Hara enrollo sus piernas sobre la tierra humedad del jardín. Estaba feliz, contenta a mas no poder. Hiwo no estaba así que podía ser ella misma. Y luego estaba el Sr. Park. Quien estaba con la chica hablando mientras enterraba las rosas. El padre de la joven había recurrido a Jimin para que arreglara su desastroso jardín delantero. El, gustoso acepto solo con la simple idea de poder ver a Hara. Y allí estaban, el sonreía ante las anécdotas de la menor mientras ella enredaba el pasto entre sus manos mientras le veía.
—¿Entonces nunca quisiste mudarte a Corea?—pregunto Jimin mientras flexionaba sus rodillas y regaba las plantas. La chico lo miro por unos segundos, detallando su cuerpo brillo so por el sudor y en gran parte por el terrible sol que había, su cabello húmedo y despeinado el cual constantemente el hombre peinaba con sus dedos para evitar que cayera sobre su rostro. Jimin la miro esperando respuesta y ella rápidamente se ruborizo.
—No.—murmuro sintiéndose intimidada por la mirada de aquel adonis.—Mi madre, ella...—no sabia como decirle a aquel ser que su madre no le quería y que solo estaba aquí por producto de los celos.—Quiso que me quedara un tiempo con mi padre.—mintió descaradamente. Bajo la mirada mientras una mueca de confusión adornaba los labios de Jimin.
—Me parece justo.—medito por unos segundos pensativo.—Tu madre no puede cargar contigo todo este tiempo mientras tu padre rehace su vida sin ti.
La chica se quedo en silencio. Jimin se levanto y mientras se quitaba con sutileza los guantes de jardinería, murmuro;—Si fueras mi hija...—comenzó, ganándose la mirada curiosa de la menor.—Jamas te separaría de mi lado...—se acerco a ella dejando los guantes en el suelo, la miro desde arriba con fiereza. Hara trago sonrojada.—Se que no me estas diciendo la verdad Hara, pero lo entiendo. No te culpes por algo que no has hecho.—una sonrisa ininteligible adorno sus labios.—Te tendría aquí, a mi lado...—volvió a comenzar.—Junto a mi, sin poder irte, sin poder huir. Presa entre las paredes de mi hogar...—sus ojos brillaron provocando retortijones en la chica.—Si fueras mi hija... jamas saldrías de mi vista...—las piernas de Hara temblaron sobre el césped húmedo, Jimin se agacho ante ella sin despegar sus miradas. Su sombra, su presencia la cubría dejándola vulnerable. Aquel olor a almizcle invadió sus fosas nasales a medida que los segundos pasaban.—de mi presencia..—acerco lentamente su mano al rostro de la chica y con sutileza casi de manera invisible rozo sus mejillas calientes. Un suspiro involuntario se escapo de la menor haciendo que Jimin se tensara.—Presa entre mis brazos...—se acerco aun mas, como si ya no estuviera demasiado cerca. Su respiración caliente cayo con descaro sobre la nariz de Hara, esta entre abrió los labios atónita.—Sin poder marcharte...—sintió como Jimin plantaba un beso húmedo sobre su mejilla. Cerro los ojos inconsciente me sintiendo como su estomago se descontrolaba.—No sufrirías...—Jimin la miro por unos segundos, la chica aun mantenía sus ojos cerrados y sus mejillas calientes. Llevo su mirada a aquellos labios entreabiertos y unas ganas incontrolables de morderlos lo consumió en medida.
Sintiéndose ajeno a aquellos sentimientos que lo albergaban cerro sus ojos mientras sentía como sus labios calientes rozaban los de ella. La chica se estremeció ante el tacto suave de Jimin, sus labios quemaban, ardían a mas no poder al sentir como aquel adonis se unía a ella. Jimin aun con su mano sobre la mejilla de Hara la acerco mas a el, deseoso por aquellos labios de fresa abrió su boca mientras sacaba con sutileza su lengua y la restregaba sobre la de ella. Hara gimió sin poder evitarlo, la mano de Jimin ardía sobre su mejilla y se sentía en la cima. Apretó la grama entre sus dedos mientras Jimin se estremecía al sentir como la chica temblaba. Por un momento se había olvidado de todo, pero cayo en cuenta al recordar que era una niña, una pequeña de solo dieseis años a la cual le estaba comiendo la boca con descaro. Abrió sus ojos y aun sin dejar de besarle observo a la chica temblando sobre el suelo, con sus mejillas totalmente rojas y su cuerpo tiritiante. Estaba mal, estaba haciendo mal. No podía refrenar las ganas de estar con ella, pero no podía. Se alejo de ella rápidamente, provocando que la menor abriera los ojos alarmada. Jimin observo aquellos labios hinchados y una ola de placer recorrió su cuerpo, luego, miro sus ojos y un nudo se formo en su garganta al ver como Hara lo miraba aterrada. Se levanto de manera furtiva y se alejo sin mas hacia su casa, llevándose consigo la mirada de la chica sobre su espalda y el sabor de aquellos labios dulces en su boca. Hara miro como se encerraba en su casa dejándola sola en la entrada, llevo su mirada a las rosas y luego suspiro. Aquel beso había sido magnifico.
La menor salio de su casa sumergiéndose en la negrura de la desolada noche, Hiwo aun no daba rastro de vida así que prefirió esperarlo afuera en la acera. Se acomodo mejor su capucha sobre la cabeza mientras enterraba las manos alrededor de sus costillas, la noche estaba fría, pero prefería estar allí que volver a dentro a su soledad. Sin nada que hacer su mente comenzó a procesar todo el transcurso del día ante ella. Llevo su mano a sus labios mientras un sonrojo llegaba a sus mejillas. Ahora mas que nunca no podría sacarse a Jimin de su cabeza. Tomo asiento sobre la acera solitaria, y sin poder evitarlo llevo su mirada a la casa enfrente. Luego de lo ocurrido no volvió a ver al Sr. Park en todo el día. Recordó sin oficio el sueño de aquella noche, de como Jimin la tocaba y besaba, recordó sus gemidos graves al otro lado de la puerta y una ola de alivio recorrió su rostro. El Sr. Park no había visto a Hara aquel día. Aun ensimismada en sus pensamientos no sintió la presencia de alguien acercándose hasta que hablo.
—Hara.—la nombrada levanto la cabeza dejando que su capucha oscura se deslizara por su cabeza mientras observaba a aquel chico amigable de la otra acera.
—Hoseok.
—¿Que haces allí sola? ¿Porque estas afuera? ¿Esperas a alguien? ¿Quieres estar sola? ¿Puedo unirme contigo a la reunión en la acera? ¿Acaso tu padre te ha dejado afuera?—un bombardeo de preguntas sin fin salieron con agilidad de la boca del chico dejándola aturdida. Parpadeo mientras le miraba sentarse junto a ella. Este le sonrió amplia mente para luego acercarse un poco para mantener el calor entre los dos.
—Mh...—no sabia cual pregunta responder.—Estoy esperando a Hiwo.—soltó hacia Hoseok.—¿Y tu?
Hoseok le miro por unos segundos para luego llevar su mirada a la calle;—Necesitaba tomar aire.—murmuro algo cansado. Estiro sus piernas por toda la carretera dejando que un suspiro saliera de sus labios. Agacho la cabeza observando sus piernas mientras extendía sus brazos sobre la acera blancuzca de la noche. Hara intento mirar sus ojos pero la gorra blanca de Hoseok se lo impedía. ¿Porque estaba así el chico?—Oye.—llamo.—¿Somos amigos, verdad?—pregunto ahora observándola. Un sentimiento de ternura invadió su cuerpo al ver a la chica fruncir el ceño pensativa ante la pregunta. Rió apagada mente ante la acción. Asintió sonriendo.—Entonces, ¿podemos contarnos cosas no?—ella asintió temblando ante el frió.—Bueno...—comenzó.—Hay un problema.—la miro intensamente.
—¿Problema, con quien?
—Contigo, Hara.—la menor le miro confundida. ¿Que había hecho ella?
—¿Que hay entre tu y el Sr. Park?—aquella pregunta la estremeció. Palideció de golpe llevándose la mirada curiosa de Hoseok con ella. Relamió sus labios sintiéndolos resecos.
—Yo, bueno...eh...—su tartamudeo y nerviosismo comprobó las sospechas de Hoseok.
—Somos amigos Hara, puedes contarme lo que sea. Prometo no decir nada.
—No se de que hablas...—farfullo alarmada.
—Los he visto. Vi cuando se besaron.—la menor bajo la cabeza apenada ante la confesión.—¿Acaso tu y el Sr. Park andan?
—No.
—¿Te gusta?
—No lo se.
—Hara.—comenzó Hoseok al ver como ella negaba.—No diré nada a nadie, no tengo por que hacerlo. Pero quiero saber si hay algo. El Sr. Park es un hombre casado con un hijo de por medio y sin dejar aun lado que es mayor.
—Solo nos besamos...—murmuro sonrojándose. Hoseok sonrió.
—Entonces si te gusta boluda.—afirmo mientras negaba.—No pareces el tipo de chica que andaría embobada con un hombre mayor. Vaya que las apariencias engañan.—paso su mano por el cabello de la chica despeinando lo.—Estamos igual vecina.—Hara lo miro confundida.—Yo también ando colado por una mujer fenomenal.—se acomodo mejor sobre la acera suspirando.—Necesito desahogarme con alguien, necesito que me escuchen por unos segundos. Es difícil mantener algo así y no decirlo.—miro a la chica mientras sonreía, su cara de desorientada era graciosa.—Pero esto tiene un precio. Si me respondes una cosa solo así podre abrirme contigo y contarte mi historia.
—¿Que cosa?
—¿Te gusta Jimin?
Hara se mantuvo en silencio, mordió su labio inferior nerviosa por la mirada de Hoseok.
—S-si...—murmuro. Hoseok aplaudió en medio de la noche con una sonrisa sobre su rostro.
—Entonces no abra bronca con que te diga esto.—miro el cielo resacado.—Tuve un amorío con mi tutora...—la chica se quedo en silencio dejando que su vecino siguiera hablando aunque no podía negar que aquello le sorprendió. —Nahy era una mujer hermosa en todo los sentidos. Siempre me había llamado la atención desde el momento en que la vi, supe que era amor cuando el cuerpo me temblaba cada vez que me veía, que hablábamos sin intenciones de por medio, cuando reía. Un día luego de clases me acerque a ella y le confesé mis sentimientos.—se quedo mudo por unos segundos mientras sentía como el aire danzaba entre ellos. Sonrió.—Ella acepto mi amor y nos hicimos amantes en el momento.—miro a la chica.—Yo ya sabia de su esposo, al igual que sabia que el no la quería, que no la consentía. Así que yo me ocupe de eso. Si, luego de la escuela iba a su casa y nos deborabamos hasta el anochecer. Coqueteábamos en el aula y siempre hablábamos en la salida. Como estudiante y tutora claro. Pero un día, me quede de costumbre en el salón con ella. Nos besamos sobre el escritorio apunto de entregarnos de nuevo. Pero mi madre llego.—La chica se mantuvo atraída por la historia así que espero con ansias a que siguiera hablando.—Iba a decirle al colegio la tutora que tenían entre sus aulas, ella iba a quedar por los suelos y la correrían de por vida. Ella nunca entendió lo que sentía, creyó que yo había sido persuadido por ella solo con el fin de aprovecharse de mi. Así que la defendí como pude, le roge a mi madre que no dijera nada y que jamas volvería a ver a Nahy, ella no me creyó pero insistí hasta el punto de que me sacaron del colegio. Si yo estudiaba en casa ella no levantaría cargos y seria como si nunca nada hubiera pasado. Luego de eso, no la volví a ver mas. Ya han pasado dos años desde la ultima vez que la vi sonreír.
Hara se quedo muda, atónita. Lo miro por unos segundos hasta que suspiro.
—Lo siento.
—No importa, Hara.—sonrió cansado.—Yo sólito me busque la bronca. Si nunca le hubiera dicho nada, si no me hubiera declarado ella estaría de nuevo en mi vida. Pero fui un estúpido y me arriesgue.—Se levanto de la acera y miro a la chica desde arriba.—No quiero que pases por eso Hara, entiendo como te sientes, pero lo mejor que puedes hacer es alejarte de el y olvidarle antes de que sea demasiado tarde.—se estiro lo mas que pudo para luego sonreír contento.—Supongo que ahora seremos como mejores amigos ¿no? Así que puedes confiar en mi Hara. Yo te apoyare.
Dicho eso se marcho por la calle hasta adentrarse en su casa.
La chica suspiro mientras se levantaba mareada. Observo de nuevo la casa de los Park con nerviosismo y negó. Tenia que hacerle caso a Hoseok, debía olvidarse de Jimin pero le resultaba imposible.
Una sonrisa adorno sus labios mientras se adentraba a la casa.
Jung Hoseok, ahora era su amigo.