—Nacerá el bebito —pronunció ansiosa Lizzie, sonriendo.
—¡Sí! Al fin conoceremos a tu hermanito —secundó Becca, abrazándola.
La pequeña no perdía oportunidad para hacerlo.
—Hija no seas bruscas —le advirtió Tessa.
—Okay —murmuró bajito, separándose.
—¿Crees qué me dejen entrar?
Se giró al escuchar aquella voz, y se encontró con su marido, vestido con ropa de hospital, un barbijo azul haciendo juego con el conjunto, y una filmadora en la mano.
—Josh. ¿qué haces? —le inquirió confundida su mujer.
—Es un momento especial para Aiden, y quiero filmarlo para él.
Sonrió y negó con la cabeza.
—Cariño, es muy momento importante para ellos, íntimo.
—Sí Tess, lo sé, pero será un bonito recuerdo. Lo hice cuando nació Lizzie también.
—Y casi terminas con un ojo morado, déjalos.
Suspiró y asintió con la cabeza, dirigiéndose a la banca donde se encontraban las dos niñas.
A veces él también era como un niño más.
—Papi, ¡¿Eres médico?! —exclamó sorprendida Becca.
—Sí, pero que sea nuestro secreto —le dijo sonriendo divertido, guiñándole un ojo.
La niña río bajito, cubriéndose la boca mientras asentía.
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—Vamos Ann, tú puedes mi amor.
Negó con la cabeza, apretando los dientes con fuerza.
—Muy bien señora Mc'Kallister, cuando yo se lo diga, puje una vez más—ordenó la partera.
—N-No voy a p-poder —le dijo a su marido, con lágrimas en los ojos.
—Sí, sí vas a poder Ann, sé que eres fuerte, solo un poco más —la alentó apretando su mano.
—Muy bien, respire ondo y puje.
La morena siguió las órdenes, pero por más que lo intentara, el bebé no nacía.
Y cada vez que lo intentaba, las fuerzas la iban abandonado.
—Aiden... —murmuró Ann, sintiendo que a su alrededor todo se ponía oscuro y frío.
El muchacho observa a los médicos, impaciente, con su otra hija no había ocurrido lo mismo.
—¿Qué es lo que pasa? Ella no se-
El pitido de la máquina a la cual Ann estaba conectada, comenzó a sonar, alertándolos a todos.
—Sus pulsaciones están bajando, al igual que las del feto, hay que realizar una intervención quirúrgica ya.
Aiden miró a Ann, ella están muy pálida, y rápidamente la separaron de él, mientras intentaban estabilizarla.
No podía estar ocurriéndole de nuevo lo mismo. No quería perder otro hijo, o a su mujer.
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—¡Mami! ¡Papi! —gritó Stephan al ver a sus padres.
Nina lo tomó en sus brazos, abrazándolo con fuerza.
Como ese médico había dicho, era un milagro que hubiese logrado concebir de forma natural.
Lo más hermoso y puro que había hecho en toda su vida.
—¿Mami? —Preguntó extrañado.
—Solo abrázame mi amor —murmuró sintiendo un nudo en la garganta.
No quería volver a llorar, no en frente de su hijo, pero dolía saber que quizás, no podría tener otro bebé.
Noah acarició suavemente la espalda de la castaña.
—Mami, el bebé nacerá —le contó sonriendo, separándose de ella.
—¿Qué?
—El hermanito de la amiga de Becca, están en la clínica.
Noah pestañeó sorprendido al escuchar aquello, y rápidamente se sintió emocionado.
—Amor, debemos ir.
—Noah, yo no me siento con ánimos para viajar.
—Tienes razón, lo lamento.
—No, sé que esto es importante para ti. Debes ir, yo estaré bien —le aseguró con una débil sonrisa.
—Pero no quiero irme sin ti, mucho menos dejarte sola.
—Estaré con éste bello príncipe, ve tranquilo y felicítalos de mi parte.
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Acarició suavemente la frente y el cabello de la morena, ella aun seguía dormida debido a la anestesia, pero le habían asegurado que pronto despertaría.
—Vamos, despierta —le dijo sonriendo—. Tenemos otra hermosa niña que quiere conocerte.
Habían tenido una bebé, una pequeña de cabello oscuro como el de Ann, y ojos azules como los de él, como el de todos sus hijos.
Se sentó en la silla junto a la cama donde su mujer descansaba, y observó a su hija que tenía en brazos.
La pequeña también estaba dormida, en vuelta en una manta blanca.
Sus mejillas regordetas estaban sonrosadas. agarrándose ambas manitos.
Sonrió emocionado y le dio un suave beso sobre su cabecita.
—Bienvenida a la familia, hija.
—Toc, toc —pronunció Josh abriendo levemente la puerta—. ¿puedo pasar?
—Ya estás aquí, pasa.
Sonrió y los observó.
—Lo siento, sé que debía esperar, pero ya quería conocer a ésta belleza.
Se acercó hasta Aiden, y miró con adoración a la pequeña bebé dormir.
—Ow Aiden, es hermosa amigo, mírala, ella sí salió a su mamá.
Río bajo y acarició suavemente el cabello de la niña.
—Sí, aunque Lizzie también se parece a Ann, creo que ella aún más lo será.
—En serio, felicidades, es preciosa. ¿Cómo está Ann?
—Aún dormida, la bebé tenía tres vueltas de cordón alrededor del cuello, es por eso que no podía nacer. Tuvieron que realizarle una cesárea de urgencia.
—Lo importante es que las dos se encuentran bien ya —sonrió.
—Sí, ¿Con quien quedó mi hija?
—Con Tessa y Becca, están muy ansiosas por conocerla, y... Hay alguien más que llegó hace unos minutos.
—Espero no sea ese bastardo, porque en serio me pondré muy furioso contigo Josh —le advirtió frunciendo el ceño.
El castaño río divertido y negó con la cabeza.
—No, es alguien que ha viajado en el primer avión que encontró, al enterarse que su hermanita venía en camino.
Aiden se giró para verificar que aun Aun estuviese dormida, y luego miró molesto a Josh.
—¿Por qué dices una cosa así aquí?
—Lo siento —se disculpó sonriendo—. No me di cuenta.
Suspiró y negó con la cabeza.
—Olvídalo, dile que pase... O mejor en un momento.
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—Angie, Andrew, que sorpresa verlos aquí, y veo que han venido muy bien acompañados —pronunció con una leve sonrisa Nina.
No se sentía bien anímicamente para atender a nadie.
—Hola Nina, ¿Llegamos en un mal momento? Tenemos algo importante que hablar con Noah.
—Él en éste momento ha tenido que hacer un viaje de urgencia, ¿pero quieres hablarlo conmigo?
—Claro. Cariño, ve con Steph, la tía tiene asuntos importantes que atender.
La niña miró a Stephan y sonrió, acercándose a él.
—Hola, ¿te acuerdas de mi?
—Sí, Malika.
—¡Genial! ¿tienes jugo? Tengo algo de sed.
—S-Sí.
Lo tomó de la mano, esperando que el pequeño moreno la guiara hasta la cocina.
Nina los miró a ambos, ¿Por qué todas las niñas siempre lo acosaban?
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Tomó una de sus pequeñas manitos, y la besó.
—Eres hermosa mi amor, perfecta como tu hermanita —pronunció Ann, mirando a su hijita—. Aiden, ¿dónde está Lizzie? Quiero verla.
—Ann, ella vendrá luego, ahora hay algo importante de lo que debemos hablar.
—¿Está todo bien? ¿Ocurrió algo malo?
La tomó de una de sus manos, y la acarició suavemente.
—Escucha amor. Cuando te pedí hacerte aquel análisis de sangre, hace unos meses, fue porque tenía la sospecha de que Noah estuviese emparentado con nosotros.
—Lo recuerdo, lo que no entendí es porqué yo debía hacérmelo.
—Hace más de seis años, cuando tuvimos aquel accidente, los dos estuvimos inconscientes. Hablé con James, él me dijo que no lo dejaron pasar contigo en el momento en que te llevaron a la sala de urgencia, tiempo después, simplemente le dijeron que habían podido salvarte a ti, pero no al bebé.
—L-Lo sé.
—Ann, todo fue muy extraño, a nuestro hijo nos lo trajeron horas después, y nosotros no dudamos ni por un momento de que fuera realmente nuestro. Quizás por el shock de todo lo que estaba pasando, pero... Simplemente nos resignamos a su pérdida.
—Aiden, ¿qué me estás queriendo decir?
—Que la marca de Noah, no es simple casualidad —confesó sintiendo un nudo en la garganta—. Él es nuestro hijo, él es el bebé que nos arrebataron hace seis años. Nos mintieron, todo éste tiempo lo hicieron. Pero nuestro hijo está vivo.
Soltó la mano de Aiden, y se cubrió el rostro, llorando. Él la abrazó, besando su cabeza.
—Él está vivo mi amor, y es un hombre muy noble. Nuestro hijo es una gran persona, y se muere de ganas de poder conocer a su hermanita, de verte a ti. Pero no sabe nada que yo te he contado la verdad.
—Dile que pase Aiden, quiero ver a mi hijo, por favor, hazlo pasar —le pidió llorando.
—De acuerdo, pero intenta calmarte.
Asintió con la cabeza, y respiró profundo varias veces, secándose las lágrimas del rostro, pero era imposible, no cesaban.
El joven moreno se asomó por la puerta, pero al ver el estado de Ann, se quedó parado, sin saber si avanzar o no.
—¿Ella está bien? Puedo volver luego.
—Ella quiere verte ahora —le dijo Aiden con una suave sonrisa—. Pasa hijo.
Sí, era muy extraño decirlo, pero se sentía bien, y sabía que estaba bien al ver el brillo en los ojos de Noah.
—Felicidades —le dijo acercándose a Ann—. Es una niña muy bonita.
—¿P-Podría abrazarte?
—Claro —Pronunció extrañado.
—Jamás d-dejé de amarte —pronunció sollozando—. Te he soñado tantas veces, imaginado como hubieses sido. Y eres mucho más de lo que creí. Noah, hoy siento que es el mejor día de mi vida. No sólo ha nacido tu hermanita, te he recuperado a ti.
Los ojos de él se llenaron de lágrimas, finalmente podía sentirse completo.
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-Meses después-
—Así que tú eres la tía de Stephan, que raro es todo.
—Sí, somos familia.
—Pero su padre parece de la edad de tus papás.
—Mi papá me dijo que es difícil de explicar, que cuando sea mayor, lo entendería.
—Pero-
—Señoritas Phoenix y Mc'Kallister, ¿podrían dejar de hablar y prestar atención a la clase?
—Lo siento —murmuró Lizzie con pena, mirando hacia abajo.
Por su parte Becca rodó los ojos y apoyó su cabeza sobre su mano, mirando aburrida la pizarra.
Observó que la maestra estaba dándoles la espalda, y tomó su celular, conocía las reglas, pero estaba aburrida.
Quizás la pequeña castaña tenía el mismo carácter simpático que su padre, pero si algo podía ser Becca, era muy celosa.
Observó ese último posteo donde estaba etiquetado su amigo.
¿Qué importaba si tenía solo seis años? Estaba muy molesta.
—Desgraciada —murmuró.
Lizzie la miró confundida, y antes de que pudiese preguntarle, la niña se cruzó de brazos sobre sus cuadernos, y observó la pizarra.
Sí, estaba muy molesta. Solo esperaba que a la noche se encontrara de mejor humor, una gran celebración se festejaría.
-o-o-o-o-
Era el cumpleaños de Aiden, y Ann... Jamás se había sentido tan feliz en toda su vida.
Finalmente su familia estaba completa, con sus tres hijos, y su pequeño nieto, que era unos meses mayor a su hija.
Quizás nada se vería natural luego de lo que les habían hecho. El tiempo no podrían recuperarlo, pero tampoco podían quedarse con los malos momentos por siempre.
Era hora de crear recuerdos inolvidables, felices, llenos de amor, y con la familia unida.
...
💞❤FIN❤💞
Muchísimas gracias amores míos por haberme acompañado hasta aquí, por ser tan pacientes, y por todo el cariño que me han dado a lo largo de ésta novela.
Estaré inmensamente agradecida a ustedes, por las cosas que muñecas de compañía ha logrado alcanzar gracias a su compañía.
Ojalá en algún momento pueda retribuirles un poquito de toda la felicidad que me han causado.
Les dejó un beso enorme, y un fuerte abrazó.
¡Gracias! 😘❤💝🤗
Pd: sé que hay dos historias, especiales de esta serie, que ustedes esperan.
Les dejaré aquí unas imágenes provisorias que he hecho de sus portadas, las que más comentarios tenga, será la primera que comience a publicar ❤
Al final hay un especial de ¿Y si me dices que sí? El libro de los hijos de ellos ❤
Pd2: a todos los que me han pedido unirse al grupo de whatsapp, actualmente se encuentra inactivo. Si quieren, puedo crear uno ❤
Y por último, pueden seguirme por Ig (@SaylaTrack), allí suelo subir pequeños avances de las nuevas novelas 😉❤🎈
...
"—Becca, espera —pronunció corriendo detrás de la chica.
Pero la castaña no lo escuchó, llegó hasta el estacionamiento, y desactivó el sistema de seguridad de su auto, antes de subirse.
—
Becca.
—Largo —masculló cerrando la puerta con fuerza.
Se colocó unos anteojos oscuros, para ocultar sus ojos brillosos, al borde de las lágrimas.
—Sabes que ella es mi amiga, conozco a Malika desde que eramos niños, ella-
Encendió el auto, hizo marcha atrás, y arrancó, dejando a Stephan solo.
Miró hacia abajo, y se sintió fatal. En ningún momento quiso herirla, pero Becca podía ser muy celosa y posesiva con él.
Y ella... No era la única mujer en la vida de Stephan."
¡Nos vemos en una próxima historia!