En Busca de una Esposa (Harry...

By DenuStyles

87.7K 3.9K 119

<3 More

En Busca de una Esposa (Harry Styles)
Capitulo 1: Daily Break
Capitulo 3: "La boda"
Capitulo 4: "La inesperada luna de miel"
Capitulo 5: "Estado: enamorándote."
Capitulo 6: "Enamórame... o eso que haces"
Capitulo 7: "Cero besos hasta que me enamores"
Capitulo 8: "Cállate y abrázame"
Capitulo 9: "Te quiero Harry"
Capitulo 10: "¿Enamorado?"
Capitulo 11: "Ama a quien te ama, cuida a quien te cuida",
Capitulo 12: "Cállate y bésame"
Capitulo 13: "¿Por qué no me lo dijiste antes?"
Capitulo 14: "Primer tratamiento"
Capitulo 15: "Futuro irreal"
Capitulo 16: "Que tengas buen viaje"
Capitulo 17: "No la extraño. La necesito."
Capitulo 18: "Menos mil"
Capitulo 19: "Verdades"
Capitulo 20: "Ya no puedo más"
Capitulo 21: "¿Qué debo saber...?"
Capitulo 22: "Minnie de vuelta"
Capitulo 23: "desayuno sabor a ti"
Capitulo 24: "Nadie es más atractivo"
Capitulo 25: "Creo que te amo"
Capitulo 26: "Mátame"
Capitulo 27: "Mí esposo"
Capitulo 28: "¿Qué tanto escuchaste?"
Capitulo 29: "Confundida"
Capitulo 30: "Todo bajo control"
Capitulo 31: "Efectos secundarios"
Capitulo 32: "Fiesta sorpresa"
Capitulo 33: "Noticias"
Capitulo 34: Final :3

Capitulo 2: "Asique __Lambert"

3.5K 152 7
By DenuStyles

—Así que, _____ —interrumpí la comida y la miré — ¿De dónde eres? —pregunté cortésmente, aunque lo del apodo no se me había olvidado.

—De Holmes Chapel —respondió fría y luego desvió la mirada a su plato.

—Yo nací allá, pero me mudé a Londres por razones personales… —le conté y ella simplemente no respondió. Veía a Nani, quien la asesinaba con la mirada cada vez que podía, porque era una chica muy grosera —Y cuéntanos, ¿Cuántos años tienes? —pregunté nuevamente, solo para que la situación no fuese tan incómoda.

— ¿Acaso nos vamos a casar para que me pregunte tantas cosas? —dijo. 

— ¡_________!, ¡por una vez en tu vida trata de ser amable! —gritó Marie, jamás la había visto tan molesta.

—Tranquilízate Nani, todo está bien —mentí. No respondí con una variedad de insultos únicamente porque mi Nana era lo más preciado en mi vida y no merecía que la hiciera enojar más —Mitch te mostrará tu habitación —dije refiriéndome a __________ —y bueno, bienvenida a la familia. Estás en tu casa —me puse de pie y limpié mis labios con el mantel —con permiso —terminé de decir y caminé fuera del comedor.

Mientras subía las escaleras a mi pieza, escuchaba una lista de insultos de parte de mi Nana, estaba en verdad molesta.

Me senté frente al ventanal de mi oficina, con vista a un bello campo, y saqué un cigarrillo de mi bolsillo acompañado de un bello encendedor tallado a mano en piedra, que mi padre me había obsequiado días antes de su muerte. Encendí mi puro con este y lo inhalé inmediatamente, aun sabiendo las consecuencias de mi acto. 

El humo de mi cigarro ofendía mis ojos y hacía un movimiento involuntario cada vez que lo acercaba a mi rostro, provocando que los cerrara de inmediato. Una de mis manos permanecía en mi bolsillo y la otra sostenía mi entretenimiento.

De pronto, observé a esta muchacha, ______, corriendo en dirección contraria nuestro hogar por los campos mientras se balanceaba con el cesar del aire y me provocó esta extraña sensación de libertad. Presioné el cigarrillo en el cenicero y colgué mi saco en el perchero. Cogí un gorro de lana y corrí hacia ella luego de bajar al primer nivel y salir de casa.

—Dicen que es bueno llorar, es saludable —dije luego de sentarme a su lado.

—Ah sí, ¿y quién lo dice? —suspiró y aclaró su garganta con saliva.

—Los médicos…

— ¿Y les crees? —preguntó, lo cual no esperaba.

— ¿Tu no? —pregunté nuevamente, aunque responder una pregunta con otra es de mala educación.

—Ellos dijeron que mi madre no moriría —se limitó a decir —aunque, pensándolo bien, llegué a creerles alguna vez.

—Creer no siempre es bueno, eso no es saludable —dije y ella rio levemente, pero luego se mantuvo seria — ¿sabes?, yo entiendo lo que se siente, _____. También perdí a mis padres

— ¿En serio? —me miró. Sus enormes ojos marrones se incrustaron en mi mirada, estaba llena de ilusión y tristeza — ¿Hace cuánto?

—Años. Muchos a decir verdad…

— ¿Cómo se siente ahora? —preguntó. No quería hacerla sentir peor.

—Mejor, eso creo. Ellos siempre están contigo, te oyen y creo que es una ventaja ante los demás, ¿no crees? —contesté, con esperanzas de sonar amable.

—Lo es —asintió con la cabeza, y entonces me sentí mejor.

—Vamos —le dije al ponerme de pie y ella me miró.

— ¿A dónde? —preguntó.

—A nunca jamás —reí —no, solo vamos por una taza de chocolate. Eso me hace sentir mejor… 

—Claro, eso puede mejorar mi ánimo.

Me hacía sentir mejor el hecho de que la chica sonreía, tenía sentimientos, no era un alien.

Nos sentamos a tomar una taza de humeante chocolate mientras veíamos TV. Uno junto al otro, luego de haber tenido una corta conversación en el campo, y de rogarle los talones a Marie para que le preparase una taza a ella también, las cosas estaban… normales.

(…)

— ¿Qué tienes hoy mi niño? —preguntó Nani mientras se sentaba a un costado de mi cama y me veía.

— ¿Qué te hace pensar que tengo algo? —pregunté.

—Solo mírate —dijo —tienes las ojeras color azul y no te has bañado a esta hora del día. Y, cancelaste todas las actividades que tenías para hoy, no soy tonta Harry

—Yo no dije que lo eras…

—No me cambies de tema, ¿Qué pasa? —preguntó finalmente. Pensé unos segundos y me detuve en que debía decirle.

—Todo Nani, pasa todo —dije —es que… tengo miedo, mucho.

— ¿Miedo a qué? —me miró tiernamente.

—A morir…

Esa mañana había amanecido con una extraña necesidad de llorar, no solía hacerlo en público y mucho menos darlo a notar, pero esa vez fue diferente, yo… necesitaba llorar, eso era todo.

Las personas normales no pueden vivir con el pensamiento de que pronto morirán. No solo tenía miedo, me aterraba dejar incompletas mis tareas y mis obligaciones como humano en este mundo y aparte, temía sufrir.

Debía bañarme, cumplir con mis actividades, sin darle a entender a las personas que algo pasaba con mi salud.

Me dispuse a dar lo mejor, esa noche era “El gran casting”, como el Daily Break lo nombró en el periódico, así que preparado ya todo emprendí mi búsqueda.

—Hola Harry, mi nombre es Britany — “Britany”, ¿Cuán feo puede ser un nombre? —, y me encantaría ser tu esposa… porque yo te amo… —detestaba las mentiras. Había sido el día más largo de mi vida.

Estaba sentado en una mesa cubierta por un mantel blanco, anotando algunos apuntes acerca de las chicas, junto a Marie y Mitch, quienes ayudarían con mi elección.

—Hola Harry, mi nombre es ______ y quiero casarme contigo porque te amo —dijo y todos explotamos en carcajadas.

Se las traía de vestido y tacones, provocando un acento intencional en sus líneas. Había alegrado cierta parte de mi día.

158 chicas se presentaron a mi hogar, atormentando a mis guardaespaldas con los constantes líos que se armaban entre ellas, y a mí por hacer perder mi tiempo en sus discursos. Las veía allí, tratando de impresionarme, y aunque ninguna lo logró, la mayoría hizo un gran esfuerzo, lo cual aprecié.

Habíamos terminado con el evento, las chicas ya se habían ido y quedamos nuevamente Mitch, Marie, ______ y yo.

— ¿Qué creen de las chicas? —pregunté revisando hoja tras hoja.

—Todas eran tontas —dijo Mitch, a lo cual no me podía atener de apoyar.

—Lo sé, pero alguien debe estar allí. No sé, cualquiera… necesito deshacerme de mi fortuna antes de… —me limité a decir, ya que ______ escuchaba.

— ¿Antes de que tía Marie? —preguntó sabiamente, mi Nana me conocía mejor que nadie.

—Antes de que alguien pueda robarla —respondió. Robar mi fortuna era imposible.

— ¡Lo tengo! —gritó Mitch y todos la miramos ilusionados.

— ¿Qué te parece Caroline Flack? —dijo y Marie y yo rodamos los ojos —, solo escucha muchacho. Viene de una familia humilde, es una mujer estudiada y sabe más de tres idiomas. A mí me suena conveniente.

—Excluiste que está divorciada y tiene un hijo —terminé de decir y ella bufó —… pararé perdiendo la cabeza.

Pasamos la noche entera pensando en una candidata para ocupar el puesto de mi esposa, aunque nuestro intento fue en vano.

Eran tantas, idiotamente inservibles, sin ofender. Cada vez que estábamos cerca de acertar, encontrábamos algo que nos bajaba los ánimos y nos hacía arrepentirnos.

Esa noche dormí inquieto, los ladridos de Spot, mi perro, desviaban mi deseo de conciliar algo de sueño, y como mi mente no me dejaba en paz, me puse de pie y sin intenciones de molestar a mi Nana bajé a la cocina por algo de leche.

— ¿Tampoco podía dormir? —preguntó y me asusté tanto que tiré el vaso de leche al suelo.

— ¡¿Intentas matarme de un maldito susto?! —grité — ¡Puede darme diabetes por eso! —le dije molesto y ella rio.

—Tranquilo Hazza —se burló —, no fue mi intención asustarlo, además, usted fue el que interrumpió mi velada —rio.

—Estás perdonada —acepté mientras limpiaba el suelo con un trapo — Yo no interrumpí nada… ¿Acaso no vas a ayudarme? —Pregunté mirándola de reojo, ella suspiró y se inclinó para limpiar — ¿Por qué no podías dormir? —pregunté amable, considerando que le había gritado unos minutos atrás por casi hacer que mis ojos se saltaran de mi boca del susto.

—Pensaba en mi madre. Supongo que usted no podía dormir por los ladridos de Spot —me sonreí, de seguro ella tampoco había podido dormir por eso.

—Esa es una de las razones…

—Creo que sé cómo remediar la otra razón —ancló una de sus cejas y yo vertí leche en mi vaso.

— ¿Y qué te hace pensar que sabes cuál es la otra? —le dije y bebí del líquido.

—Fácil —dijo.

—A ver, explícate —me ofrecí, asentí con la cabeza y me crucé de brazos para que continuara.

—Empresario, joven, estúpidamente adinerado —detestaba sus insinuaciones, pero era cierto, muy cierto — y en busca de esposa. Míster, usted no podía dormir porque está demasiado preocupado en que todo cae a sus hombros —me rodeó en una caminata leve y yo permanecí inmóvil —… está preocupado porque no ha tenido sexo en años —susurró a mi oído y esta vez sí sentí que mis ojos se salían de su lugar.

—Esa no es la razón, pero, ¿Cómo pensabas solucionarlo? —reí, terminé mi leche y dejé el vaso en el lavadero. ______ me estaba pidiendo que tuviese sexo con ella, o eso entendí.

—Tengo una gran idea —puso su dedo en su barbilla, haciéndome creer que hablaba con una niña de trece años insinuándosele a su tío.

— ¿Qué se te ocurre? —pregunté curioso girando mi rostro a ella y esta sonrió ansiosa.

—Yo puedo casarme con usted… —me dijo, tomándome de completa sorpresa, esperaba más un “tengamos sexo”.

Continue Reading