LAUREN.
Todo lo que pasaba era tan confuso, no lo entendía, solo sabía que me estaba enamorando más de Camila, ella era una mujer difícil de entender, un día quiere estar conmigo y luego se arrepiente, después de el mejor sexo de mi vida, con Camila, siempre era maravilloso, ella sabía como ponerme, quería que ella me perdonara y que fueramos algo más, con ella me veo en un futuro, ella era la indicada para mi, lo sé, sueno cursi, pero es lo que siento, quiero que ella esté a mi lado al despertar, que desayunemos juntas, lo quiero todo con ella, ella seguía dormida entre mis brazos, le echo un vistazo a su habitación, apenas se distinguía, por la poca luz que entraba por la ventana, aún era de noche, toda si habitación estaba pintada de blanco, tenía pocas cosas, pero se miraba muy ordenada y muy hermosa, quería que ella viviera conmigo en una gran casa, sentí que ella se movió un poco, se veía tan tranquila y tierna, su respiración tocaba mi cuello, era tan adorable verla así, todo lo que había pasado esa noche, no se si era efecto del vino, pero fue maravilloso, tengo miedo a que Camila, me culpe y se aleje, sé que todo lo tomé a la ligera, pero la necesitaba.
Necesito a Camila en mi vida, ella se ha convertido en mi mayor sueño, mi meta será enamorarla cada día, y hacer que se pueda enamorar más de mi, no podía dormir, sentía que si cerrará mis ojos, al despertar, ver que todo esto solo había sido un sueño, no quería, pero me ganó el cansancio y cerré mis ojos.
Sentí que alguien se movió a mi lado, abrí mis ojos y vi que ya era de día, mire a mi alrededor y me encontré en una habitación blanca, que no era mía, pero luego se me vinieron las imágenes de la noche anterior y busqué a Camila a mi lado, ahí estaba, la mujer que me robaba suspiros, ella estaba acurrucada a mi lado tenía su cara metida en mi cuello, su respiración era tranquila, se movió y poco a poco abrió sus ojos, tenía miedo de que reaccionara mal al verme, pero fue raro, y maravilloso, ella me regalo una hermosa sonrisa.
—Buenos días, Lolo— Le devolví la sonrisa y acaricie su mejilla con mi pulgar.
—Buenos días, Camz, te ves más hermosa, por las mañanas— se sonrojo, se miraba tan adorable así.
—No, eso es mentira— dijo y se escondió más en mi cuello, era como una niña pequeña.
—Si lo eres, Eres muy hermosa, creo que me enamore más.
—-Eres una tonta— dijo y sonrió, su sonrisa era una de las cosas más adorables y hermosas que había visto en mi vida, ella se asomo un poco, y me miró, eso hermosos ojos color chocolate, que me habían enamorado desde la primera vez que la vi.
—Si lo sé, soy tu tonta— sonreí y ella hizo lo mismo, su risa se escucho en toda la habitación, era un risita tan adorable y hermosa.
—Te odio.
—Yo te amo, y te seguiré amando, hasta que los perros hablen.
—Eres una boba— La atraje más a mÍ e hice que se colocará encima de mi.
—También soy tu boba.
—Eres tan hermosa— Me dijo y no puede evitar sonrojarme, solo ella podía lograr eso en mi.
—No tanto como lo eres tú.
—Debemos hablar, lo que pasó ayer... Digo... Lo...
—Te entiendo, bueno no tanto, sé de lo que quieres hablar. —dije y acaricie su mejilla. —Si quieres puedo darte tiempo.
—-No, Lauren, solo quiero que me des motivos para confiar nuevamente en ti.
—Y lo haré, te lo aseguro, yo te amo demasiado, quiero hacer bien todo.
Ella sonrió y se acerco a besarme, luego metió su cara en mi cuello y suspiro, mis bellos se erizaron.
—No quiero ir a trabajar— dijo como una niña que no quiere ir a estudiar, era tan adorable.
—Eres la jefa, no vayas y quédate conmigo.
—-No puedo, hoy llegará una escritora y dará autógrafos, por sus libros.
Dijo y se levantó de mi, se sentó en la orilla de la cama, podía ver sus hermosas piernas, eran tan sexys.
—Bueno, esta bien, pero debemos desayunar.
—Si, me doy una ducha y de camino pasamos a desayunar, ¿te parece?
—Si esta bien.
Ella se levantó y se comenzó a quitar el resto de ropa, tenía a Camila Cabello, frente a mi, completamente desnuda, ella me dio una mirada coqueta mientras se mordía el labio y luego desapareció en la habitación del baño.
Tape mi cara con mis manos y suspire, quien no quisiera tener a Camila Cabello, desnuda, y poder verla completamente, se miraba tan sexy ella es súper hermosa, no me arrepiento de enamorarme de ella, ella es tan hermosa, ella debía ser admirada, respetada y amada, a una mujer así se merece que la traten, hay hombres tan estúpidos que tienen a una hermosa mujer esperándolos en casa y prefieren irse a ver a otras mujeres, tan feas, yo prefiero a Camila mil veces, me levante y busque mi ropa, la verdad no entiendo por que me quite la ropa ayer, si la que disfruto más fue Camila, quizá fue porque estaba un poco ebria, luego de vestirme, escuché que tocaron la puerta del departamento, Camila estaba aún en la ducha así que me levante y fui a ver, cuando abrí la puerta, no me podía creer quien era.
—Buenos días... Oh, Lauren— era Demi, ella no me agradable tanto, por el echo que quiso algo con Camila.
—Hola, Demi, ¿en que te puedo ayudar?.
—¿Esta.... Camila?— se notaba algo seria, tonta, si la odio por que buscaba a Camila.
—Se está duchando, pero....
—No, mejor volveré cuando no esté ocupada, gracias.
Se dio la vuelta, se fue, maldita, como la odio algo quería con Camila, mi Camila, luego e cerrar la puerta me me di la vuelta y me encontré con Camila, con una toalla, cubriendo su sexy cuerpo, no podía evitar observar las gotas de agua que bajaban por todo su cuerpo bronceado, ella me sonrió y me sonroje por ser descubierta viéndola.
—¿Quién era?.
—Era... Demi, pregunto por ti— Ella cambió su cara a una pensativa, quizá se le hacía extraño.
—¿Qué será lo que quería?, ¿no te dijo nada más?
—No, solo me miraba como si me quería matar o algo así.
Dije y ella solo me miró con cara de preocupada.
—Sé la razón, luego te la explico, bueno, debo ir a vestirme.
—¿Te ayudo?— Le pregunte con cara de pervertida y mordí mi labio.
—Eres tan pervertida, pues no, espérame acá, no tardo.
Se dio la vuelta y se fue, no pude evitar verla como movía sus caderas, su trasero era muy grande y eso me encanta, toda ella me encanta, luego me fui al sofá y me senté ahí, pude notar que tenía algunas cajas, supuse que aún no terminaba de desempacar, luego observe en una mesa, tenía una foto donde estaba ella y su hermana Sofi, se veían muy lindas luego vi que tenía un papel tirado en el piso, no quería ser entrometida pero me ganó la curiosidad, me agache y lo tomé, al abrirlo, me decidí leerlo.
"Camila, por este medio le damos a conocer, que su solicitud de registro para la escuela de escritores, de París, ha sido aprobada, solicitamos de su presencia, el 22 de febrero del corriente año a nuestras instalaciones, para así llevar a cabo su registro completo, su presencia es muy importante para nosotros, también podrá conocer más nuestras instalaciones, esperamos su visita.
Att : Dict. Homero Dalton.
Fecha. 2 de febrero.
No puede ser, esto es genial, Camila quería ser escritora me sorprende que no le tome importancia, ya que ya pasó la fecha estipulada, quizás tenga sus razones, aunque se me hace extraño, ella si ve una oportunidad no duda en seguirla, deje el papel en su lugar y me volví a sentar, cuando escucho pasos y luego siento dos brazos alrededor de mi cuello, Camila me tenía abrazada por detrás.
-—¿Nos vamos?— me pregunte, pero no recibí respuesta, sentí como besaba mi cuello y lo mordió un poco.
—No quisiera ir, quisiera desayunar otra cosa.
—¿Cómo que?
Le pregunte y acaricie su brazo.
—Quisiera comerte a ti.
—Eso me parece una excelente idea, pero debemos ir a trabajar— dije y me levante, mire a Camila que tenia un puchero en su cara, me acerque y lo bese.
—Okey, vamos.
Nos dirigimos a mi coche, quizá luego hablaremos y le preguntare sobre Demi y si se puede también sobre la solicitud que encontré, íbamos en mi coche, ella puso música de Ed Sheeran, sabía que le encantaba, él, aunque acepto son buenas las canciones, todo el camino fue cantando, espero estar con ella más seguido, y así poder hacer que vuelva a confiar en mi.
A los pocos minutos, llegamos a una cafetería, que estaba cerca de la biblioteca, donde Camila trabajaba, me estacione y salí primero y fui a abrir la puerta de Camila, ella sonrió y me dio un beso, luego entramos y nos fuimos a una mesa cerca de la ventana, creo que a Camz le gusta esos lugares.
—Me gustan las mesas cerca de la ventana, creí que ya lo sabías.
Me dijo, pero la verdad no lo sabía, si investigue sobre sus gustos pero no supe de eso.
—No, la verdad no, pero ya lo sé y es genial.
Dije y le tome la mano encima de la mesa, el lugar no estaba tan lleno de personas, solo habían como cinco personas, eso para mí era genial, no me gusta que haya demasiada gente, soy un poco asocial la verdad, a los minutos se acerco una chica, supuse que era la mesera.
—Buenos días, ¿Qué te doy hoy, Cami?.
Espera que, esta chica la conocía, eso era nuevo, tal vez, la conocía porque siempre desayunaba acá, creo.
—Buenos días, Estefi, pues quiero lo mismo.
—-Bueno, unos panqueques con miel y un café, con poca azúcar, ¿y para tu amiga?. —amiga, no me agrada escuchar esa palabra, aunque la verdad no sabia que éramos Camila y yo.
—Yo quiero, lo mismo, pero el café lo quiero negro, por favor.
Dije amablemente, me encanta serlo, ella lo anoto en su libreta, es mi imaginación o lo estaba escribiendo de mala gana.
—Te ves muy guapa hoy, Cami.
—Oh, esto, no, solo es algo básico, pero gracias.—- okey, ya me estaba entrando celos, estaba evitando tenerlos, pero viendo como le estaba coqueteando, no lo pude soportar.
—Crees que puedes traernos nuestro desayuno, por favor, gracias.
Dije y la chica me miró de mala gana y se fue, luego vi a Camila que me miraba algo sorprendida.
—Que fue eso?.
—Nada, solo quiero desayunar y luego irme a mi trabajo. —dije así de simple, y algo fría.
—No era manera de tratarla así.
—Estaba perdiendo mi tiempo, y yo debo llegar temprano.
-Oh, o sea que, desayunar conmigo, ¿es perder el tiempo para ti?.—- dijo y le di una mirada de confusión.
—Nunca dije eso ¿o si?
—No pero lo diste a entender.
Dijo y se cruzo de brazos y se puso seria.
—Bueno, lo siento, no fue mi intención.
Hubo un silencio incómodo, ella solo miraba por la ventana, y tenía su barbilla apoyada en su mano, no quería estar así con Camila, soy tan tonta que por media cosa peleaba, debía hacer algo, a los minutos llego nuestro desayuno, pero no era la misma chica, ahora era un chico, dejó nuestro desayunos y se fue, Camila, tomó un bocado y se metió a la boca, se veía incómoda, soy tan estúpida, todo arruino, comencé a desayunar, todo estaba en silencio.