—¡¿Qué me tranquilice?! —ahogó un gritó Lynn—, ¿Dónde has estado? ¿Por qué no has venido?
—Lynn, he estado aquí todas las noches —dije intentando calmarla.
Sabía y entendía por qué estaba enfadada, pero si hubiera estado con ella le tendría que haber contado lo de los Randers, le tendría que haber contado sobre mi familia, y sobre quién era yo. Y no estaba preparado para eso. Quería, aunque ya era imposible, que ella supiera lo más mínimo sobre estos temas, y si hubiera ido cuando estaba despierta hubiera tenido que decírselo.
Ella se sentó sobre sus piernas en la cama y se cruzó de brazos.
—Vete —dijo.
¿Qué? No me podía echar. A veces Lynn era tan difícil...
—No me voy ir sin ti.
—Oh vaya, ¿ahora te das cuenta de que existo?
Me mordí el labio. No podía enfadarme con ella, pero estaba poniéndome las cosas muy difíciles. Todo esto era para protegerla.
—Lynn, esta noche te vienes a mi casa —le avisé. Esperaba que se lo tomara bien, pero no, sino no sería Lynn.
—Claro, porque tú lo digas.
Dijo ella con esa actitud de indignada, se quedó allí mirándome.
—Lynn, podemos hacer esto por las buenas o por las malas —intenté asustarla. No funcionó, ella puso los ojos en blanco y se quedó allí parada.
—No me voy a mover de aquí.
Fui hasta ella y sin pedirle permiso la agarré de la cintura y tiré bruscamente de ella hacia mí.
—¿Pero qué haces? ¿Te has vuelto loco? —No la solté y la seguí arrastrando hasta la ventana—. Aiden, para —intentó detenerme ella, no la escuché, teníamos que irnos ya—, me... haces daño —dijo mientras intentaba soltarse de mi agarre.
Entonces sí la solté enseguida y le miré a la cara. Parecía que estaba realmente confundida.
Suspiré.
—Está bien —dije— te contaré todo, pero vamos a pasar la noche en mi casa, quiero que estés a salvo—dije—, por favor —añadí.
Lynn se lo pensó unos segundos, luego con rapidez me arrebató el teléfono móvil que seguía sosteniendo en mi mano.
Señaló la ventana.
—¿No podemos salir por la puerta?
Levanté una ceja y me la quedé mirando. Negué con la cabeza. Ella puso los ojos en blanco.
—Tú primero— dijo.
Salté.
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Gracias por el apoyo!! <3<3<3 No os preocupéis, habrá más capítulos dentro de nada!!! Soy mujer de palabra! JAJAJA
Os amo.
-Leli.