra empezó a retumbar en mi cabeza yo pare en seco el me miro extrañado.
- ¿qué pasa? –Dijo quedándose a mi lado
- no podemos ser amigos –Dije fría
- ¿Qué?... ¿Por qué? –Dijo desconcertado
- no merezco un amigo entiende... yo –Cerré mis ojos con dolor luego sentí un pecho en mi rostro y unos brazos que me abrazaban, más bien me protegían, olía exquisitamente bien. solté un sollozo y el empezó acariciar mi espalda
- no importa lo que piensen los demás siempre estaré para ti ¿entendido? y tu mereces lo mejor en este mundo –Beso mi coronilla– ahora vamos a clase... ¿qué clase te toca?
- Matemáticas –Dije casi en susurro
- a mi igual así que vamos antes de se moleste Sra. Lincon
Nos dirigimos juntos a clase en donde vimos común y corriente...