CAMILA.
Habían pasado tres años desde que dejé mi familia en Miami, los extrañaba demasiado, en París todo era hermoso, el queso era delicioso, me habían dicho que el queso de Francia era el más rico, debía probarlo, acá estaba tomando mis clases de escritora, aunque luego quince tomar clases para ser profesora de ética de portadas, nunca había escuchado hablar de ello antes pero me habían dicho que era una nueva carrera así que me llamó la atención y decidí estudiar eso, todo me va bien acá tengo mi departamento, donde paso la mayoría de tiempo, mi perro Toby se quedo con Sofi ya que no lo podía traer por que no lo permitían, así que esta a sola, no tan sola tenia a una muy buena amiga, ella era Diana Sanders, la conocí en una de mis clases.
Tenía todo listo para mi clase de filosofía, si tenía una clase de esas, no me parecía aburrida ya que tenía mucha relación con la lectura, debía ir. Todo estaba normal, como otro día cualquiera, me fui a la cafetería, necesitaba un poco de café.
—Hey, ¿Camila, como te va?
Esa era Diana con su acento francés, era muy gracioso.
—Hey Di, todo bien.
—¿Te diste cuenta que iremos a otros países a hacer platicas?
Acá siempre haciendo eso de mandar a alumnos a otros países para hacer platicas, te mandaba al dependiendo de tu nivel de idioma, a mí no me interesaba eso.
Luego de llegar a nuestra clase, todo transcurrió normal como siempre nada nuevo, luego me dijeron me mandarían a España con Diana y haríamos nuestras platicas haya, nuestro vuelo saldría a las seis de la mañana.
Cuando llegamos vi que era una universidad, debía ser profesora de jóvenes, supongo que son rebeldes, yo pasé por eso en mi adolescencia, aunque no estaba tan vieja, apenas y tenía mis 28 años, luego Diana y yo nos dirigimos a nuestros dormitorios o departamentos, lo dicen de las dos formas, yo dormía en un departamento y Diana en otro, Diana se comportaba como mi mamá, siempre quería cuidarme, luego salimos a nuestra primera clase, Diana se fue primero yo me quedé arreglando mis materias ya que no lo había echo antes. Llegué al aula y todos era jóvenes.
—Jóvenes, ella es mi prometida y mi compañera de trabajo, Camila Cabello.
Escuche decir a Diana, ella siempre bromeaba con eso, vi que todos los alumnos se sorprendieron al escuchar eso, solo que una alumna no estaba poniendo atención y podía jurar que ya la conocía.
Después de aclarar que Diana no era prometida comenzamos con la clase, aún esa chica me estaba intrigado, sabía que la conocía. A los minutos vi alrededor del salón, quería conocer y leer los rostros de los alumnos, cuando me detuve en un rostro familiar, era la misma chica pero ahora sabía quien era, era Lauren, la chica de a lado le estaba acariciando el muslo ella lo noto y yo como buena profesora la reprendí.
Luego Lauren hizo que la chica gimiera, no sabía por qué lo hizo, pero por sus miradas que me hacía, sabía que estaba loca por mi cuerpo, sabía que con este traje volvería locos a todos, luego la llevé al director, de camino no se porque lo hice pero la acorrale en un salón vacío, ella se veía muy sexy, luego comenzó a llover de camino a la sala de director.
Me encontraba dentro del baño de Lauren, no sabía que hacer, yo sabía que ella había vuelto a sus andanzas de coqueteo con todas las chicas de la Universidad, eso me ponía celosa y enojada, no entendía, yo le había dicho que me dejara ir.
Luego de cambiarme salí, vi a Lauren sentada en la cama, la vi muy pensativa, me dio tiempo de observar bien su cuerpo. Llevaba un short corto y una camisa negra, se veía tan malditamente sexy, quería tirarla contra la cama y tener sexo con ella hasta quedar sin fuerzas. Debía controlarme me acerque a ella y esta me miró, tenía los ojos oscuros y un poco confundidos.
—Si quieres puedes quedarte hasta que pase la tormenta— dejo el acento español a un lado y me hablo en inglés.
—No quiero molestar.
—Dime, ¿debo llamarte Camila o profesora?
—Cómo te sientas cómoda.
Le dije y me senté en la silla que estaba frente a su escritorio, no sin antes pedirle permiso, ella me mostró su hermosa sonrisa y yo sentía derretirme ahí mismo era perfecta.
—Okey, señorita Cabello... Sigues muy hermosa como siempre.
—Tu igual, no cambias en nada, siempre de coqueta— se lo dije en broma solo para seguir el juego, no quería seguir confundiéndola ya me había propuesto sacarla de muchas dudas. Así que voltee la silla y esta quedó frente a la ojiverde.
—Oh, Señorita Cabello, sus piernas son tan hermosas.
—Gracias, Jauregui— le conteste y me cruce de piernas, ella tenía una vista de mis piernas, quería provocarla y demostrarle que no era la única que podía coquetear.
—Camz... Tus piernas... Son tan sexy.
—Jauregui, debe tratarme con respeto.
—Lo siento, Señorita Cabello, pero quiero tocar sus piernas.
Le quede mirando y vi que sus hermosos ojos verdes estaban tornándose de un verde oscuro, era por la lujuria que sentía, yo también quería tocar su cuerpo, pero no quería parecer desesperada.
—¿Por qué quiere hacer eso, Jauregui?
—Por qué me parece muy caliente, usted señorita Cabello— ella comenzó a trazar círculos en mis piernas, eso me estaba poniendo a mil, no lo podía retener más, me levante de mi silla y la aleje un poco, estaba frente a Lauren, ella seguía sentada.
—Así que le parezco, Caliente.
—Si, demasiado y también muy sexy.
—¿Y que quiere hacer al respecto?
—Quiero tocar sus piernas al igual que todo su cuerpo.
No podía soportar más mi deseo de estar con ella, me levante y me senté a duras penas en el regazo de Lauren, ella acaricio suavemente mis piernas, pude notar en su mirada, había tanta lujuria y ternura, eso me decía que para Lauren no era solo sexo, ella hizo círculos nuevamente en mis piernas.
—Señorita Cabello, no sabe las ganas que tengo de tocar todo su hermoso cuerpo.
—Y yo quiero que lo toque, Jauregui— me acaricio mi mejilla, dulcemente y metió su mano por debajo de mi blusa, pude sentir lo helado que estaba su mano eso hizo que me estremeciera, acaricie su mejilla y la bese, fue un beso con amor y pasión, la necesitaba, se separado del beso.
—Eres tan hermosa y muy sexy.
—Me encantas Jauregui, no sabes como te he extrañado estos años.
Y era verdad, la había extrañado demasiado, quería que esto se solucionará y podamos poder ser algo más, quiero estar con ella siempre. Ella subió su mano y apretó con fuerza mi pecho.
—Ah... Lolo.
—Eres tan sexy.
Me beso el cuello mientras acariciaba mi pecho, se sentía tan bien, luego la saco y comenzó a desabotonar mi blusa, era una tortura ya que lo hacía lentamente, a los minutos termino y yo le levante sus brazos y le subí poco a poco su camisa y se la quite.
—Señorita Cabello, usted es muy atrevida.
Sonreí y la bese me encantaban sus labios era lo mejor, eran suaves y dulces, podía probar su lápiz labial, era de fresa. Acaricie su firme y marcado abdomen y pase mis uñas ella suspiro y se estremeció. Deje sus labios y baje a su cuello donde mordí y succione quería que supieran esas tontas chicas que ella era solo mía. Sus manos estaban en mi cintura acariciando de arriba a abajo mientras nos besábamos tan apasionadamente, ella me volvía loca no podía vivir sin ella, luego me tomó de mi trasero y lo apretó fuerte haciendo que de mi boca saliera un suspiro.
—Me encanta tu gran culo, es tan redondo y rico.
—Mmm Lauren.
Ella se levanto conmigo en brazos y me recostó en la cama, quito mi blusa y comenzó a dejar besos desde mi cuello hasta mi ombligo, no dejaba de retorcerme bajo el cuerpo de la sexy ojiverde, quito mi sujetador y lo tiro a cualquier lado de la habitación , se acerco y metió un pecho en su boca caliente, pasaba su lengua por los alrededores de mi pezón ya erecto, con su otra mano bajo y llegó a mi pierna donde la acaricio y subió poco a poco, llego a mis bragas a comenzó a acariciar por encima de la tela de estas mismas. Podía sentir que mi centro palpitante pedía a gritos un poco de atención.
— Oh.... Mmm... Lolo.
—Estas tan mojada, me encantas— dijo uso más presión con su dedo, subió toda mi falda, a llegar hasta mi abdomen, quito mis bragas con sus dientes y se asombro al ver el gran desastre que había logrado.
—Woow, si que estas muy mojada.
—Debe ...hacer algo al respecto, Jauregui.
Se lo dije mientras me mordía mi labio, ella sonrió y bajo a mi zona íntima donde con su nariz rozó mi centro, di un gran gemido, necesitaba, la necesitaba a ella dentro de mí, pasó su lengua húmeda por esa zona y comenzó a pasarla de arriba a abajo, esto era el cielo, se sentía tan delicioso, yo estaba tan caliente, quería más contacto así que tome su cabeza con una de mis manos y la acerque más a mi zona y comencé a mover mis caderas mientras ella lamia, chupaba y mordía un poco mi centro.
—Ooh, Dios!! ah. Si Lolo que rico.
Seguía moviendo mis caderas, podía sentí que llegaba al éxtasis. Se sentía increíble, Lauren no dejaba de mover su lengua, luego con ayuda de un dedo comenzó a acariciar mi entrada, quería y necesitaba que me penetrara, con su otra mano libre acariciaba mi pecho y los apretaba.
Luego sin permiso metió su dedo en mi, donde lo comenzó a mover muy lentamente para mí gusto, quería que fuera más rápido, no podía hablar sentía que las palabras me faltaban por la gran oleada de excitación que se estaba acumulando en mi, ella subió dejando besos en el camino y llegó a mi y comenzó a besar mi cuello donde mordía y succionaba sabía que dejaría marcas ahí, pero no me importaba.
—Humm...Jauregui esto me encanta, sigue así.
—Lo se pequeña, sé que te encanta.
Ella metió un segundo dedo y comenzó a acelerar las embestidas eran rápidas y muy deliciosas, sentía que no soportaría más, ya me sentía en la cima, sentía que llegaba al orgasmo, metía y sacaba sus dedos, yo movía mis caderas al mismo tiempo que Lauren movía sus dedos, era tan excitante.
Luego sentí un poco de dolor por que ella había metido un tercer dedo.
—Ah, mierda... eres una maldita... humm.
—Eres tan sexy y caliente, me encantas más cuando maldices.
Ella no dejaba de mover rápidamente sus dedos, en toda la habitación se escuchaban mis gemidos y los ruidos obscenos que hacía Lauren con sus dedos.
Esto no se podría comparar con los encuentros sexuales que había tenido alguna vez , esto es tan delicioso. Ella metía y sacaba sus tres dedos, el dolor disminuyo. Me beso y metió su lengua en boca y nuestras lenguas comenzaron a luchar entre ellas. Lauren no se cansaba de mover sus dedos muy deliciosamente, ya estaba llegando al orgasmo.
—Dios mío, me estas matando... sigue así, humm casi me vengo.
Metió un pecho en su boca mientras aumentaba las embestidas, di un gran grito, llegué a mi orgasmo. Pero Lauren no se detuvo continuo con sus embestidas, se sentía tan malditamente excitante y delicioso, yo no tenía fuerzas sentía desmayar, Lauren no se daba por vencida ella continuaba penetrándome con sus tres dedos.
—Oh si, vamos señorita Cabello, debe ese segundo orgasmo.
Me encanta como Lauren metía y sacaba sus dedos, todo a mi alrededor se desvaneció no podía pensar ya no tenía fuerzas para más, pero aún movía mis caderas, débilmente a la par de las embestidas de Lauren.
—Lauren, no puedo mas... ah, sí, se siente bien.
Llegue al segundo orgasmo y Lauren me beso, fue un beso tierno y con amor, no sentí cuando saco sus dedos y me recosté en la cama y trataba de calmar mi respiración, mis ojos se estaban cerrando. Lauren se levantó por un momento a recoger la sábana y se recostó a mi lado, cubriéndonos a los dos con la sábana.
—Te amo Camila... Eres tan sexy me encantas.
—Tu también me encantas y también te amo Lauren, siempre lo he hecho.
Lauren se sorprendió y se levantó y me dio una mirada de sorpresa y de felicidad, si le había dicho lo mucho que la amaba y era cierto la amo demasiado para volver a alejarme de ella, no me importa su pasado, yo estoy en su presente y futuro.
—¿De verdad?
—Si, Lolo, de verdad, siempre te he amado y siempre lo haré.
—No puedo creerlo, estoy tan feliz.
—Si lo sé, pero ahora déjame descansar luego hablamos
Ella asintió y me dio un último beso antes de caer a un profundo y hermoso sueño, debía descansar, solo sentí que Lauren no dejaba de sonreír y de decir quien sabe que cosas, me quedé profundamente dormida.
LAUREN.
Estaba tan feliz de lo que me confesó Camila, no esperaba eso pero me alegra que por fin me dijo esas hermosas palabras después de que le hice el amor no he podido dormir ya que estaba tan feliz, solo podía observar a la morena descansar es tan hermosa y tierna cuando duerme, la quiero tener siempre a mi lado ella es mi todo, y si eso conlleva a enamorarla otra vez lo haré.
Me levante y fui a tomar un poco de agua, necesitaba agarrar fuerzas, los departamentos de la universidad son grandes, no como una casa pero si son como departamentos normales. Tenían su sala, su cocina y sus dos habitaciones, aún no tenía compañero de habitación, pero no era obligatorio la verdad, afuera estaba lloviendo aún, todos los días esta lloviendo. Luego me senté en el sofá y comencé a recordar todo este hermoso día.
No podía creer aún, que Camila era como mi profesora si se enteraban que ella y yo Tenemos algo nos mataran lo que si sé, es que solo me falta un año para terminar mi carrera, luego podré poner mi mini empresa de diseños, era mi gran sueño. A los pocos minutos escuché la puerta, no estaba esperando visita, me levante y fui a abrí y era a la persona que menos quería ver.
—Laur, no me llamaste y quería saber si, podríamos pasar la noche juntas.
Era Samantha esta chica se pasaba avece se sentía la más especial solo porque me había acostado con ella cinco veces y eso es raro en mi.
—No puedo, Sam, debo hacer otras cosas.
—Nunca estas ocupada para mí, ¿Qué pasa?
—Solo quiero estar sola okey y baja la voz.
Ya me estaba cansado de esta chica siempre quería estar conmigo, ella buscaba algo serio y yo no le podía dar eso no era lo mío y además ya tengo con quien estar el resto de mi vida.
—Bueno, en otra ocasión espero que puedas— dijo con un puchero y se dio la vuelta y se fue, cerré la puerta antes de que volviera.
Me di la vuelta y no podía creer tenía a Camila parada frente a mí con los brazos cruzados, o no, no creo que haya escuchado todo lo que Sam dijo, ella tenía una expresión de seriedad con una ceja arqueada.
—Veo que te despertaste.
—¿Quién era ella?... ¿Era la misma chica que gimió cuando la tocaste?
Camila estaba furiosa en su mirada lo podía notar, debía hacer algo antes de que se enojara más y que pasara algo, me acerque a ella.
—Si ella es, pero ya no es nadie, ahora que tu estas aquí.
—No es gracioso, sabes.
—Camz por favor, solo es una niña que quiere llamar la atención, no es nadie— No sabía si Camila me creería, es que es la verdad, quiero hacer las cosas bien.
—Debo irme.
Aquí vamos de nuevo, por que siempre que todo estaba mal ella huía, esto es lo me confunde, la seguí a mi habitación, comenzó a recoger su ropa y se comenzó a cambiar.
—¿Por qué siempre huyes?
—No estoy huyendo, solo debo irme.
—Camila, debemos hablar de todo— No me hacia caso solo continuaba vistiéndose— ¿por qué no quieres escuchar?, por favor hablemos.
—No, mejor ve con todas esas chicas con las que te acuestas y habla con ellas.
—Camila, por Dios deja de actuar así, ella ya no es nadie para mí, solo quiero estar contigo.
—Debo irme
Esto me estaba cansando la verdad, no sabia que quería en específico Camila, la tome del brazo antes de que se fuera.
—Por favor, hablemos como personas maduras y adultas.
—Okey, lo siento, fueron mis celos.
—Te entiendo, hay que hablar.
Ella asintió y no sentamos en la cama ha hablar, debíamos solucionar todo hoy mismo, esto debía haber sido así muchos años atrás, pero aún hay tiempo, suspire y me estaba preparando para hablar, cuando la morena habló.
—Okey, comenzaré yo, ya han pasado tres años y en este tiempo he podido pensar bien todo, y llegué a la conclusión de que podía darte otra oportunidad, para poder llegar a ser algo más serio.
Vaya no estaba preparada para esto, pero si era esto lo que quería la verdad si, pero no pensaba que ella lo diría así de rápido, la quiero mucho, la amo y debo hacer esto bien. Tome una respiración profunda y hable.
—Eso es genial, yo igual quiero llevar esto a algo más serio, es complicado lo sé, pero por ti dejo todo, Camz, tu eres lo que más deseo en este mundo, te amo demasiado.
Ella sonrió y fue lo más hermoso que podría haber pasado, sus ojos mostraba felicidad y estaban muy brillantes, se acercó y se tiro a mis brazos caímos a la cama y la abrace fuerte como si de eso dependiera nuestras vidas, yo la amaba, desde ese día que me la encontré en la cafetería, cuando fui a buscar un libro que al final no lo terminé de leer, me enamore de esa chica de la biblioteca. Escuché los sollozos de Camz.
—Estoy feliz, Lolo por fin estaremos juntas y haremos todo bien.
—Si bebé, lo sé, te amo.
—¿Cuánto te falta para terminar la carrera?
—Solo este año y ya, ¿y a ti para estar acá?
Ella se quedó en silencio, aún tenía su rostro pegado a mi cuello, sentía su respiración caliente que hizo que mis bellos se erizan.
—Solo estaremos acá una semana y luego nos regresaremos y termino la carrera.
Eso me alegraba y a la vez me ponía triste, Camila se iría la próxima semana y ya no podré verla, quería que se quedar pero no había forma de como hacer eso, la abrace con más fuerzas y escuche sus sollozos nuevamente. Debía hacer algo para que no se sintiera triste, de vino la idea estupenda, tome la mejor decisión de todas.
—Camz, cuando tú te vayas, podremos seguir hablando por video chat y también por mensaje de texto, también llamadas.
—Si pero siempre te extrañaré.
Debía decir esto hoy o después no tendría el valor suficiente, nunca era lo mío de tomar todo serio, no le lo mío las relaciones de pareja, pero con Camila lo quiero todo y nada a medias. Acaricie su espalda.
—Camz, bebé, yo... ¿Quieres ser mi novia?
Ella se alejo y vi en sus ojos, que estaba hinchados y rojos, vi ternura asombro y un poco de confusión, ella se veía feliz, con mi mano le aparte algunos mechones de pelo de su carita y con mi pulgar le limpie sus lágrimas.
—¿Estas hablando, en serio?
—Si, Camz es muy en serio, yo quiero todo contigo.
—Si, Lauren Jauregui, quiero ser tu novia.
Se volvió a tirar hacia mi y se reía, yo sentía alivio de que haya aceptado, estaba feliz que después de todo lo que habíamos pasado estábamos juntas nuevamente, la amaba demasiado quiero estar con ella para siempre. Si es posible hasta quiero casarme con ella y tener hijos, le hice cosquillas y se retorcía en la cama, me subía encima de ella y continúe haciéndole cosquillas, luego ella me atrajo hacia su boca y me beso, era un beso lleno de amor y ternura, esto dura para siempre.