El viernes llegó muy rápido. Estábamos Clara, Lucy y yo en la habitación de la primera mientras la gente iba llenando el primer piso de la casa para la fiesta. Habíamos admitido casi casi por completo a Lucy. Era un amor de chica. Lástima que Aiden no lo fuera. Ni siquiera le había visto estos dos días. Vaya forma de empezar el curso.
Me estaba preparando para la fiesta, era la única que aún no había elegido vestido.
—¿Y este? —prgunté entrando en la habitación con mi mini vestido favorito.
—Wow —exclamó Lucy—, le vas a dejar alucinado, ni siquiera él puede decir que no a esto.
—¿Cómo? ¿Aiden? ¿Le gusta verdad? ¡Lo sabía! —gritó Clara con el puño en alto cantando victoria—¡Estaba clarísimo que a Aiden le pasaba algo contigo!
—Claro que le gusta —dijo Lucy con una sonrisa.
Lucy era guapa, de hecho, todos en esa "familia" eran guapos. Lucy nos había explicado como iba; Lucas y Jenny eran los hermanos Mayer, habían sido adoptados por los padres de Aiden, los cuales habían fallecido no hace mucho y ahora él era el responsable de ellos. Los dos hermanos eran bastante parecidos; aunque se distinguían (a parte por el carácter) por el color de pelo, Lucas era rubio y Jenny morena. Ella y Aiden habían sido novios antes de esa adopción supuestamente, (todo el asunto realmente raro en mi opinión). Luego estaban Lucy y Liam que prácticamente se habían criado juntos, se conocían desde siempre y eran amigos de la familia de los Lima; la familia de Aiden. Todos juntos vivían en una de las casacas gigantescas que hay justo a la entrada de la ciudad.
—Estáis exagerando, ni siquiera me conoce —les dije—, sinceramente me interesa más quién es la enamorada secreta de Dani y por qué no me lo quiere decir.
—Lo siento, Lynn —dijo Clara—, le prometí que no te lo contaría.
—No es justo, ¿y tú cómo lo sabes? —protesté como una niña pequeña.
Clara estalló en carcajadas.
—Porque era demasiado obvio... —contestó.
—Pues para no para mí parece ser.
Clara siguió riendo como una loca.
Me miré en el espejo. Mis ojos eran de un verde intenso; mi madre no paraba de decirme que eran la perdición de cualquier hombre, me tenía por una ligona o algo así. Y no, no lo era. Luego mi pelo rubio y largo caía despeinado sobre mis hombros. Sería hasta guapa, de no ser porque media 1.55. Era un topo básicamente. A la mierda mi sueño de ser supermodelo.
Lucy me sonrió de una forma extraña.
—Además —añadí mientras salíamos de la habitación para bajar abajo—, Aiden ya tiene a Jenny, que es encantadora, por cierto.
Las dos se rieron.
—Lo es la verdad, pero tiene motivos para estar así —la defendió Lucy—, contigo —añadió.
—¿Por qué hablas como si se ha enamorado perdidamente de mí o algo? —quise saber refiriéndome a Aiden.
—Porque es así —dijo con una sonrisa—, pero será mejor que él te lo explique.
Pero justo al bajar por las escaleras del cuarto de Clara, donde la fiesta ya había empezado vimos Aiden entrar de la mano con Jenny.
—Super enamorado —murmuré...