Derecho a Tocar [Editando]

Capítulo V: "Unbelievable"

Nos bajamos del avión y tomamos un carrito de equipaje, echamos todo en él y comenzamos a buscar a la persona con el cartel de la academia que se suponía estaría esperándonos, al localizarla le dijimos nuestros nombres y nos llevaron hasta el auto que nos conduciría al estudio. Me había subido al auto cuando mi teléfono sonó, sin mirar la pantalla contesté

-          ¿Diga?

-          _______ (tapodo), amor, gracias al cielo contestaste, pensé que sería imposible, ¿Cómo te fue en el viaje? – dijo todo muy rápido a lo que yo reí

-          Austin, cariño, – mi voz se quebró un poco – bien, bien, gracias por llamar – me fue imposible contener las lágrimas que escaparon

-          Ay, pequeña tranquila, ¿Como van las cosas?, ¿Ya llegaron a la academia? – dijo con voz calmada

-          No, pero ya vamos hacia allá – dije un poco más compuesta – el viaje estuvo muy bien, incluso conocí a una gran persona – le lancé una mirada y sonreí a Antoniette quien me respondió con otra sonrisa y me hizo un gesto para acercarme a ella, tomo una foto y en el mensaje añadió: 'Un gran viaje con una gran persona', me di cuenta que el mensaje era para su novio – todo bien, incluso tenemos la misma habitación, creo que me ayudará a hacer mi existencia menos hostil sin ti – reí por lo bajo

-          Qué bien _______(tapodo), me alegra que estés bien – dijo y percibí su sonrisa al otro lado del teléfono

-          Gracias, y como van las cosas por allá, ¿No has escuchado a mi madre llorar a gritos o limpiar la casa de forma obsesiva? – reí

-          Mmm, lo de llorar no, la aspiradora todo el día – rió – los demás extrañándote demasiado – capte el mensaje y le respondí

-          Yo también te extraño demasiado, debes elaborar más tus indirectas, ya las capto – reí

-          Lo sé me estoy haciendo viejo y ya no lo hago tan bien – rió, me detuve unos segundos antes de responder

-          ¿No 'lo haces tan bien'? – marqué las últimas palabras, ambos estallamos en risas

-          Eres in-creíble – me dijo separando en dos sílabas y aún riendo

-          ¿Mente irresistible? – reí

-          Si, también eso, en realidad , más de la segunda que la primera – dijo coqueto, reímos, cuando paramos susurré

-          Te amo

-          Te adoro, no lo olvides

-          Jamás –dije y sonreí

-          Bueno, te dejo, creo que estarás en la academia en poco y tendrás muchas cosas que hacer, te amo, en la noche te llamo

-          Bueno, esperaré tu llamada, te adoro, cuídate demasiado

-          Tu igual pequeña, adiós

-          Adiós – corté el teléfono

Miré a Antoniette que seguían enviando mensajes a su novio, a juzgar por la cantidad de corazones, a veces, grababa mensajes de voz con un 'Te amo' o un 'También te extraño' o cualquier cosa, en tanto yo miraba por la ventana la gigantesca ciudad que se levantaba a nuestro alrededor, en un momento doblamos por una gran avenida y el auto paró el chofer nos avisó que habías llegado, Antoniette grabó un 'Te amo, debo irme, te escribo en la noche', luego de esto bajamos del auto y por unos segundos vimos el asombroso edificio que cubría una manzana entera, erguirse frente a nosotras con aspecto de octava maravilla del mundo, tenía cristales en el frente, por lo que se veía a todos los bailarines ensayando dentro, nos miramos, corrimos a buscar nuestras maletas, agradecimos al chofer y nos dispusimos a entrar al estudio.

Al entrar al vestíbulo quedamos maravilladas, todo impecablemente adornado, grandes cuadros, sofás de cuero negro y un gran mesón al fondo donde había una recepcionista de aspecto amable, nos acercamos a ella y Antoniette le dijo

-          Hola, somos Antoniette Black y _______ (tn) Mason, acabamos de llegar, ¿Nos podría decir hacia dónde dirigirnos?

-          Claro – respondió con una muy amplia sonrisa – síganme - ella se levantó y enseguida llego otra mujer de aspecto igualmente amable a reemplazarla en el cargo. La seguimos hasta el ascensor y al subir nos dijo

-          Qué bien que llegaron, sólo faltaban ustedes – dijo

-          Lo sentimos nuestro vuelo se retrasó tres horas – me disculpé

-          No se preocupen, es el primer día, pero no se puede volver a repetir a la señora Gallagher no le gusta la impuntualidad – dicho esto las puertas del ascensor se abrieron, no pude creer lo que mis ojos vieron.