Tocía, tocía y tocía, me dolía fuertemente la garganta y cabeza.
Estaba acostada y bien tapada, cin toda mi habitación en silencio, pero sin poder dormir.
Tocan la puerta y con la poca voz que me queda digo "pase". Me giro lentamente para ver hacia la entrada de mi habitación. Spencer está sonriéndome, en sus manos lleva dos bolsas plásticas llenas de cosas.
-García me dejó pasar, dijo que debía cuidarte - de a poco me fui sentando en la cama y le sonreí.
-Gracias, pero no tienes que hacerlo.
- No, pero quiero. - se sentó a mi lado y comenzó a sacar las cosas de las bolsas. Jugos, medicinas, sopas instantáneas, dulces, pañuelos
- ¿Te robaste un supermercado? - le pregunté
- Pensé que esto ayudaría.
- Claro que sí, muchas gracias. No te abrazo porque ya sabes, los gérmenes, estoy muy enferma.
- Contigo no me importan los gérmenes- me abrazó, rápido, pero con delicadeza, tratando de que nada me doliera.
- Eres demasiado adorable- le acaricié la cara. Nosotros no teníamos una relación, sabíamos que nos gustabamos y ya nos habíamos besado unas veces, pero no le habíamos puesto nombre a nada- Te juro que en cuanto deje de estar enferma, te comeré a besos.
- Para qué esperar- se abalanzó y me besó apasionadamente. Y de un momento a otro, nada me dolía, con su sola presencia había curado mi enfermedad.
*******************
Nos encontrábamos todos en la oficina. Spencer no dejaba de estornudar y toser, no se veía nada bien.
- Y luego dicen que sólo sin amigos- Morgan habló. Yo había contagiado a Spencer, así que todos sabían que algo más pasaba entre nosotros.