¿Quieres Ir A La Iglesia? [SI...

By PezPlata

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¿Puede una relación homosexual, ser aceptada por la iglesia cristiana? ¿Siwon elegirá a Dios o al amor que le... More

Capítulo °1°
Capítulo °2°
Capítulo °3°
Capítulo °4°
Capítulo °5°
Capítulo °6°
Capítulo °7°
Capítulo °8°
Capítulo °9°
Capítulo °10°
Capítulo °11°
Capítulo °12°
Capítulo°13°
Capítulo °14°
Capítulo °15°
Capítulo °16°
Capítulo °17°
Capítulo °18°
Capítulo °19°
Capítulo °20°
Capítulo °21°
Capítulo °22°
Capítulo °23°
Capítulo °24°
Capítulo °25°
Capítulo °26°
Capítulo °28°
Capítulo °29°
Capítulo 30 (Final)
Epílogo

Capítulo °27°

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By PezPlata

Pov HeeChul

Tecleo el número de Siwon otra vez, pero me arrepiento de nueva cuenta. Tengo tantas ganas de darle mi apoyo y de decirle que estaré en el juicio, pero no tengo idea de como reaccionaría. Tal vez se alegre de que esté ahí, pero una parte de mí cree que tal vez solo cause dificultades.

En todo caso, iré. Llamé a Hangeng por teléfono hace dos horas y le dije que mi padre me había comentado que hoy se celebraría la primera vista para su divorcio.

Mi padre no sabía que Siwon era el abogado de Jessica. Y tampoco quise contárselo.

Hangeng me dijo que podía ir, así que acepté de inmediato. No podía asistir al juicio sin una invitación previa. Sería muy extraño y tal vez no sería conveniente para mi novio.

Le dije que también llevaría a mi padre y no se opuso, más bien, se alegró. Quería que lo apoyáramos.

Cuándo colgé, sentí el peso de sus palabras caer sobre mi conciencia. ¿Como podía apoyar a Hangeng, sabiendo que la forma de que él ganara, era que Siwon perdiera el caso?

Sabía que Siwon quería perderlo, pero sé que para un abogado perder un juicio, era como perder reputación e incluso confiabilidad en su trabajo.

Decidí no ponerme a pensar en ello y salí a encontrarme con mi padre.

Una vez dentro del tribunal, sentí que debía irme. Pero mi padre siguió caminando cómo si nada y tuve que sentarme junto a él, en las últimas sillas. Los nervios hacían mis manos sudar y notaba pequeños escalofríos en el cuerpo.

Ya había varias personas, entre ellos, los jurados. Siwon y Jessica aún no habían llegado. Pero Hangeng y su abogado estaban sentados al frente. El joven abogado observaba los papeles que tenía en una carpeta, asegurándose, tal vez, de que lo tenía todo. Parecía enjuto y un poco ojeroso. Además de que mostraba cierto nerviosismo cada que miraba a la izquierda y no veía a su contrincante llegar.

Saludé a Hangeng con la manos desde mi lugar. Mi padre hizo lo mismo y Hangeng nos respondió de igual manera. Se veía sereno, pero cansado.

Cuándo la puerta se abrió, supe enseguida que había llegado Siwon, porque la mirada de Hangeng me lo advirtió. Se veía molesto y apretaba sus puños fuertemente. Pero cuándo giré el rostro, solo pude ver a Jessica sonriendo socarronamente.

Siwon venía justo detrás de ella, luciendo muy profesional con su traje ajustado y su maletín firmemente agarrado. Parecía igual de cansado que Hangeng, pero su aura demostraba energía.

Cuándo me vio, se le abrieron los ojos como platos, pero logró mantener la compostura y siguió caminando. Vi cuando extrajo el teléfono de su saco y supe enseguida que tenía que buscar el mío para ver sus mensajes.

Casi se me cae el móvil de las manos cuándo mi padre me dio un codazo en las costillas.

—¿Cómo es que no me habías dicho que Siwon era el abogado de esa mujer?

—Eso no es importante ahora papá. Te lo explicaré en cuánto todo este asunto pase. —Le prometí. El aparato vibró en mis manos y alejé de mí todo pensamiento.

«No sabía que vendrías.»

«Me he decidido hoy. ¿Te enfadas?»

«No. Estoy contento de que estés aquí.»

«Yo también».

Miro hacia su lugar y el voltea a verme por unos segundos antes de volver a girarse. Sonrío como un idiota y miro hacia otro lado. El rostro de Hangeng es lo que veo y siento que mis mejillas se colorean. Su expresión es indescifrable, por eso bajo la mirada con nerviosismo.

Son las dos y treinta y cinco minutos. Las personas van llegando poco a poco y le digo a mi padre que sería mejor estar un poco más cerca. El asiente y nos sentamos a una fila detrás de Hangeng.

El último en entrar es el Juez; ataviado con una vestimenta negra que le hace parecer un verdugo. Se sienta detrás del estrado y golpea con el mazo dos veces seguidas.

—¡Orden! —Los murmullos que recorrían la sala, cesan al instante.— Por parte del señor secretario, se leerá el acta de inculpación. Señor Kim, proceda.

—El día 22 de mayo del presente año, la Sra Tan Jessica denunció a su marido, el Señor Tan Hangeng. Acusándolo de abandono al hogar y falta de atención en cuanto a las responsabilidades matrimoniales...

El chico vuelve a su lugar y se prepara para tomar notas.

La tensión se nota de inmediato en la sala y el Juez se ve en la necesidad de usar nuevamente el mazo.

—¡Silencio! —A continuación, el Juez declara abierta la sesión. — Se le concede la palabra al abogado de la acusación.

Aguanto la respiración cuando Siwon se levanta y comienza un monótono discurso acerca de las faltas de Hangeng para con su mujer y con sus hijos. El constante trabajo y la poca atención brindada a su familia.

Cuando finaliza, se sienta, con la cabeza muy en alto y la expresión en su rostro imperturbable, a pesar de los murmullos de desaprobación que recorren la sala.

Siento que mi padre se inclina hacia mí, tal vez para hacerme alguna pregunta relacionada con Siwon, pero cambia de opinión y vuelve a erguirse en su asiento.

—Adelante abogado, tiene la palabra. —El chico se levanta y comienza a organizar su carpeta de papeles hasta dar con uno y finalmente comienza.

—Según las acusaciones de la demandante, mi cliente, el Señor Tan, es culpable de abandono del hogar y de irresponsabilidad con sus deberes maritales. Sin embargo, hay testigos que declaran que mi cliente es una persona responsable, amoroso con sus hijos y que obedece al patrón de un hombre digno de llamar “Excelente padre” y “Excelente esposo”.

El juez usa el mazo para hacer callar los murmullos de la multitud y concede cinco minutos de descanso para que los abogados preparen las preguntas que realizarán.

—¿Quién crees que serán los testigos? —Niego con un movimiento de cabeza.
Los cinco minutos se cumplen y el Juez atrae la acepción del público a su manera.

—Porfavor, que pase el testigo de la acusación. —Una joven de baja estatura entra acompañada de el guarda de seguridad. Se sienta junto al juez en el estrado visiblemente nerviosa.—Diga usted su nombre.

—Kim TaeYeon —Responde.

—¿Que parentesco tiene con la señora Tan?

—Soy su amiga.

—Muy Bien. Señor Shin, adelante. —El guarda se acerca a la chica y sostiene una biblia bajo sus temblorosas manos.

—¿Jura usted ante Dios, decir la verdad, toda la verdad y nada mas que la verdad?

—S-si. Lo juro.—El Juez asiente y con un movimiento de cabeza el guarda se retira hasta su lugar.

—Señor Choi, proceda.—Siwon se levanta y se acerca a la mujer.

—Señorita Kim, siendo usted la mejor amiga de mi cliente, ¿puede describirnos la manera en como ha vivido este tiempo la señora Tan?—Ante la pregunta, Taeyeon asiente rápidamente.

—Somos muy amigas. Por lo tanto, se como se ha sentido y puedo asegurar que la mayor parte del día está deprimida, ya casi no salimos juntas de compras y casi todo el tiempo se la pasa preguntándome si no es bonita o si creo que no vale nada como mujer. —Bufo sonoramente y me tenso, creyendo que todos van a fijarse en mí. Pero luego me doy cuenta de que no he sido el único.— Me sentía muy mal por cómo la estaba tratando la vida, así que le regalé un diario, dónde podría escribir lo que le molestaba y así desahogarse.

—El diario lo tengo aquí. —Siwon Volvió sobre sus pasos y tomó una libreta rosa de la mesa y retornó su camino hacia la testigo.—Con el permiso de la señora Tan.—Siwon miró a Jessica y esta asintió con una cara de pena que me obligaba a girar el rostro para no verla.—¿Puede usted leernos lo que su amiga escribió en esta página?. —La chica tomó la libreta entre las manos y miró a todos antes de comenzar su lectura.

14 de abril del 2017. Hoy ha llegado tarde nuevamente. A pesar de que lo he recibido con la cena lista él a pasado de diciendo que estaba cansado. Todos los días es lo mismo y ya no que voy a hacer. Mi mente recuerda los hermosos tiempos en los que él llegaba y hacíamos el amor. Ahora ni siquiera me mira y ya estoy cansada de que me rechace cuando me acerco a él. ¿Tendrá a alguien más a su lado? ¿Porque me hace sufrir de esta manera?. Visité a mis hijos antes de irme a la cama y besé sus frentes. Creyendo que estaban dormidos, me dirigí a la puerta, pero mi bebé, mi hijo inocente, me preguntó, ¿Cuándo podrá jugar papá conmigo? Y yo no supe que responderle, así que decidí mentirle por su propio bien, no quería que su padre lo dejara a un lado y lastimara sus sentimientos. Luego me acosté en la cama fría que comparto con Hangeng, sin una esperanza de que él notara el hielo que existía entre él y yo y lo rompiera con sus caricias.

Cuando Taeyeon terminó, se escucharon sonoros sollozos de parte de Jessica y yo puse los ojos en blanco. Fingía tan mal.

—Con la venia, señores del jurado, pueden darse cuenta de que mi cliente pasó por una decepción amorosa y su tristeza la ha plasmado en esta libreta. Lo que ella pidió, fue amor, comprensión y por si fuera poco, atención. Pero no obtuvo nada. —Luego se dirigió al Juez.— No tengo más preguntas su señoría. —Siwon caminó directo hacia su puesto y se sentó.

Los murmullos recorrían la sala, tanto de desaprobación como de comprensión. Yo estaba indignado. No podía creer que esa mujer fuese tan descarada. Y encima, incluyó a los pobres niños en sus planes.

—¡Orden! —El juez golpeó con fuerza el mazo y las personas dejaron de murmurar. —Señor Lau, es su turno.

El abogado de Hangeng se levantó y se dirigió a paso seguro al estrado.

—Señorita Kim, ¿Puede decirnos cuánto tiempo hace que usted y la señora Tan son amigas?. —Frunze el ceño por la pregunta y luego de un minuto de meditar, responde.

—Tres años. Somos amigas desde hace tres años.

—Al parecer, usted y la señora Tan se conocieron dos años después de que ella contrajera matrimonio con el señor Tan...

—Si, así es. —Afirmó, a pesar de que él no había hecho ninguna pregunta.

—¿Podría decirnos dónde la conoció? —Miré a Jessica rápidamente y noté lo tensa que ésta se había puesto. ¿Podría ser ésta la pregunta clave que haría perder a Jessica?

—P-pues... En un... —La respuesta fue un susurro el cuál nadie oyó.

—Repita la respuesta un poco más fuerte, por favor.

—En un bar. —Los jadeos de los presentes hicieron al juez usar su mando nuevamente.

—Señoría, ¿Puede concederme una pregunta más?

—Adelante.

—Señorita, ¿Puede recordar en que estado estaba la señora Tan cuándo la conoció?

—¡Objeción, su señoría! —El grito de de Siwon hizo que me tensara. ¿Porqué intervenía en algo que podría definir el desenlace de esta situación?

Porque debe fingir, me respondí. Debe fingir estar de parte de esa bruja para no ser demandado.

—A lugar. Señor Lau, cambie la pregunta o vuelva a su puesto.

—Está bien su señoría. Cambiaré la pregunta, la respuesta era muy obvia. —Hubo risitas por parte de la multitud, pero fueron opacadas por el sonido del mazo al chocar con la base. —Señorita Kim, ¿En que fecha compró usted este diario? —Señaló la libreta en el regazo de la chica.

—¡Objeción, su señoría! La testigo podría no...—Siwon se levantó nuevamente y me dieron unas ganas de tirarle un zapato para hacerlo callar. Pero luego recordé que es mi novio y tuve que aguantarlo.

—¡A lugar! —Replicó el Juez. —Responda la pregunta. —Demandó el Juez, directamente hacia la chica, que se puso a temblar como una gelatina. Caviló en sus recuerdos una vez más y respondió.

—Lo compré en enero de este mismo año.—Respondió.

—¡Tae, No! —Jessica se había levantado del asiento. Pero el Juez usó su mazo y volvió a sentarse.

—Le voy a pedir, abogado, que controle a su cliente.—Dijo, irritado. Siwon asintió y le susurró algo a Jessica en el oído que la hizo enfurruñarse como una niña. Malcriada, he de añadir.

—Señoría, ¿Me permite hacer una pregunta más? —Ante el permiso del Juez, el abogado se volvió a la chica pálida que esperaba, tal vez, una pregunta horrible. —Señorita, ¿Puede decirnos que fecha pone la primera vez que la Señora Tan usó ese diario?

Comencé a temblar como una hoja cuándo la chica abrió la libreta y leyó la fecha. Pero nadie pudo escucharla, así que fue el juez el que pidió que repitiera la respuesta.

—Octubre 27, del 2016.

El caos que se desató en la sala fue enorme. Las palabras no importaban si eran dichas en voz muy alta. Unas alentando a Jessica, pero otras más, llamándola mentirosa. Yo no sabía que hacer con tanta felicidad. Mi padre soltó una risita que me hizo reír también y luego negamos con la cabeza. Esa mujer era estúpida.

—¡Orden en la sala! —El juez necesitó un poco más de tiempo para hacer callar a la multitud. — Guarden silencio, porque sino, me veré en la necesidad de suspender esta vista hasta nuevo aviso. —El silencio que se hizo fue tan grande que hasta el choque de una pluma con el suelo, se fuese oído.

—Señoría, no tengo más preguntas. —El abogado se dirigió hasta su puesto y se sentó junto a Hangeng.

—Señorita Kim, puede retirarse. Señor Shin, acompáñela. Tomemos cinco minutos de reseso.

Cuando el juez se hubo retirado. Me acerqué a Hangeng. Hablaba con su abogado de lo que había pasado y con un carraspeo, dejaron de hacerlo. Se dio la vuelta y me sonrió.

—Hola Hannie. —Saludé.

—Hola Hee ¿Cómo estás? Creí que no vendrías a saludarme como se debe.—Sonreí avergonzado y lo estreche en un abrazo.

—Siento que estés pasando por esto.—Dije sincero.—Pero se qué todo se solucionará.—Añadí, aún en sus brazos.

—Lo sé. Pero me siento extraño que tu novio pertenezca al equipo contrario. —Me tensé debido a sus palabras.

No creí que recordara a Siwon de aquella vez en el restaurante. Pero me equivoqué y ahora no sabía que podía decirle. Así que lo solté y lo miré a los ojos.

—Sobre eso...—Me rasqué el brazo sin saber cómo continuar.

—Es una larga historia. —Respondió papá por mí. Le agradecí con la mirada y él me sonrió.— Cuándo todo esto acabe, te la contaremos. Por ahora, hay que concentrase en solucionar todo este embrollo.

—Tiene Razón tío.—Dijo Hangeng.— Les presentaré a mi abogado. Henry, él es un amigo mío y su padre.

—Henry Lau. Un placer conocerlos. —Nos estrechó la mano a ambos y yo le sonreí. Parecía simpático.

—Te ves muy joven. ¿Qué edad tienes? —Ante la pregunta impertinente de mi padre, Hangeng sonrió. Sin embargo al abogado se le enrojecieron las orejas.

—Solo 22 señor. Éste es mi primer caso.

—Vaya. Eres todo un polluelo. —Le di un ligero codazo a mi padre en las costillas para que dejara de intimidar al pobre. Me hizo caso solo porque los minutos ya habían pasado y debíamos volver a nuestro sitio.

—Papá. No debiste decirle eso. Posiblemente ahora su desempeño sea bajo por que lo hiciste sentir mal.

—No lo creo. Pienso que ahora se esmerará para hacerlo mejor. ¿No te parece? —No respondí.

—Que pase el testigo de la defensa.

Una muchacha entró en la sala acompañada del guarda y se sentó dónde antes había estado Kim Taeyeon.

—Diga su nombre y su parentesco con el acusado. —La chica asintió.

—Soy Im Yoona y soy la secretaria del Señor Tan.

—Señor Shin.— El guarda asintió y le dijo a Yoona que pusiera una mano sobre la biblia.

—¿Jura Usted ante Dios, decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad?.

La chica dijo un "Si" alto y claro. El primero en interrogar al testigo fue Henry Lau.

—Tengo entendido que siendo la secretaria del señor Tan, está al tanto de las actividades que mi cliente desempeña durante su trabajo.

—Así es.

—¿Puede decirnos cómo es el horario laboral de mi cliente?

—He traído mis libretas de notas. Donde tengo anotado todo lo que mi jefe ha hecho desde que me contrató hace cinco años como su secretaria. Lamento decir que el señor Tan no tiene un horario específico.

—Entonces adelante. Lea... —Revisó las libretas rápidamente y luego señaló una.—Lea ésta página señorita. —La muchacha asintió y extrajo una libreta de su bolsa.

Día 10 de abril del 2017. Junta programada con El señor Cho. Hora: 9:00am. Duración: 3 Horas. Almuerzo con el señor Chang. Duración 1 hora. Salida 4:00 pm.

—Por lo que veo, es éste un día común en la vida del señor Tan.

—Correcto. El señor Tan tiene muchos días así. A no ser que una junta se haya extendido o que salgan situaciones imprevistas.

—¿Cómo cuáles? —Preguntó. La chica se encogió de hombros.

—Problemas con los empleados. Algún asunto familiar, que tenga que ir a buscar a sus hijos al colegio o que...

—Un momento señorita. ¿Cuántas veces lo ha hecho?

—¿El qué?

—¿Cuantas veces ha tenido que interrumpir su trabajo para buscar a sus hijos al colegio?

—Ah. Pues muchas. En esas libretas pueden encontrarse infinidades de veces que el señor Tan a tenido que salir corriendo a buscar a sus hijos. Luego los lleva al trabajo y cancela todas las reuniones y cualquier asunto de la empresa.

—¿Y qué hace el señor si cancela todas sus responsabilidades?

—Lleva a los niños de paseo o se va temprano a su casa.

—Entonces esto nos deja una incógnita ¿Porqué el niño le preguntó a su madre cuándo jugaría él con su padre? Si las pruebas nos indican que el señor Tan se ha visto en la obligación de detener su flujo de trabajo para hacerse cargo de sus hijos y ser un buen padre—El abogado miró a todos y asintió. — No tengo más preguntas su señoría.

El abogado se sienta junto a su cliente y aguardan hasta que el Juez hace pasar a Siwon.

—Usted afirmó que lleva cinco años trabajando con el señor Tan. Sabe todo lo que hace y lo que no. Así que me tomo el atrevimiento de preguntarle ¿Está usted unida a el señor Tan por más que una relación laboral?

—¡Objeción su señoría!—Se menudo cuerpo de Henry se levantó de la silla echando chispas.

—¡A lugar! Responda a la pregunta señorita.

—No tengo ninguna relación con el señor Tan más allá de la de jefe y empleado.

—De acuerdo. Entonces, ¿Puede decirnos si usted estaba informada de que el señor tenía problemas con su matrimonio antes de que llegara la denuncia?

—Si. Ya yo lo sabía.

—Entonces usted está diciendo que sabía acerca de los problemas privados del señor Tan.

—Es mi deber saberlo. —Replicó la chica sonrojada.

—Se equivoca señorita. En una relación laboral no se necesita saber acerca de los problemas amorosos de nuestros compañeros, ni mucho menos de nuestro jefe. Lo que nos demuestra que usted tenía una relación más que laboral con el acusado.

—¡Soy su amiga! —Exclamó la chica. Así que me di cuenta a dónde quería llegar Siwon con todo aquello y me sentí orgulloso. Pero se me pasó al ver la reacción de Hangeng. Estaba tenso y no paraba de darle miradas a su abogado.

—Usted acaba de decir que solo eran Jefe y empleada, ¿Me equivoco? —La muchacha no supo que replicar y asintió.— Ésta podría ser solo una mujer asustada de perder el empleo, pero nos encontramos con que son amigos pero miente para salvaguardar la reputación del acusado mintiendo. Su señoría, no tengo más preguntas.

—Señorita, puede retirarse. —El guarda la escolta por el pasillo entre las tribunas. Pero ella decide quedarse y se sienta en la penúltima fila.

—Si los abogados no tienen ningún otro testigo, el jurado se retirará a deliberar.

—Su señoría, el señor Tan Hangeng declarará.

—Muy bien. Puede aproximarse señor Tan.

Hangeng se dirige con paso vacilante al estrado y se sienta bajo la atenta mirada de todos. El guarda se acerca a Hangeng y se repite la monótona pregunta. Hangeng responde "Sí" de forma clara.

—Señor Tan, se que usted es la cabeza de la familia, el que trabaja para darle una buena vida a su esposa y a sus hijos, además de usted. ¿No cree que la responsabilidad de cuidar a sus hijos es de su esposa?

—Y-yo... Vivo por mis hijos. Si existen situaciones en las que Jessica no pudo hacerse cargo de ir a buscarlos al colegio, de asistir a las reuniones de padres y a los eventos de la escuela no me importa. Porque a pesar de que ella no está, puedo disfrutar de mis hijos y estar con ellos en los momentos más bonitos de su niñez.

Un nudo se instaló en mi garganta luego de que Hangeng dijera todo aquello. Era un buen padre.

—Así que no solo es durante las salidas del colegio sino también en las reuniones. Es muy interesante. Y lo es mucho más al saber, que su esposa lo demandó a usted por abandono del hogar y por falta de responsabilidad, cuándo es usted el que cumple con todos aquellos compromisos, tanto laborales, como económicos y familiares. —Hangeng no respondió nada.— Le haré una última pregunta señor Tan ¿Aún guarda usted un sentimiento por su esposa?

La pregunta hizo jadear a muchos, e incluso desató un mar de murmullos en toda la sala.

—Siendo sinceros. No. —Muchos más jadeos se escucharon y los murmullos se volvieron mal altos. El juez utilizó el mazo para aplacar toda aquella situación. —No voy a negar que durante nuestros años de matrimonio he sido feliz a su lado. Me dio dos hijos que amo con mi alma y me brindó una compañía. Sin embargo, todo eso cambió y yo no pude remediarlo.

—No tengo más preguntas que hacer su señoría. —Henry se sentó solo esta vez en su lugar.

—Señor Choi. ¿Tiene alguna pregunta para el acusado?

—Si señoría. Tengo una. —Siwon se acercó a Hangeng y lo miró.— Señor Tan, ¿Que hizo usted para remediar o para reparar la ruptura que estaba sufriendo su matrimonio?

Bajo la atónita mirada de todos, Hangeng respondió.

—No hice nada. —Todos jadeamos ante la respuesta. ¿Porqué decía aquello? ¿Acaso no quiso nunca a Jessica?

—Señor Tan. —Esta vez fue el Juez quién le habló.— ¿Se da usted cuenta de que está desmintiendo delante de todos lo que dijo anteriormente?

—No estoy desmintiendo nada... su señoría. Yo Jamás dije que alguna vez estuve enamorado de Jessica.

Mierda. Esto no me lo esperaba para nada. ¿Porque diablos se casó entonces?

—Expliquese. —Pidió el Juez.

—Nuestro matrimonio no fue mas que por conveniencia. Mi padre me pidió que me casara con la hija de su amigo para ayudarlos a salir de la crisis en la que estaba su familia. Por eso me casé con ella. Por voluntad propia, eso sí. Yo quería ayudar a su familia y no me arrepiento de hacerlo, porque pude tener una familia.

El juez, gritando. Mandó callar a la multitud. Pero nadie le prestaba atención. Un hombre que estaba detrás de Jessica comenzó a soltar improperios contra Hangeng, Amenazándolo con llevarlo a la ruina y con destruir todo lo que tenía. Con ayuda del guarda y un policía, se llevaron al padre de Jessica. Mientras, ésta lloraba a lágrima viva, golpeando a Siwon en el pecho para que hiciera algo.

Cuándo todo se hubo calmado, el juez envió a Hangeng a su lugar.

No había más testigos para declarar, pero aún así el juez le preguntó a Siwon sino tenía más nada que decir. Pero fue Jessica la que se ató la soga al cuello cuando gritó que ella quería declarar. Se sentó en el estrado sin que nadie la acompañase. Juró decir la verdad con los ojos rojos por el llanto.

—¿Tiene preguntas para su cliente?—Preguntó el Juez dirigiéndose al Siwon.

—Si. Solo una. —Dirigiéndose a Jessica. Con una expresión impávida en su rostro.—¿Puede usted justificar el porqué no se hacía responsable de sus hijos?

Mucho antes de que Siwon terminara de hacer la pregunta, en sus ojos, ella tenía la repuesta.

—¡Si! —Exclamó fuera de sí. — Estaba asistiendo a un psicológico porque me sentía muy deprimida. Mi marido no me prestaba atención y yo me sentía poca cosa. Quería ser para él el centro de su universo, pero él nunca estaba conmigo. —Dicho esto, rompió a llorar como una desgraciada.

Siwon se retiró a su lugar y Henry Lau avanzó hacia el estrado.

—Señora Tan, ¿Puede describirnos cual es su estado luego de sus visitas al psicólogo?

Noté un movimiento de asentimiento por parte de Siwon, pero más nadie lo vio. Todos estaban escuchando la estúpida respuesta de Jessica.

—Mi médico dijo que necesito atención. Dice que debo tomar antidepresivos y calmantes para evitar ataques de ansiedad. Todo eso lo dijo cuándo le conté que estuve a punto de suicidarme porque pensé que perdería para siempre a Hangeng. Mi vida. El hombre que más amo en el mundo, a pesar de que él me rechaza y me ve como una más en su vida.

Había pasado de ser el lobo, para ser el cordero. Tal vez por eso es que no se puede mentir. Porque luego uno mismo no sabe si está mientiendo o diciendo la verdad.

—No tengo más preguntas para hacer su señoría. —Henry se fue a su asiento. Dejando a Jessica con ganas de seguir respondiendo preguntas que la dejaran como la víctima de todo este asunto.

—El jurado se retira a declarar. —Escuché. Dejé de mirar a Jesscia para dirigirla hasta los miembros del jurado que se iban tropel hacia la puerta tras el estrado.

Luego de lo que pensé que era una eternidad. El jurado volvió. Todos estábamos nerviosos. ¿Cual podría ser el veredicto?


















Siento cortarlo aquí. Jajaja pero quiero dejarlas con la duda XD. Que cruel soy -Okno-. Espero que pasen un feliz año nuevo. Hagan promesas que puedan cumplir y traten de no emborracharse demasiado 😂😂😂.

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