La había cagado con Lynn. La había cagado muchísimo. Y Dani... si estaba vivo después de haberla tocado era porque no quería hacerle daño a ella. ¿En serio no entendía que me enfadara porque otro chico la besara?
Paré de correr. Volví a mi forma humana. Había corrido casi diez kilómetros. Tenía que volver y arreglar las cosas con Lynn como sea. Sentía una presión en mi pecho, algo que no había sentido nunca antes. Tenía miedo. Tenía miedo de perderla. Aunque ella me rechazara, no me iba a alejar de ella, incluso aunque me odiara, porque literalmente no podía.
Le había dicho que no la elegiría ella, pero ¿a quién quería engañar? Lynn era lo mejor que me había pasado en la vida.
—Aiden —escuché a alguien hablar desde detrás.
Reconocí la voz enseguida: Jenny.
Instintivamente miré a mi alrededor para asegurarme de que no había nadie más. Aunque no podía oler a nadie, ni tampoco escucharlos, mi cuerpo estaba tenso, en alerta.
Tanto Jenny como yo estábamos desnudos. Pero eso no importaba en nuestro mundo; nos quedamos mirando un par de segundos. Ella fue la que dio unos pasos hacia mí.
—¿Qué os lo que haces aquí? —pregunté grotescamente antes de darle tiempo de acercarse aún más.
—He venido por ti —dijo.
—¿Por mí? —pregunté confundido.
Ella no dijo nada. Sonrió tiernamente y se acercó a mí. Lentamente, dándome tiempo de reaccionar, sin embargo, yo me quedé clavado en el suelo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca levantó una mano y me acarició el pecho. Fue subiendo por mis pectorales y estaba a punto de tocarme la cara cuando parecí recuperar el control de mi cuerpo. Le agarré la muñeca con firmeza y la aparté de mi cara.
—¿Qué es lo que quieres, Jenny?
Dije seco. Ella se encogió de hombros.
—Vaya, esperaba un saludo más cálido. Después de todo... compartimos muchos momentos... sobre todo en la cama... ¿Es que eso no significa nada para ti?
No me hacía falta pensar la respuesta, ni jugar a su juego. Sabía perfectamente la respuesta.
—No —dije firme—, y ahora si me disculpas, tengo un sitio al que ir —dije.
Le di un ligero empujón al pasar. Escuché su resoplido. Habló justo antes de que tomara forma y me alejara de allí.
—¡Te estoy dando una oportunidad, Aiden! —gritó enfadada—. ¿Es que no lo entiendes? —Me giré para mirarla a la cara—. Podemos irnos, Aiden. Tú y yo. Ahora. Dejar todo esto atrás. Lynn vivirá su estúpida vida humana lejos de nosotros. Y tú y yo podemos estar juntos, tener un futuro, como siempre habíamos planeado.
Me agarró de la cara con ambas manos. Se las aparté.
—Las cosas han cambiado, Jenny —dije y volví a darme media vuelta.
—Es demasiado tarde —dijo ella—, te lo he dicho: venía por ti. ¿Acaso no lo sientes ya? Ella está muriendo —dijo—, y pronto tú también. Has perdido tú segunda oportunidad y no va a haber una tercera. Tendrías que haberte alejado de ella la primera vez que te lo pedí. Hubiera estado a salvo. Ahora ella morirá y tú también. Adiós, Aiden —dijo y se transformó.
De repente otro lobo salió del arbusto: Richard.
Sentí una punzada de dolor, de desesperación, de... muerte. Lynn estaba herida. Jenny tenía razón. Sentí los gritos de mi manada en mi cabeza. Me estaban llamando. Y hubiera acudido a su llamada de no ser por Richard, quien ni siquiera me dio tiempo de pensar más en el tema porque a la mínima que vio que lo distraído que estaba, saltó a mi cuello con sus colmillos hacia mi yugular.
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Espero que notéis la tensión, gente! No queda nada para acabar esta novela. ¿Qué pasará? ¿Qué pasará? Lo sabremos en los próximos capítulos. Y depende de los votos y vuestras opiniones haré una secuela o no!!
Muchas gracias a todos los que votáis, y estáis apoyándome.
Os amo <3<3
-Leli.