Mientras subía la escalera, a cada peldaño que pisaba, se intensificaba el sentimiento de satisfacción que me inundaba. Las caras de aturdimiento, desprecio, envidia e incredulidad de cada uno de los presentes, estremecían mi interior... me hacían sentir bien.
Me paré en seco en el último peldaño, ¿qué?, no, esta no soy yo, la sonrisa se borró de mi rostro y un sentimiento de aturdimiento sustituyó... ¿En qué momento había empezado a pensar así?, ¿Qué tipo de aires altivos había adoptado?, es decir, es una gran oportunidad, pero eso no me hacía ni mejor ni peor que nadie, mucho menos me daba el derecho de sentirme superior... ¿qué dem...?
Sacudí mi cabeza, atribuí lo que pensé y sentí al momento, a la situación, demasiadas emociones en un día, simplemente me estaban jugando una mala pasada.
Retomé mi paso y me dirigí al fondo, a la izquierda, tal como me lo había indicado Bieber.
Oh, mierda, Justin.
Toqué mi cuello y la sentí. Sentí la cadena pegada a mi pecho, y de golpe, la sentí más pesada, sentí que me oprimía al tiempo que todo lo sucedido se agolpaba en mi cabeza.
Me senté en el último peldaño de la escalera, donde ya no estaba a la vista de nadie, apoyé mis codos en mis rodillas y me agarré la cabeza.
Mis dedos se deslizaban sin parar por mi cabello, suspiré. Era momento de poner la vida sobre la balanza.
Ordené cronológicamente todo lo que había sucedido desde mi partida desde casa, hasta llegar aquí, justo aquí, donde hoy me encontraba, al borde de saltar al abismo y sin saber sobre que caería. Era cierto que nada de lo que tenía me lo habían regalado, todo me lo había ganado con esfuerzo y perseverancia, al fin y al cabo, esto era un premio, mi ideal de vida, no era, precisamente, este, de hecho, en este momento yo podría estar en una academia de verano y no precisamente de baile. Eso retumbó en mi cabeza, un premio.
Como comenzar... mi vida en, era la de una adolescente normal con calificaciones, si bien, no las mejores, altísimas, mi futuro estaba, según yo, en un Hospital, tratando gente, gente con cáncer, yo quería, error, quiero, ser oncóloga, oncóloga infantil... y este... era un pequeño premio a haber logrado ingresar a lo que yo quería, disponía de un año para hacer lo que yo quisiera antes de dedicar doce años de mi joven existencia, a estudiar para convertirme en lo que tanto sueño... ahora, rebobinemos, ¿Cómo llegué aquí? por una serie de desafortunados eventos que, paradójicamente, desbordaban suerte, porque seamos honestos, el salario que cierto joven artista había ofrecido, no era precisamente un kilo de sal... y después, estaba mi futuro amoroso, con quien yo creí, me acompañaría siempre, mi siempre bien ponderado, Austin... no podía hacerle esto, simplemente no podía... quiero esto, pero no así. Tomé mi teléfono del bolsillo y le envié un mensaje a Austin:
"Hola, ¿Cómo va todo?"
No tengo moral. Al momento vibró en respuesta
"Hola, todo bien, ¿por allá?"
Algo no andaba bien...
"Si, bien... ¿sucede algo?"
¿Conocen eso a lo que se le llama "el sexto sentido"?
"Bueno... creo que tenemos que hablar"
B I N G O
"Vaya... creo que sí"
En ese momento entró una llamada, de Austin.
- ¿Cómo estás? - dije
- Bien... no sé, estoy cansado - respondieron de el otro lado
- Te conozco, ¿Qué sucede? - dije cortante
- _______... yo... rayos, no quería que esto pasara así... - hizo una pausa, y mi mundo, irónicamente, se cayó, en mi estómago se formó un nudo... conoció a otra.
- Sólo suéltalo, ¿Qué es lo peor que puede pasar? - dije riendo, tratando de alivianar la tensión
- Está bien, creo que... esto no puede seguir - sí, mi bola de cristal estaba en lo cierto, como siempre - _______, yo te adoro, eres una persona demasiado importante en mi vida y no quisiera perderte, pero... es mejor que esto pare ahora... - vaya, vaya, quien será la nueva perrita (repito, no tengo moral)
- Ok... yo... - pesé muy bien las palabras que diría, tenía dos opciones, ser una perra hipócrita y hacer drama, o ser una persona consciente y consecuente, pensar en lo que había hecho y solo... comprenderlo - tranquilo, no pasa nada, no me perderás - concluí, no pude decirle la verdad, no pude, soy una cobarde.
- Pero... nada, creo que, es mejor que quedemos como amigos, ¿bien?
- Bien - dije cortante y un poco extrañada... es decir, ¿qué?, vamos, no podía ser tan fácil
- Suerte, espero nos veamos pronto - y colgó, me quedé unos segundos mirando la pantalla... ¿Qué?, ¿Dónde carajo está mi drama?, mi pelea por teléfono, el llanto y esas pelotudeces que siempre vienen cuando uno corta con alguien, o te cortan, ya no tengo idea que sucedió aquí... seguía mirando la pantalla, de repente en la barra de notificaciones apareció un mensaje de Antonniette, era un link, lo abrí.
Y ahí estaba yo, tomada de la mano de Justin, quien nos abría paso entre los paparazzis... sonriendo, sonriendo, son... con la cadena con una J colgada al cuello... ¡Oh, mierda!, si Antonniette ya lo había visto, entonces significaba que Austin ya lo había visto... mierda, mierda, mierda, marqué a Austin. Apagado, apagado, apagado.
Esto, explicaba -y explicaría a futuro- muchos hechos que de aquí en más comenzarían a suceder y de paso, a atormentarme.
Y es que, estaba en blanco.
Era eso u honestamente la maraña de pensamientos dentro de mi cabeza era demasiado grande como para intentar desenredarla así, de primeras.
Rebobinemos... no, a quién engaño, no quiero repasar ninguna de las acciones que hasta aquí me habían llevado.
Seguía allí sentada, en la parte alta de la escalera, mis codos sobre mis rodillas que no me daban tregua, no podía dejar de temblar y mis dedos no dejaban de ir y venir entre mi cabello.
Un gran escalofrío final recorrió mi cuerpo y supe que solo tenía dos opciones.
Créditos
Imagen tomada desde Pinterest.
Nota del autor
Bueno, de más está decir que he escrito nuevos capítulos en este tiempo y... he decidido publicar uno semanal.
Espero lo disfruten, y recalco que cada voto serán infinitamente agradecido y bien recibido; déjenme saber sus opiniones e ideas en comentarios, ¡que tengan buena semana! ♡